A través de distintas plataformas -cine, arquitectura, música e impresos, entre otras- se logra narrar una historia con reminiscencias de Stalker, Soy Leyenda y Solaris, dando forma a un proyecto transmedia que navega libremente por todos los soportes.
Una verdadera innovación cultural, a cargo de República Portátil y Terko Films, se está desarrollando en Concepción. Se trata del proyecto transmedia Deshabitado, obra cuya historia se desarrolla a través de la conjugación de una plataforma territorial, con el cine, el cómic, dispositivos móviles, sala de arte, música, plataforma web e impresos.
Su primera etapa fue el levantamiento a mediados de noviembre, en la Plaza de los Tribunales de Concepción, del módulo Pabellón Deshabitado, estructura de ocho metros de alto que, durante tres días, permitió al público acceder a esta plataforma donde -al bajar la luz de día- múltiples imágenes cubrían a los espectadores desde todas direcciones, dando pie a que comenzarán a armarse “el mapa mental”, con distintas configuraciones del tiempo y el espacio, para traer a Fidias, el protagonista de la historia, quien debía realizar una verdadera travesía a lo largo de parajes post apocalípticos hasta encontrar la torre del Guardián para relevarlo de su tarea. Experiencia que se repitió en Balmaceda Arte Joven, según cuenta Julio Suárez, arquitecto participante del proyecto.
Nace la idea
Hace cinco años, un grupo de jóvenes profesionales de la zona conoció a Fidias, personaje que vivía en una casa deshabitada y próxima a ser demolida, y decidieron irse a vivir con él. Desde su propia experiencia comenzaron a encontrar vestigios de la vida de este hombre: “Nos volvimos ‘okupas’, pero haciendo una ocupación creativa de la casa. La usábamos como laboratorio, taller de fotografía, lugar de realización de escenografías… comenzamos a transformar esta casa deshabitada en un taller de cine, la idea era hacer lo que más pudiéramos con ella”, señala Felipe Zúñiga, asistente de arte y productor de efectos especiales de Deshabitado.
“El hallazgo nos motivó a emprender este viaje de imaginar una ciudad abandonada, una tierra desolada, pero desde las herramientas del género fantástico, construyendo un nuevo territorio, una zona cercada, sus fantasmas, sus recuerdos, y a quienes alguna vez hicieron de ella su hábitat… y así, usando locaciones reales, sin intervenir, brindamos un testimonio desde un documental-ficción”, cuenta Suárez.
A raíz del filme, cuyo director es Francisco Olivares, se generó una serie de proyectos paralelos que se vinculan con el diseño, la gráfica, el reciclaje, la música, la arquitectura y la ambientación. “Así, el discurso se hace más amplio, multidisciplinario y colectivo, en la búsqueda de generar una obra que navegue por todos los soportes, en todos los lenguajes, en búsqueda de la obra total”, afirma Alexis Figueroa, guionista del proyecto.
Agrega que siendo ésta una iniciativa que conllevaba mucho trabajo y muchas horas-hombre, decidieron aprovechar la creación de un Fondart para Arte de los Nuevos Medios en provincia. “Postulamos y nos lo adjudicamos, lo que vino a ponerle nuevos bríos al proyecto”.
Paisaje como protagonista
Deshabitado tiene un protagonista esencial y permanente que es la ciudad. El paisaje visto como protagonista es un ente vivo, la Zona como se le denomina en el cortometraje, ente que tiene una personalidad que empieza a afectar a los personajes, que se ven sometidos al paisaje de la Zona, que se manifiesta con ciertos vapores, los atrapa y los convence de lo que se está viviendo.
Cuando estaban a la mitad del proyecto, el 2012, sobrevino el terremoto, “lo que no hizo más que darnos más locaciones para esta ciudad post apocalíptica, nos llenó de elementos surrealistas ideales para el proyecto”.
Para las locaciones se usaron sitios eriazos, lugares que están en la periferia de la ciudad, un Concepción absolutamente distinto al que vemos habitualmente, “y que también es hermoso, expresivo, un patrimonio no oficial de Concepción. Aquí cada cierta cantidad de años se sufre un sacudón y de repente te encuentras con que se cayó un cuarto de la ciudad, ves gente rompiendo vidrieras y dicen ‘tomémonos todo, porque se perdió el orden’, sobreviene un estado de excepción, bajan los militares y tú dices qué es esto, y ves que Talcahuano o Dichato ya no existen… Concepción se presta para esta idea de atemporalidad, no es una ciudad en que veas la historia arquitectónica en sus calles, los escenarios cambian, como penquistas no tenemos memoria histórica. Pocos saben que en sus 500 años de vida, la ciudad ha soportado 16 desastres naturales y un número parecido de desastres humanos, fue incendiada y saqueada y se ha mantenido. Hay pocas ciudades en el mundo que hayan sido sistemáticamente borradas y vueltas a construir por personas que no tienen conciencia de que eso les haya pasado, entonces nuestros vestigios y nuestras ruinas no tienen historia, se transforman en íconos abandonados. Eso se ve en Deshabitado, donde si bien quizás puedes reconocer Concepción, no es directamente, no sale ningún ícono penquista…”, dicen Figueroa y Suárez.
Mirada post apocalíptica
En el desarrollo del proyecto, la música también fue un elemento clave. Estuvo a cargo de Andrés Moreno y contó con la colaboración de Jorge “Yogui” Alvarado. “Fue todo un desafío por las características de las composiciones, más cercanas a las texturas sonoras que a la música propiamente tal, en donde la idea principal era que el sonido del film fuera capaz de ser un acompañamiento narrativo, que pudiera situar al espectador dentro del universo deshabitado”, cuenta Suárez.
Los gestores del proyecto coinciden en que una mirada post apocalíptica se ha adueñado del arte en Concepción, señalando que los espacios degradados e ideas de una modernidad corroída parecen ser la imagen que el ser humano tiene de su propio futuro. “Y se accede a esta imaginería a través de la idea de lo deshabitado, de lo caótico (…) Y el proyecto recoge eso: parte como una reflexión arquitectónica, cinematográfica, a la cual se le van agregando elementos que provienen de la literatura fantástica –Stalker, Soy Leyenda y Solaris, entre otros- para ir conformando un producto híbrido que en su temática presenta un eje clave en el mundo contemporáneo, que es la duda de la realidad”, puntualiza Figueroa, realidad que no es una sola, sino que depende del punto de vista con que se mire y que, por ende, es más de una, realidades que pueden superponerse o estar una dentro de otra, que es lo que se logra con Deshabitado.
Para finalizar el proyecto sólo falta la última etapa, un libro que saldría a la luz el próximo año y que reflexiona, desde un punto de vista teórico e ilustrado, el proceso de Deshabitado.