Álvaro López: “Yo no habría quedado ni en la preselección de The Voice”

/ 17 de Julio de 2015

En relajada y franca entrevista, el ex vocalista de Los Bunkers habla sobre su trabajo como coach en The Voice Chile: lo que más le gustó, lo más complejo y las reflexiones sobre el actual estado de la música chilena que le dejó esta experiencia. También nos cuenta sobre los planes y expectativas con su banda López (el nuevo proyecto musical que lidera junto su hermano Gonzalo), y con la cual, asegura, “lo está pasando muy bien”. “Para los Bunkers-viudos, están todos los discos”, sentencia.

Por Nicolás Sánchez/Fotografías: Viviana Peláez.

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Vive su tercer tiempo tras 15 intensos años de carrera con los Bunkers, dirían algunos; en realidad, está disfrutando de su propio momento, responderían otros. Probablemente, la segunda afirmación sería la que más identificaría a Álvaro López Parra (35), quien tras pactar un receso indefinido con su banda madre, por estos días vive nuevos aires desde dos frentes profesionales: como coach en el programa de Canal 13, The Voice Chile, y como líder -junto a su hermano Gonzalo- de López, su nueva banda orientada hacia un pop bailable y de coros masivos.

En The Voice, Álvaro es parte de un destacado grupo de coaches musicales conformado por la cantante Nicole, el artista puertorriqueño Luis Fonsi y el clásico compositor italiano Franco Simone. 

El formato del programa, animado por Sergio Lagos, consiste en elegir entre un grupo de concursantes a aquellos que destaquen por sus cualidades vocales sin que su imagen influya en la decisión del jurado. Consta de tres etapas: las llamadas Audiciones Ciegas, luego las Batallas y, finalmente, las Galas en Vivo, que se dividirán en cuartos de final, semifinal y gran final.

The Voice Chile es la adaptación chilena del exitoso formato holandés The Voice, popularizado en el mundo a raíz de su versión estadounidense, que emite la cadena NBC desde abril de 2011. En su última temporada, el programa norteamericano contó con un jurado compuesto por la cantante Gwen Stefani (No Doubt),  Adam Levine (líder y vocalista de Maroon 5), el productor Pharrell Williams, y el cantante country Blake Shelton. En ciclos anteriores, participaron Christina Aguilera, Shakira y Usher.

En Chile, la franquicia comenzó a prepararse desde el segundo semestre del año pasado, y durante el verano se realizó un exhaustivo casting por todo el país. Tema aparte fue la preparación de la franja, monitoreada por expertos internacionales que velaban por el cumplimiento de un detallado manual de formato.

“Fue súper intenso, como de nueve a nueve todos los días. Hubo un momento en que terminaba en la casa después de escuchar 36 canciones diarias, con el oído cansado, no quería escuchar ningún ruido más. Pero estoy súper contento con mi experiencia adentro del programa, tomando en cuenta que yo no soy del ámbito de la tele”, recuerda Álvaro López.

Todo lo que necesitaba ser grabado ya está listo (Las Batallas, los Knockouts), dice. “De los 24 integrantes de cada team, nos teníamos que quedar con tres finalistas por coach. Ahora estamos a la espera de lo que serán los capítulos en vivo, que van a ser las finales que se realizarán en agosto”, repasa el intérprete de clásicos como Miño y La Culpa.

-Ha estado peleada la fase de Batallas, a juzgar por lo que han mostrado los últimos capítulos de The Voice … se han presentado buenas duplas en diversos géneros.  

-”Síii, y es una lata, porque, en el fondo, uno lucha y se pelea para tener a esos cabros en cada equipo, y después en el trabajo que haces los tienes que ir cortando tú mismo. Entonces, es como lata, lata, lata. Sobre todo también porque cantan todos a toda raja, todos tienen un nivel súper alto, el cual hace muy difícil poder compararlos. Pero ahí tienes que ir viendo, qué vas necesitando, si los colores se van repitiendo. Darle incluso herramientas a este cabro, cómo se las han ido tomando, las preparaciones, los ensayos, cómo ellos mismos han ido avanzando o se han ido estacando. Y en eso básicamente me voy basando para intentar aplicar un criterio y dejarlos en el camino”. 

-El otro día vi un caso dramático: había una concursante joven, rubia, cuya coach era Nicole. Pierde su batalla y se lo toma muy mal, se va del escenario sin despedirse de ella, que se queda llamándola en cámara.

