La versión oficial dice que regresó desde Cuba para darle un nuevo respiro e imprimirle un liderazgo más ejecutivo a estos últimos meses de gobierno en la Región. Aunque la oposición y algunos de sus compañeros de partido sostienen que vino a ordenar las filas de la Concertación para asegurar un triunfo en este complicado año electoral. Él prefiere tomarse con calma toda esta polémica, advierte que no se abstendrá de emitir sus opiniones respecto de la obra del Gobierno, pero que no permitirá proselitismo en horarios de trabajo ni con dineros del Estado.
Aunque llegó a Chile a comienzos de diciembre pasado, por estos días el intendente Jaime Tohá González debe estar recién terminando de instalarse en la nueva casa que habitará por los próximos doce meses junto a su esposa Moira Lavandero C. en el sector de Lonco, en Concepción. La propuesta que le hizo la Presidente de la República para hacerse cargo por segunda vez de la Región del Bío Bío, mientras se desempeñaba como embajador en Cuba, requería no sólo una respuesta rápida, sino que también un traslado urgente para asumir las nuevas funciones en la intendencia.
La Moneda buscaba dar un golpe de timón en esta zona muy relevante electoralmente y el perfil ejecutivo de Jaime Tohá calzaba perfectamente con la idea de imprimir eficiencia a esta última etapa del gobierno convocando acuerdos, agilizando proyectos o solucionando problemas de implementación que no fueron resueltos por sus antecesoras.
Por eso tuvo que viajar a Chile solo, mientras su mujer se quedaba en la isla finiquitando todos los detalles para dejar la residencia que ambos ocupaban en el exclusivo barrio de Siboney, en La Habana, en la misma zona residencial donde viven los altos mandos del gobierno cubano. Recién hace un par de semanas el matrimonio Tohá Lavandero pudo reunirse en Concepción para iniciar los trámites de su mudanza.
La urgencia del llamado tampoco permitió que en su rol de embajador de Cuba siguiera trabajando en las coordinaciones de la cuestionada visita que este mes realizó a ese país la Presidente Bachelet, con motivo de la inauguración de la Feria Internacional del Libro (donde Chile fue invitado de honor). Una misión a la que le había puesto mucho empeño por tratarse de un hecho histórico al ser el primer viaje de un mandatario chileno a la isla, luego de la gira de Salvador Allende en 1972.
Pero como militante disciplinado no podía negarse a la solicitud que le hiciera su Presidenta y compañera de partido para trabajar desde la Región del Bío Bío, en los meses que restan de su gobierno. Hoy, instalado en su oficina ubicada en el cuarto piso del nuevo edificio de la intendencia y con una ajustada agenda que no considera vacaciones ni para él ni para sus más cercanos en el Gobierno Regional, los temas de Cuba parecen incomodarle. Es más bien cauto y se cuida de emitir opiniones que pudiesen herir ciertas sensibilidades. “Usted comprenderá que no puedo responder sus consultas no por falta de voluntad mía, la Cancillería requiere rigor, Cuba tiene su embajador y no corresponde que opine de aquello, le ruego me disculpe”, nos dice de partida, cuando le consultamos si estaba o no de acuerdo con la decisión de la Primera Mandataria de no reunirse con la disidencia al régimen. Por la misma razón tampoco aclara la veracidad del veto que impondría el gobierno cubano a las reuniones entre las visitas oficiales y personeros de la disidencia.
-¿Qué opinión se pudo formar de Raúl Castro y de las reformas que está promoviendo para mejorar la calidad de vida de los cubanos?
Yo en esto voy a ser muy breve porque como le dije no corresponde, por el cargo que yo ocupo, estarme hoy refiriendo a esos temas, pero sí decir que me quedo con la impresión de una persona muy cálida, sencilla y afable que tuvo la especial preocupación de llamarme por teléfono cuando él estaba aterrizando en La Habana de regreso desde Brasil y yo partía al aeropuerto a tomar el avión para volver a Chile. Tuvo la gentileza de llamarme, para decirme que lamentaba que no pudiésemos despedirnos personalmente.
-¿Y Fidel Castro, entiendo que no tuvo la posibilidad de reunirse con él durante los dos años y medio que Ud. encabezó la misión diplomática en Cuba?
