Es una reconocida activista del Body Positive. También es vocal couch, empresaria, está a punto de lanzar una nueva canción y se casa pronto. Deslumbró con sus habilidades de baile en un programa de talentos, pero, sobre todo, es una sobreviviente del bullying, que supo convertir malas experiencias en energía para compartir positivamente desde las plataformas sociales. Le va genial. Y sus sueños continúan al ritmo de su hit Mueve el ombligo, que espera seguir cantando, dice, hasta el fin de los tiempos.
El 5 de julio de 2003, la vida de Christell Rodríguez tomó un color distinto. Se presentó en un programa especial del programa de talentos Rojo, que se realizaba excepcionalmente en La Tortuga, en Talcahuano, y su vocecita de 5 años encantó y enterneció a la audiencia. Vinieron los viajes, el hit Mueve el ombligo, y muchas luces y espectáculos para la entonces pequeña promesa de la canción.
Convertida en una mujer, empresaria y artista, Christell hoy tiene 24 años, está a punto de casarse y viene librando desde hace tiempo una batalla por lograr que las personas aprendan a lidiar con dificultades, acepten su cuerpo o sus diferentes condiciones para derrotar las malas prácticas sociales, como el bullying o la discriminación.
“Es que todo parte desde mi experiencia”, explica la joven influencer a la que siguen más de 426 mil cuentas en su Instagram @christell_oficial. Desde sus plataformas sociales suele animar y brindar mensajes de apoyo, de ánimo, de positivismo, en un mundo virtual donde las burlas se han vuelto cada vez más intensas y nocivas.
Christell Rodríguez Carrillo es hoy una reconocida activista del Body Positive, y si bien los comentarios que reaccionan a su material son en gran parte esperanzadores, llenos de buenas vibras y fe, no faltan los que la han hecho asustarse, llorar y hasta temer por su vida.
GOLPERARON MI PERSONALIDAD
En octubre de 2021, fue amenazada de muerte por un usuario que se obsesionó con sus contenidos y que le envió audios refiriéndose despectivamente a su imagen. Las amenazas fueron de tal calibre que en varias instancias le aconsejaron denunciar, ya que las intimidaciones eran tan explícitas que involucraban a amigos y cercanos. El autor de estos audios decía conocer su domicilio y rutinas.
– Has tenido que lidiar siempre con este tipo de relaciones, cuando niña padeciste bullying y reconoces que eso influyó mucho en tu personalidad. ¿Cómo lo superaste?
“Todos tenemos procesos distintos. Yo tuve una adolescencia y una etapa escolar complicada, lo que me llevó a tener hartos problemas personales que finalmente terminaron siendo más grandes de lo que me había dado cuenta. Toque fondo. Vi cuánto me había afectado, todo el miedo que me generó y cómo eso me paralizaba para seguir avanzando. Percibía que tenía que cambiar todo lo que soy para ser aceptada y eso no es así. Al final, tomé una decisión de no cambiar, de quererme como soy, con todas y cada una de mis partes. A raíz de ese proceso y experiencia hablo en redes sociales”.
-¿Colapsaste en algún momento o fue un proceso más interno?
“Yo viví el bullying por muchos años. Y eso es una marca que te cambia todas las percepciones de las cosas. Es lo que me llevó, junto a mi familia, a tomar la decisión de cambiarme de colegio para dar vuelta la página al fin. En general, yo siempre he sido una persona responsable, que cumplo, que tengo buenas calificaciones, pero estaba sufriendo y bajando mis notas por todo lo que me pasaba. A raíz eso le pedí a mis papás alejarme del colegio donde no podía sentirme bien, donde llegar era más bien una especie de castigo. Tuve otra oportunidad. Llegué a un lugar, no sé si mejor, pero sí con personas mejores, que me hicieron sentir más tranquila. Obviamente todo ese dolor provocó dudas en mí y en la forma de verme, que golpearon mi personalidad y que me insegurizaron, que dañaron mi identidad y muchas otras cosas que no había advertido hasta que me tocó el desafío de vivir sola. De ahí vino el tocar fondo y utilizar las comunicaciones también como una instancia terapéutica para mí y para la comunidad que he formado desde las redes”.
-Pero estar en redes también es una exposición, y siempre hay gente que opina y maltrata.
