Así de determinado está el líder del Consejo de Todas las Tierras que volvió a la escena nacional en enero último para convocar a la Cumbre del Ñielol.
Un quinquenio -o menos tal vez- es el plazo que según él se dan los mapuche -o las 25 organizaciones de esa etnia que están en la discusión- para crear un autogobierno que podría regir total o parcialmente desde el sur del Bío Bío hasta la Isla de Chiloé. Sobre si su anhelo es o no representativo para su pueblo es claro en advertir que quienes no quieran participar del proceso por este interés supremo “mejor que se vayan para su casa”, independiente de que vivan en comunidad, sean werkenes o lonkos.
A los 48 años Aucán Huilcamán, nacido en la comunidad Collinque de Lumaco, reapareció con fuerza en el escenario de las reivindicaciones del pueblo mapuche después de años de inactividad, al menos de carácter mediático. Su objetivo en esta ocasión no es sólo izar una bandera mapuche y recuperar tierras, como ocurrió en los primeros años de los gobiernos democráticos, hechos por los cuales además fue condenado. Ahora, el líder del Consejo de Todas las Tierras y principal vocero del Pacto Mapuche por la Autodeterminación cree que están dadas las condiciones para desarrollar una administración autónoma del Estado en los territorios en que habitan las comunidades. Cómo se dará ese autogobierno y cuál sería su forma de relacionarse con el Estado chileno es lo que un grupo de dirigentes indígenas ya estaría discutiendo.
“… en Colombia, donde hay un conflicto armado, hay como 12 mil personas armadas, y el Gobierno llega allí y va a dialogar. Y aquí ocurre todo lo contrario”.
Después de terminar el año pasado la carrera de Derecho, estudios que retomó el año 2008, Aucán Huilcaman está ahora enfocado en la conformación de un gobierno mapuche, con reconocimiento internacional a través de la ONU y con total independencia de los partidos políticos chilenos. Ante las críticas de quienes lo acusan de oportunista por aparecer justo en el momento en que el denominado conflicto mapuche copó la agenda mediática, por su fuerza y violencia, él exhibe logros tras organizar una manifestación de comunidades mapuche en el cerro Ñielol. Y se pregunta qué habría pasado si otro hubiese sido el convocante. No se considera líder, pero asegura que quienes conformen el gobierno de su pueblo deben tener formación intelectual y preparación para gobernar.
En paralelo, sigue recorriendo el mundo invitado como expositor de la temática indigenista. Recientemente estuvo en Perú, convidado por el Banco Mundial; también en Colombia y hace poco en Estados Unidos, donde participó en un debate sobre la Doctrina del Descubrimiento. Posiblemente regresará a Colombia en junio próximo invitado por otras organizaciones indígenas que mantienen un debate interno respecto de indemnizaciones del Estado tras ser víctimas del conflicto armado entre el gobierno y las Farc, tal como lo hizo mandatado por la ONU en investigaciones por crímenes de guerra en Guatemala.
-¿Cómo ingresó a la ONU?
Lo que pasa es que desde muchacho me integré al debate internacional, lo que algunos llaman la lucha internacional. Primero fui en calidad de integrante de la organización mapuche Ad-Mapu que, en ese tiempo, estamos hablando de 1988, estaba elaborando una declaración, y me integré a ese proceso. Después me especialicé, hice cursos tanto en Roma como en Ginebra sobre Derecho Internacional Humanitario, en relación con los crímenes de guerra, y a raíz de esa especialización me contrataron en Naciones Unidas para ir a Guatemala en calidad de observador y después como investigador de los crímenes de guerra. Por lo tanto conozco perfectamente cómo se aplican los protocolos de Ginebra y en este caso con los pueblos indígenas.
-¿En ese tiempo tenía inmunidad diplomática?
