Carlos Olave Garrido, el padrino de los artesanales

/ 20 de Diciembre de 2012

Con un patrimonio de US$6 millones, este empresario pesquero artesanal se sienta en políticos y autoridades y asegura que a la gente le hablan en castellano, pero votan en inglés. Por eso, anticipa, con esta Ley de Pesca que pretenden impugnar ante el Tribunal Constitucional, la Concertación “va a ser muy castigada” y el comercio de Concepción y Coronel se resentirá por un modo de vida -viajes al Caribe, inclusive- que se irá a pique. “Si en Chile no gobierna alguien más en la línea de Frei -con más equilibrio entre la riqueza y las oportunidades- Chile va a reventar”, dice. La norma legal -en su tercer trámite legislativo- mantiene intocables los privilegios de las siete familias en desmedro de las legítimas aspiraciones de miles de pescadores artesanales, Pymes pesqueras y trabajadores de la industria, protestaron los afectados.


De Lota y de los nuevos ricos -con un patrimonio de US$6 millones y vacaciones en El Caribe- se reconoce Carlos Eugenio Olave Garrido, este empresario pesquero, inmobiliario, ganadero, dueño de la Voz del Biobío y de la radio Matías y presidente del sindicato de pescadores artesanales de Arauco y caletas anexas que habla sin tapujos; que no tiene un reloj Rolex ni llegó manejando un Hummer a la cita con el ministro Longueira, en noviembre pasado, como le colgó la prensa en plena movilización por la ley de Pesca, pero que desafía con volver a La Moneda si las nuevas 70 mil toneladas de sardinas y anchovetas para el mundo artesanal se entregan “a dedo”.
Y a propósito de reloj y jeep ABC1, dice: “Si los tuviera, no tendría ninguna vergüenza en decirlo. ¿Por qué la iba a tener?” y le echa la culpa de tales lujos a Carlos Sáez, otro empresario artesanal que “es más rico que yo; tiene 14 camiones, empresas de movimiento de tierras, no se mete con nadie, le sonríe a todos y nació a pata pelá igual que yo”.
Gran parte de su fortuna personal la tiene gracias a su esposa, según dice, una secretaria ejecutiva que le cuida hasta el último peso, no paga a tontas y a locas cualquier factura, y ocupa el cargo de subgerente de administración y finanzas en la empresa familiar CEOG -sigla de sus iniciales-. Como él, no fue la universidad, pero se han capacitado en cursos y charlas de economía.
Sáez -dice- vive en Concepción y él en Lota donde tiene una linda casa en el Parque Luis, en Lota Alto, ahí mismo donde vivían los ingenieros de Enacar: “La compré, la eché abajo y me hice una nueva”, dice, pues se siente merecedor de comodidades: “Yo salía a las 6 de la mañana y volvía a las 11 de la noche. Hay un tremendo esfuerzo ahí…”.
¿Y es verdad que en esa misma reunión con el ministro Longueira donde su compañero lució el Rolex, usted le golpeó la mesa o son puros cuentos?
“Eso sí es verdad. De partida, cuando entré no le di la mano; él saludó al alcalde de Coronel y yo le dije: Buenas tardes señor ministro; no me ensucié las manos con Pinochet, tampoco con usted. Se enojó y se fue a sentar. Como es de una personalidad fuerte, (a poco de la reunión) le pregunté: señor ministro, ¿usted nos mandó a buscar para conversar o para llamarnos la atención? Altiro había empezado a decirnos por qué estábamos protestando si había un acuerdo con las federaciones y ahí, varios colegas le dijeron que habían firmado engañados. No es fácil llevar 1.400 pescadores a la Alameda, pero si es necesario, volveremos -a lo mejor no todos- pero sí unos 800 hombres”.
En Santiago estuvieron día y medio y reconoce que no consiguieron nada. Tampoco en los 7 meses de conversaciones, protestas, lobby y movilizaciones y culpa al “subse” Pablo Galilea de engañarlos a ellos, al ministro y al Presidente. Y del petitorio de 17 necesidades básicas de la pesca que le presentaron al ministro de Economía, la autoridad postergó seis indicaciones a dos, cuatro y seis años. ¿Cuáles? Lo sabrá cuando se promulgue la ley, ahora en diciembre de 2012, al fallar la prórroga que pedían por dos años más.
“Es muy difícil cambiarle al ministro Longueira una indicación, porque yo creo que él tiene razón en lo que quiere hacer con la pesca en Chile: un ordenamiento real. Lo que no compartimos son los mecanismos y los plazos sin que haya de por medio una plataforma social para quienes sufran la merma de barcos y cuotas de pesca. Si yo hago un cambio, tengo que considerar a quién daño y cómo voy a solucionar ese problema, pero a él y a la UDI no le va ni le viene. Por eso los pescadores artesanales rechazamos la ley de Pesca. No se puede entregar a 7 familias el patrimonio de una parte del Estado a 20 años. Las licencias pesqueras no pueden durar más de 15 años y debe ser igual para todos: grandes y chicos”.
