Cambio Climático “Es tiempo de actuar”

/ 1 de Julio de 2019

En diciembre se desarrollará en Santiago la versión 25 de la más importante cumbre global del medio ambiente, la COP. En ella, representantes de casi 200 países se reunirán para tratar temas como la electromovilidad, el cuidado de los océanos y de la Antártica, la economía circular y la protección de bosques y ecosistemas. En resumen, buscarán iniciativas para proteger a la Tierra del devastador Cambio Climático.

Por Cyntia Font de la Vall P.

 

Derretimiento de los hielos polares, aumento del nivel y temperatura del mar, fenómenos metereológicos extremos, sequías, olas de calor, inundaciones y cada vez menos precipitaciones son algunas de las consecuencias del Cambio Climático. Y ni hablar de las repercusiones que, a su vez, generan esos efectos: cambios en los ecosistemas, desaparición de especies y problemas en la producción de alimentos.

Son tantas y tan potentes las implicancias de este fenómeno, quizás el mayor desafío de nuestros tiempos, que el mundo entendió que para hacerle frente había que unir voluntades, y tomar urgentes medidas para cambiar el adverso futuro que se vislumbra si todo sigue como hasta ahora.


Fue por eso que en 1992 se creó la Convención Marco de Naciones Unidas, nacida como respuesta internacional al Cambio Climático. La Conferencia de las Partes (COP), que se da cita anualmente, es su máximo órgano de decisión.   

En esta nueva versión (la 25), los ojos del mundo estarán puestos en Chile, a quien le corresponde este año liderar esta gran cumbre global de medio ambiente, que se desarrollará entre el 2 y el 13 de diciembre. Durante esos días, representantes de 196 estados, más la Unión Europea, se reunirán en Santiago para decidir las iniciativas a adoptar a nivel mundial para proteger al planeta del Cambio Climático, así como las responsabilidades de cada país en esta materia.

Si bien el tema central de la COP es cómo reducir las emisiones de dióxido de carebono (CO2) para mitigar el Cambio Climático, el gobierno chileno ha propuesto como ejes para esta versión: el cuidado de los océanos y la Antártica, la importancia de la electromovilidad y energías renovables, el fomento a la economía circular y la protección de ecosistemas, bosques y biodiversidad.

La nefasta espiral

Pero vayamos al principio, y comencemos explicando qué es el Cambio Climático, una pregunta que es respondida con mucha claridad en la página web de la ONU. A grandes rasgos, la entidad detalla que los Gases de Efecto Invernadero (GEI) no son malos, sino que esenciales para la vida en la Tierra, pues impiden que la totalidad del calor del sol se fugue hacia el espacio.

Sin embargo, tras más de 150 años de industrialización, deforestación y agricultura a gran escala, la cantidad de estos gases en la atmósfera, entre los que predomina el CO2, se ha incrementado a niveles nunca vistos. A medida que la población y las economías crecen, también lo hace el nivel acumulado de GEI.

Así, en una nefasta espiral, la mayor concentración de estos gases afecta la temperatura media mundial, que viene aumentando sostenidamente desde la Revolución Industrial. Y esa mayor temperatura es lo que provoca el Cambio Climático. 

¿Más simple? Mientras más combustibles fósiles se queman, mayor es la concentración de CO2  y GEI en la atmósfera. A mayor acumulación de estos gases, más sube la temperatura media mundial. Y a mayor temperatura, más potente es el Cambio Climático. De ahí la importancia de reducir las emisiones de CO2.

Chile se la juega por el medio ambiente

Si bien Chile es responsable de apenas el 0,25 % de las emisiones mundiales de este gas, está entre los 10 países más afectados por el Cambio Climático, según el reporte de Índice Global de Riesgo Climático (2017).

La página chilena de la COP25 detalla que a esta vulnerabilidad, dada por ciertas condiciones establecidas, se suman los ocho años de grave sequía que han afectado a casi todo el país, los serios incendios forestales que han consumido miles de hectáreas de bosques, devastadores aluviones y las granizadas que han impactado fuertemente en la producción de frutas. Todas razones más que suficientes para que Chile sea sede de la COP este año.

Pero, además, nuestro país se merece liderar la Conferencia, pues ha demostrado estar atento a este fenómeno, y ha dado importantes pasos para ayudar a la conservación del medio ambiente. Ejemplo de esto es la puesta en marcha de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (REP), que exige a la industria responsabilizarse de sus productos a través de la prevención de generación de residuos y de su recuperación y reciclaje.

