Un variado menú de gastronomía brasileña es la propuesta que actualmente tiene este restaurante ubicado en Ongolmo 130- A, en Concepción. Petiscos, como coxinhas y bolinhos; moqueca de peixe y el suculento virado à paulista son algunos de los platos que ofertan a diario en su horario de almuerzo.
La idea de abrir un restaurante de comida brasileña vino a las mentes de Silvia Rodríguez y de su hijo, Felipe Vidal, por sus ganas de traer a Concepción un pedacito de la cultura que tanto los marcó durante el tiempo que vivieron en Brasil.
Para dar vida a su proyecto, se inspiraron en los botecos brasileños, que son pequeños locales que se emplazan sobre todo en los barrios de Sao Paulo, donde se puede comer exquisita comida casera y al paso, especialmente “petiscos” (aperitivos), como las coxinhas y bolinhos de pollo. Dos excelentes opciones para compartir una bebida en un ambiente creado para el encuentro y la conversación.
Ese concepto fue la base del restaurante Boteco que Silvia y Felipe abrieron en Concepción, y que actualmente funciona en Ongolmo 130 A, entre las calles Chacabuco y Cochrane.
“Tomamos la idea de los botecos, con el ambiente y la gastronomía que estos ofrecen, pero sumamos la oferta de clásicas recetas nacionales, para quienes buscan comer comida casera a la hora de almuerzo. Eso es lo que van a encontrar cuando nos visiten”, explica Silvia.
Distintos sabores para el almuerzo
Los miércoles son días de Feijoada en Boteco. Ese día, los protagonistas son la carne de cerdo y los frijoles negros que adornan exquisitamente los platos que salen de la cocina de este restaurante. Pero hay más, porque la incorporación de una chef brasileña al equipo Boteco les ha permitido integrar nuevas preparaciones a sus menús diarios, entre ellas, el famoso y abundante virado à paulista, el plato emblema de Sao Paulo; la moqueca de peixe, que es un guiso o cocido de pescado, suave y sabroso, además del exquisito frango a passarinho, que son ricos bocados de pollo crujiente condimentados con ajo, pimienta y sal.
Silvia cuenta que esta oferta más variada ha sido muy bien recibida por sus clientes, quienes se han mostrado bastante dispuestos a probar nuevos sabores y propuestas. “El primer día que incluimos en el menú el virado à paulista la gente lo escogió inmediatamente. Se vendió todo. Fue un tremendo éxito”, dice. Algo parecido está ocurriendo con los petiscos (coxihnas y bolinhos) que con tanto éxito preparan. “Ahora no solo los están pidiendo para comer en el local o para llevar, sino que los están incluyendo como aperitivos en algunos eventos, lo que nos está permitiendo entrar en un nuevo segmento de mercado”.
Todas estas preparaciones, además de la oferta de platos chilenos caseros, son parte de los almuerzos que semanalmente tiene el restaurante Boteco, en un horario que se inicia al mediodía y finaliza a las cuatro de la tarde. “Los clientes pueden venir a comer acá o hacer retiros en nuestro local”, explican sus propietarios.
Los menús diarios los publican en su clásica pizarra, instalada en el frontis del restaurante, pero también los comparten en el estado de su WhatsApp (+56956396207), lo que permite que sus clientes siempre estén informados sobre las posibilidades que tendrán para almorzar.
Para el desayuno
Los desayunos también son parte del fuerte del restaurante. Abren a las 8 de la mañana, y desde ese horario hay disponibles variedades de cafés, aunque el cortado, dice Silvia, es la especialidad, pues Felipe aprendió su preparación en Nueva Zelanda. Para acompañar, la oferta se complementa con churrascos, barros luco y tostadas de palta, que son las preferidas por quienes cada mañana van hasta el restaurante Boteco para buscar su primera comida del día y así dar inicio a una jornada de sabores que permiten traer algo de Brasil a su mesa.
Si quieres conocer más sobre su oferta, puedes revisar su Instagram Boteco.Concepción