Abogada Magina Zegpi Pons: “La Iglesia ya entendió que no puede ocultar a pedófilos”

/ 24 de Marzo de 2011

Representó a dos niños que acusaron al sacerdote de Negrete de abusarlos,  pero Enrique Valdebenito fue absuelto por la Corte Suprema y falleció  en septiembre de 2010 en Laja, donde trabajó como vigilante de la CMPC antes de entrar al seminario de Concepción. El caso del ex rector de Salesianos, Audín Araya,  trasladado a Santiago, está alcanzando notoriedad también. “Nos manoseaba cuando se le daba ganas”, declara una de sus víctimas.


Picando leña y vendiendo astillas, Ana María Sáez Fonseca y María Delfina Godoy Badilla pudieron costear el pasaje en bus – $15 mil- para que la abogada Magina Zegpi Pons alegara en la Corte Suprema a favor de sus niños. Que se hiciera justicia les daba fuerzas.
Las mujeres estaban animosas. La jueza de Nacimiento, Liliana Salgado Fernández, había sometido a proceso por abusos sexuales al párroco de Negrete, Enrique Valdebenito Muñoz (52), y la Corte de Apelaciones de Concepción había confirmado el ilícito.
Para el mismo cometido, la defensa del cura, el hermano de Jorge Matute Johns -Alex- llegaba a la capital y entrando a la audiencia -describe la abogada- uno de los ministros le preguntó cómo estaba su jefe, de viaje por España.
El juez hacía referencia a Fernando Saenger Gianoni, cuyo estudio jurídico en Concepción defendía al párroco. Tras los alegatos, la Sala Penal de la Corte Suprema con los votos de los ministros Alberto Chaigneau y Enrique Cury, y de la abogada integrante Luz María Jordán dejaba sin efecto el procesamiento y la orden de detención dictada en contra del religioso que se hallaba prófugo, aunque los ministros Milton Juica y Nibaldo Segura estuvieron por rechazar el amparo.
El 5 de mayo de 2003, la causa rol 26.747 fue sobreseída temporalmente y el cura Valdebenito, acusado en el tribunal por los niños de 10 y 12 años P.A.G.S (21) y de M.B.G.C (23) de abusarlos en Negrete, que se mantuvo prófugo y fijaba sus propias condiciones para entregarse a la justicia, y quien tendría participación en otros tres casos, según antecedentes conocidos hoy, nunca estuvo en prisión. De un infarto falleció el 16 de septiembre de 2010 en Laja con recién 61 años cumplidos. Un mes ante lo habían operado del corazón (cinco by pass) en el Hospital de Temuco. Antes de entrar al Seminario de Concepción, con 26 años, trabajó como vigilante en la CMPC.
“¡Ganamos!”, recordaría -para este reportaje- un entusiasta Alex Matute. Más tarde explicaría que “mi intervención (en el caso) fue accesorio. La defensa y estrategia de juicio fue confiada a don Fernando Saenger, y dicho estudio tuvo la relación contractual y de confianza jurídica. Por lo anterior, profesional y laboralmente no puedo pronunciarme y menos representar en modo alguno temas de un estudio del cuál hace largos años que ya no soy parte”, precisó.
La defensa declinó analizar el caso que sigue penando en Negrete y en Los Ángeles, a donde se vivió una suerte de “guerra santa”, pero sí lo hizo la abogada Magina Zegpi ( U. de Chile), quien asegura que no había por dónde no encargar reo al sacerdote.