Otro buen ejemplo es la Ley 21.100, que “prohíbe la entrega de bolsas plásticas de comercio en todo el territorio nacional”, y que ya está rigiendo para supermercados y retail, a la espera de que en agosto de 2020 se sumen a esta prohibición las micro, pequeñas y medianas empresas.

Además, entre 2014 y 2018, Chile duplicó su generación con energías renovables, pasando de un 10 a un 20 %. Ahora la meta es llegar al 2050 con 70 % de generación limpia. Y en eso, la Región del Biobío tiene gran trecho avanzado.

Biobío, líder en energías limpias

“Es un tremendo desafío que Chile, un país en vías de desarrollo, haya decidido ser carbono-neutral de aquí al 2050 y que, además, proponga que para 2040 ninguna generación de energía sea a partir de carbón”, señala el seremi de Energía, Mauricio Henríquez.

Mauricio Henríquez, seremi de Energía.

La autoridad hace alusión al Plan de Descarbonización de la Matriz Energética impulsado por el Gobierno, que propone acabar con las centrales a carbón y que, como primera medida, implicará para la Región del Biobío el cierre definitivo de la termoeléctrica Bocamina 1, en 2023, hasta llegar al retiro total de este tipo de plantas generadoras de energía al 2040.

Si bien solo un 6 % de la matriz energética en Biobío proviene de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), al sumarle el agua (como hidroeléctrica de embalse o de pasada) la generación regional de energía limpia sobrepasa el 70 %.

“La eólica es la energía renovable más potente que tenemos, y este año se verá reforzada con la construcción de cuatro nuevos parques eólicos, principalmente en Los Ángeles y Mulchén y, más adelante, cerca de Lebu. Esto implicaría la entrada al sistema de cerca de 260 MW, cifra que más que duplicaría los cerca de 100 MW que las ERNC producen hoy”.

A esto se sumaría el proyecto fotovoltaico El Cortijo, que ya fue aprobado ambientalmente y que se instalaría en Cabrero, convirtiéndose en “el parque solar más austral del mundo”, afirma Henríquez.

Añade que se espera que en los próximos cinco años, Biobío sea líder nacional en generación y transmisión de energía.

El futuro es la electromovilidad

Tienen una vida útil más larga, el costo de usarlos es menor; su mantención, más barata y, por si fuera poco, son “0 emisiones de CO2”. Así son los vehículos eléctricos, de los cuales ya hay 10 en la Región, la mayoría de particulares.

En este sentido, el avance más visible son las electrolineras, hasta ahora gratuitas, que en Concepción se pueden encontrar en el Mall del Centro, en el servicentro Copec de Prat con San Martín, y en la plaza España.

En el marco de la implementación en Biobío de Red, modelo que busca mejorar el sistema de transporte público en cuanto a calidad, certeza y seguridad, según dijo el Presidente Piñera en su Cuenta Pública 2019, serían 25 los buses eléctricos que llegarían a la zona para sumarse a la flota de Biobus. Estas máquinas contarían con electrolineras propias en sus puntos de partida y término de recorrido.

“Creemos que este proyecto, liderado por el ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, en conjunto con nuestra cartera, podría estar en operación a fines de 2020”, dice el seremi de Energía.

Mario Delannays, seremi del Medio Ambiente.

Respecto de si las redes locales están preparadas para soportar esta transición energética, Mauricio Henríquez afirma que para los requerimientos actuales sí, pero que hay que robustecerlas para las exigencias futuras. “El Ministerio está trabajando para generar un sistema normativo que posibilite que las redes de las empresas de distribución eléctrica estén preparadas para esta mayor exigencia. Y esto lo hacemos pues estamos convencidos de que el futuro es la electromovilidad”.

Más calor, menos contaminación

“Para el Gobierno, los temas medioambientales son prioridad, y nuestra cartera en Biobío está trabajando sin descuidar ninguna arista”, dice Mario Delannays, seremi del Medio Ambiente.

Para ello, enmarcado en el Plan de Acción Nacional de Cambio Climático, en 2018 se creó el Comité Regional de Cambio Climático (CORECC), cuya misión es promover la elaboración e implementación de planes contra este fenómeno mundial. Está formado por las gobernaciones, seremías y la Intendencia, entre otros organismos, “además de municipios y universidades, que es lo que hace al CORECC de Biobío único”, enfatiza Delannays. Agrega que todos han sido capacitados en adaptación y mitigación del Cambio Climático.