“Yo creo que enfrentarse a esas situaciones es también parte del proceso. Hay cosas que uno debe asumir sola. Defenderse sola. Así ha sido y así he crecido. Mi familia ha sido un pilar, nunca me han dejado de dar apoyo y soporte en ningún sentido. Tampoco nunca me he alejado de mis creencias y mi fe. Tengo una manera de vivir y sigo participando de la iglesia y de eventos cristianos. Es una actitud de vida que voy a mantener por siempre y eso también es una gran ayuda”.
-Con ese mensaje de aceptación diste uno de los momentos altos en el programa Aquí se baila. Hiciste llorar al jurado, abriste sensibilidades y tú estabas muy emocionada…
“Lo he dicho hasta hoy. Ha sido una de mis mejores experiencias televisivas. Conocí personas maravillosas, hace poco grabé el videoclip de mi canción nueva, donde participan bailarines del programa. Fue bonito lo que trajo. Logré darme cuenta de las capacidades que tengo, independientemente de que no soy bailarina. Fue un momento de exploración personal y de desafíos, de confiar en mí y de atreverme a hacer otras cosas también. Si pude traspasar esa vivencia al público, al jurado, fue una tarea cumplida, y que es coherente con el contenido que encuentras en mis plataformas. Yo me emociono de ver cómo la confianza puede llevarte a cumplir sueños, esos mismos sueños que a veces se paralizan con el miedo”.
SOY UNA COMUNICADORA
-Y esto de ser influencer, ¿buscabas de nuevo la TV?
“Sinceramente, no tengo idea cómo ha sido, nunca he buscado que me llamen de la televisión. Mi relación con la TV ha sido siempre esporádica. No sabría explicar por qué es así. Y en las redes sociales mi discurso siempre ha sido muy genuino. Ahora lo considero un trabajo. Mi misión es generar un contenido de valor que sea bueno y aporte a quien lo vea. Proporcionar comunicación, confianza. Hay personas que se atreven a contar sus historias, y también es maravilloso que otros se identifiquen conmigo, y que se deje de ver a la artista o a la persona pública como un individuo diferente, que muchas veces se idealiza. Mi contacto es transparente. La gente que tiene exposición pública pasa por penas, por procesos complejos y tiene una vida difícil, como todos. Eso hay que sincerarlo, y estoy orgullosa de lo que he logrado en ese sentido, que la gente lo aprecie. Me encanta que me apoyen y que los integrantes de mi comunidad se apoyen entre ellos”.
-¿Tus estudios de fonoaudiología te dan soporte para generar ese contenido?
“Lo que evoco en redes sociales lo hago en base a la experiencia de lo que viví en ese tiempo oscuro, y que de cierta forma es un proceso que mantengo hasta hoy. Psicóloga no soy, y no podría atribuirme un conocimiento así. Sí hablo de lo que lo que a mí me ha pasado, cómo he podido superar momentos duros, y ha sido bonito porque se creó una comunidad con la que me gusta mantener un contacto bien estrecho y hacerla crecer”.
-Pero abarcas hartas cosas, el maquillaje también es un fuerte de tu relato en redes…
“Sí, es que soy maquilladora profesional y tengo una tienda online. Me encanta también esa parte. Yo no me considero una cantante nada más, creo que soy una artista integral, empresaria y dentro de todo eso me muevo por distintos planos, porque he descubierto que tengo habilidades y facetas diferentes en el mundo artístico. Creo que soy ante todo una comunicadora”.
-Esta es la forma en que pensaste que ibas a ser “cuando grande” … durante tus inicios en Rojo.
“Nunca quise ser parte del espectáculo. Yo quería ser cajera de supermercado hasta los 10 años. En mi niñez lo más entretenido era jugar en una planilla Excel. Cuando terminé el colegio ya comencé a definir lo que iba a ser mi carrera. Ahora estoy terminando fonoaudiología y aparte de maquilladora también soy vocal couch certificada. De hecho, trabajé con algunos concursantes del programa The Voice. Uno, incluso, llegó a la semifinal y estoy muy orgullosa. Espero poder profesionalizarme en esa área y llegar a formar una academia. Lo primordial es que siempre quiero aprender y voy a ir explorando todas las áreas que pueda para darle un sentido a esa energía y experiencia”.
-¿Todavía cantas Mueve el ombligo?
“Hasta que me muera voy a cantarla. Tengo una canción en Spotify, otra que está a punto de salir también y hartos proyectos… entre ellos el más importante. Me caso en febrero…”.
-¿También hasta la muerte?
-“Sí. Él es una persona maravillosa”.