-”Ah, sí po, es que a veces no entienden. Igual es pega nuestra también explicarles que con esto no se acaba el mundo, que es un programa de tele, que no estamos en la época de la industria para creer que llegar a un programa es algún tipo de meta artística, o lograr un contrato con una disquera. Yo he intentado traspasarles que nosotros somos artistas antes que cualquier otra cosa. Y que estamos todos participando en este programa de tele que es especial también; no tiene nada que se le parezca en ese sentido. Yo no veo programas de talento, me cargan. Y éste lo encuentro diferente, el formato permite que básicamente lo que vaya ocurriendo sobre el set sea súper real y súper de piel todo el rato. En ningún momento tengo a alguien de producción diciendo “ahora sí, di esto” o “compórtate así”, “pregunta esto”. Eso me da la libertad suficiente para ser yo mismo. El formato del programa también intenta poner toda esa plata, todas esas luces led, toda esa gente trabajando para la espectacularidad de la música. A diferencia de cualquier otro que, pucha, siempre trata de meter a un cabro que no canta tan bien para tirarle mierda y lograr un par de puntos de rating”.

-No está el componente morboso.

-”De hecho aquí hay cero morbo. El máximo morbo que existe son las historias de los cabros, que son sus propias historias”.

-En un principio se criticó en redes que se elegían historias muy dramáticas. De hecho, hubo una parodia en Morande con Compañía a The Voice Chile por eso… 

-”Sí, sí la vimos y nos cagamos de la risa”. 

-Ah, “se lo tomaron todo con andina”. 

-”Sí. Y es que resultó ser así, resultó que detrás de cada cabro había unas medias historias, súper cuáticas. El equipo de casting no anduvo por Chile buscando gente con historias así, y que cantara bien, digamos”.

-Pero hubo un casting previo a la selección musical, ¿no? que buscara el lado televisivo al asunto…  

-”Claro, o sea a Canal 13 llegaron cinco mil personas, había que hacer un filtro, pero básicamente musical. Sería muy difícil hacer un filtro televisivo y que terminen cantando todos tan bien. Si va un cabro evangélico y canta en un iglesia, debe tener una historia cuática. O la niña que era ‘hija de’, que después nos dimos cuenta”.

-Bueno, entre los cantantes en competencia había una hija de un ex altísimo ejecutivo de Chilevisión.

-”Pero eso a nosotros maní, nosotros somos músicos, no somos actores ni nada. Obviamente van a existir esas críticas, porque la gente está acostumbrada a la televisión chilena, que es una mierda”. 

-Pero, sinceramente, no tenían una muela en la oreja, o un semáforo que les decía “ahora viene determinado concursante”, “el hijo de”…

-”No, pa’ na, si no teníamos idea ni siquiera a veces si era mujer o si era hombre (…) No tenemos contacto con producción en ese sentido durante los capítulos ni nada, sólo tenemos una muela en la oreja para comunicarnos entre nosotros los coaches y no estar gritando entre medio de la canción. Yo hasta ver los capítulos en la tele no tenía mucha idea de las historias que hay alrededor de los cabros”.

Lopez-_MG_0739-Se suele señalar en redes y otros espacios que este tipo de programas son arreglados, y que se sigue un guión. Que a algunos participantes les señalan de antemano cuánto durarán en el programa.

-”Para nada. Eso depende sólo de nosotros. Me imagino que a alguien le dieron un pronóstico de cómo le iba a ir o algo así y no lo entendió, no sé. Pero no, en este programa depende sólo de nosotros los coaches a quién enfrentamos, quién se queda y, de hecho, generalmente a último momento elijo quién se queda y quién no, no lo traigo del camarín”.   


Un formato que asegura el éxito

-¿Hubo algo que te costara en especial en esta primera experiencia en televisión y en este tipo de formatos?

-”No. Yo tenía miedo de que me fuera a costar ser yo mismo en el momento en que las luces y las cámaras se prendieran. Y no fue nada así, es todo el rato como un show de música. Y más encima las cámaras estaban grabando todo el rato, entonces ni me preocupé de ellas. Yo pensé que iba a ser mucho más televisivo, en el sentido de estar a la orden de alguien (en el set) y nada, fue como: Ya cabros, a escuchar canciones, y a darse vuelta o no, y argumentar”.  

-¿Qué es lo que más te ha gustado del programa?

