Potenciar un proyecto educativo cuyo centro es el estudiante; crecer en calidad, a través de la mejora continua en todos sus procesos; avanzar en iniciativas de innovación y transferencia tecnológica, y ofrecer trayectorias formativas flexibles son algunos de los desafíos que marcarán el quehacer de esta ingeniera civil.
A principios de 2021 asumió como vicerrectora del Instituto Profesional Virginio Gómez (IPVG) la ingeniera civil de industrias Claudia Mora Méndez, magíster en Dirección de Empresas mención Tecnologías de Información, y magíster en Docencia para la Educación Superior. Además ha desarrollado diversos postítulos, entre ellos, de Planificación Estratégica y de Gestión de Instituciones de Educación Superior. Desde 2013, es miembro del Comité de Expertos para el Departamento de Fortalecimiento Institucional de la Subsecretaría de Educación Superior del Ministerio de Educación, y cuenta con una vasta trayectoria ocupando cargos académicos y directivos en distintas casas de estudios superiores. De hecho, hasta 2020 ocupó el cargo de Directora de Desarrollo Institucional en el IPVG.
Por ello, dada su preparación y experiencia, no fue sorpresa que fuera la primera mujer en toda la historia del Instituto escogida para liderar la Vicerrectoría.
Sobre este hito, la profesional reconoce asumir este desafío con motivación por el rol que debe jugar la educación técnico profesional en el país, y afirma: “nunca ha estado en duda que las mujeres tengan las mismas capacidades de los hombres, aunque por el momento no se traduzca en la igualdad de acceso a cargos directivos”.
Claudia está casada y es madre de dos pequeños niños, y durante 20 años ha sido capaz de compatibilizar su rol profesional y familiar. “La participación de mujeres en cargos directivos nos permite incorporar una visión que se caracteriza por un fuerte compromiso en cada función que asumimos y, al mismo tiempo, la convicción de que el liderazgo requiere impulsar la colaboración en los equipos de trabajo. Como vicerrectora, sé que mi primera responsabilidad es con los jóvenes que nos escogieron y sus familias. Por ello, mi obligación es responder a la confianza depositada en el Instituto, entregándoles competencias para el trabajo y la vida profesional que les permitan insertar se en el mundo labor al”.
Gestión en pandemia
2020 fue un año de grandes desafíos para el I.P. Virginio Gómez, que desde un principio dedicó sus esfuerzos a garantizar la calidad de la f ormación vía online.
Las iniciativas se han orientado a ayudar a los estudiantes a resolver sus problemas de conectividad, en especial a aquellos que residen en sectores rurales, entregando tablets y cerca de 4 mil becas de conexión a Internet, además de ofrecerles un sistema de apoyo psicológico. “Capacitamos continuamente a nuestros docentes con herramientas que les permitan desarrollarse adecuadamente en la modalidad virtual. Asimismo, considerando que la formación que impulsamos se basa en el ‘saber hacer’, hemos privilegiado los periodos sin cuarentena para el desarrollo de talleres y laboratorios, manteniendo todas las medidas de seguridad necesarias, lo que ha sido respaldado por la entrega del Sello Covid por parte de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción”.
Nuevos desafíos
Todas estas iniciativas, tendientes a cuidar la salud de sus estudiantes, así como a garantizar la calidad de su formación, permitieron lograr un exitoso proceso de matrícula 2021, y aumentar su tasa de retención respecto de 2020.
“Sabemos que hoy Chile enfrenta un escenario complejo, pero queremos ser un aporte en la reactivación económica, por lo que seguiremos impulsando la formación integral de los técnicos y profesionales que aportan al desarrollo sustentable de las regiones y del país”, dice Claudia Mora.
Además, con la finalidad de seguir creciendo y responder a los desafíos que plantea la Ley 21.091 de Educación Superior, el Instituto reorganizó sus principales procesos, mejorando la gestión y los mecanismos de aseguramiento de la calidad. “Nos hemos planteado como desafío para los próximos años consolidarnos en calidad, fortalecer la innovación y el emprendimiento para una efectiva transferencia tecnológica con el sector socio productivo, además de continuar ofreciendo a nuestros estudiantes trayectorias formativas flexibles”.
Para cumplir con su misión institucional, el IPVG ha impulsado la formación de técnicos y profesionales ligados a las áreas de energías renovables, eficiencia energética y medio ambiente, apuntando a ser una institución reconocida por la formación de personas comprometidas con la sociedad y el desarrollo sustentable del país. Ejemplo de esto es la generación de un plan estratégico sectorial que busca lograr una mayor vinculación con el mundo socio-productivo, por medio de una transferencia tecnológica real que sea aplicable a la industria o en el medio laboral de los estudiantes. De igual modo, trabajan en el desarrollo de una plataforma tecnológica para complementar la formación presencial de los alumnos, incluyendo mecanismos y metodologías de primer nivel para lograr las competencias que los estudiantes requieren. Todo esto viene a consolidar la capacidad del IPVG de seguir creciendo y aportando con técnicos y profesionales para el desarrollo de las regiones del Biobío y Ñuble.