Un Estado fuerte y con amplios poderes reguladores para enfrentar la crisis es una de sus propuestas más importantes. Su receta la aplica para sectores productivos, como la acuicultura en el sur; la educación superior y para el buen uso del agua. Advierte que está conciente que hay áreas donde los privados lo hacen mejor y que en temas de valores, el Estado no puede imponer su criterio sobre la conducta de las personas.
Hace dos años nadie pensaba en el senador DC Eduardo Frei Ruiz-Tagle como opción presidencial. Ni la gente de su partido ni la de la Concertación y, seguramente, ni él mismo. Venía de un período complicado, luego de una delicada intervención quirúrgica que lo llevó a replantear sus prioridades. Decía estar cansado de la “chimuchina” política y por ello había decidido abocarse de lleno a su labor parlamentaria en el sur. Nadie lograba sacarle una respuesta afirmativa cuando se le preguntaba si estaba dispuesto a competir nuevamente para llegar a La Moneda ¿Qué lo hizo cambiar? “Cómo dicen por ahí, el hombre propone y Dios dispone”, responde con su clásica risa y asegura que en su decisión pesó la idea de que no se podía botar por la borda todo lo construido por la Concertación.
Afirma que en estos momentos un gobierno de la Alianza no sería bueno para Chile por lo que ese bloque y su candidato presidencial representan. “Independientemente de las personas que lo integran, que pueden ser muy respetables, la visión de la derecha, desde el punto de vista económico, desde el punto de vista del rol del Estado, de la protección no son compatibles con lo que Chile necesita hoy”, sostiene de manera tajante. Porque en esta pasada Eduardo Frei defiende a ultranza la idea de un Estado fuerte y regulador. “No es que antes haya sido un privatizador y que ahora haya cambiado. No soy un estatista”, recalca, al tiempo que agrega que siempre ha reconocido que hay áreas donde los privados lo hacen mejor que el Estado, pero advierte que “esto de dejar todo a la competencia salvaje y que sea el mercado el que resuelva no puede seguir sucediendo”.
-Ha recibido críticas por no haber hecho una buena conducción económica durante la Crisis Asiática. Si lo eligen Presidente deberá reactivar la economía ¿qué propuestas tiene para eso?
Primero quiero decir que no tengo inconveniente en discutir sobre el manejo que hicimos de la Crisis Asiática. Si lo hubiera hecho mal, el 2000, cuando entregué el gobierno al Presidente Lagos, hubiésemos tenido crecimiento negativo, y crecimos 5%. El promedio de crecimiento en mi gobierno fue cercano al 6%, a pesar de la crisis. En cambio quienes me atacan por eso, durante la crisis del 82 endeudaron al país en 25 mil millones de dólares, quebraron todo el sistema financiero, tuvieron desempleo del 35%, paralizaron las políticas sociales, congelaron los sueldos de muchos sectores y prácticamente terminaron con las políticas sociales. Entonces que no me vengan a criticar cuando ellos manejaron el país mucho peor. Cuando llegué al gobierno aún estábamos con la deuda subordinada del Banco Central y tuvimos que sacar una ley para resolver el tema 15 años después.
-¿Pero no reconoce ninguna falta? Porque la tasa de desempleo superó los dos dígitos?
Yo nunca llegué a tasas del 35%, no endeudé al país en 25 mil millones de dólares.
-¿Entonces el manejo fue el correcto. No hubo errores?
Evidentemente que sí los hubo, yo no me creo Dios ni dueño de la verdad. Hay cosas, como la coordinación entre las autoridades de Hacienda y el Banco Central, que debió haber sido mucho más fluida. Creo que la autonomía del Banco Central debe tener sus límites o sus controles políticos. No puede ser que sus autoridades no respondan ante nadie.
-¿Eso fue lo que jugó en contra?
