En Chile, cada año se registran cerca de 500 nuevos casos de cáncer infantil, siendo las leucemias el tipo más frecuente. El diagnóstico temprano es clave para superar esta enfermedad, y el tratamiento psicooncológico es una pieza fundamental durante todo el proceso.
Fuente: Agencia Voxkom.
Hoy, 15 de febrero, se conmemora el Día Internacional de Cáncer Infantil, fecha que busca crear conciencia sobre esta enfermedad que en Chile registra cerca de 500 casos al año en niños y adolescentes menores de 15 años, y que a nivel mundial se instala como la segunda causa de muerte en este segmento, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si bien existen distintos tipos de cáncer infantil, los de mayor frecuencia son las leucemias, los que afectan al sistema nervioso central y los linfomas, todos originados por el cambio genético de una célula, que luego prolifera, dando origen a tumores.
“A diferencia de los casos que afectan a adultos, donde factores ambientales o relacionados al estilo de vida influyen, en los niños no se han podido determinar las causas específicas que generan cáncer. Sin embargo, hoy en Chile el 78% de los pacientes diagnosticados logran superar la enfermedad, dando cuenta de la importancia de la detección temprana, que mejora significativamente la eficacia del tratamiento y la calidad de vida”, asegura el Dr. Nicolás Rojas, oncopediatra de RedSalud.
Añade que, aunque no hay un signo de alarma único claro, es crucial estar atentos a síntomas como palidez, moretones o sangrado sin explicación, aumento de volumen en alguna parte del cuerpo (huesos o ganglios, por ejemplo), fiebre prolongada sin causa aparente, dolor de cabeza persistente o vómitos, entre otros.
Abordaje psicológico en niños y adolescentes
Durante el proceso, la psicooncología ha demostrado ser una importante herramienta, que brinda apoyo emocional tanto a los menores con cáncer como a sus familias, desde el momento del diagnóstico hasta el tratamiento y, luego, tras él.
“La intervención psicooncológica facilita que la familia asimile el diagnóstico y el tratamiento. En el caso de los niños, debemos esforzarnos, por ejemplo, en preservar los aspectos normales de su vida, como el juego y la educación, para evitar que se sientan fuera de su entorno cotidiano. En cuanto a los adolescentes, la intervención debe considerar aspectos relacionados con la autoestima y la sociabilización propios de esa edad”, señala Ximena Rojas, psicooncóloga del Instituto del Cáncer RedSalud.
La especialista agrega que es fundamental evitar el lenguaje técnico y ofrecer explicaciones claras, complementadas por información de médicos y psicooncólogos. “Deben contar con el apoyo permanente de los padres, fomentar la comunicación abierta dentro del hogar y permitir que los niños hagan preguntas, adecuando las respuestas según su edad”.
También sugiere normalizar la experiencia de sentir diferentes emociones, tanto por parte del niño como de los padres, ya que forma parte integral del proceso. “El impacto emocional puede variar según la etapa de desarrollo y el estilo de vida de la familia. Los niños pueden sentir más ansiedad por la separación de los padres o miedo a las agujas, mientras que los adolescentes experimentan más depresión, rabia y ansiedad, con un impacto físico debido a los cambios que viven”.
Finalmente, la experta refuerza la importancia de desmitificar ciertas ideas sobre el cáncer, como que los tumores conllevan inevitablemente la muerte, además de contar con la información y contención oportuna, lo que puede contribuir positivamente al impacto que la enfermedad puede tener en niños y adolescentes. “Existe la percepción de que deben ser guerreros, pero estas afirmaciones pueden generar un impacto significativo, añadiendo más presión y culpa. La clave de todo radica en la escucha activa y en poder gestionar las emociones, ya que forman parte de un proceso de duelo por la pérdida de salud”, concluye.