El crimen que conmocionó a Temuco: Paso a paso, la muerte de Erica Hagan

/ 30 de Octubre de 2014

La joven estadounidense, al igual que su supuesto asesino, llevaban poco más de un mes en el Colegio Bautista de Temuco. Ella, a través de un programa de intercambio había llegado para apoyar la enseñanza del idioma inglés y colaboraría en la formación religiosa de los alumnos. Él, un técnico jurídico de 44 años, había encontrado un trabajo como auxiliar sólo de manera temporal. Después de una semana de investigación, una muestra de ADN situó a Domingo Cofré en el lugar del crimen.

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La brutalidad y la sangre fría con la que actuó el autor del homicidio de la psicóloga Erica Hagan no sólo conmocionó a la comunidad educativa del Colegio Bautista de Temuco, sino que también tuvo un impacto en la ciudad. Pese a ello hasta hoy hay dudas, por ciertos detalles del caso, que mantienen la incertidumbre en una parte de la opinión pública respecto de quién sería el autor del crimen, independiente de que la prueba de ADN y la Policía de Investigaciones sitúan al auxiliar Domingo Javier Cofré Ferrada en el departamento donde mataron a la joven profesional estadounidense.

El imputado, un técnico jurídico de 44 años, que había comenzado a trabajar en el lugar como auxiliar a contar del primero de agosto, previo a su detención siempre se mostró colaborativo con los detectives de la Brigada de Homicidios. Éstos lo requirieron constantemente mientras buscaban evidencia para identificar al autor del asesinato. Quienes lo interrogaron dicen que en las conversaciones se mostró alerta ante las preguntas y fue el único de los sospechosos, antes de tener la prueba de ADN, que preguntó si estaba declarando como presunto autor o como testigo.

La ciudad y, particularmente, la comunidad cristiana aún sigue perpleja. El crimen se perpetró al interior de un colegio cristiano, uno de los más reputados de la capital de La Araucanía. La  víctima fue una joven profesional extranjera que por su religión había llegado a trabajar al Colegio Baustista, donde colaboraba en el Departamento de Inglés y apoyaba la educación cristiana de los alumnos. El supuesto victimario junto a su familia eran activos miembros de una iglesia evangélica cerca de su casa, en uno de los sectores más antiguos de Temuco. Los padres de Domingo Cofré son fervientes creyentes que han insistido en que los autores del crimen son otros. De hecho un grupo de familiares y amigos realizó recientemente una marcha frente a la cárcel, donde con carteles y gritos pedían justicia y la libertad de quien es sindicado por la fiscalía como el único autor del homicidio.

El caso para la policía no fue fácil y todavía no lo es. Si bien lograron identificar a un presunto autor, aún hay detalles que no tienen respuesta. El móvil del ataque no está claro. No se sabe si fue de tipo sexual o si la brutalidad del crimen y el intento por borrar evidencia a través de un incendio y la alteración del sitio del suceso, sólo buscaban encubrir un delito de robo. También hubo suerte, ya que el departamento pese al intento del homicida, no se incendió y el autor del crimen, tal vez pensando en que todo se quemaría, cometió un error crucial: dejó el arma homicida en el lugar. 

Con los antecedentes públicos que se han conocido de la indagación y las declaraciones que ha tomado la PDI y la fiscalía, más los detalles del caso que están consignados en la carpeta de investigación, Revista Nos reconstruyó las últimas horas de vida de Erica Hagan y lo que pasó en las horas previas y posteriores al hallazgo del cadáver. También damos cuenta de los detalles que le permitieron a la Brigada de Homicidios y al Ministerio Público detener a Domingo Cofré como presunto autor del crimen. Y analizamos una hipótesis, que maneja el equipo investigador, de cómo habría ocurrido el asesinato.  

Se descubre el crimen

El hallazgo del cuerpo de la psicóloga de 22 años, oriunda del Condado de Kentucky, se produjo el sábado 6 de septiembre cerca de las 13 horas. Después de innumerables llamados a sus dos teléfonos celulares, la profesora Marta Muñoz, jefa del Departamento de Inglés del Colegio Bautista de Temuco, le pidió a su esposo, Harold Gutiérrez, que concurriera al departamento que ocupaba Erica Hagan al interior del colegio, en el edificio Cornelia Brower. Era raro que la joven no contestara. Además, un auxiliar ese día la había llamado para contarle que desde el lugar estaba escurriendo mucha agua.