Faltó una mayor sincronización y sintonía fina entre esos dos elementos. Ahora, si analiza en lo grueso, hay estudios de autoridades económicas nacionales e internacionales que compararon a Chile con otros países latinoamericanos, con países de Europa del este y asiáticos. Y en todas las definiciones, Chile salió como el país que había manejado mejor la crisis, entonces esto es relativo, pero el problema es que nos llevamos pensando todo el día en lo que pasó hace 15 ó 20 años. La derecha siempre me saca al pizarrón por cosas sucedidas en el pasado. He hecho propuestas en educación, en seguridad, propuse la Constitución del Bicentenario. Pero cuál es el debate. No hay debate. Ni siquiera hay medios que los ponen, porque no les interesa el que haya debate de ideas.
-¿Y sus propuestas para la recuperación?
Nosotros para el escenario actual, en materia económica, creemos que vamos a pasar un año difícil, a pesar del buen manejo económico del gobierno. Si el próximo año partimos con una recuperación, el Gobierno deberá dar todas las facilidades, apoyar a los sectores más precarios, a las pequeñas y medianas empresas, que no dejemos todo al mercado, para que, por ejemplo, no vuelva a ocurrir lo de las salmoneras, donde había una competencia salvaje, sin regulación, donde contaminábamos todo… y a quién le pedimos ayuda al final: le fuimos a tocar la puerta al Estado para que resolviera las quiebras de las empresas. Eso no puede seguir sucediendo.
-Una de las modificaciones a la Ley General de Pesca, actualmente en discusión, permitiría entregar concesiones acuícolas a las empresas salmoneras sin límites de año y, además, les daría la posibilidad de dejar en prenda esa concesión a cambio de crédito ¿Se puede hacer eso con un bien nacional de uso público?
Por eso la ley se está discutiendo en el Congreso. Está en el Senado. Yo no la he visto en detalle, pero creo que hay que regularlo mejor.
-¿Aprobaría Ud. esa posibilidad de hipotecar el mar?
No, no se puede hacer eso. Hay que revisarlo.
-Hasta hace algún tiempo Ud. afirmaba que al Gobierno le faltaba audacia para invertir los recursos ahorrados. Hoy asumió una actitud distinta.
Yo nunca estuve en contra del Gobierno ni de la Presidenta. Fui presidente del Senado y colaboré en todo. Hubo dos puntos en que tuvimos diferencias. Uno fue el Transantiago y lo otro, las políticas de ahorro. Yo postulaba que parte de los excedentes había que guardarlos, pero otra parte había que gastarla. Qué ha pasado hoy. Incluso la derecha está reclamando porque dice que el gasto fiscal ha crecido mucho. En ese sentido, creo que a mediados del año pasado Andrés Velasco se puso las pilas y comenzó a gastar. Lo que ha hecho, gastar el 3 ó 4 % del PIB para la crisis, es una medida que hace dos años, cuando yo dije esas cosas, no se veía.
-¿Si es elegido Presidente ¿Mantendría a Andrés Velasco en el Ministerio de Hacienda?
Mire, hay algo que aprendí desde muy joven: primero se ganan las elecciones y luego se construyen los gobiernos. Hay algunos que andan repartiendo los cargos, ofrecen ministerios, porque saben que no van a llegar a la meta. Uno tiene que actuar con responsabilidad y el gabinete lo vamos a definir después que hayamos sido elegidos.
-¿Sería partidario de seguir expandiendo el gasto fiscal?
Hoy estamos gastando recursos que guardamos en la bonanza, pero sería imposible pensar que en los próximos años vamos a seguir gastando igual. Después no vamos a tener ese ahorro, por lo tanto, deberemos volver a lo que siempre hemos tenido, un equilibrio fiscal y, si hay bonanza, tener un superhábit estructural.
-¿De qué manera llevaría a cabo su idea de ampliar la red de protección social a la clase media?