“Estaba todo hecho, estaban todos los informes sicológicos que se requerían, pero la Corte Suprema revocó señalando que los antecedentes no eran suficientes, o sea, vuelva a primera instancia y aporten más datos para poderlo encargar reo. Pero a esas alturas -dos años de juicio- ya no tenía corazón para pedir más plata a la gente, aunque sólo cobré gastos”.
La profesional atribuye el resultado adverso a varias cosas (debió pedir cambilo de actuaria) y otra -sospecha- es que la Sala Penal se constituyó con ministros que, además, eran profesores de la Pontificia Universidad Católica. “En el fondo, fue como un favor, no más…”, dice.
– Hoy, con una posición casi impensable de El Vaticano quitándole el piso a curas pedófilos ¿sería más fácil aportar pruebas en contra de Valdebenito y hacer justicia de verdad para esos niños que hoy tendrían 21 y 23 años?
“Sí. La misma Iglesia ya entendió que no puede ocultar estas cosas, que tiene que ser transparente; si no cada vez va a ir perdiendo más católicos…”
Como referencia, un estudio del Centro de Estudios Públicos, de noviembre de 2001, da cuenta que el porcentaje de católicos en Chile viene cayendo desde 1930 para estabilizarse en torno a 72% en los últimos años. Con los católicos (en comparación con los evangélicos) la caída es más fuerte: desde un 21% en 1995 a un 14% en 1998. En términos comparativos con otros países del mundo, Chile se ubica en niveles muy parecidos a la media europea y por debajo de los países latinoamericanos.
El caso del cura Valdebenito, quien vinculó la querella criminal a un supuesto “complot político” por hablar a favor de un candidato socialista en desmedro del alcalde UDI de Negrete de la época, Oscar Burgos, en vísperas de las elecciones municipales, acaparó titulares durante mucho tiempo, tal como hoy acontece con el ex rector del Colegio Salesianos de Concepción, Audín Araya Alarcón, trasladado por sus superiores a Macul.
Cuatro denuncias se tramitan hoy en la Fiscalía de Concepción en contra del sacerdote Araya (no hubo respuesta a una petición de entrevista de NOS) que representa el abogado Marcelo Torres Duffau. Los jóvenes -alumnos y ex alumnos del establecimiento- lo acusan de haber cometido abusos en el transcurso de 2008, cuando aún se desempeñaba como jefe de ese recinto educacional. “Nos manoseaba cuando se le daba la gana. Audín Araya tiene que pagar, al igual que la congregación salesiana que lo defiende y lo vuelve a poner en un colegio sabiendo el riesgo que esto conlleva”, escribió Juan Pablo, el 13 de noviembre de 2009, en www.protegeatushijos.com
En la fecha, The Clinic y NOS publicaba la historia de otro sacerdote: Jorge Baeza. Durante los 90 fue el párroco de la clase alta de Chillán, gran orador y guía espiritual de jóvenes y adultos. Así, logró enamorar a varias señoras, entre ellas, Lucía, la ex esposa de un empresario, con la cual Baeza iba a casarse hasta que ella se enteró que mantenía relaciones sexuales con dos de sus cuatro hijas. Después de 13 años y una querella criminal por estupro que no prosperó, las víctimas del cura contaron lo que pasó pidiendo reserva de sus nombres. En breve comunicado, la Iglesia anunció que Baeza había dejado de ser sacerdote.
Los ilícitos de los curas Valdebenito -enjuiciado y absuelto por el sistema antiguo y Baeza y Araya (investigación en curso) -por la reforma-, son los tres casos de la zona que han alcanzado notoriedad pública.

