Han sido días devastadores ¿Quién podría dudarlo? Sin embargo, las demandas que originaron esta crisis nos permitieron entender que nuestro enfoque en la eficiencia descuidó aspectos sociales que son tan importantes como el desarrollo económico y, eso, nos invitó a replantearnos cómo debemos comenzar a construir un nuevo Chile.
Ricardo Gouët Bañares,
Presidente Cámara de la Producción y del Comercio Biobío.
Y así como hemos sufrido por la división de nuestro pueblo, también hemos sido testigos del acuerdo alcanzado por los representantes de la política, quienes dejaron de lado sus ideologías, entendiendo que estaba en juego el resguardo de los derechos esenciales de todos los chilenos.
Quienes tenemos en nuestras manos la oportunidad de entregar mejores oportunidades a la comunidad, estamos llamados a asumir el desafío y a canalizarlo de una manera más cercana y expedita. Los individualismos nos han dividido, generando desigualdad e inequidad. Ahí es donde debemos enfocarnos, todos y cada uno de los actores de la sociedad.
Como gremio empresarial de la región, desde la CPC Biobío creemos que la gran tarea para los distintos sectores productivos está en transformar a empresas y comunidad en aliados estratégicos. Para ello es necesario volcar la mirada en nuestros colaboradores, entender sus razones y necesidades, sus preocupaciones y metas… conocernos.
Lograrlo requiere de un replanteamiento de nuestras formas de hacer, exige que nos sentemos con nuestros equipos y conversemos sobre aquello que nos hace sentir bien, lo que podemos mejorar y cómo nos comprometemos para lograrlo.
Y así como debemos mirar lo que sucede en nuestro interior, también surge la oportunidad de generar nuevas alianzas, nuevas formas de trabajo, fortaleciendo la colaboración, el apoyo mutuo y así generar valor para esas acciones, para que desde ese nuevo escenario enfrentemos desafíos más grandes.
La mirada positiva de la crisis está en las oportunidades que trae consigo.
De manera casi natural, los gremios, empresas, organizaciones sociales y sindicatos de trabajadores nos unimos para solicitar juntos a las autoridades políticas que pusieran urgencia a la necesaria unidad y búsqueda de acuerdos.
Ese ejemplo, y otros tantos que conocimos en estos días, reflejan que si logramos entender nuestras legítimas diferencias, primará el respeto, valor en el que se sustenta la sana convivencia en una sociedad más inclusiva y transversal.