Cada año que termina siempre está rodeado de un sinfín de acontecimientos que se dejan caer justo en la última quincena del mes. Es así como de la nada nos vemos envueltos en cierres anuales, balances, finalización de actividades académicas, compras, amigo secreto y otras tantas situaciones que hacen que estos últimos días del año no sean fáciles. Todo lo anterior es entendible si se trata de un cierre de periodo, pero en ningún caso justificable como para dejar de lado esas tradiciones que tienen que ver con la recuperación de espacios y sabores a favor de todos los integrantes del hogar.
Nada debiera ser tan importante como para no generar una actividad que nos evoque momentos gratos, o al revés, el tener momentos gratos con nuestros hijos para que sean ellos quienes los añoren en el futuro y así los puedan repetir en las generaciones venideras.
La cocina es, sin duda -y no por que lo diga yo-, uno de esos espacios en los cuales siempre se puede generar un registro de felicidad y qué mejor si ello involucra a toda la familia. Después de todo, cuando en conjunto participa la familia es posible pasar por alto aquello que nos agobia con tanta fuerza en estas últimas semanas del año.
Creo que los menús de fin de año deben ser los señalados por la tradición y por nada del mundo me atrevería a sugerirle que los cambie o que empiece a experimentar con el sacro menú de Navidad o de año nuevo. Si en algún minuto pregoné las creativas e innovadoras ideas de los mousse de cola de mono, soufflé de pavo asado o las espumas de porotos verdes con cebolla -de lo cual no reniego- debo admitir que es algo que no comparto en este momento de mi vida. Si tiene pensado hacer un pavo asado por favor hágalo y no cambie el cola de mono por el Baileys, mucho menos la galletas caseras por esas embasadas, aunque hay algunas tiendas de nuestra ciudad que las hacen muy buenas. Lo último es en mérito de aquellas familias que por años han conservado recetas tradicionales y caseras de alto nivel.
Por último, nunca olvidar que parte de la fiesta de fin de año tiene que ver con el cumpleaños de un señor que nos dejó un mensaje de humildad y amor al prójimo y que en ningún caso nos sugirió comprar en forma desmedida.
Galletas de Navidad
Ingredientes:
3 tazas de harina
2 tazas de mantequilla
1 taza azúcar flor
1 yema de huevo
Ceste de limón
Opción 1
1/2 cucharadita de canela en polvo
Opción 2
1/2 cucharadita de cardamomo
Preparación:
En un bowl tamice la harina y el azúcar flor. Luego agregue la mantequilla, yema de huevo, ceste de limón y una de las opciones sugeridas. Ahora bien, puede optar por ambas reduciendo a la mitad sus cantidades. Trabaje hasta formar una masa homogénea. Evitae el exceso de fricción para que la masa no tome temperatura.
Dejar en reposo la masa por al menos dos horas. Luego extienda la masa con uslero a un grosor no superior a los 0.5 cms. y finalmente corte las formas deseadas (estrellas, árboles, cometas, etc.)
Para hornear se requiere temperatura media alta y no más de 20 minutos. El tiempo siempre dependerá de la capacidad del horno.
Cola de Mono (*)
Ingredientes:
1⁄2 botella de agua ardiente
1 litro de leche natural
1⁄4 kg. manjar
1 taza de azúcar granulada
1 cucharada de café
1 canela en vara
3 clavo de olor
5 unid. cardamomo
1 estrella anís
Ceste de un 1⁄4 limón
Preparación:
Llevar a ebullición la leche con el azúcar. Luego agregar los demás ingredientes excepto el agua ardiente. Hervir sólo un par de minutos a fuego bajo, a fin de que extraer al máximo los aromas y sabores de los ingredientes.
Esperar a que la mezcla se enfríe para filtrar e incorporar en forma paulatina el agua ardiente. Se sugiere probar la bebida para llegar al grado alcohólico deseado. Finalmente, refrigerar al menos un día y servir siempre frío.
(*) Receta original de Loreto Alvarado.