Hoy, su sector -52 organizaciones que representan el 40% de la pesca en la Región, incluido Lo Rojas, caleta simbólica de los conflictos sociales de Biobío y la más importante del país- está explotando 611 mil toneladas anuales de sardinas y anchovetas. Con las nuevas 70 mil que les asignarían, llegarían a 690 mil para repartirse entre 350 embarcaciones de 15 a 18 metros de eslora, de 12 a 15 metros, lanchas menores y botes.
Actualmente, hay armadores (dueños de la embarcación) que tienen cuotas de 3 mil 100 toneladas y “nosotros proclamamos que ningún armador de 15 a 18 tenga más ni menos de 2.700 toneladas anuales; de 15 a 12, mil toneladas y de 12 a 9 metros de eslora, 800 toneladas anuales. Es lo mínimo que necesita un dueño de embarcación para sobrevivir decentemente, educar a sus hijos y enviarlos a la universidad. No sacamos nada con dejarles barcos y lanchas y cero educación”. Así es que espera que, promulgada la Ley, los senadores Alejandro Navarro y Camilo Escalona la impugnen ante el Tribunal Constitucional, porque les restringe la pesca dentro de los límites de cada región y les reduce la cantidad de naves en operación, entre otros puntos.
Aspiran -dice- a que no les impongan posicionador satelital a bordo de las embarcaciones; que las certificaciones de capturas las haga el Estado y no privados porque hay manipulación de la información -“hay que ver no más lo que pasó con el jurel; si lo certificaban empresas privadas y su obligación era cuidar el tamaño ¿cómo se explica que se agotara ese recurso?”- y ampliar las regiones contiguas, o sea, que puedan pescar en la séptima y en la novena regiones.
“Esta ley maldita de Longueira va a dejar a mucha gente cesante de la pesca artesanal y no existe para ellos una plataforma social clara; a mí me preocupa eso como parte de la sociedad en que vivo. Si no, habría aceptado estar en el otro grupo -para el cual clasifico- y sin ningún problema con el gobierno de turno”, reflexiona.
Con Lagos lo pasaron mal, ¿no es cierto? En otra entrevista, usted reconoció que le dijo “de todo” e igual redujo a dos la cantidad de embarcaciones para cada pescador. Tuvo que vender sus lanchas, incluso ¿o no?
Pero, mal que mal, la ley no pasó. Aquí, la ley pasó. Lo dramático es que la gente no alega por nada, se queda en sus casas, los cabros no tienen ideales; vivimos en una sociedad preocupante, critica todo y no hace nada. Lo de Lagos fue anticonstitucional y alegamos, porque el Estado incumple normas constitucionales del derecho a la propiedad y al emprendimiento. Pregunto: ¿La gente no puede tener más de un campo?, a la gente que se dedica al negocio inmobiliario y tiene 30 departamentos, ¿se los van a quitar? ¿Y por qué en la pesca artesanal tenemos que frenar el emprendimiento? En la ley hay dos cosas según nuestro parecer inconstitucionales, que un pescador tenga sólo dos embarcaciones como máximo y que no tenga la posibilidad de capturar en regiones continuas. ¿Por qué en una misma actividad los industriales pueden tener todos los barcos que quieran y pescar en todas las regiones que quieran?
Pero hoy ellos están operando con sólo 12 barcos…
Sí, pero los otros los tienen fondeados; si aparecen los pescados los echan al agua. Hoy tienen 12 porque tienen 200 mil toneladas autorizadas, pero antes eran 6 millones de toneladas. Si no, vaya a Valdivia y saca una linda foto… En Valdivia hay 240 barcos estacionados; además que no pierden nada, su pérdida es tributaria, dejaron de ganar no más.
Ustedes operan con 350 barcos en la Región ¿no?
Sí, pero pregunte quién da más trabajo: Ellos para capturar 250 mil toneladas necesitan 240 personas y nosotros, en las 350 lanchas andamos 3.800 personas. Nuestras naves son más chicas. Yo hago 80 toneladas y el otro trae mil; hay que salir más veces al mar.
¿Venderle su pesca a los industriales –tal como indica el proyecto de ley- impide que el negocio sea próspero?
Sí, pues, con la nueva ley no va a existir ninguna posibilidad de que los pescadores artesanales podamos tener una asociatividad o cooperativa para poder tener nuestra propia planta y un mercado externo. Me explico, dijo el huaso: hoy día existen 10 personas que compran pesca; con la nueva ley van a quedar cinco, por lo tanto mis pescados valen menos. Si el Estado le entrega privilegios a 7 familias –que en definitiva van a ser cinco- nuestro valor residual de la pesca va a ser menos. Va a tener que poner un poder comprador como Estado. Eso no está en la ley.
O sea, se van a ir todos a pique…
Por supuesto. Hoy vendemos a un promedio de $85 mil la tonelada de pesca. Se lo doy por escrito que en los próximos cinco años no la vamos a vender a más de $60 mil y los costos de maniobras cada vez suben más. Cada lancha factura hoy en promedio $180 millones y en cinco años más -le aseguro- que no será más de 110 millones por embarcación y por 12 meses. El promedio de la venta mensual es 15 millones de pesos. Esto no es un tremendo negocio como la gente cree que es; trabajamos cinco meses, pero en los restantes hay que comer y pagar igual.