-”Intentar hacer un cambio en esto. Tomándome a mí como fuerza, digamos, tomando en cuenta que yo no manejo códigos televisivos, hacer un cambio en el tipo de cantantes que van a estos programas. Porque hay muchos que no van a estos formatos, que no se ven en la tele. Entonces, intentar también a los cabros traspasar que no necesariamente tener una voz a toda raja significa cantar bien; por algo existió el punk ya hace 30 años, cachai. Lo que significa en la historia del rock & roll cantar con sentimiento, qué es lo que significa ser chileno en el año 2015, y no Aretha Franklin en otro país en el año de la corneta. Qué es lo que significa un cantante popular chileno, que no tiene que ser necesariamente técnicamente perfecto, sino espantai a la gente”.

-¿Y cómo crees tú que es el cantante popular chileno de hoy, hacia dónde ves que va la cosa?

-La gracia, y lo que intento con estos cabros, es que ellos vayan escarbando dentro de sí mismos. Que su historia, esas historias cuáticas que vemos en los capítulos, terminen siendo una forma propia de cantar. El cantante popular chileno nunca ha sido perfecto técnicamente. La gente, si ve un cantante chileno muy bacán, y que está consciente de ello, no va a sentir cercanía con él. Eso de cantar súper perfecto la gente lo acepta del cantante internacional: de Luis Fonsi, de Ricky Martin, o del que sea. Y el cantante popular chileno es Buddy Richard, Zalo Reyes. Es un tipo que está consciente de que acá no es tan bacán la cosa, o que no termina ganando siempre, siempre tiene un nivel de pérdida en su voz o un quiebre que hace que logre ese nexo con la gente. Ese nexo casi sin querer. El cantante muy abacanao termina haciendo no sé po, matinales”.

-El chileno sintoniza más con la pasión y lo autodidacta que con lo que sea muy pulcro, muy técnico. 

-”Muchos de estos cabros dicen ‘pucha, ésta es mi vez número no sé cuánto que vengo a probar suerte o que lo intento, y no entiendo por qué cantando así de bacán no me ha ido tan excelente antes’, yo les digo, por eso, po, porque no basta con eso (la voz y la técnica). Y la mejor demostración soy yo mismo: soy el que peor canta técnicamente de todos los que van al programa. Pero por qué estoy yo sentado en esa silla y no ellos que, técnicamente, cantan mucho mejor que yo: porque la técnica vale callampa al final; es una herramienta, no es un fin”.

-¿Por qué crees que el público le ha dado buena sintonía al programa?

-”Porque es un formato que asegura el éxito, por así decirlo. Es un formato donde la calidad musical no baja, entonces eso hace también que se discuta de cierto punto para arriba y no termine siendo un programa de tele no más. Un programa de talentos de los que estamos acostumbrados, donde el cabro está más preocupado de si lo está mirando la cámara para decir ‘opción uno’, o ‘llame’; donde el juez, o quién sea, les tira mierda sin tener idea de música. El nivel es súper alto, lo que decía, todas esas luces, toda esa plata, es para lograr ese tipo de espectacularidad y ese tipo de emoción. Y eso no tiene parangón con otro programa que se le parezca”.

-Hay músicos que piensan que es al revés, que el formato de estos programas televisivos tiende a uniformar a los cantantes, a alejarlos de su estilo original.

-”Sí, pero es el fenómeno contrario, según como lo veo yo. Lo que hace este programa es desformatizar a estos cabros según el esquema que traen de la casa, de la cabeza. O sea, la gracia es ponerles retos por encima: ‘Ya, tu cantai tenor, por algo te metiste en mi equipo, por algo me elegiste a mí, para que rocanroliemos o para que hagamos cosas nada que ver ¿O tú crees que yo no escucho boleros? Bueno, vai a cantar boleros conmigo, cagaste’. O lo que sea, la gracia es ir poniéndonos retos todo el rato. Lo otro que me he dado cuenta en el programa, es que hay muy buenos cantantes, pero no hay canciones. O sea, hay canciones para hacerlos cantar, pero actualmente no tenemos compositores, hay muy pocos compositores de fuste en Chile. Están los grupos de rock & roll que hacen canciones, pero no son hacedores (sic) de canciones así de fuste tampoco. El último compositor así es Daniel Guerrero, que hace cantar las medias canciones a Zalo Reyes o a otras personas, pero así compositores heavy metal no tenemos. Para que hagan carrera, tienen que tener un compositor al lado, si no, van a terminar siendo cantantes de covers”. 