En este momento ya hay algunas cosas que se están haciendo, como el Seguro para la Educación Superior, que anunció el 21 de mayo la Presidenta. Creo que hay que llegar a un seguro escolar, para que si la familia pierde el empleo, su hijo no pierda su educación, sea básica, media o universitaria. Estamos proponiendo construir otros 5 mil jardines de manera que paulatinamente lleguemos a la clase media, también hay que hacer una política hacia las pequeñas y medianas empresas que no tienen acceso a créditos bancarios ni a mercados internacionales.
ESTADO REGULADOR
-Regularía el sistema de educación superior. La Universidad de Los Lagos está prácticamente quebrada, ya tuvimos el caso de la Universidad de la República. ¿Cómo se protege a esos estudiantes?
Esa es la política de que el mercado lo resuelve todo, pero si uno se mete en eso dirían que se está atentando contra la iniciativa privada. Mi idea es que las universidades no pueden ser un negocio y que tampoco se puede dejar su regulación a la libre competencia.
-¿Bajo qué mecanismo el Estado podría regular las universidades?
Creo que hay que llegar a un acuerdo con las universidades. Yo fui muy cuidadoso cuando presenté mi propuesta de educación de no tocar el tema de la educación superior, porque necesitamos tener esos debates con los rectores y con los estudiantes y de eso sacar una propuesta de educación.
-Algunos de los candidatos presidenciales han propuesto nacionalizar el agua ¿Cuál es su opinión en este tema?
El agua es un bien nacional de uso público. Es así desde la época del código de Andrés Bello. El gran problema del agua no es de las sanitarias, no es el consumo. El problema es el regadío. Aquí en Chile más del 80% del agua se consume en un regadío precario y extendido, donde se pierde mucho de este recurso. Tenemos que cambiar y regular el tema del riego, y ahí sí que el mundo de la derecha va a poner el grito en el cielo. El primer proyecto de ley que modificó el código de Aguas, entró en el gobierno de Aylwin; después yo modifiqué el proyecto y vinimos a aprobarlo en el 2003, cuando volví como senador. Un proyecto que se debatió durante 10 años y al final tuvimos que negociarlo todo. Por eso propongo hacer una profunda modificación al Código de Aguas orientado específicamente a todos los sistemas de regadío. Necesitamos construir embalses y hacer modificaciones legales para que este bien nacional de uso público esté bien regulado.
-¿Es partidario de dar una salida al mar a Bolivia o de hacer un acuerdo de mar por gas, por ejemplo?
El 2000, a raíz de los acuerdos que estábamos logrando con Argentina y con Perú, el Presidente Banzer me planteó la necesidad que también conversáramos. Una vez me dijo: “Ud. conversa con el gobierno de Argentina; con Perú llega a acuerdo, pero con Bolivia nada”. Yo le contesté: “estoy dispuesto para llegar a un acuerdo”. A raíz de eso, en una reunión en Algarbe, Portugal, nos comprometimos a formalizar una agenda que incorporara el conjunto de la problemática chileno-boliviana. Y en eso se ha estado trabajando en los últimos años. Yo creo que gran parte del conflicto que tenemos con Perú es que ellos ven que hemos avanzado en conversaciones con Bolivia y quieren poner dificultad, porque siempre se han opuesto a una solución. Mi opinión es que tenemos que seguir trabajando y pensar que en el futuro debemos tener la capacidad de imaginar alguna solución que sea compatible, pero eso de cambiar mar por gas, esas cuestiones no han funcionado nunca.
FREI PROGRESISTA
-Para aumentar su apoyo en la campaña deberá atraer al progresismo. ¿Continuará haciendo guiños hacia ese sector?
Yo no le hago guiños al progresismo. Son otros los que dicen que cuando hablo de la píldora del día después estoy haciendo guiños. Yo les digo que hace 44 años se iniciaron los programas de control de la natalidad, se comenzaron a usar los dispositivos intrauterinos, los mismos que la derecha, a través de su presentación al Tribunal Constitucional, quiso botar. No inventamos el progresismo en materia de píldora, porque siempre hemos tenido una definición al respecto; lo que digo es que hay que adecuarse a las nuevas realidades y a los avances tecnológicos. Monseñor Goic pide preocuparse del día antes. Nosotros lo hicimos, el 96 instauramos las JOCAS para hacer educación sexual a los adolescentes. Hubo escándalo de la derecha, y al final todos esos programas se paralizaron. Cuando se hacen programas para prevenir el Sida los canales se niegan a pasarlos, entonces no podemos preocuparnos del día antes, no podemos hacer prevención del SIDA, no se puede repartir la píldora del día después. Qué quieren entonces.