Pacific Protein, el padrino

Carlos Olave Garrido es parte de una generación de “remitentes” que a lo largo de 150 años han vendido pescados. Y él rinde tributo a sus abuelos maternos, José del Carmen Garrido Vidal y Carolina Vidal Fredes, pioneros de la caleta de Lota. “Mi mamá es la que tiene la historia pesquera, en esos años se ganaba para vivir no más…” dice este hombre de 50 años, casado, padre de cuatro hijos entre 23 y 5 años, y políticamente vinculado -“de pasada, no más”, corrige- a la candidatura presidencial de Fra Fra Errázuriz, en 1994. “Yo no milito en ningún partido, sólo en la Iglesia y en mi billetera”, aclara.
Aunque cursó seis semestres de Derecho y de Filosofía, no le gustó la vida universitaria, así es que en 1983 asumió la presidencia del sindicato y como sus abuelos, partió comprando y vendiendo pescado con exclusividad para la compañía Pacific Protein (hoy Lota Protein S.A), del grupo noruego Koppernaes, fabricantes de harina de pescado a partir de la compra de materia prima (sardinas y anchovetas) a pescadores.
“El 87 esa compañía me cedió un crédito por 500 mil dólares para que hiciera lanchas propias para capturar. En esos años no había Ley de Pesca, pescábamos en libertad y no éramos más de 40 dueños de lancha que hoy se llaman armadores”, cuenta. Compró tres lanchas y en los años siguientes, con capital propio, cada 365 días adquiría una más y otra la financiaba la pesquera. “Ganaba mucha plata y llegué a tener 11 lanchas hasta que llegó el asesino de Felipe Sandoval (subsecretario de Pesca de Lagos) ¿a cuánta gente no mató socialmente? Una lancha artesanal en plata de hoy eran 50 millones de pesos. Nos ganábamos entre 70 y 80 millones de pesos anuales, el costo de vida era más barato, también”.
¿Y se convirtió en depredador también?
Nuestras embarcaciones hacían entre 40 y 60 toneladas contra un barco industrial que hacía mil toneladas en ese tiempo. Llegaban a hacer 1.800 toneladas y un armador, 80. Pacific Protein procesaba sardinas y anchoas para harina de pescado destinada a animales de Japón y China. Ahí hice mi fortuna, un patrimonio de US$6 millones entre pesca y agricultura. Hay gente que tiene más en Coronel, pero se oculta. Así pueden negociar tranquilamente con el Gobierno, no se meten con nadie, viven el día a día. Son los oportunistas de siempre que quieren vivir con Dios y con el diablo.
Siempre se ha asociado el concepto artesano a un mínimo y por lo que cuenta, usted no tiene nada de pescador artesanal…
Mire, toda esta riqueza se la debemos a Pinochet; pero yo le doy trabajo a 300 personas: 80 en la pesca, 10 en la inmobiliaria, 100 en la distribuidora de quesos y productos lácteos Boyén y 110 en la ganadera Golfo de Arauco que está en Chillán. Ningún trabajador gana menos de $250 mil; el promedio es de $520 mil y todos tienen sus imposiciones al día.

