Conócete a ti mismo: el valor de nuestra bio-individualidad

/ 14 de Marzo de 2024

 

Dr. Manuel Acuña Medina
Medicina de Estilo de Vida
Medicina Integrativa.

 

Basta con levantar la vista en la calle y mirar a los demás, observar fotos de otras personas, o ver una película o documental y llegaremos a una clara conclusión: todos somos distintos. Nuestra forma externa es particular, y cada ser humano puede diferenciarse fácilmente de otros, es decir, somos seres únicos.

También tenemos noción de esta singularidad desde algunas particularidades biológicas únicas, reconocidas por todos, como nuestra huella digital, nuestra genética, o nuestra herencia de color de piel, pelo u ojos.

Hablaremos de este concepto de singularidad denominándolo bio-individualidad, término que alude a que cada ser humano presenta una genética única e irrepetible, un código genético que está presente durante toda nuestra vida, en permanente interacción con el ambiente o nicho ecológico. Y serán justamente las resultantes de estas interacciones las que irán generando permanentemente lo que reconoceremos como: individuo humano.
Cada uno de nosotros tiene gustos particulares, reaccionamos de manera diferente al frío o al calor e, incluso, podemos tener alergias específicas que hagan de un determinado alimento algo mortal para nuestra biología.

También nuestra anatomía presenta individualidades. Algunas son fácilmente identificables, pues están a la vista, pero también hay otras en nuestros órganos internos, que pueden ser relevantes de conocer. En este sentido, podemos mencionar la dextrocardia, una situación particular y poco común en que el corazón se ubica al lado derecho del tórax. Imagínate lo importante de conocer esto antes de una cirugía del corazón, por poner un ejemplo extremo… Y así son miles las posibilidades de individualidad que repercuten en nuestro diario vivir.

Otro ejemplo de nuestra bio-individualidad son las necesidades de nutrientes, pues dependiendo de nuestra genética y de nuestra actividad diaria, necesitaremos determinados tipos y cantidades de ciertos alimentos. Y estos requerimientos nutricionales específicos son una muestra más de la importancia de conocernos biológicamente, ya que saber lo que nuestro organismo realmente necesita nos permitirá tomar buenas decisiones que repercutan en la mejora continua de nuestra salud.
Pero, entonces, ¿qué hago para conocer mi biología? Es probable que nuestro organismo esté permanentemente enviando señales que nos ayuden a tener nociones de esto: gusto o antojo por un alimento, aversión a alguna sustancia en particular, necesidad de tomar agua o de descansar. Es esta sintomatología específica la que nos indica acciones concretas que nuestro organismo necesita que incorporemos.

“Mientras más conocimiento biológico preciso y específico tengamos, más podremos desarrollar rutas concretas de salud que sean creativas y potencien nuestro vivir, minimizando la posibilidad de enfermedades… conocer estas características bio-individuales te permitirá tener un mejor vivir y cumplir tus objetivos de manera óptima”.

Un buen ejemplo de esto es el síntoma de “pica”: en anemias importantes el organismo reconoce la necesidad de fierro, y en el individuo nace un deseo prácticamente incontrolable de comer cosas que no son alimentos, como tierra… Nuestra biología nos habla. Nuestra biología es única, y a través de la sintomatología se comunica.
Lamentablemente, en tiempos modernos es cada vez menos la atención (incluso de los profesionales de la salud) que se presta a los síntomas como mensajes importantes de nuestro ser biológico. Es por ello que otras alternativas para conocer nuestro sistema pueden ser herramientas importantísimas que complementen el conocimiento bio-individual.

En esta línea, la precisión biológica a través de biomarcadores de sangre y otros exámenes es una alternativa objetiva de autoconocimiento que puede ofrecernos una guía y un curso de acción claro para potenciar la capacidad de nuestro cuerpo y mente, y alejarnos de la posibilidad de desarrollar enfermedades o desequilibrios.

Por ejemplo, si conozco los valores de mis vitaminas en sangre (vitamina D o B12) -los que se pueden obtener en cualquier laboratorio- puedo reconocer en mí la necesidad de tomar sol, de aumentar el consumo de ciertos alimentos o de suplementarme de manera adecuada.

Estas son medidas concretas. La simple teoría muchas veces no basta por la gran variabilidad individual que tenemos. Mientras más conocimiento biológico preciso y específico tengamos, más podremos desarrollar rutas concretas de salud que sean creativas y potencien nuestro vivir, minimizando las posibilidades de tener enfermedades.

Por eso, un importante punto de partida es reconocer que eres un ser biológico único e irrepetible, y que conocer estas características bio-individuales te permitirá tener un mejor vivir y cumplir tus objetivos de manera óptima.

Conversa con tu médico, o con algún profesional de la salud de tu confianza, para conocer qué exámenes pueden aportar en este camino, desde pruebas genéticas (cada vez más disponibles) hasta biomarcadores, exámenes de imagen y otros.
Conócete a ti mismo. Es la clave para gozar de una salud fuerte y vibrante.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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