“Para los Bunkers-viudos, están todos los discos”  

Álvaro nació en Santiago. A los seis años, su familia se trasladó a su residencia definitiva, en Talcahuano. Asegura que no recuerda nada de su primer periodo en la capital, y que por vivencias y “alma” se considera penquista. Colocolino de infancia, estudió en el Colegio Salesiano de Concepción.

Tras el sorpresivo receso de Los Bunkers, y luego de vivir seis años en México, regresó a Chile en septiembre del 2014 para desarrollar su carrera solista, siempre desde la productora Evolución como cuartel de operaciones. Hoy, pasa el tiempo entre sus labores como padre de Julieta (su hija de seis años fruto de su relación con Millaray Viera), las grabaciones en The Voice, y los ensayos con López, proyecto que, afirma, lo divierte y lo tiene “enormemente feliz”.

“Teníamos como tres nombres más para ponerle y nos dimos cuenta a última hora que ya existían. Terminamos poniéndole López, porque era lo que más teníamos a mano. No sé si me gusta tanto el nombre, pero sí lo usamos como una marca y no Los López, el grupo del loquito de Los Bunkers, cachai. En ese sentido éste es un grupo de cuatro personas y las canciones se las han tomado los que no necesariamente tienen el apellido. Estoy súper contento de tener un grupo que parte desde la sala de ensayo”.

López es conformado por Álvaro en la guitarra y voz, Gonzalo López en el bajo, Martín Benavides en los teclados, y Diego Fuchslocher en la batería. Luego de un debut en Rec Rock en Conce y Lollapalooza el pasado verano, lanzaron un single de nombre Me voy, descargable desde Spotify y algunas nuevas canciones estrenadas en vivo como Lo que pudo ser y Respiramos bajo H2O.

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-Una de las últimas actividades que realizaste en México fue cantar cumbia junto a Los Ángeles Azules para su concierto sinfónico ¿Cómo fue esa experiencia?

-”A toda raja. Ellos son la banda más grande de cumbia que hay en México”.

-Ése fue como tu propio The Voice…

-”Sí (ríe), algo así, audicioné y quedé. Además que me encanta cantar cumbia, hay un tipo de elegancia en la forma de cantarla que me gusta”.

-¿Te gustaría explorar ese nicho?

-”Estaría increíble, pero no quiero que sea un ejercicio de travestismo musical. O de repente ir participando en cositas pequeñas de ese tipo, pero no mostrarle a la gente: Ah, ahora me transformé en esto”.

-¿Cómo nació López?

-”Desde el comienzo queríamos hacer una banda con el Gonzalo, y empezamos a buscar gente que ojalá no tuviera el mismo rollo que nosotros. El baterista es completamente diferente al tipo de baterista con que yo tocaba antes, o el tecladista es un mago que hace muchas cosas diferentes. Tiene un grupo de theremin (antiguo instrumento electrónico), le gusta la música marroquí. Y los dos en general son capísimos, en ellos como que descansamos un poco con el Gonzalo. Ellos son los que han convertido las canciones en otra cosa para mí”.

-Ahí va el método de “chocar cabezas”, que has descrito en otras ocasiones.

-”Claro, chocar estilos diferentes. En ese sentido yo viniendo de un grupo más guitarrero, ahora estoy en un grupo donde el único guitarrista soy yo, y yo nunca fui un guitarrista tan bacán tampoco, entonces la guitarra obviamente da más un paso al lado y las estéticas que tienen que ver con los teclados, los sintetizadores, se toman más el mando del asunto. Y eso ha hecho también que yo me vaya sorprendiendo de lo que ha pasado con las canciones. En ese sentido ha existido ese choque de cabezas”.

-¿Te piden muchos temas de Los Bunkers?

-”No. A veces entremedio del show de repente agarro la guitarra y me pego un par de temas… pero qué, de Silvio, cachai. Les dejo en claro al tiro que esto no es un show del recuerdo. Para los Bunkers viudos, están todos los discos”.  

-¿Cuáles son los objetivos del grupo para este año? 

-”Lo que se viene urgentemente es lanzar un disco. De hecho, estamos esperando que en cualquier momento llegue la masterización de lo que va a ser un segundo single, y terminando de grabar esto que no sé si será en formato LP, yo creo que va a ser un EP de seis canciones. También, como está la industria musical a estas alturas permite jugar un poco con los formatos. A la gente ya no le interesa si son seis, cuatro o diez canciones. Los cabros escuchan canciones sueltas y hacen sus playlist con otros artistas”.