El tambor de la Matías

De sopetón -en medio de la entrevista- Carlos Olave se acuerda de las municipales 2012 : “¿Y por qué cree usted que perdió René Carvajal en Coronel? ¡Por la m… que nos hizo la Clemira, pues! De ella esperábamos que le diera duro al Gobierno, pero la diputada Pacheco tiene un doble discurso, ¡no ve que uno va a la Cámara también! Tengo a un periodista -un cabro joven- que está todo el día en el Congreso y ve cómo votan. Ella no tuvo una postura dura, firme con la Ley de Pesca. ¿Para qué vamos a hablar del “campanero” Bobadilla que sólo se dedicaba a tocar la campana y decir: ¡sí, ministro!, ¡sí ministro! La comisión de Pesca en la Cámara de Diputados era un circo. El ministro hizo lo que quiso ahí…”
De los honorables ni uno se salva de sus críticas. Y dice que en pleno aeropuerto Carriel Sur desafió al diputado Ortiz. No le perdona que en la comisión de Hacienda (permite el estudio detallado de los proyectos de ley sometidos a conocimiento de la Corporación) le haya dado el primer pase a la Ley de Pesca que ahora los tiene a medio morir saltando.
En “la Matías”, que le compró a la diputada Pacheco y en la Voz del Bíobío les da duro, dice. La adquirió en 2009, un año de pesca generoso, para que la gente denuncie lo que otros medios de comunicación no se atreven a denunciar: La falta de oportunidades y el abuso de las grandes empresas y de servicios.
“Estamos comprando una gran plataforma en internet para que el diario sea semanal. Lota es historia y podemos tener una gran oportunidad. No se trata de llegar a las esferas del poder; se trata de que el poder tome conciencia de que existe una sociedad que no es escuchada y que la gente sepa para quien o quienes trabajan sus parlamentarios, alcaldes y concejales: para ellos o para un grupo político determinado. La gente, a veces, no tiene idea por quién vota el diputado; aquí le damos como tambor cuando votan en contra de los trabajadores.
¿Tiene interés político? ¿Quiere ser diputado, senador, alcalde…?
No me interesa. ¿Qué partido me va a llevar..?
Bueno, así como intentó alguna vez con Errázuriz…
Uno era cabro entonces, tenía 23 años, era idealista. Si uno se dedica a la política, hay que entrar a la mafia. Eso es hoy la política, una mafia. No me considero en esa sociedad; además, pienso que los políticos deben dedicarse a hacer leyes y no andar regalando canastas familiares y prometiéndole a la gente trabajo, créditos, proyectos. Como sociedad hemos caído muy fuerte.
Pero si no trabajan cercanos a la gente es difícil que sean reelectos ¿o no?
Falta educación cívica; que la gente sepa distinguir cuáles son las funciones, pero a ellos les conviene. Cuando se sepa que, por culpa de ellos, aprueban una ley…. Hay diputados que a la gente le hablan en español, pero votan en inglés. Si no pregunte por qué los bancos tienen tasas tan altas de interés, y por qué las AFP y las isapres prosperan. La gente alega, pero no tienen idea que el senador equis tiene una tasa de interés de 0.8% y a ellos le dan una de 1.75 % y que le dieron un crédito al hermano del senador y a ellos no, porque se compró una participación en la isapre.
Y a usted no le gustaría meterse ahí, limpiar, ordenar…
Tendría que dejar mis negocios. La mafia es muy fuerte y puede destruirme. La mafia está en los dos lados: Derecha y Concertación. Lo que hoy está haciendo el PPD, PR y PC es lo que el país necesita: un equilibrio entre el crecimiento y las necesidades de la gente; no podemos tener tasas a 2,7% por un crédito de consumo, una AFP en que sólo pierda el trabajador, una isapre donde todos se quedan callados y nadie dice nada ante los abusos; no podemos tener los insumos básicos de la luz, el agua y el teléfono a los valores que están. Nadie en Chile quiere que las cosas vuelvan a ser dominio del Estado, pero tampoco puede haber tanto abuso en manos de privados. Ninguna persona puede pagar cuentas de luz de $25 mil si gana $250 mil, ¿cómo la luz va a ser el 10% de sus ingresos?