Él cayó enfermo al poco tiempo de mi llegada, así es que desgraciadamente eso nunca llegó a concretarse. No dio el tiempo.
En Dawson no había off- side
Durante su estada en Cuba, Michelle Bachelet dio a conocer la Agenda Cultural 2009, una nutrida presentación de actividades artísticas que son parte de un programa desarrollado por la Cancillería en conjunto con el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Entre ellas destacó un homenaje al cineasta Miguel Littin, hombre cercano a la izquierda chilena, colaborador de Salvador Allende, director de Chile Films en 1970, que debió salir al exilio para vivir en México y luego en España.
Si bien Jaime Tohá no participó en el reconocimiento a Littin en tierras cubanas, pues decidió no viajar a la isla (aún cuando la Presidente de la República lo había incluido dentro de la numerosa comitiva que la acompañaría) por estar concentrado en sus funciones en la Región, el destino podría juntarlos en Chile cuando el cineasta estrene la película Dawson: Isla 10, que trata sobre el período de relegamiento en este base de la Armada de la mayoría del Gabinete y cercanos colaboradores de Allende (entre ellos Jaime Tohá entonces Ministro de Agricultura) luego del 11 de septiembre de 1973, como Sergio Bitar, José Tohá, Orlando Letelier, Clodomiro Almeyda, Fernando Flores, Osvaldo Puccio (padre e hijo), Arturo Jirón, entre otros.
Aunque su personaje no es protagónico, la cinta mostrará situaciones muy importantes de su detención en esta isla de la Provincia de Magallanes, período que se extendió desde el 15 de septiembre de 1973 hasta octubre de 1974, luego de la cual logró salir al exilio a México. Uno de ellos es el momento en que su hermano y Ministro de Defensa de Allende, José, es sacado de Dawson por su precario estado de salud. Instante que cobra relevancia por tratarse de la última vez que Jaime Tohá ve con vida a su hermano, quien murió meses más tarde en el Hospital Militar, producto de las intensas torturas a las que fue sometido.
La película, basada en el libro homónimo de Sergio Bitar que debería estrenarse en agosto próximo, ha suscitado varias polémicas entre algunos de los protagonistas que le han imputado a Littin el relatar hechos que no están muy apegados a la realidad. Jaime Tohá en cambio sostiene que no tiene ni una referencia de la película, “ni siquiera sé si aparezco en ella”, dice.
-¿Cómo cree Ud. que será revivir esta experiencia tan dolorosa a través el cine?
No lo sé, porque no estoy seguro si la voy a ver.
-¿Y por qué no la vería?
Porque en general, y no hablo de esta película, sino de otras que vi y que se referían a hechos históricos que a uno le tocó vivir, es complicado porque uno encuentra que hay de más o que hay de menos, y que no fue exactamente así. Y es natural porque son películas de ficción, no son testimonios, entonces a veces uno sale con una sensación encontrada, por eso pienso que no siempre es recomendable leer o ver testimonios escritos o fílmicos en los cuales uno es actor, pero no es que tenga algo en contra de la película, Miguel Littin es un gran amigo, un gran director y sé por lo que he leído en la prensa que ha trabajado con mucha seriedad, pero el ir a verla o no es un acto personal.
-Una de las escenas de la cinta mostrará la salida de su hermano José de Dawson ¿cómo fue ese momento?
Son momentos que uno va valorando a medida que pasa el tiempo. Uno en esos instantes no piensa “es la última vez que lo voy a ver”, uno siempre tenía la esperanza de que habría un mañana. Pero sin duda que ahora ese instante tiene una tremenda importancia, porque nosotros en general nos alegrábamos cuando alguien salía de Dawson, siempre cabía la pequeña esperanza que fuera para bien, lamentablemente éste no fue el caso de mi hermano.
-¿Pensó alguna vez que no saldría vivo de Dawson?
No, jamás (se detiene para pensar). Salvo algunos días en que se nos señaló que si había cualquier intento para rescatarnos, primero nos eliminarían a nosotros. De hecho hubo 4 ó 5 noches que a las dos, tres o cuatro de la mañana se iniciaban unos tiroteos y ráfagas de metralletas y morteros.
