Dra. Katherine Brintrup Barría
Directora de Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental
Universidad San Sebastián.
“En Chile, en específico en la región del Biobío, las mujeres investigadoras se han destacado en el área de los recursos hídricos, ya que los sistemas acuáticos son los más impactados por la actividad industrial y desarrollo forestal de la región, liderando líneas sobre los impactos en la ictiofauna, biogeoquímica fluvial, usos de suelo, macroinvertebrados bentónicos, por mencionar algunos”.
Ser científica en un país como Chile, con una historia de arraigo patriarcal y machista, implica enfrentarse a múltiples desafíos, tanto estructurales como sociales. A lo largo de la historia, las mujeres han estado escasamente representadas en el ámbito científico y académico, lo que ha generado una cultura donde ellas enfrentan obstáculos adicionales para acceder a espacios de investigación, financiamiento y liderazgo.
Las mujeres científicas en Chile, al igual que en muchos otros países, han tenido que luchar por ser reconocidas en un campo históricamente dominado por hombres. A menudo, su trabajo se minimiza o se les atribuyen menos méritos que a sus colegas masculinos, lo que dificulta el acceso a becas, premios y oportunidades de colaboración.
Muchas académicas han sido pioneras en integrar perspectivas de género, justicia social y equidad en los debates sobre sostenibilidad. Por ejemplo, estudios liderados por mujeres han demostrado cómo las comunidades marginadas, incluidas las mujeres, son las más afectadas por la degradación ambiental y cómo pueden ser agentes de cambio clave.
La sostenibilidad se ha convertido en un tema central a nivel mundial debido a la creciente preocupación por los impactos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la desigualdad social y los límites finitos de los recursos naturales.
Desde la adopción de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el concepto de sostenibilidad ha pasado de ser un tema nicho a un eje transversal en las políticas públicas, el sector privado y las comunidades académicas.
Mujeres en la academia han desarrollado currículos y metodologías pedagógicas que integran la sostenibilidad como un eje central en la formación de nuevas generaciones de líderes. Figuras como Christiana Figueres, arquitecta clave del Acuerdo de París, y Vandana Shiva, defensora del ecofeminismo y la biodiversidad, demuestran cómo las mujeres académicas han influido tanto en el ámbito político como en el intelectual.
En Chile, en específico en la región del Biobío, las mujeres investigadoras se han destacado en el área de los recursos hídricos, ya que los sistemas acuáticos son los más impactados por la actividad industrial y desarrollo forestal de la región, liderando líneas sobre los impactos en la ictiofauna, biogeoquímica fluvial, usos de suelo, macroinvertebrados bentónicos, por mencionar algunos.
En Chile, las universidades integran la investigación con la vinculación con el medio (VCM), promoviendo el impacto social, cultural y económico de su quehacer académico. La Ley de Educación Superior (Ley 21.091/2018) establece que la VCM es una función esencial de las instituciones, obligándolas a desarrollar actividades que conecten con su entorno. En este marco, la sustentabilidad ha adquirido un rol crucial, orientando proyectos hacia el desarrollo sostenible y la solución de problemas locales y globales. Esto fomenta una relación activa con comunidades, empresas y organismos, vinculando el conocimiento generado con los desafíos reales del país y del planeta. Tanto es así que hoy mujeres académicas lideran un gran proyecto de Vinculación con el Medio en la red de instituciones de Educación Superior (incluida la USS), que promueve los ODS en los gobiernos locales de la región del Biobío y visibiliza las actividades académicas y de investigación que desarrollan a través de diversas iniciativas.
A pesar de su impacto, las mujeres académicas enfrentan desafíos como la brecha de género en la academia, la subrepresentación en espacios de toma de decisiones y la falta de reconocimiento. Sin embargo, su influencia sigue creciendo, impulsada por redes de colaboración, acceso a fondos y plataformas globales para visibilizar sus contribuciones.
La sostenibilidad es un reto global y local que requiere perspectivas diversas, y las mujeres académicas, como Daniela Quiñones, Maibelin Rosales, Paula Jofré, Isabel Behncke, Alejandra Stehr, Evelin Habit, Maisa Rojas, Benita Quilodrán, por nombrar algunas, están aportando conocimientos y liderazgo transformador para abordar esta crisis desde una óptica integradora y justa.