El fallecimiento del sumo pontífice marca el inicio del periodo de sede vacante y activa un protocolo fúnebre que él mismo reformó para reflejar su estilo austero. En los próximos días se realizarán los ritos de despedida, se sellará su departamento, se destruirá su anillo y se iniciarán los preparativos para el Cónclave que elegirá a su sucesor.
“A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre”, con estas palabras, el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia Católica, anunciaba el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio, el pontífice número 266. Su partida marca el inicio del periodo de sede vacante y activa el protocolo de despedida que él mismo reformó durante su pontificado, buscando una mayor sencillez y cercanía con los fieles.
Lo que viene
Tras la muerte del papa se inician una serie de rituales y procedimientos que culminan con la elección de su sucesor.
Durante el periodo de sede vacante, es el cardenal camarlengo el encargado de administrar los bienes y el gobierno de la iglesia.
De acuerdo con lo que informó la Santa Sede, este lunes, 21 de abril, a las 20.00 horas, el cardenal Kevin Joseph Farrell presidirá el rito de la constatación de la muerte y la colocación del cuerpo en el féretro.
Luego, como parte de los ritos fúnebres, se sella el apartamento papal y su anillo es destruido para evitar falsificaciones.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, indicó que el traslado del cuerpo del papa a la Basílica Vaticana para el homenaje de todos los fieles podría ocurrir el miércoles 23 de abril de 2025, pero que las modalidades que se establecerán se comunicarán mañana (martes 22), tras la primera Congregación de los Cardenales.
Según informó La Tercera, con el fin de que su fallecimiento reflejara la misma austeridad que caracterizó su vida, Francisco modificó las directrices tradicionales para los funerales papales. A diferencia de lo que ocurrió con sus predecesores, no será colocado en un pedestal en la Basílica de San Pedro para que sus restos embalsamados sean velados y visitados. En su lugar, se celebrará un velatorio público en la mencionada Basílica, y su cuerpo se mantendrá dentro del ataúd.
Además, él, antes de su muerte, solicitó que se eliminaran ceremonias tradicionales, como el uso de tres ataúdes de diferentes materiales.
Una vez elegido, el nuevo pontífice acepta el cargo y elige su nombre papal. Luego, el cardenal protodiácono anuncia al nueve líder la iglesia católica al mundo con la frase: “Habemus Papam”.
De esta manera, su funeral será más sencillo y menos ostentoso. Sobre su lugar de sepultura, a diferencia de la tradición de enterrar a los papas en las Grutas Vaticanas, Francisco expresó su deseo de descansar en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, debido a su profunda devoción a la Virgen Salus Populi Romani. Sería sepultado en una capilla sencilla en la nave izquierda de dicho templo.
Cónclave
Entre 15 y 20 días después del fallecimiento del papa, los cardenales menores de 80 años se reúnen en el Cónclave, en la Capilla Sixtina, para elegir al sucesor. Las votaciones se hacen en secreto. Cuando se elige un papa, se quema una papeleta especial que genera humo blanco (si no hay elección, el humo es negro).
Una vez elegido, el nuevo pontífice acepta el cargo y elige su nombre papal. Luego, el cardenal protodiácono anuncia al nueve líder la iglesia católica al mundo con la frase: “Habemus Papam”.