Por primera vez se conocen cifras

Desde finales de los 90, la Iglesia Católica se ha visto sacudida por denuncias relativas a delitos de pederastia cometidos por miembros del clero. Estados Unidos, Australia, Irlanda, Alemania, Holanda y Austria encabezan la lista. Según el Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), en los últimos nueve años la IC ha investigado acusaciones relativas a unos 3 mil casos de sacerdotes diocesanos y religiosos por delitos de pederastia cometidos en los últimos 50 años. Este dato fue informado en marzo de 2010, en un intento de salir al paso de las numerosas denuncias y supuestos casos de pedofilia publicados en la prensa europea y que a la Iglesia le han costado más de US$ 2 mil millones por indemnizaciones a los afectados.
Era la primera vez que hacían públicas cifras al respecto.
La misma fuente señalaba que en el 20% de los casos (600) se ha celebrado un proceso penal o administrativo. En el 60%, sobre todo debido a la edad avanzada de los acusados, no hubo proceso pero “se emanaron normas administrativas y disciplinarias, como la obligación de no celebrar misa, de no confesar, y de llevar una vida retirada y de oración”, tal como ahora hizo la Santa Sede con Fernando Karadima, párroco de El Bosque.
Chile no ha estado al margen y hay registro público de 17 casos de pedofilia desde que en 1997, monseñor Francisco José Cox -sobrino de Marcela Paz (Esther Hunneus) y en quien se inspiró para recrear su afamado “Papelucho”- renunció al arzobispado de La Serena. Fue reubicado en un monasterio en Suiza.
Desde los 70, Cox tuvo reiterados inconvenientes por la forma de actuar -“de mal gusto, peligrosa e inapropiada”- con niños varones. Bernardino Piñera, tío del actual Presidente, fue el principal opositor a que asumiera como arzobispo: ”A su edad ya no se le quitan los gustos”, le advirtió a Fernando Moraga, subdirector de un periódico local.
La mayoría de los casos de abusos se presentaron en seminarios sacerdotales, escuelas y orfanatos en donde niños y adolescentes estaban bajo el cuidado del clero, y en el caso de Chillán y Negrete, con niños vulnerables -hijos de padres separados, de viudas- o muy pobres pero cercanos a la Iglesia, que participaban en misiones o eran invitados a celebrar (acólitos) bautizos fuera de Negrete. De allí la indignación de Ana María Sáez Fonseca y María Delfina Godoy Badilla, madre y abuela de P.A.G.S y M.B.G.C, los menores que declararon haber sido “manoseados y besuqueados en reiteradas ocasiones” por Valdebenito. La prensa daba cuenta también de su “expulsión” desde Argentina por actos similares, como se lee en el periódico de Chivilcoy, “La Campaña” (septiembre de 1997). La decisión la tomó el arzobispo de Mercedes de Lujan, Emilio Ogñenovich.
¿Cómo ocurría todo en Negrete? De vuelta de sus obligaciones sacerdotales junto a los menores, (pedian permiso en sus casas para acompañarlo a bautizos) el cura solía invitarlos a quedarse a dormir. En otras ocasiones, a ver TV, películas o a jugar Nintendo en una sala contigua a su dormitorio, en su casa, a un costado de la parroquia, a donde habrían ocurrido los hechos en junio de 2000. Por ello, en dos oportunidades, madre y abuela se presentaron ante el entonces obispo Miguel Caviedes Medina y el vicario general de la Diócesis, Paolo Lastrego, a denunciarlo. El prelado le prometió a la abuela María Delfina que “le daría un tirón de orejas” a Valdebenito en castigo.

“Me quitaron hasta el saludo”