Claro, tenía pasaporte de la ONU y la inmunidad diplomática se otorgaba en base a las convenciones de Viena. Eso fue entre finales del año 1993 hasta 1999. Después de eso me he dedicado solamente a hacer algunas consultorías internacionales como, por ejemplo, en Ecuador, Perú y en varias oportunidades en Guatemala, unas cinco o seis veces por lo menos. Trabajé mucho el tema de lo que es resarcimiento e indemnización a las víctimas de violaciones a los derechos humanos en pueblos indígenas, esa es la materia que mejor conozco.
Cumbre del Ñielol
-Ustedes organizaron la Cumbre en el Cerro Ñielol como una instancia que allanaría el diálogo con el Gobierno. Pero sólo fueron como observadores los gobernadores de Cautín y Malleco. ¿Fue un fracaso esa instancia?
No, en primer lugar, porque el hecho de que dos personas del Gobierno se hayan autoimpuesto el estatus de observadores da cuenta de que ponen en duda su legitimidad. En segundo lugar, ellos no sólo han abandonado el diálogo, sino que han omitido la responsabilidad constitucional, porque en este país se establece que toda autoridad tiene el carácter de tal en toda circunstancia, y el hecho de que asistieran en calidad de observadores tiene por un lado una omisión jurídica constitucional y, paralelamente, estas personas dan cuenta de que la vigencia de las autoridades chilenas y sus instituciones en territorio mapuche son ilegítimas, no tienen fuerza ni validez. Porque en cualquier conflicto, en cualquier parte, un Gobierno, incluso el más limitado en capacidad, participa, porque es parte del conflicto. Aquí abandonaron, y eso es para nosotros inmensamente valioso, porque nos ha dado un ímpetu político de legitimidad incalculable, porque es primera vez que va la autoridad a autolimitarse, a humillarse frente a los propios mapuche. Tú viste ahí dos personas que estuvieron cuatro horas en una situación de humillación absoluta, si yo fuera gobernador no hubiera ido, porque aunque el Presidente me lo pidiera le diría que yo no puedo ir a humillarme.
-¿Pero ustedes los invitaron?
Los invitamos a dialogar y el hecho de no querer tomar la palabra prácticamente es una humillación, no del lado mapuche, sino que proviene de su propia práctica de venir a instalarse en el lugar en donde siendo invitados a dialogar, no quisieron sentarse a hacerlo. Entonces para nosotros esas son las dos situaciones, jurídica y política. Son autoridades sin autoridad en definitiva frente al pueblo mapuche.
-¿Esa falta de diálogo según usted ha fortalecido al movimiento mapuche?
Ha fortalecido al movimiento mapuche, porque prácticamente con eso queda claro que aquí las autoridades no tienen soberanía sobre nosotros. Porque lo correcto hubiese sido que ejercieran esa autoridad. Por ejemplo, en Colombia, donde hay un conflicto armado, hay como 12 mil personas armadas, y el Gobierno llega allí y va a dialogar. Y aquí ocurre todo lo contrario, que siendo parte se pasó a la tribuna. Esto es interesante para nosotros, para el devenir inmediato, por eso la formación del autogobierno es el paso que viene ahora.
-Pero ustedes son sólo un sector, en la Cumbre no estuvieron todos los mapuche representados. Por ejemplo, no estuvo el lonko Juan Curinao ni Mijael Carbone, werken de la comunidad Temucuicui Tradicional.
Entiendo que a Curinao le resultara imposible asistir, él es miembro del Área de Desarrollo Indígena. Si hubiese ido la cumbre hubiera perdido credibilidad, porque habría sido una bolsa de gatos. Creo que fue muy saludable que no fuera. De la misma manera yo creo que quizás en el caso de Carbone pudiera incluirse si considera que es oportuno, nadie le ha cerrado las puertas y también es legítimo no ir a una actividad.
-¿Está consciente de que el grupo que se reunió en el Ñielol no representa a todas las comunidades?
Así es, completamente.
Validación y violencia
-¿Cómo pretende avanzar en el autogobierno cuando el grupo que usted lidera no es reconocido por otras comunidades?
