Parecían los inocentes síntomas de un estado de estrés, pero era algo mucho más grave. Esta patología que aumenta explosivamente en Chile ataca con sigilo y es necesario saber qué hacer y cuándo frenarlo.
Todo comienza con pequeñas molestias gástricas, con una que otra evidencia de que algo está mal, quizás en el estómago. Los que padecen o han sufrido cáncer colorrectal apenas alcanzan a darse cuenta de que una enfermedad terrible los azota hasta que el diagnóstico es un hecho. Es así de silencioso y más frecuente de lo que se puede imaginar.
El de colon es uno de los tres tipos de cáncer que encabezan las estadísticas en nuestro país, pero a la vez es de los que presenta mejores expectativas de sobrevida. Detectarlo no es difícil, pero sí, como explica el doctor Misael Ocares, cirujano colorrectal de la Universidad de Concepción, lo que retarda el diagnóstico oportuno es la poca información y un asunto cultural. “Existe cierta angustia de que se indague un área que no se está muy acostumbrado a examinar. Hay un temor exacerbado al tacto rectal o a la colonoscopía y eso hace perder tiempo valioso”, enfatiza.
Y es así. Verónica Ortiz y Oliver Cerda coinciden en el factor que los llevó al médico. Ambos fueron por una “gastritis” o por lo que imaginaban podía ser el tan popular colon irritable en estos tiempos de vida rápida y estrés.
“Se me había vuelto demasiado doloroso, pensaba que seguramente me iban a detectar una úlcera. Pero luego de los exámenes, escáner, colonoscopía, el doctor me informó lo que era en verdad”, explica con angustia Oliver Cerda, en la sala de espera de su especialista. Justo el día de esta entrevista le dirán cuál será la característica de su cirugía.
Es una experiencia que conoce bien Verónica Ortiz. En el living de su casa revive los detalles de estos tres últimos años. Se levanta la polera orgullosa y muestra las cicatrices de sus intervenciones quirúrgicas. Es una batalla que casi da por superada, pues aún le faltan tres años para el alta médica. El cáncer se le diagnosticó siete meses después de que su padre muriera de la misma enfermedad.
“Creo que en esto hay algo divino. Siempre pedí a Dios que me hiciera sentir lo que mi papá padecía para entenderlo. Y ocurrió de esta forma. Siempre lo tomé con mucho optimismo y fuerza, decidida a que la enfermedad no me iba a ganar y a estas alturas ya soy una sobreviviente del cáncer colorrectal”, asegura con un cigarro en la mano. A veces, cuando está nerviosa, fuma.
GENÉTICA Y ALIMENTACIÓN
Los especialistas explican que las causas de la aparición de cáncer de colon es la predisposición genética debida a alteraciones en algunos genes, por lo tanto, los individuos con familiares que son o han sido afectados por la enfermedad deben acudir a exámenes médicos en forma periódica. Algunos hábitos poco saludables también podrían ser la causa de la aparición de la enfermedad.
El doctor Ocares ratifica lo anterior y alerta de que su alta incidencia se da porque hemos adquirido los defectos alimentarios de los países desarrollados. “Se está cuidando muy poco la dieta, se consume abundante grasa de todo tipo y se come poca fibra, poca fruta y poca verdura. En nuestras clases siempre hacían la comparación: en África hay poca incidencia de cáncer colónico y, en Nueva York, es donde más la hay. Tenemos dos puntos para explicar el aumento explosivo de la patología, uno que está ligado a la herencia pura y, otros que están ligados a los factores ambientales”, aclara el facultativo.
LOS SÍNTOMAS CLAVES
Es verdad que las expectativas de vida son bastante más optimistas que cualquier otro cáncer, pero la tasa de mortalidad del mal colorrectal ha aumentado en un 33 por ciento en los últimos años, aclara el doctor Ocares.
El especialista insiste en que estar atento a los síntomas es fundamental y si se repiten estados que siempre se atribuyen al colon irritable es imprescindible consultar. “El paciente a veces está un poco meteorizado, le cambian los hábitos intestinales y de constipado pasa a diarreico y viceversa. Lo primero que uno dice: estoy nervioso o tengo una carga de estrés, por lo tanto es el colon… Entonces toma unas pastillas de estas típicas para el colon irritable y se deja pasar el momento oportuno. En la gente que tiene factores de riesgo los exámenes deberían empezar a los 20 años. En los que no tienen ninguna sintomatología colónica, los exámenes debieran empezar a los 50, porque el pick de la enfermedad es a los 62”, sentencia Misael Ocares, agregando que existen personas enfermas desde los 15 hasta los 90 y tantos años.
Ataca a hombres y mujeres por igual, pero hay una tendencia: el cáncer rectal, es decir los últimos 15 centímetros del intestino, es más frecuente en el hombre.
Uno de los tumores de Verónica Ortiz estaba justo en esa zona. Tenía varios a lo largo de su intestino, por eso sus intervenciones fueron más agresivas y no pudieron desarrollarse con técnica laparoscópica (en la que se utilizan pequeños orificios con una manguera y cámara incorporada).