La querella ante el Juzgado del Letras de Nacimiento fue por abusos sexuales ocurridos en junio de 2000 en contra de los dos niños, aunque los “toqueteos” se venían sucediendo -al menos en Negrete- desde 1999 en contra de otros dos menores que se preparaban para su Primera Comunión, pero que no fueron objeto de la investigación de la jueza Liliana Salgado, y que confirmó la Corte de Apelaciones de Concepción.
“Aquí fue todo muy extraño. A mí me contactó el padre Paolo Lastrego, él les dio mi nombre a las afectadas cuando fueron a conversar al obispado de Los Ángeles para iniciar las acciones judiciales. Hablamos una vez, me dijo que hiciera lo pertinente y que él no podía involucrarse; el padre de Negrete ya se había contactado a otro nivel y se había cerrado el círculo a su alrededor. La Iglesia comenzó a tomar distancia conmigo. Llevaron al abogado del obispado para que defendiera al cura, Celso Oñate, y cuando lo declararon reo después de una investigación larga y acuciosa, contrataron a Fernando Saenger”, describe Magina Zegpi.
-¿La contactaron como profesional católica?
Soy cristiana, pero no tan católica porque los cuestiono mucho. No tengo malas relaciones con ellos, conversaba con algunos, pero después me quitaron hasta el saludo. Hubo una división entre los curas aquí, en Los Ángeles; se cerraron, alegaban que todo era mentira, un montaje -un complot político, incluso- y no era así. La reacción de la Iglesia fue muy paternalista.
-¿A sus representadas las animaba una indemnización…?
Vimos sólo la parte penal. Para ellas la indignación era la mentira; que se les acusara de inventar esta situación. Ellas sólo querían que se supiera la verdad. No había un interés económico de por medio a pesar de que son familias muy pobres. Después que salió la resolución de la Corte Suprema hablé con ellas, les expliqué la situación y no supe más de las familias. Esa vez, recuerdo, reaccionaron con mucha pena, pero en cierta forma se sintieron satisfechas con las encargatorias de reo en primera y segunda instancia. Por lo menos algo se había hecho, lo demás escapaba de nuestras manos.
-Después del caso Karadima, ¿cree usted que es momento de perseverar en un caso que ha quedado impune, según se aprecia por los antecedentes?
Hay que mirar el interés de las personas afectadas, si es que ellos pueden enfrentar, nuevamente, otro juicio como ése. Ellos tienen que rememorar todo lo que pasaron, y no siempre tienen el coraje. En el caso Karadima fue público cómo criticaron a los denunciantes a pesar de ser profesionales, gente con recursos. Acá, en Negrete, son campesinos. Una de las señoras tuvo problemas con su marido, que trabajaba en el norte. No quería que hiciera la denuncia porque no iban a sacar nada en limpio. No sé en qué condiciones estarán los niños ahora, si es que quieren rememorar o no. O habrán olvidado todo para seguir adelante, no lo sé. No me atrevería a decir sí, es una buena oportunidad. A lo mejor sería dañarlos más todavía.
-¿Qué le parece que, en este mismo caso, condenara El Vaticano y la justicia chilena absolviera?
“Nos falta mucho para llegar a un ideal de justicia y más aún con la Reforma Procesal Penal porque la objetividad no sé en qué lugar quedó. La RPP se hizo atendida a que el juez no tendría el acercamiento con la gente. Lo contradictorio es que hoy tenemos fiscales recargados de trabajo, que tampoco pueden tener una cercanía con la gente. La gente no es escuchada nunca. Si el fiscal interroga a la víctima una vez, es mucho. Después sólo andan molestando en el sistema. Son pocos fiscales para la cantidad de trabajo que tienen; y la otra limitante es que no tienen especialidades: tienen que ver delitos sexuales, económicos, informáticos, y tampoco va a haber una investigación acuciosa, no va a tener tiempo para poder estudiar y dedicarse a un solo tipo de delito. En Santiago hay fiscales especializados, pero en provincias, no”.
En su cuenta pública 2010, el fiscal regional Julio Contardo dijo que tienen un 78% de aumento del trabajo respecto a las estimaciones planteadas al inicio de la RPP, y que al menos necesitan 20 fiscales en la Región. El número de denuncias llegó a 125 mil 739, y la mayoría fue por delitos contra la propiedad, con un 42,1%. En 2010 se realizaron mil 178 juicios orales, a diferencia de los 865 que se realizaron en 2009 en la Región del Bíobío.
– ¿Existe justicia para nuestros niños?
-No. No la veo. Me dedico mucho a causas de familias y allí se ve que los niños muchas veces tienen que elaborar mecanismos de autodefensa, porque la justicia no es capaz de brindarles la defensa que necesitan. Eso lo encuentro mortal y no ocurre sólo frente a casos de abusos sexuales sino de vulneración de derechos. Hoy, niños y ancianos están totalmente desprotegidos por nuestra legislación en todo orden de cosas. Un ejemplo, son las pensiones de alimentos: hay padres que no viven con los hijos y hay que probarles que no tienen los medios para que le dé a ese hijo. Se fijan unas pensiones miserables. La madre, y a veces el padre que se queda con el hijo, tiene que hacer figuras para poder solventar las necesidades de ese hijo.

