Desde su fundación, hace 4 años, la Academia de Música Marlon Romero ha sido un verdadero semillero de talentos. Niños, jóvenes y adultos aprenden batería, piano, bajo, guitarra, saxo o canto con extraordinaria facilidad porque la enseñanza está inspirada en los fundamentos del jazz y porque los profesores logran transmitir su pasión por este melódico arte.
Todo en la Academia de Música Marlon Romero es ritmo y melodía. Desde su creación, en marzo del 2005, ha formado a niños, jóvenes y adultos en el fascinante mundo de la música popular y ya se ha consolidado como un semillero de talentosos intérpretes de batería, saxo, piano, bajo, guitarra o canto.
Marlon Romero, fundador y director de la Academia, explica que la fortaleza de la enseñanza está en que los profesores son músicos con una dilatada carrera profesional y que más allá de ser profesores de una disciplina, son capaces de transmitir su amor por este arte. “Muchos de nuestros alumnos perseveran en sus estudios porque aquí hay todo un espíritu musical, un ambiente que favorece el aprendizaje”, asegura.
Cursos personalizados
Al matricularse en la Academia, el alumno se inscribe en un curso individualizado y estructurado en función de sus intereses y motivaciones. “Tenemos alumnos de seis años hacia arriba. Algunos quieren aprender a tocar un instrumento, otros vienen porque se quieren dedicar profesionalmente a la música y también están los adultos que tienen una profesión determinada, pero que quieren tocar un instrumento como un hobby. Para todos hay una malla curricular adaptada a sus necesidades”, explica Marlon Romero.
Los cursos se estructuran en clases individuales y talleres grupales de teoría musical y sesión colectiva en la que los alumnos practican mediante la técnica de improvisación con sus instrumentos. De esta manera, el aprendizaje logra resultados inmediatos, ya que se refuerzan las destrezas y habilidades que cada alumno tiene con su instrumento.
Talentos innatos
La metodología de enseñanza de la Academia está inspirada en la escala pentatónica del jazz. Marlon Romero explica que ésta consiste en cinco notas básicas que están en el inconsciente colectivo de todas las personas. “Se trata de sonidos que desde niño escuchamos. Por eso es que en una fogata, cuando alguien comienza a cantar, todos logran improvisar una canción. Sin saberlo están usando la escala pentatónica. Este conocimiento es el que utilizamos para enseñar los instrumentos y el canto. Los resultados son evidentes desde las primeras clases”, enfatiza.
Productora musical
Esta forma de enseñar es la que mantiene motivados a los alumnos. Además, cada fin de semestre ellos son evaluados mediante una presentación abierta al público. Esta experiencia sobre un escenario ha hecho que muchos estudiantes sean parte de un emergente circuito musical de pubs y restaurantes donde las suaves melodías del blues, jazz y bosanova son las protagonistas. Además, tanto profesores como alumnos forman parte de una productora que funciona al interior de la academia a la que empresas y particulares recurren para presentaciones en eventos especiales. Más información en Janequeo 560, Concepción, teléfono 2795714