La Seremi también está implementando planes de descontaminación atmosférica, e impulsando el uso de energías renovables, más eficientes y menos contaminantes, en procesos productivos y en calefacción residencial. “La idea es disminuir los contaminantes a niveles seguros para las personas, principalmente el material particulado, que es producto del uso de leña o de la combustión de derivados del petróleo”, dice.

Ecosistemas, bosques y biodiversidad

Buscando recuperar algunos ecosistemas boscosos, la Seremi del Medio Ambiente está implementando dos programas FNDR. Uno beneficiará a Cayumanque, y el segundo a los ecosistemas lacustres de la provincia de Arauco, como los lagos Lanahue y Lleu Lleu, y más de 30 lagunas costeras. Además, con fondos propios, la cartera trabaja en un plan para restaurar el ecosistema boscoso del parque Pedro del Río Zañartu, en el Santuario de la Naturaleza de Hualpén.

A esto se suma el Plan Nacional de Protección de Humedales, que busca preservar la biodiversidad de 40 de ellos en todo Chile. De los siete considerados en Biobío, tres serán priorizados este año. Se trata de Laguna Grande y humedal Los Batros, en San Pedro de la Paz; el humedal Boca Maule, de Coronel, y el humedal Carampangue, ubicado en la comuna de Arauco, el que será intervenido con aportes privados.

“Hoy estos humedales no están protegidos, por lo que estamos trabajando para lograr que sean declarados Santuarios de la Naturaleza, lo que les otorgaría un adecuado Plan de Manejo”, detalla Mario Delannays.

Manejo forestal responsable

No sólo las entidades estatales están conscientes de la importancia de preservar los bosques, sus especies nativas y sus ecosistemas. También lo entienden organizaciones internacionales como el Consejo de Administración Forestal (FSC), dedicado a impulsar el Manejo Forestal Responsable.

Regina Massai, Directora Ejecutiva de FSC Chile, enfatiza que la labor de esta entidad es “promover el manejo forestal ambientalmente apropiado, socialmente beneficioso y económicamente viable de los bosques, de manera de contribuir a la sustentabilidad del sector”.

A la fecha, 2.325.000 hectáreas han sido certificadas por FSC en Manejo Responsable de Bosques en Chile, cifra correspondiente a 23 certificados de empresas medianas y grandes, y a grupos de pequeños y medianos propietarios de bosques. 13 de ellos (el 56 %) están en Biobío, donde FSC tiene su oficina central.

Regina Massai agrega que instancias como la COP25 permiten informar a las personas sobre la importancia de la producción sustentable y el consumo responsable, para lograr que Chile sea carbono-neutral. “Nuestro esquema de certificación, que controla rigurosamente la trazabilidad de materias primas desde el bosque al consumidor, le asegura al cliente que los productos con sello FSC provienen de bosques manejados responsablemente, contribuyendo a mantener la biodiversidad y los procesos ecológicos del bosque, e involucrando y beneficiando a las comunidades locales”, señala.

También grandes compañías están comprometidas con la conservación y manejo sostenible de los bosques, entendiendo que son importantes sumideros de carbono, fundamentales para combatir el Cambio Climático. Es el caso de Arauco, empresa que posee en Chile una superficie patrimonial de más de 1.1 millones de hectáreas, de las que el 26 % corresponde a bosque nativo y a zonas de protección en torno a cursos de agua.

“El Cambio Climático es un gran reto y, a la vez, una tremenda oportunidad para Arauco, como empresa que desarrolla productos forestales renovables. Hace años que abordamos los desafíos que ese fenómeno nos impone en todo nuestro ciclo: gestión sustentable de nuestras plantaciones forestales, uso de energías limpias, eficiencia en el uso de recursos clave, como el agua; reutilización de residuos, y promoción del uso de productos sustentables, como la madera, y de otros nuevos, como la pulpa textil”, señala Juan Anzieta, su gerente de Medio Ambiente y Comunidades.

Añade que el desarrollo sostenible del sector forestal es también un aporte concreto para transitar hacia la Bioeconomía, basada en el consumo y producción de bienes y servicios derivados del uso directo y la transformación sostenible de recursos biológicos. “Los productos desarrollados por el sector forestal permiten disminuir el uso de plástico y de otros materiales con mayor huella de carbono”, puntualiza.

Las famosas 3R

Quizás una de las más ambiciosas metas que se ha impuesto Chile es lograr pasar de la cultura de lo desechable a la economía circular, modelo definido como un ciclo continuo de desarrollo positivo, que conserva y mejora el capital natural, optimizando el uso de los recursos. Es decir, apunta a poner en práctica las famosas 3R: reducir, reciclar y reutilizar.