Es que hay que preguntarse lo siguiente ¿Un autogobierno es un acto que afecta los derechos del pueblo mapuche o es un acto legítimo? es un acto legítimo y, por lo mismo, tenemos que avanzar hacia la conformación de ese autogobierno. Una segunda cosa a tener en cuenta es que no todas las organizaciones mapuche están pensando en la autodeterminación, y lo entiendo. Muchas de esas personas quizás lo único que quieren es mejorar la política pública o se han dado a conocer porque tienen un familiar preso, porque han estado en la cárcel o quieren un pedazo de tierra, pero no quieren la autodeterminación, y la autodeterminación para los mapuche es un interés supremo. El que se oponga a ella es un ignorante. Y evidentemente que para ser un “autodeterminacionista” se requiere ser una persona ilustrada, con capacidad, con conocimiento,y si viene una persona que quiere que la Conadi le compre tierras y esa es su lucha y dicen no quiero ir a la Cumbre, evidentemente que está hablando de otra cosa, no estamos hablando de autodeterminación.
-¿Curinao y Carbone estarían en esa línea?
Yo creo que el lonko Curinao no está en la línea de la autodeterminación, Mijael no sé, tendríamos que hablar. Mire, yo conozco las dos comunidades de Temucuicui (la Autónoma y la Tradicional) y si algún metro de tierra han recuperado es cuando el Consejo de Todas las Tierras ha estado, ellos solos no han recuperado ni un metro. Y lo digo yo porque estuve en la negociación con Mininco, si tienen el fundo Alaska es porque yo estuve ahí, les ayudé y trabajamos juntos.
-¿Usted ha sido el facilitador?
Me siento completamente conforme cuando tuve relación con ellos, porque yo les dije vamos a luchar por la tierra y vamos a recuperarla, y recuperamos 2.000 hectáreas. Después yo no he visto un metro de tierra recuperada, y si dicen que eso es mejor, es una decisión de ellos. Hay que poner las cosas en la balanza. Yo puedo poner en la balanza 2.000 hectáreas de tierra y hasta el momento ninguna de las dos comunidades ha podido recuperar cifras significativas, aparte de la conflictividad, que la valoro y la apoyo.
-¿Cómo es eso? ¿En qué sentido valora el conflicto?
Valoro la lucha que están dando, la lucha por restituir la tierra que para mí es un principio irrenunciable. Ahí los apoyaré estando en el Pacto Mapuche por la Autodeterminación o como Consejo de Todas las Tierras o como Aucán Huilcamán. Por qué lo hago, porque tengo una convicción histórica de lo que ha pasado con el pueblo mapuche. La convicción no es un convencimiento empecinado o radicalizado o sin argumentación, no, lo mío es razonado y es por eso que lo voy a apoyar independientemente de dónde esté.
-¿Apoya también cualquier método de lucha?
Sobre eso tengo que decirle que el único responsable de la violencia es el Estado chileno, desde la pacificación de La Araucanía. Y el pueblo mapuche tiene derecho a defenderse de toda las formas de opresión y colonialismo, ese es un principio de los derechos humanos.
-¿Tiene derecho a todas las formas? ¿Incluso usando la violencia?
De todas las formas entendiendo, por ejemplo, que ellos no aceptan la domesticación, que no aceptan las leyes chilenas, entendiendo que toda la institucionalidad al interior de una comunidad sigue siendo para domesticar y colonizar, eso para mí es todas las formas. Porque ellos nunca han anunciado lucha armada, entonces yo para qué voy a entrar a ese punto.
-¿Pero se han producido enfrentamientos armados dentro de las comunidades?
O sea claro, pero como ellos no lo han anunciado, entonces yo no me puedo pronunciar por cada situación puntual, porque eso han sido. Ellos han anunciado la restitución de la tierra como parte de la lucha, y yo apoyo esa lucha.