“Cuando me confirmaron el diagnóstico ya estaba en la etapa tres, me arrepentí tanto de no haber consultado antes. Mis heces aparecían con sangre y no abundante… pero siempre lo asocié a hemorroides”, explica Verónica. Si ese síntoma está presente visitar al médico es crucial.
SÍ, HAY ESPERANZA
El principal mensaje del doctor Misael Ocares es que “esta enfermedad se mejora”. El cáncer colorrectal se divide en 4 etapas. Si se detecta en la etapa 1 los pacientes tienen una mejora en más del 90% de los casos. E, incluso, de los que están en el estadio 4, el 5% está vivo a 5 años. El avance de la tecnología médica es también un gran respaldo, ya que las quimioterapias tienen menos daños colaterales.
Por eso, Oliver Cerda debe mantener firme la esperanza en la mejoría. Pese a las incertidumbres de esta etapa inicial, la actitud es clave para soportar la rutina que significará la cirugía, los controles y los medicamentos. El factor psicológico es tan importante que se nota en lo siguiente: “Sólo después de que me dijeron que era cáncer comencé a sentirme fatigado y más débil. Siempre fui muy activo e independiente y ahora ya estoy sintiendo los efectos de la enfermedad. Espero que todo esto de la cirugía sea rápido”, comenta con un dejo de angustia.
La actitud positiva juega un rol tan importante en sobrellevar este cáncer que los especialistas que atendieron a Verónica Ortiz en Concepción y en Santiago, la aplauden como la mejor medicina.
“Siempre mantuve una postura de luchar por la vida y confiada en el tremendo poder de la mente”, asegura. Tenía todo para entrar en depresión: una enfermedad mortal, dos hijos jóvenes, la ausencia de su padre y el inicio de su tratamiento un 26 de diciembre… Pero, como ella dice, eligió la “opción 2”, agradeciendo a Dios cada día que le ganaba a la muerte.
Se operó, se hizo quimioterapia, de la que le queda el catéter en el pecho. Sufrió, sobre todo, con la iliostomía después que le extirparon parte del colon, cuando le dejaron una parte de su intestino afuera para eliminar su digestión. De diciembre a febrero de 2007 se mantuvo firme, sin llanto y llena de entusiasmo para no decaer fundamentalmente frente a sus hijos. Hoy vive una vida prácticamente normal. En la calle, en su casa y en la intimidad. Ella lo explica así: “Vencí a una amenaza de muerte, gracias al apoyo de mi marido, de mis hijos y de mi doctor Álvaro Zúñiga. Por mi familia celebro a diario la alegría de vivir y no llorar el precio que pagué para seguir viviendo. No puedo dejar de agradecerles, porque cuando el dolor me superaba, ellos estuvieron ahí con su apoyo y ánimo, y me hicieron pensar que a su lado nada podía derribarme”.
LOS PRINCIPALES MIEDOS
“Uno de los grandes problemas que se enfrenta es el desconocimiento de lo que se tiene. Y quiero ser enfático en decir que esta enfermedad se mejora. Si uno pone todos los estadios, los no avanzados con los avanzados en un saco, la verdad es que se mejora la mitad de los enfermos. Eso es mucho. No es lo mismo que el cáncer gástrico, de vesícula o de páncreas.
Segundo, está el mito de la colectomía, ‘voy a quedar haciendo caquita en una bolsa, que espantoso que es; que mi vida social’, pienso que la colectomía casi siempre, incluso en este tipo de tumor, son transitorios y no permanentes, la mayoría de las veces.
Y por último, sí hay que pagar algunos precios por mejorarse. Algunos pacientes quedan con disminución de la libido, porque para resecar este tumor se alteran algunos plexos nerviosos y el paciente queda con impotencia o disminución de la libido en la mujer. Pero creo que la vida es la que prima en este caso”. Doctor Misael Ocares.
ALGUNOS DE LOS HÁBITOS PARA PREVENIRLO
•No abusar del alcohol ni del tabaco.
•Controlar la obesidad. Se debe evitar el sobrepeso y el exceso de calorías en la dieta.
•Mantener una actividad física adecuada a la edad.
•Realizar ejercicio físico de manera regular.
•En cuanto a la alimentación, seguir una dieta equilibrada constituye un importante factor preventivo.
•No abusar de comidas ricas en grasas.
•Disminuir el consumo de grasas de manera que no superen el 20% del total de calorías de la dieta.
•Consumir preferentemente grasas monoinsaturadas (aceite de oliva) y poliinsaturadas (aceite de pescado).
•Disminuir el consumo de carnes rojas.
•Aumentar el consumo de pescado y pollo.
•Incorporar a la dieta alimentos ricos en fibra. Tomar una cantidad de fibra de al menos 25 gramos diarios, en forma de cereales y pan integral.
•Aumentar la ingesta de frutas y verduras. Consumir cantidades óptimas de frutas y vegetales, especialmente del género Brassica (coliflor, coles de Bruselas, brócoli), así como de legumbres.