Si bien cada vez son más las personas que reciclan su basura -emulando a la naturaleza, donde nada se desperdicia-, el mayor desafío dice relación con adaptar las empresas e industrias a este sistema. Un avance en esta línea es la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que busca “disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización, reciclaje y otro tipo de valorización…”.

En sus primeros Reglamentos, esta Ley establece la recuperación de al menos un porcentaje de dos de los productos que considera prioritarios: los neumáticos, y los envases y embalajes. “La idea es reciclar, y dar un nuevo uso a los distintos residuos, ya sea a través de empresas que los compran para crear nuevos productos, o de particulares que se preocupan de ir a dejarlos a los contenedores adecuados. En esta línea, el Intendente priorizó el Programa Regional de Reciclaje, que conlleva un presupuesto de tres mil millones de pesos, para apoyar a todos los municipios de la Región en la creación de Puntos Limpios, que estarán ubicados en lugares estratégicos de cada comuna”, comenta el seremi del Medio Ambiente.

Agrega que en el marco de la Ley REP, las empresas de reciclaje han comenzado a comprar residuos de la industria, cuya mecánica de traslado será supervisada los primeros meses por personal de esta Seremi, cuidando que se haga de manera eficiente.

Además, como una forma de educar a la comunidad y fomentar el reciclaje, se está construyendo en Concepción el primer Centro de Educación Ambiental del Recicaje. El complejo estará formado por contenedores modificados, “que son fácilmente transportables y que serán adaptados como módulos de trabajo y de estudio”.

Diego Narváez, Dr. en Oceanografía.

En el Centro, que contará con un Punto Limpio abierto a la comunidad, los recicladores de base -certificados por la cartera del Medio Ambiente- ofrecerán visitas guiadas gratuitas al Módulo de Educación, tanto a colegios y organizaciones, como a particulares interesados en aprender sobre reciclaje. La zona de trabajo, en tanto, contendrá contenedores individuales y compartidos, un área equipada para pesaje y enfardado; baños y camarines, comedor y sala de reuniones.

“También seguiremos capacitando a los recicladores de base, que son el pilar clave de este modelo, y educando para la Certificación Ambiental a establecimientos educacionales. Asimismo, a través del Fondo del Reciclaje y el Fondo de Protección Ambiental, estamos trabajando junto a Corfo para promover y desarrollar innovación tendiente a potenciar la economía circular”, detalla Delannays.

Mantenimiento para un proceso continuo

Convencidos de que la mejor energía es la que no se ocupa, la compañía penquista Rimval ha hecho del mantenimiento preventivo y predictivo la mejor fórmula para asegurar el funcionamiento continuo y confiable de las plantas.

Así lo enfatiza Mónica Pastén Ogalde, gerente de esta empresa especializada en eficiencia energética y en la protección de bombas centrífugas mediante el uso de ARV. “Para nosotros es fundamental entregar tranquilidad al usuario de esos equipos, la persona que a diario trabaja con ellos, además de a quienes están a cargo de cada compañía”.

Agrega que su modelo de negocios genera un círculo virtuoso, que implica que las válvulas y equipos que comercializan, o a los que les realizan mantenimiento, permanezcan en operación el mayor tiempo posible. “Eso significa menores costos de producción y el ahorro en la compra de nuevos componentes, lo que también conlleva la preservación del medio ambiente, pues se generan menos materiales de desecho”, dice.

Con esto, la empresa busca aportar a la conservación ambiental, y al “paso de una economía lineal a una circular, que es hoy la tendencia mundial”, puntualiza.

Comprometerse con el desarrollo sustentable

En esta línea, también GNL Talcahuano ha desarrollado un proyecto con altos estándares ambientales, que cuida la salud y seguridad de la población, buscando abastecerla “de un combustible más limpio y eficiente, con menores niveles de CO2, NOx, SOx y de material particulado”, señala Francisco Ibieta, gerente de Asuntos Públicos.

Agrega que el proceso tampoco liberará gas metano a la atmósfera y que, para evitar impactos ambientales en el entorno, “nuestro terminal marítimo contará con moderna tecnología, que no utilizará agua de mar para la regasificación del GNL al gas natural, ni realizará ningún tipo de descargas al mar”.