Al Caribe

Este singular empresario que no deja quieta ni la calculadora ni los celulares mientras responde- “tengo dos, uno para la pesca, el otro para el campo”- confidencia que necesita $5 millones para pasar el mes, sin considerar que alguien de la familia se enferme. Y cuenta que, con gusto y felices, se han ido en tres oportunidades de vacaciones al Caribe (Playa el Carmen) con los 17 armadores del sindicato y sus familias. “El mundo no termina en Lota ni en Concepción y que viajemos, no debe llamar a sorpresas: a veces uno se gasta $40 millones en un repuesto. Aquí, la gente está acostumbrada a gastarse 2 millones y medio de pesos mensuales -con un barco- y las señoras de los pescadores a comprar en Modas Evita, Almacenes Paris y Romestch. Van a reventar, porque ahora no les va a dar; si pescaban 3 mil toneladas a 85 lucas, ahora van a pescar 2.400 a 60 mil pesos.
¿El comercio se va resentir, diría?
En Concepción y Coronel. Vea las tiendas que hay ahí siendo una ciudad tan chiquitita; en sus casas, los pescadores tienen plasmas y algunos hasta dos bañitos y bien que se lo merecen ¿por qué no? Eso les ha molestado a los gobiernos de la Derecha y la Concertación, porque siguen pensando que ser artesanal es ser pobre.
¿Cuáles son sus planes? ¿Emigrar al Perú como han hecho otros artesanales?
No, nací en Chile y en Lota y me voy a morir y enterrar aquí. Todos mis proyectos están vinculados al desarrollo de esta ciudad: Pretendo construir un hotel cuatro estrellas para desarrollar el turismo, un varadero semi industrial y un colegio subvencionado para que los niños aprendan a hablar inglés desde kínder; que tengan la misma oportunidad que han tenido mis hijos. Además, una ciudad del deporte y la cultura, un espacio paras evitar el alcoholismo y la droga. Nos vivimos quejando de estas calamidades, pero si los cabros quieren jugar ajedrez, no hay dónde. Es lo que quiero hacer en los próximos diez años si tengo salud y vida. Uno tiene que desarrollar su ciudad, su pueblo, sus raíces y no andar regalando la plata que se ganó aquí con la gente en Perú, cuando aquí hay cesantía. Me parece hasta antipatriota, pero son empresas que buscan mayor rentabilidad.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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