La fiscalía contra los mapuche
-¿Qué opina de lo que le ocurrió al matrimonio Luchsinger-Mckay? Usted dijo que condenaba la violencia y que cualquier muerte es repudiable, porque aquí lo primero en derechos humanos es el derecho a la vida.
El respeto a la vida, así es, tenemos que siempre salvaguardar la vida. Pero no entiendo lo que ocurrió allí, no tengo toda la información de quién haya participado, hasta el momento la única persona que eventualmente tendría relación sería Celestino Córdova, y él no ha declarado y eso me parece un dato interesante.
-Pero fue detenido a 800 metros del lugar con una herida a bala que coincide con el calibre del arma que habría disparado Werner Luchsinger.
Eso es lo que dice la policía. Porque él también pudo haber sido detenido en otro lugar y llevado allí. En este país hay una larga experiencia de que Carabineros ha hecho no sólo un montaje en el tema mapuche, sino durante la dictadura. Antes decían que eran rencillas entre comunistas, entre izquierdistas. Ellos participaron en el caso de los degollados, entonces un carabinero que tiene la capacidad de degollar a personas como fueron Nattino, Parada y Guerrero, y la institución dice que están plenamente limpios, y después los hechos me demuestran que es distinto, entonces yo no puedo creer en Carabineros.
-¿Carabineros para usted no es garante de imparcialidad?
Aquí hay dos instituciones y dos personas, incluso una institución y una persona. Primero, Carabineros no es imparcial en la investigación, porque es parte del conflicto. Ellos dicen nos enfrentamos con mapuche, y después investigan. Entonces no pueden desempeñar dos funciones. En segundo lugar, la segunda persona que aquí está completamente parcializada y forzando los hechos es el fiscal regional Francisco Ljubetic, para atribuirle responsabilidad penal a Celestino Córdova en el caso Luchsinger. Porque en definitiva a él le ha llamado la atención que las machis tengan cuchillos y tengan armas, escopetas. Por un lado demuestra una absoluta ignorancia, porque las machis usan armas. Y yo, Aucán Huilcamán, he usado la escopeta en las ceremonias mapuche, y yo voy a ser eventualmente un testigo de todas estas machis a quienes les han encontrado escopetas, yo he estado hablando con ellas. Con Celestino no he hablado, pero puedo declarar a su favor.
-¿Usted dice que el fiscal Regional Francisco Ljubetic tiene un interés particular en inculpar a los mapuche?
Evidentemente, porque él tiene que aparecer bien. No olvidemos que fue llevado a la Cámara de Diputados por incumplimiento de sus funciones, por los diputados y senadores de Derecha. Y hoy él tiene para su futuro profesional que aparecer prácticamente recompensando lo que en ese momento le permitía seguir siendo fiscal, porque hubo una negociación política para que él siguiera desempeñando ese cargo y el compromiso, al parecer, que estableció fue poner mano dura, forzando los hechos.
-¿O sea, para inculpar?
Para inculpar a los mapuche y para inculpar a Córdova. Porque él ha dicho una frase “que los estándares de prueba en los casos mapuche son más altos que con cualquier ciudadano”, lo ha dicho así, y él con eso está creando un estado de animosidad entre mapuche y no mapuche, porque en definitiva la que ha dejado libre a los mapuche ha sido la Corte de Apelaciones. Imagínate, hicieron un allanamiento con más de cien policías en Freire (por un atentado contra la construcción del nuevo aeropuerto) y la Corte de Apelaciones dejó libre a los detenidos. Usando esa lógica, Celestino Córdova y todas las machis van a ser absueltos.
-¿Usted cree que los fiscales están predispuestos a buscar pruebas contra los mapuche y que no investigan los hechos de manera independiente, con un razonamiento más abierto?
