Roger Sepúlveda Carrasco
Rector Universidad Santo Tomás
Región del Biobío.
La región del Biobío, reconocida por su vitalidad industrial, además de su rica diversidad social y económica, se encuentra actualmente en un punto crítico.
El panorama se ve ensombrecido por una serie de desafíos que amenazan con debilitar su musculatura industrial y afectar su desarrollo futuro. La real amenaza de cierre de importantes empresas como Huachipato, la disminución en la actividad pesquera, las dificultades en el sector forestal y los problemas en el sector portuario son señales claras de que se necesita una acción decisiva y urgente para revertir esta situación.
El eventual cierre de Huachipato -CAP Acero- emblemática empresa siderúrgica, no solo representa la pérdida de empleos, sino también un golpe a la identidad industrial de la región y, de pasada, a nuestro ego. Este suceso es solo la punta del iceberg de una serie de retos que la región enfrenta. La baja en la actividad pesquera, atribuida a diversos factores como regulaciones ambientales restrictivas y falta de certeza jurídica, han impactado negativamente en la economía local, afectando a pescadores y a empresas del rubro.
Asimismo, el sector forestal enfrenta complejidades en términos de superficie plantada, costos de abastecimiento y pérdida de empleos, que alcanzan a 3 mil puestos de trabajo anuales, lo que ha generado incertidumbre en una industria que históricamente ha sido uno de los pilares económicos de la región. Por último, el sector portuario, si bien es una de las principales puertas de entrada y salida de productos, enfrenta desafíos en términos de competitividad y eficiencia operativa.
Además, es fundamental fortalecer la educación y capacitación de la fuerza laboral, para que esté preparada para las necesidades del siglo XXI. Esto incluye programas de reconversión laboral para aquellos afectados por el cierre de empresas tradicionales, así como el fomento de la educación técnica y profesional en áreas de alta demanda.
En cuanto al sector forestal, se requiere mayor firmeza en la lucha contra la inseguridad, para evitar los incendios forestales intencionales, así como las usurpaciones y un enfoque industrial que busque la diversificación de productos. Esto no solo garantizará la viabilidad a largo plazo de esta industria, sino que también contribuirá a la conservación del medio ambiente.
En el caso del sector portuario, es necesario invertir en infraestructura y tecnología para mejorar la eficiencia operativa y la competitividad internacional. Además, se deben establecer alianzas estratégicas con otros puertos y actores del comercio internacional para aprovechar al máximo el potencial de la región como centro logístico.
En resumen, si bien la Región del Biobío enfrenta desafíos significativos en su camino hacia el desarrollo, también cuenta con importantes oportunidades para reinventarse y prosperar. Sin embargo, esto requerirá de tres condiciones fundamentales: nuevos liderazgos, compromiso conjunto de todos los actores involucrados y de una visión a largo plazo que priorice el bienestar económico y social de la región en su conjunto. Es hora de actuar con determinación para construir un Biobío más fuerte y próspero para las generaciones venideras.