Una preparación distinta vivió un grupo de 8 alumnos del Colegio Alemán. Respondiendo al llamado del gobierno germano, el establecimiento, junto a otros tres presentes en Chile, se sometieron al Bachillerato, examen internacional trilingüe de finalización de estudios.
Es la segunda generación del Colegio Alemán Deutsche Schule que obtiene este diploma internacional, el Bachillerato, que permite a los estudiantes un ingreso paralelo a distintas universidades en convenio del mundo, sin necesidad de otras pruebas de admisión.
Cuatro alumnos cumplieron voluntariamente con los requisitos para el Diploma: Macarena Torres, Constanze Ihl, Martin Riedel y Juan Cofré, y para el Certificado: Pablo Nappe, Joaquín Lomas, Felipe Escobar y Juan José Moltedo.
La coordinadora del Programa, Marta Peña, explica que el Diploma es un programa de desarrollo académico donde los niños cumplen con seis asignaturas: Español y Alemán nivel superior, Historia Universal en nivel medio, Biología en alemán a nivel superior, Matemáticas nivel medio, e Inglés nivel medio. “En este Programa se profundizan los contenidos y los niveles de exigencia. Hay que cumplir con requisitos como redactar monografías, cumplir con el desarrollo transversal, estimular la creatividad y rendir un programa de Teoría del Conocimiento, donde se les entregan las herramientas para el pensamiento y análisis crítico y su posterior desarrollo, eso además de sus horas de estudio con su curso de origen. Esta preparación apunta a que tengan una exitosa vida universitaria y laboral”. Agrega que lo que se entrega es formación técnica desde lo académico y pedagógico, además de formación integral desde lo ético.
“Todo es corregido en el extranjero, lo que certifica que éste es un programa de calidad, pues todo se evalúa con un criterio de nivel mundial. Sus desempeños y logros están catalogados al más alto nivel”, puntualiza.
El equipo docente, por su parte, se prepara en forma permanente y ha sido capacitado por el grupo de Bachillerato Internacional, para interiorizarse de la metodología, formas de evaluación y criterios. “Lo que más nos sorprendió fue el resultado en Alemán, pues estuvimos a la par del nivel mundial. En Lenguaje, Matemáticas e Inglés, la calificación fue por sobre el nivel mundial, lo que valida nuestro enfoque trilingüe, y nos ha fortalecido como equipo, incluso hubo alumnos que obtuvieron nota 7, a quienes felicitamos especialmente. Se trata de: en Alemán, Juan José Moltedo; en Inglés, Martin Riedel y Juan José Moltedo; en Matemáticas, Felipe Escobar, Juan José Moltedo y Joaquín Lomas”.
Un gran desafío
Marta Peña también felicita a los docentes participantes: Carmen Petermann y Juanita Cabanilla, en Lenguaje; Gabriela Martin y Constanze Gruber, en Alemán; Alexander Zuber, en Historia en alemán; Claudia Oetzel, en Biología en alemán; Marco Barrales, José Miguel Torres, Oscar Monsalve y Ximena Olivares, en Matemáticas; Cristián Muñoz y Cecilia Pérez, en Inglés; Patricia Pérez, en Teoría del Conocimiento, y Monika Dreyer, en Cas.
Carmen Petermann, docente de Lenguaje, comenta el gran desafío que significó esta preparación. “Fue un cambio en el modelo de enseñanza que nos invitó a acercarnos a nuevos paradigmas, y estamos orgullosos pues el colegio siempre ha marcado pauta en eso, ayudando a generar nuevos espacios para el conocimiento”, comenta, agregando que éste es un programa riguroso, ordenado, y que para un resultado exitoso se necesita el buen trabajo del hogar, alumnos y profesores, y que fruto de esta preparación se obtienen cualidades como la autonomía, la responsabilidad y la probidad.
José Miguel Torres y Marco Barrales destacan lo bien que funcionaron las duplas formadas entre alumno y profesor, cuya meta era ganarle al Bachillerato. “En cada etapa fuimos aprendiendo filosofías distintas para abordar el trabajo, incluyendo nuevas tecnologías y distintas formas de evaluación. Los alumnos tuvieron la oportunidad de trabajar desde sus intereses, pues dentro de la estructura había libertad para abrirse a todo tipo de conocimiento”, especifican.
El programa fue una invitación a dar más, a una vida de creación y desarrollo de la perseverancia, del trabajo duro, definiendo un nuevo perfil de alumno, con habilidades para un mayor debate y mayor cuestionamiento, pero también más humildes.
Visión de los alumnos
Juan Cofré: “El Cas fue lo que me despertó las ganas de participar en todo nuevo proyecto. Fue un proceso, y aunque a veces sentía que el IB me quitaba tiempo, veía cómo se formaban lazos importantes con personas del grupo”.
Constanze Ihl: “Aunque al principio me costó, el IB fue una motivación permanente que me permitió desarrollar los temas en forma más profunda, despertar la creatividad. Fui incluso capaz de resolver problemas matemáticos. Antes me daba lata investigar más, no lo encontraba necesario, hoy sí, ir más allá es ahora una motivación personal”.
Macarena Torres: “Aprender a proponer y desarrollar la creatividad, pensar en nuevos proyectos y abordarlos de forma distinta, fue parte de nuestro día a día. La forma de trabajo de este sistema es muy innovadora. Aprendimos a respetar las opiniones diferentes, a generar un buen ambiente de discusión y a apoyarnos entre todos”.
Martin Riedel: “Fue un desafío competir conmigo mismo. Aprendí que si me propongo algo, lo logro, a cómo poner en práctica las ideas, a reafirmar y descubrir habilidades como hablar en público, antes inimaginable para mí”.
Juan José Moltedo: “Cada día, el desafío crecía, y era muy estimulante tener el plus que se trabajaba por un certificado internacional. Nos motivó el diseñar una nueva forma de cuestionar y, en lo personal, mejoré notablemente mi redacción”.
Pablo Nappe: “Sentirme más autónomo fue lo más positivo, iniciar un camino propio. Nos volvimos más cercanos, nos fuimos conociendo y valorando de a poco. Creo que maduramos de una manera especial”.
Joaquín Lomas: “Aprendí a argumentar mis ideas, descubrí que podía entender otros contextos, cosas tan lejanas para mí, como observar una obra de arte. Estoy acostumbrado a los cambios de ciudad, y gracias al básquetbol siempre me ha sido fácil integrarme, pero el IB me entregó algo nuevo, me sentí un profesional y me agradó mucho”.
Felipe Escobar: “Fue un mundo nuevo, sin fronteras, descubrí que los límites no existen, que los objetivos son alcanzables, y que podía analizar películas o libros de una manera diferente”.