El fármaco Disulfiram aplicado por inyección garantiza estar un mes sin beber. Evita abandono del tratamiento o el auto engaño por voluntaria ingesta oral del medicamento.
Las cifras son dramáticas en Chile, ya que el 20% de la población adulta es bebedor con problemas y dependientes del alcohol. Y el antecedente más golpeador lo entregan estudios del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE), que muestran un aumento del consumo y una disminución en la edad de inicio de la ingesta, que en la actualidad alcanza un 59,11%. Ese incremento no trae consigo un aumento de cobertura en el Sistema de Salud Pública, no obstante que la cirrosis hepática es una de las primeras causas de deceso en Chile.
El alcoholismo es un flagelo que golpea a todos, sin distinción de clase social, aunque en los estratos altos se tiende a esconder, pero el drama que viven las familias con un paciente con esa patología es el mismo, como también las dificultades para un tratamiento efectivo.
Las imágenes frecuentes de jóvenes bebidos y las estadísticas de trágicos accidentes causados por ese factor son una voz de alerta para toda la sociedad.
ABANDONO DEL TRATAMIENTO
Jacqueline Sepúlveda Carreño, docente de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción, con un doctorado en Austria, advierte que el principal riesgo de la aplicación por vía oral del fármaco Disulfiram -utilizado para combatir el alcoholismo crónico y que produce una reacción de fuerte aversión al consumo de alcohol- es el abandono del tratamiento y el autoengaño respecto de su ingesta en que caen muchos pacientes. Explica que, tras una recaída dejan de ingerirlo y si la familia lo entrega de manera enmascarada en su comida, tampoco resulta, porque ese fármaco, como tiene un olor y sabor característico, es detectado fácilmente. “La persona sabe que necesita ese medicamento, pero el deseo de consumir alcohol es mucho más fuerte. Y decide no tomarlo o mentirle a su familia o al terapeuta, señalando que lo está haciendo, con lo cual se pierde toda la efectividad del tratamiento aplicado”.
Advierte que para reforzar todo el apoyo psicosocial que deben recibir los enfermos con esa patología crónica, mientras más tiempo esté sin consumir alcohol, mayores son las posibilidades para cambiar su complejo perfil sicológico caracterizado por una autoestima baja, temor al fracaso, complejos cuadros emocionales y cambios en la personalidad. “La sobriedad nos da tiempo para que el paciente vuelva a creer en sí mismo y se dé cuenta que está recuperando a su esposa, hijos, familia, amigos y hasta su fuente laboral en un proceso de reinserción creciente. Por ello, insisto, es prioritario que esté sin beber por un tiempo razonable”.
PELLET:NO SIEMPRE EFECTIVO
La doctora Sepúlveda sentencia que también el tratamiento con la aplicación de pellet de Disulfiram presenta riesgos y no siempre es plenamente efectivo. Es de administración subcutánea y dolorosa, debido a que se requiere un implante, lo que genera una reacción adversa a un cuerpo extraño. Muchas veces los pellets se les desprenden al paciente, siendo, además, una opción muy invasiva “Con su formulación no se alcanzan niveles sanguíneos terapeúticos estables, es decir, no garantiza plenamente que la persona esté protegida contra el consumo del alcohol por un determinado período”.
LA NUEVA OPCIÓN
La científica sostuvo que los riesgos de abandono del tratamiento y de la relativa efectividad en el caso de aplicación del fármaco Disulfiram, ya sea por vía oral o implantes de pellets, la motivaron a liderar un proyecto, junto a otros tres investigadores, para generar una nueva tecnología para una formulación farmaceútica parenteral, de liberación sostenida de Disulfiram -no disponible aún en el mercado nacional- que servirá de apoyo a la rehabilitación psicosocial de la dependencia del alcohol.
Reconoce que el gran desafío era buscar una formulación que no generara dolor ni inflamación, como ocurría con el preparado parenteral de microgránulos de Disulfiram, ya que debido a su falta de solubilidad, tenía que ser administrado con lidocaína (droga calmante) Tras la investigación iniciada el año 2005, a la que se sumó una veintena de profesionales entre siquiatras, médicos generales, sicólogos, asistentes sociales, anestesistas, químicos analistas, se concluyó con éxito en una nueva formulación del fármaco por vía parenteral. Se logró a través de una serie de modificaciones físico químicas que permitieron aumentar la solubilidad del Disulfiram y elaborar un preparado de liberación sostenida con una gran efectividad, sin efectos locales o secundarios.