-¿Es cierto entonces que ellos pensaban que habría un desembarco de submarinistas rusos que se supone rescatarían a este importante círculo de cercanos de Allende?
Esa historia la supe mucho después. Qué cosa más absurda, pero tuve conocimiento de ella mucho tiempo después de que dejé la isla.
-Dicen que otra de las escenas importantes sería la recreación de un partido de fútbol donde ustedes se enfrentan a sus captores, durante el cual se vivieron momentos muy tensos ¿Realmente ocurrió esto?
Sí, se daban esos espacios y claro que eran intensos. Imagínese que el árbitro estaba armado. Y en un momento cuando le fuimos a alegar por una jugada, él llevó la mano hacia el cinto (en señal que sacaría su arma) y nosotros le dijimos: “tiene toda la razón no fue off – side”. Pero teníamos jugadores muy buenos, como Arturo Jirón (el médico personal de Allende), él era un tremendo jugador, él podría haber sido un buen jugador de fútbol profesional. Yo siempre fui mediocampista, un 10 clásico, y había otros que tenían mucho potencial, de manera que nos defendíamos. Pero los partidos en Dawson eran como los amistosos de la Universidad de Chile y Colo Colo, era una manera de descargar energías, entonces actuábamos con bastante vehemencia, con lesionados y todo eso.
-¿Nunca ha tenido deseos de venganza después de todo el sufrimiento que implicó para Ud. su prisión en Dawson?
No, y le doy dos o tres razones; primero los principios. Yo jamás le desearía al adversario, bueno en ese caso nosotros éramos los enemigos no adversarios, pero jamás se me ocurriría tener una actitud de la misma naturaleza que tuvieron conmigo, por dura que haya sido. En segundo lugar, porque hay que sobreponerse cuando uno sabe que hay muchas cosas en la vida, proyectos, ideales que significan algo importante y que no se destruyen y nunca se han destruido por la represión; y en tercer lugar, porque hubo gente que lo pasó infinitamente peor que yo.
-¿Cómo se ha sentido cuando le ha tocado toparse en alguna situación con quienes directa o indirectamente son responsables de las situaciones que vivió tras el golpe militar?
La pregunta hay que hacérsela a quien causó el daño. Yo me siento perfectamente bien.
-¿Alguna vez hubo gestos o disculpas de esas personas hacia Ud. o su familia?
Desde luego que sí hubo gente que siendo adversarios muy enconados tuvieron gestos de humanidad hacía nosotros para tratar de aliviar nuestra situación. Jaime Guzmán, Jorge Alessandri, Miguel Otero, por nombrar algunos.
-¿De qué manera lo ayudaron?
Fundamentalmente haciendo gestiones, infructuosas, pero gestiones al fin, para aliviar situaciones de prisión, de maltrato y posteriormente en el exilio tan prolongado.
-Jaime Guzmán es considerado uno de los ideólogos de la dictadura ¿Ud. lo ve de manera distinta por la ayuda que le brindó?
Yo parto de la base que él hizo lo que pensó que era justo hacer, y porque además lo podía hacer. Reconozco hidalgamente su ayuda y eso no hace cambiar para nada la tremenda diferencia de pensamiento que había y que sigue existiendo respecto a su legado político.
El regreso
Mucho se especuló sobre que el regreso de Jaime Tohá a la Intendencia obedecía en primer lugar a intereses electorales, versión que no sólo fue validada por la Oposición, sino también por dirigentes del PS local. Su llegada a la zona, dijeron, tenía como objetivo ordenar a la Concertación para asegurar el triunfo en la Región en las elecciones venideras. De allí que desde la Alianza le advirtieron que estarían muy pendientes ante cualquier asomo de intervencionismo electoral.
-¿Puede dar garantías que ni Ud. ni ningún funcionario de Gobierno en la Región usará sus cargos para intervenir electoralmente en las próximas elecciones? ¿Se puede dar garantías reales?