-¿En qué formato publicarán el EP?

-”Sobre todo va a salir en CD, no sé si una tirada muy grande, digamos, no hay tampoco dónde venderlos, cachai (ríe). Los últimos años con Los Bunkers, peleamos y peleamos para que lograran ojalá que estuvieran en un supermercado. La mitad de los supermercados después los tenía, la otra no, fue un gueveo al final. Entonces, vamos viendo para dónde se va moviendo la industria, básicamente. Va a ser sobre todo descarga, con plataforma de Internet, como Spotify”.

-¿Las canciones de López se crearon en esta etapa o las tenías guardadas de antes?

-”Me voy llegó hecha de México y la cerré acá. En general todas las canciones las he terminado acá. Hay algunas que tienen muchos más años. Hay una que se llama Tanto di, que es muy antigua, pero todas han sufrido su mutación este año, y es que todas las he estado trabajado a la par con una gran compositora, que se llama Martina Lecaros, de la ilustre familia musical Lecaros. Ella me ha ayudado a cerrar las canciones y que terminen con un nivel de calidad mucho más alto de lo que yo esperaba. En ese sentido tomé mis resguardos considerando que yo nunca fui el compositor insignia de Los Bunkers, por así decirlo”.

-¿Qué expectativas tienes con López?

-”Hacer crecer esto hasta donde se pueda, girar por el país, darle la oportunidad a estas canciones de que la mayor cantidad de gente las escuche, y yo desarrollarme como compositor. El hacer crecer este grupo como una banda reconocida en el medio y lograr un tipo de canciones, un tipo de composición y un tipo de interpretación que no existe acá en Chile. Eso es lo que estoy buscando”. 

-El pasado 7 de marzo fue el debut de López en Rec Rock Conce ¿Qué impresión les quedó esa vez de la escena penquista? 

-”Me sorprendió el nivel de los grupos. La escena penquista goza de una salud a toda raja en estos momentos. Escuché en grupos nuevos esa ambición que parte desde las canciones, que quieren ser escuchadas por mucha gente, con muy buen formato, muy bien tocadas. Tienen que hacerse notar no más para todo el resto del país; en ese sentido, la regionalización no existe (…) Hace falta canales de producción en Conce que se repliquen en el país, pero no está esa infraestructura. Que haya estudios de grabación de alto nivel, productoras, medios ya de nivel nacional… pero es muy complicado, en ese sentido los cabros tiene que armarse de ambición y salir a comerse el mundo”. 

-¿Viste concursantes buenos provenientes de Concepción  en esta temporada de The Voice Chile?

-”Sí. Casi todos se quedaron con ellos. Extrañamente yo no hacía girar la silla (cuando se presentaron), y me decían: ‘Pucha, yo quería quedarme contigo, por qué no te diste vuelta’, pero todos mis compañeros coach, tanto Franco, como Luis Fonsi y Nicole, me comentaban ‘qué onda con Conce, cómo sale tanto cantante bueno’.  Como que las mejores voces han salido de allá, me comentaban ellos, por el nivel de calidad”. lopez-_MG_0700

-Si tu carrera no se hubiese originado con Los Bunkers ¿habrías postulado a un programa como The Voice?

-”No, porque no tengo ese tipo de voz. No soy espectacular para cantar. Yo soy un cantante popular de canciones increíblemente buenas, eso es lo que soy yo”. 

-Mucha gente que lea la entrevista tal vez discrepe con esa afirmación…para qué tan modesto, dirían.

-”No, pero no daría el nivel de calidad como para entrar a un programa así. No quedaría ni en la preselección, ni cagando (risas). Entonces, lo que voy a demostrar allá es justamente eso, que no necesariamente la calidad técnica es lo que manda tu carrera o lo que define si es que eres bueno o malo”.

-¿Te imaginas a Los Bunkers reuniéndose en el futuro?

-”No por ahora, sobre todo porque estamos cada uno empezando proyectos. Entonces, ojalá nos demoremos mucho tiempo en volver, si es que volvemos, porque eso va a significar que a cada uno de los proyectos nuestros les ha ido bien, digamos. No, no lo veo ahora por delante. Estamos recién despercudiéndonos de sistemas de trabajo”.

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