SÓLO UNA INYECCIÓN
“Ello implica que basta con aplicar una inyección a una persona una vez al mes y queda protegido frente al consumo de alcohol, provocándole un proceso de tal aversión que, simplemente, frena su ingesta. Eso nos otorga el tiempo necesario para que un paciente alcohólico pueda recibir todo el apoyo multidisciplinario requerido para superar esa adicción, junto con disminuir las recaídas post tratamiento”, explica la doctora Jacqueline Sepúlveda.
Destaca que es un gran aporte del grupo investigador y de la Universidad de Concepción para mejorar la eficiencia del tratamiento contra el alcoholismo en Chile, que es el principal problema de salud del país. La gran ventaja es que, independientemente del sector social o económico, cualquier persona tendrá acceso a la nueva formulación del fármaco. Las únicas limitaciones dependerán de las características clínicas de cada paciente, aunque su aplicación es recomendable para la mayoría de quienes sufren alcoholismo, enfatiza la doctora Sepúlveda, con quince años de docencia en ese plantel superior penquista.
Sostiene que la gran aspiración que tienen como científicos es que, junto con una pronta salida al mercado nacional de esa nueva formulación farmaceútica del Disulfiram, éste sea incorporado por el Ministerio de Salud con su entrega gratuita a las personas más vulnerables y sin los recursos económicos para adquirirlo, como parte de los programas públicos impulsados para combatir esa adicción.
La doctora Sepúlveda admite que el resultado fue producto de un gran sacrificio y esfuerzo, debido a que debieron probar muchas fórmulas antes de llegar a la ideal, comenta. Y agrega que los estudios pre clínicos se hicieron en laboratorios y las experiencias pilotos en animales.
EFECTIVIDAD COMPROBADA
Sobre su efectividad no tiene dudas, tras la aplicación durante seis meses en pacientes con diagnóstico de dependencia del alcohol del hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente de Concepción. “Se obtuvieron muy buenos resultados clínicos y la presencia de ese fármaco pudo ser detectada más de 30 días desde su aplicación por vía de inyección o parenteral. No produce dolor y sólo genera las mínimas molestias de cualquiera inyección corriente”, reconoce con mucha satisfacción.
En cuanto a la evaluación del tratamiento en sus componentes psicosociales, señala que mediante una serie de test previos y posteriores a la aplicación del Disulfiram con la nueva formulación que lograron, se pudo comprobar un incremento en la autoestima laboral, académica, emocional, familiar y física. Además, un 64% de los pacientes tratados presentaron una mejora del 77% en sus habilidades comunicacionales (capacidad de expresarse).
La doctora Sepúlveda destaca en cuanto a los trastornos de personalidad que se derivan del alcoholismo, que un 65% presentó una disminución de la ansiedad y un 50% mostró una baja en los niveles de neurosis que presentaban previamente, como respuesta a la ansiedad que sufrían por su dependencia alcohólica.
También se pudo constatar que quienes recibieron el tratamiento por el período de seis meses, en un 32% mejoraron sus rasgos de personalidad hacia el equilibrio entre la introversión y extroversión.
El proyecto contó con aportes del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF) de 380 millones de pesos y los otros 280 millones de pesos se lograron con financiamiento del CONACE, el Ministerio de Salud, a través del Servicio de Salud Concepción, y del laboratorio Andrómaco. Destacó que la investigación está terminada, en etapa de transferencia tecnológica por parte de la Universidad de Concepción, es decir, en el trámite jurídico de la obtención de una patente nacional e internacional. Será el laboratorio Andrómaco el encargado de la producción y comercialización del fármaco en su nueva formulación.
EL DISULFIRAM
Es un fármaco que interfiere el metabolismo del alcohol inhibiendo la acción de la aldehidodeshidrogenesada. La acumulación acetaldehido produce una reacción de una fuerte aversión al alcohol en el paciente que ayuda a su voluntad de dejarlo de consumir.