Depende, si se entiende por intervención electoral que yo diga que el Gobierno de la Concertación le ha traído mucho progreso a este país y que, según mi opinión, un nuevo Gobierno de la Concertación sería mejor para Chile que un gobierno de la Alianza, entonces estamos liquidados. En qué lugar del mundo a alguien se le ocurriría catalogar estos hechos como intervencionismo. En Estados Unidos el Presidente hace campaña a bordo del Air Force One por todo el país y allá a nadie se le ocurre decir que eso es intervención. Entonces defender la obra de la Concertación y decir lo que yo pienso realmente, para mí no es intervención electoral. Ahora, si Ud. me dice que con recursos públicos se va a hacer proselitismo, en horas de trabajo y que hay funcionarios que andan haciendo campaña en lugar de hacer su pega, yo digo bienvenida las denuncias y tomaremos las medidas que correspondan.
-Sin embargo, puede haber gente que no esté de acuerdo con su interpretación, porque espera que un intendente sea el jefe del gobierno regional y el representante del Ejecutivo en la Región y no el líder de la Concertación.
Yo acá soy el representante de la Presidenta de la República, una Presidenta que fue elegida por una coalición, pero yo a eso le respondo de la manera siguiente. En la elección pasada yo era intendente y no sé si Ud. alguna vez escuchó sobre alguna denuncia en contra mía, revise en la prensa a ver si hubo una sola denuncia de intervención electoral en contra mía.
-¿Qué se sintió al saber que su designación no consiguió el consenso de su primera vez como intendente y, por el contrario, hubo muchos ataques en su contra?
No lo sé, eso debe hacer sido antes que yo llegara porque, después de haber asumido nunca me he sentido atacado ni nada de eso. Ahora sentirse atacado porque el adversario político lo cuestiona a uno, eso es parte de la política, no me puedo sentir atacado, porque son las reglas del juego.
-Ud. prometió que como intendente trabajaría con todos sin exclusiones. ¿Podrá seguir cumpliendo con esta promesa cuando se acerque la época de las elecciones y se comiencen a caldear los ánimos entre la Concertación y la Alianza?
Yo creo que sí, porque ya hay resultados bastante palpables, hay comisiones público privadas trabajando, hay empresas que han puesto el apoyo de sus mejores profesionales, por tanto esto está funcionando ahora. Pero si todo esto deja de funcionar no va a ser por mi responsabilidad.
-También se le criticó por compromisos que Ud. hizo durante su gestión que luego no se cumplieron ¿Cómo es posible que gobiernos de una misma coalición no puedan asegurar la continuidad de sus proyectos de un período a otro?
Es que todos los proyectos que se acusó no se habían cumplido están absolutamente vigentes. Por ejemplo, del peaje Chaimávida, siempre dijimos que se iba a retirar cuando se construyera la autopista a Cabrero. Esa autopista se va a licitar este año y el peaje va a ser retirado de su actual ubicación en unos meses. Me criticaron por la Plataforma Logística, y ya se aprobaron los recursos para construir los accesos. Y los estudios para la extensión del Vitoreen ya comenzaron.
Todos los elementos más significativos de mi gestión anterior están plenamente en desarrollo. La concepción territorial de la Región, en plena vigencia; en el tema de innovación, Innova Bío Bío está vivita y coleando; la ciencia y la tecnología han tenido un desarrollo importantísimo, entonces realmente las cuestiones esenciales y estratégicas están vigentes y todas han tenido avances.
-¿Cuál es el proyecto que más anhela concretar en este año de gestión como intendente?
El inicio del Parque Tecnológico, quiero que el Bicentenario en la Región del Bío Bío quede marcado a fuego por la transición de una economía basada en la exportación de recursos naturales a una economía basada en la acumulación de conocimientos y el Parque Tecnológico yo diría que refleja ese camino, porque generará esos lazos entre la investigación e innovación y la productividad de las empresas que por mucho tiempo en este país han circulado por carriles distintos.
-No puedo dejar de preguntarle por Pingueral, entiendo que Ud. vendió su casa allí, pero como ex vecino ¿está de acuerdo con que se respete el dictamen que da libre acceso a su playa?
Yo estoy porque se respeten todos los dictámenes legales. No tengo los antecedentes exactos que motivaron esta situación, pero sea cual haya sido hay que respetar la Constitución y las leyes, en este caso lo que el Tribunal Constitucional determine, eso es lo que se tiene que hacer.