Red de encubrimiento

Un total de 18 casos parecen ubicar a Chile dentro de la red de encubrimiento que funcionaba a base del traslado y reubicación de sacerdotes con problemas judiciales. Esta red, que protegía a los clérigos de la acción de los tribunales ordinarios, es la que hoy complica al papa Joseph Ratzinger.
2010: José Ángel Arregui Eraña, sacerdote español autor de abusos, es condenado por posesión de material pornográfico infantil. Estaba “reubicado” en Chile y haciendo clases en la U. Santo Tomás. Fue denunciado por múltiples abusos sexuales contra niños en España.
2010: Ricardo Alberto Muñoz Quintero, párroco de Melipilla. Le pagaba a su pareja para que le consiguiera niñitas.
2010: Wolfgang Statt. Aseguró al semanario “Der Spiegel” haber informado a sus superiores de la Congregación Jesuita en Alemania de cometer abusos sexuales contra menores en 1991 bajo pretextos pseudopedagógicos.
2009: Jorge Baeza, párroco de la clase alta de Chillán.
2009: René Benavides, Los Andes, denunciado en un reportaje de Chilevisión por un grupo de jóvenes que afirmaron haber sido abusados hace diez años. Sigue en ejercicio.
2008: Eduardo Olivares Martínez es sentenciado a cinco años de libertad vigilada por abuso de menores. Fue declarado autor de cinco delitos de abusos sexuales y estupro dentro del hogar de menores “Refugio de Cristo”, Valparaíso.
2008: Juan Arnaldo Henríquez Zapata (64). Acusado por dos menores de haberlos abusado sexualmente en Limache.
2008: Jaime Low Cabeza, detenido por abuso de menores en Punta Arenas.
2008: Marcelo Morales, detenido, acusado de producción de pornografía infantil.
2006: La Corte de Apelaciones revoca el fallo absolutorio de primera instancia y condena al sacerdote salesiano Antonio Larraín Pérez-Cotapos, como autor de un delito de abuso sexual de una alumna del Colegio María Auxiliadora de Porvenir. Fue absuelto por la Corte Suprema. El tiempo transcurrido entre los sucesos y la denuncia ante la justicia, fue determinante en los juicios sobre relaciones sexuales no consentidas u obtenidas mediante estupro. (Es el mismo caso de Baeza, en Chillán).
2005: Jorge Enrique Galaz, director del Pequeño Cottolengo de Rancagua, formalizado por actividades pedófilos contra niños con severos trastornos mentales. Estaban a su cuidado.
2005: Miguel Leturia, denunciado por un ex alumno que estudió en los 80 en el Colegio San Mateo de Osorno. La denuncia fue enviada vía correo electrónico desde España al fiscal Xavier Armendáriz. Caso sobreseído.
2003: Procesan a Enrique Valdebenito, párroco de Negrete por abuso en contra de dos menores.
2002: José Andrés Aguirre, el “padre Tato”, detenido por policía internacional en el aeropuerto de Santiago. Lo reubicaron en Honduras. Primer sacerdote chileno condenado por abusos sexuales.
2002: Un equipo de prensa descubre ejerciendo en Tralcao, al sur de Chile, al misionero estadounidense Daniel Mangan. Había salido de Ohio, Estados Unidos, tras enfrentar un juicio por un caso de abuso sexual ocurrido en la Cleveland Catholic High School.
2001: En Punta Arenas una denuncia por abuso sexual involucra al sacerdote salesiano Víctor Hugo Carrera. El hecho ocurrió en la capilla del Hogar del Niño y afectó a un menor de 13 años.
2001: José Ramón Zúñiga, detenido en Salamanca, Norte Chico, acusado de cometer abuso de menores en contra de una adolescente.
2001: Gerardo Araujo, sacerdote peruano que ejercía en Cañete. Expulsado del país por el juez de garantía local, luego de abusar de un niño de 12 años.
1997: Monseñor Francisco José Cox renuncia al arzobispado de La Serena.

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