El centralismo es una realidad transversal a todos los ámbitos del desarrollo de nuestro país. Y la cultura no está exenta de aquello. Para nadie es un misterio que la mayoría de las actividades artísticas y de los espacios para su difusión se concentran mayoritariamente en Región Metropolitana y para qué hablar de las oportunidades de acceder a eventos culturales de marca mundial.
Aún así hay iniciativas destacables. Por ejemplo, está el esfuerzo de las productoras locales que apuestan por traer eventos a las regiones -sobre todo en el ámbito de la música popular- que hasta hace un tiempo sólo era posible ver en Santiago, o el trabajo de Corporaciones, como la de la Universidad de Concepción, que hace un par de años comenzó a desarrollar importantes montajes de factura propia. A ellas se suman las pequeñas asociaciones que amparan a los talentos regionales de acuerdo a sus posibilidades.
En 2004, el Gobierno central anunció la instalación en Valparaíso de la sede del Consejo Nacional de la Cultura. Sin embargo, las instancias de decisión relacionadas con la asignación de fondos siguieron concentrándose en la capital. Así lo confirma la Directora Ejecutiva de la Corporación Balmaceda 1215 y ex jefe de Gabinete del Ministro José Weinstein, Marcia Toloza, en la entrevista central de nuestra sección de cultura.
Lamentablemente, a esta situación debe agregarse la desconfianza que aún existe en regiones sobre la calidad de sus productos artísticos que se manifiesta en el escaso apoyo que reciben de la comunidad, tanto en la oferta de espacios como en la asistencia a los distintos eventos.
Por eso, como ya hemos repetido en estas páginas, ya es hora de convertirnos en protagonistas de los cambios y no quedarnos sólo en las posturas lastimosas ante el centralismo imperante. Es necesario priorizar la gestión cultural en regiones y comprometer el respaldo de la empresa privada y de las autoridades locales y regionales.
El aumento a un 2% del porcentaje del FNDR que los CORE pueden destinar a cultura es una instancia que no se puede desaprovechar pero, lo más importante, es sociabilizar la idea de que en regiones también se puede hacer arte y de una calidad igual o superior a la proveniente desde el centro.