-Da la impresión que para el mundo político el progresismo está restringido a temas de control de la natalidad o de opciones sexuales.
No, es que la derecha, en general, cuando habla de temas valóricos habla del sexo no más, no habla de la pobreza, de la colusión de las farmacias, siendo que eso es mucho más inmoral. Los temas valóricos para ellos son sexuales.
-¿Y por qué siguen polemizando en esas temáticas entonces?
Porque no se quiere escuchar lo que estamos diciendo. Yo dije que si la píldora se daba a menores de edad tenía que ser con consulta a los padres y el otro tema (de las uniones homosexuales), yo estaba hablando de derechos humanos, de que se regulara esas uniones de hecho para cuestiones de salud o de patrimonio. Cuando digo que soy progresista no estoy hablando de los temas valóricos, porque como Presidente no le puedo imponer a nadie esos temas. Más bien sostengo que hay acuerdos que buscar en la sociedad para ellos. Progresismo para mí es otra cosa, es una visión respecto de las políticas sociales, es una visión respecto del rol del Estado, respecto del tema económico. Progresistas hay en todos los sectores y yo creo representar hoy a esa gente y por eso es que recibo apoyos cruzados.
-¿O sea que no está dispuesto a perder su esencia por ganar votos?
-Nunca. Yo no voy a cambiar. Simplemente seguiré luchando porque en Chile, en ningún tema, siga habiendo discriminaciones odiosas.
PROPUESTA PARA REGIONES
Asegura que sigue cumpliendo con su trabajo parlamentario, aunque reconoce que tuvo que restringir a un viaje por mes sus visitas a su circunscripción. Pero advierte que sigue trabajando por los proyectos de sus regiones “porque como vivimos en un país centralista, los proyectos todavía se defienden en Santiago. Por eso hemos propuesto terminar con este sistema absurdo”.
– La Constitución establece la posibilidad de tener gravámenes de actividades que tengan clara identificación local, lo que permitiría que las empresas tributaran en las zonas donde realizan su actividad productiva, pero para ello se necesita una ley ¿Por qué Ud., que representa a una región, no se la ha jugado por esta ley?
Porque hay otras etapas que cumplir antes. Pienso que sería mucho más conveniente que traspasáramos los presupuestos a las regiones. Hoy las regiones no tienen definiciones por más del 25% del presupuesto de inversión. Por eso, la primera decisión que habría que tomar acá y, eso lo propusimos en la Constitución del Bicentenario, es que el 100% de los recursos se vaya a las regiones y que las regiones, a través del Consejo Regional (CORE), decidan cómo los invierte.
-Pero el Presidente del Core seguiría siendo el intendente, un funcionario de Gobierno.
-Mi idea es que en una primera etapa el intendente siga nombrado por el Gobierno, porque tenemos un país con un sistema presidencial centralista, y suponga Ud. que se elija a un intendente que sea contrario a la línea del Gobierno y que, por lo tanto, tenga una postura distinta en diversos temas que son importantes de consensuar. Como decía un amigo, los animales pueden tener cuatro o cien patas, pero no dos cabezas. Y tener en una región dos cabezas no resulta. Sí creo que a futuro tenemos que pensar en regímenes como los que hay en Europa, con mayor autonomía de las regiones, pero eso es un proceso, donde lo primero es hacer que la Región defina el 100% de sus recursos, con los equipos humanos para ese nivel de decisiones y con consejeros regionales elegidos por votación popular, o sea, un parlamento regional que defina esa inversión.