Están absoluta y completamente predispuestos, y es por eso que todos sus casos han fracasado en la Corte de Apelaciones y no han llegado ni a la Corte Suprema. También la Corte Suprema ha revocado sus peticiones. Le ha revocado las peticiones de medida cautelar que ellos han pedido contra los mapuche, y han perdido juicios, han sido modificados. La fiscalía debiera dedicar un día de reflexión para ver qué están haciendo mal, porque creo que no está preparada para llevar una investigación en la zona. Si aquí hay algún órgano que ha fracasado en la búsqueda de justicia, esos no son los tribunales, sino la fiscalía del Ministerio Público. Creo que el único caso que podría eventualmente salvar al fiscal Ljubetic sería el de Celestino Córdova, por eso está empeñado en imputarle responsabilidad, porque ésa va a ser su salvación. De lo contrario sería una derrota y habría que asumir que es un profesional incapaz para llevar una investigación seria y objetiva.
Gobierno mapuche
-¿Cómo sería este gobierno mapuche, si se concreta lo que ustedes quieren?
Estamos conversándolo. El Estado no tiene porqué modificarse del todo, basta con que acepte el principio de la autodeterminación, regulado mediante un estatuto que describa y establezca la función, la misión, los derechos y las facultades que va a tener ese gobierno mapuche. La Constitución es la que debe aceptar un estatuto con rango de ley orgánica constitucional o, simplemente, como una ley que acepte que hay un estatuto que rige de esa manera y tiene vigencia en un territorio determinado.
-Y el territorio, ¿qué regiones abarcaría?
Eso no puede alejarse de lo que fueron los tratados mapuche, que es del Bío Bío al sur, estamos hablando también de parte de Chiloé, porque también está regido por varios tratados. Puede ser un estatuto continuo o puede ser parcial, eso es un tema que se tiene que ver.
-¿Y quién determinaría ese estatuto?
Los propios titulares del derecho, o sea nosotros los mapuche. Estamos reconocidos por el derecho internacional en la declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que en el artículo 3 establece que los pueblos indígenas tienen derecho a la libre determinación, y en forma concreta, una de las formas son los sistemas de autogobierno u otro que ellos establezcan.
“Me considero un luchador más y lo digo ahora: mi próximo paso es la formación de un autogobierno. Se lo anuncio a todos los mapuche, y si alguien no está de acuerdo que venga a discutir conmigo”.
-¿Cómo se aplicarían las leyes en esos territorios?
Puede ser de dos maneras. Ese estatuto puede darle facultad a ese sistema de gobierno para que haga normas propias que regulen ciertas cosas a su manera. Por ejemplo, hoy cualquier situación de tenencia de tierra se tiene que resolver, tratar o administrar mediante la institucionalidad del Estado chileno, sin embargo, esto sería transferible exclusivamente a un órgano del gobierno mapuche, porque la cultura mapuche tiene su propia manera de resolver y tratar las situaciones en materia de tierras, de herencia. Y en materia política entonces habrá una institucionalidad que dará la forma para que cada mapuche se sienta parte de ese sistema de gobierno, se sienta con derechos y deberes. Por lo tanto, puede ser opcional la aplicación de la ley chilena, dependiendo del tema.
-¿Qué plazos se dan para conformar el autogobierno mapuche?
Antes hablábamos de un quinquenio, pero ahora incluso puede ser antes. Para el autogobierno se necesita voluntad colectiva, en definitiva un conjunto de mapuche que diga vamos a constituir un gobierno y es en lo que estamos trabajando ahora. En segundo lugar necesitamos una dotación o contingente mapuche con capacidad y mentalidad de gobernantes, cuando digo capacidad es porque la persona ha sido sometida a una preparación para ser gobernante. Tercero, necesitamos un estatuto que regule ese sistema de gobierno, y eso estamos discutiendo. Y, en cuarto lugar, necesitamos un sistema de gobierno, si es un sistema de gobierno estrictamente tradicional o sistema clásico o la tercera opción puede ser una mezcla entre lo clásico del mundo no indígena y lo tradicional de los mapuche.
