Bienvenida renovación

/ 23 de Noviembre de 2020
Lesley Briceño Valencia, Docente UDD.

Si bien han pasado algunas semanas desde el plebiscito del 25 de octubre en nuestro país, es necesario mirar nuestro proceso electoral y sus resultados, que ya parecen tan lejanos.

Aunque estos no fueron una sorpresa, pues las encuestas señalaban que la opción Apruebo iba a ganar, y que la alternativa de la Convención Constitucional probablemente también se iba a imponer en las urnas, el proceso y su resultado nos trae lecciones que no podemos olvidar.

Por un lado, si bien la participación electoral fue alta, en comparación con los procesos electorales anteriores, un porcentaje importante de la ciudadanía (casi el 50 por ciento) sigue sin participar electoralmente, lo cual se puede interpretar desde diversos puntos de vista. Es innegable que el factor de la pandemia pudo haber evitado que parte de la ciudadanía se movilizara -como los adultos mayores, por ejemplo-, pero el gran desafío que se esperaba superar en esta instancia era que la gente que nunca había participado en los procesos electorales hubiera ido a votar, lo cual no ocurrió. Y ese es el principal desafío que se presenta no solo para la clase política, sino que, además, para las organizaciones sociales que se han movilizado en el último año en torno a las demandas ciudadanas. ¿Cómo lograr que el 49 por ciento de los electores que no fue a votar se movilice para las próximas elecciones?

En una semana más, por ejemplo, se desarrollarán las elecciones primaras de alc a l d e s y gobernadores regionales; en abril, las municipales, de gobernadores regionales y miembros de la Convención Constitucional y, posteriormente, primarias presidenciales (y probablemente parlamentarias en algunos distritos), para finalizar el 2021 con elecciones presidenciales y parlamentarias. Y nuevamente surge la pregunta ¿cómo lograr que los electores se movilicen hacia las urnas para manifestar su opción política?En una semana más, por ejemplo, se desarrollarán las elecciones primaras de alcaldes y gobernadores regionales; en abril, las municipales, de gobernadores regionales y miembros de la Convención Constitucional y, posteriormente, primarias presidenciales (y probablemente parlamentarias en algunos distritos), para finalizar el 2021 con elecciones presidenciales y parlamentarias. Y nuevamente surge la pregunta ¿cómo lograr que los electores se movilicen hacia las urnas para manifestar su opción política?

Y en ese punto puede que se encuentre la principal explicación a este problema: la falta de conexión con la ciudadanía por parte de los partidos políticos (y viceversa), lo que genera un rechazo a las formas tradicionales de hacer política.

En las semanas posteriores al plebiscito, la discusión en los partidos políticos se ha enfocado en la búsqueda de candidatos para la Convención Constitucional, incluso en algunos medios y, principalmente, en las redes sociales. La principal crítica que se realiza es que son los mismos rostros de siempre, lo cual pone de manifiesto el problema de la renovación de las elites dentro de los mismos partidos. Por otro lado, están las organizaciones sociales que buscan la posibilidad de que se flexibilicen las barreras de entrada para los independientes (posibilidad de realizar pactos electorales, disminución de la cantidad de firmas necesarias para inscribir candidaturas, entre otros temas). En ese sentido, es fundamental que la clase política aprenda de lo ocurrido el 18 de octubre del año pasado, y no deje fuera a las fuerzas políticas y sociales que pueden canalizar demandas ciudadanas (que los partidos tradicionales no han logrado) y dar un sentido de pluralidad en las próximas elecciones.

La clase política necesita renovación, no solo de rostros, sino que de ideas que puedan lograr, además, la movilización electoral necesaria en los próximos meses. Algo fundamental especialmente en el proceso de elaboración de la nueva constitución que inicia.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de Revista NOS.

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