Además, el gasoducto submarino presenta otras ventajas medioambientales, como no sufrir degradación por corrosión, y poder ser ubicado en su posición sin excavaciones innecesarias o alteración del fondo marino. “Todo está en línea con nuestro compromiso de desarrollo sustentable”, dice Ibieta.

Y ese mar que…

El último eje de la COP25 dice relación con los océanos y la Antártica, “temas muy relacionados entre sí”, opina Diego Narváez, Dr. en Oceanografía, agregando que incorporarlos a esta Conferencia es un claro llamado a tomar conciencia de la importancia de preservarlos.

Y el peligro más conocido son las cerca de ocho toneladas de plástico que llegan al mar año a año, afectando a las especies que allí habitan. El problema es tan grave, que los científicos estiman que, de seguir así, en 2050 habría más plástico que peces en el mar.

El académico del Departamento de Oceanografía UdeC, e investigador asociado al COPAS Sur Austral, detalla que los océanos, al igual que los bosques, “son grandes sumideros naturales de carbono, proceso que realizan a través de corales, peces y plancton, captando cerca del 25 por ciento del CO2  de la atmósfera”.

Añade que el océano es también un gran productor de oxígeno, generado gracias a micro y macroalgas; que ayuda a controlar el clima en las ciudades costeras, disminuyendo las temperaturas extremas, y que sus corrientes redistribuyen el calor en el mar y en la atmósfera, repartiéndolo por todo el planeta.

Sin embargo, la temperatura del mar ha aumentado en 0,1 grados. La cifra parece insignificante, pero no lo es, pues este calentamiento, producido por la mayor acumulación de CO2  en la atmósfera, llega hasta casi los 800 metros de profundidad, donde habita gran parte de las especies marinas. “Todo cambio en la temperatura del agua afecta los ecosistemas. Al aumentar, los gases se solubilizan y absorben más, y acidifican el agua”, enfatiza Narváez.

Esa mayor acidez afectaría a las especies que viven ahí, sobre todo a los organismos calcáreos en la formación de sus caparazones o conchas… y ni hablar de los corales, que producto de esto están desapareciendo.

Es en este sentido que el oceanógrafo enfatiza la importancia de contar con un modelo de observación de variables oceanográficas, como temperatura, salinidad, pH u oxígeno. “Chile no tiene sistemas permanentes de observación del océano. Hay menos de cinco en 4.000 kilómetros de costa… Por eso, cuando aparece marea roja o hay varazón de peces, los científicos analizan las causas del fenómeno después de que pasó. No pueden anticiparse o dar una alerta porque carecen de registros históricos y mediciones en tiempo real. Medir es fundamental, pues solo así podemos saber si lo que pasa es normal, qué tan grave es, o cómo afecta a los distintos ecosistemas e, incluso, a las personas”, sostiene el investigador.

¿También la Antártica?

La Antártica es uno de los últimos lugares poco intervenidos por el hombre y, justamente por ello, es necesario protegerla.

Chile, en su calidad de país antártico, en los últimos años ha desarrollado allí un creciente quehacer científico. De hecho, según la página del Instituto Antártico Chileno, en 2019 se contemplan 106 proyectos de investigación, lo que lo hace “el año de mayor apoyo a la ciencia antártica en la historia nacional, dado el volumen de investigaciones involucradas, el número de científicos asociados y la amplitud de la cooperación con investigadores de otros países”.

A pesar de las iniciativas científicas, el continente blanco también se ha visto afectado por el Cambio Climático. Retroceso de glaciares, derretimiento de los hielos polares, aumento del nivel del mar, daños a la biodiversidad y especies en riesgo de extinción son algunas de sus consecuencias.

A fines del año pasado, en la Convención Mundial para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos, se propuso crear el mayor santuario marino en sus aguas. Implicaba una zona de protección marina de 1,8 millones de kilómetros cuadrados. Desgraciadamente la idea, apoyada por Chile entre otros países, no prosperó, pues no se alcanzó consenso al respecto.

Los científicos llaman a no desistir, ni en esta, ni en otras iniciativas que apunten a proteger el planeta.

Y es que el cambio climático existe, y el hombre tiene un rol protagónico en su mitigación. Ahí radica la importancia de los acuerdos que suscriban los países en la COP este año. Sin embargo, los compromisos asumidos debieran trascender a los mandatarios y a sus gobiernos, e involucrar a toda la ciudadanía, pues todos debemos entender la urgencia de hacernos parte de esta lucha, de cambiar nuestros hábitos y llevar una vida más sustentable. Las palabras no bastan, pues como dice el eslógan de la COP25: “Es tiempo de actuar”.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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