Candidatos y propuesta mapuche
-Ustedes dieron por cerrada cualquier negociación con el actual Gobierno, porque no hubo avances. ¿Qué esperan de los candidatos, tomando en cuenta que Pablo Longueira habló con ustedes hace algunos años y ahora quiere ser Presidente?
Pablo Longueira estuvo aquí en la sede del Consejo de Todas las Tierras y estuvimos hablando largamente sobre la situación mapuche. Me parece inmensamente valorable que no le tenga temor a hablar de la situación mapuche. Él dijo que estaba dispuesto a abordar el tema de la declaración de los derechos de los pueblos indígenas y, entre ellos, el de la autodeterminación. Eso está escrito. Seguramente cuando venga a Temuco le voy a recordar ese texto que me hizo llegar muy gentilmente y vamos a hablar de esto. Cuando hablamos (al comenzar el gobierno del Presidente Sebastián Piñera), él percibía que no iba a haber grandes cambios y no se equivocó. No veo que exista una imposibilidad de llegar a un acuerdo con él.
-¿Y con Allamand?
Yo creo que Allamand hasta el momento no ha tenido el tiempo, porque lo invitamos a la Cumbre del Cerro Ñielol y no quiere hablar. Él tiene una visión policiaca, siempre habla del “conflicto”, o sea, nunca ha dicho qué tema quiere abordar, yo creo que tiene una posición poco útil.
-¿Esperan algo de Michelle Bachelet si resulta electa?
Espero que haber estado en Naciones Unidas le haya permitido abrir muchas ventanas de su mente y que ella acepe el asunto de la autodeterminación sin ninguna dificultad, porque si no es así, eso podría indicar que prácticamente los derechos humanos a ella no le han hecho efecto.
-Hace poco dijo que no volvería a aplicar la Ley Antiterrorista. ¿Es una declaración real u oportunista?
Lo único que puedo decir es que fue una declaración, una manifestación de un acontecimiento futuro incierto, porque lo que conozco es que ella aplicó la Ley Antiterrorista.
-Hay dirigentes mapuche que dicen que usted apareció en forma oportunista el año pasado, porque había un tema de conflicto emergente.
Quien diga eso tiene una valoración muy limitada de las cosas, porque yo no sé qué hubiera pasado si otro hubiese llamado a la Cumbre, porque lo han hecho y no han tenido la convocatoria. Creo que independientemente de cómo haya sido la situación, en este país he tenido una larga conducta política de manera consistente. No me he involucrado en la Concertación ni en este Gobierno, y no creo que mi meta sea estar en el próximo.
-¿Se considera un líder? Porque estuvo desaparecido y reapareció con la Cumbre en el Cerro Ñielol
Me considero un luchador más y lo digo ahora: mi próximo paso es la formación de un autogobierno. Se lo anuncio a todos los mapuche, y si alguien no está de acuerdo que venga a discutir conmigo.
-¿Quiere ser líder de ese autogobierno?
No, quiero ser parte de él. Porque no puedo permitir que la opresión política y el colonialismo se perpetúe contra los mapuche. Lo que he buscado es el momento para hacerlo presente, por eso el próximo paso ya no es otra cumbre. Si hay una segunda cumbre debe ser para decir que formamos un gobierno o llamamos a formar el gobierno.
-Pero ustedes son sólo 25 organizaciones en esa discusión, ¿qué pasa con los demás mapuche?
Como he dicho, hay dos caminos: formamos un gobierno o llamamos a formar uno. Y si tomamos la segunda opción nos podemos dar un plazo de seis meses para que los que se sientan responsables del futuro mapuche tengan tiempo para aportar sus ideas. Quienes no respondan son unos irresponsables que tendrían que irse para su casa. Será muy mapuche de comunidad, será autoridad tradicional, será werkén, será lonko, pero si en ese tiempo de seis meses no concurre al llamado es un irresponsable y un gobierno no se puede formar con personas irresponsables.