Al llegar a la residencia, Gutiérrez en compañía de un rondín y de un carpintero que se encontraba en el colegio se dirigieron al edificio de dos pisos que está ubicado en el sector norte del recinto educacional. A la residencia se puede acceder por la parte interior del Colegio Bautista, tras pasar un patio de unos 160 metros, si el ingreso se hace por la puerta de calle Antonio Varas. En ese lugar hay una caseta de vigilancia. La otra entrada es por la Avenida Alemania. Al ver que desde el primer piso salía mucha agua, que es el lugar donde está habilitado el departamento para alumnos extranjeros, uno de los hombres rompió un vidrio y tras abrir la puerta trasera del inmueble el crimen quedó al descubierto. La joven yacía muerta, boca abajo, en la tina del baño que está ubicado frente al living. Su cuerpo tenía claros signos de violencia. En el lugar además se había quemado ropa.

La Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de Temuco, por orden del Ministerio Público, quedó a cargo del caso. La investigación se radicó en la Fiscalía de Alta Complejidad (FIAC). En poco tiempo los detectives lograron reconstruir qué hizo Erica Hagan en las horas previas a su muerte, cuyo deceso el Servicio Médico Legal lo situó entre las 21:10 y las 22:30 horas del viernes 5 de septiembre. Ese día la psicóloga fue captada por las cámaras de seguridad del Mall Portal Temuco en compañía de un hombre joven. Se la ve comprando en un supermercado un bidón de agua de cinco litros y después tomando un café. Más tarde se comprobaría que su acompañante era Robinson Soto, un ex alumno del colegio que la había invitado a salir tras tomar contacto con ella a través de Facebook, quien también declaró en la causa.

Otro de los testimonios que recibió la PDI fue el del hijo de la profesora Marta Muñoz: Esteban Gutiérrez, quien fue una de las últimas personas que se habría contactado con Erica Hagan por las redes sociales. Ambos jóvenes tras prestar declaración y que se verificaran sus coartadas quedaron marginados de la investigación seguida por la policía y por la fiscalía para identificar al autor del asesinato.

 Los detectives siguieron con otras líneas investigativas con el propósito de obtener pistas que le permitieran aclarar el crimen e identificar a él o los autores. En esta lista ya estaba incorporado el auxiliar del Colegio Bautista, Domingo Javier Cofré Ferrada, de 44 años. Él había estado de turno la noche del viernes y había dejado consignado en la bitácora de novedades que cerca de las 22:30 horas se dirigió al departamento de la profesora estadounidense porque se veía mucho humo y llamas en la parte superior de la chimenea. “Fuerte olor a humo, se verifica chimenea Montt. Se entró por resbalín (puerta por donde se ingresa a la parte posterior del departamento), se preguntó si todo estaba bien, respondió un hombre y dijo que sí y que estaba con su polola, que ya se iba”. Nota, salen llamas de la chimenea, posible foco de incendio”, fueran las palabras que dejó registradas.

Sitio del suceso: el intento por borrar evidencia

El departamento de residentes que habilitó la dirección del Colegio Bautista para alumnos extranjeros está ubicado en el primer piso del edificio Cornelia Brower, inserto en un área de salas de clases y de patio que ocupan los alumnos de enseñanza básica del establecimiento educacional cristiano. Tiene poco más de 60 metros cuadros y cuenta con 2 dormitorios, uno de éstos en suite. Además, hay un baño adicional con tina que está frente a un pasillo que separa las habitaciones del living comedor. En este lugar hay una estufa de fierro empotrada a una muralla que separa el living del  hall de acceso de la entrada habilitada por la Avenida Alemania. La residencia tiene también una sala de estudio, una cocina, una leñera y una lavandería, habitaciones que están más cerca de las puertas que conectan la parte trasera del departamento con el patio del colegio.

Los investigadores del caso concuerdan en que el sitio del suceso con el que se encontraron es uno de los más difíciles para periciar y buscar huellas. Todo el lugar estaba cubierto de hollín, luego de que el autor del crimen intentó provocar un incendio. Además, la inundación del piso ocasionada por el derramamiento del agua de la tina, y la humedad  también contribuyeron a borrar pruebas. El homicida, por descuido o porque estaba apurado por salir del lugar, igual dejó evidencia suficiente para reconstruir la mecánica de los hechos.

Erica Hagan (Ver plano) ocupaba de forma permanente el dormitorio (1), que está en la parte posterior del departamento, contiguo a la sala de lavandería. En ese lugar la policía encontró la mayor parte de los elementos personales de la psicóloga.  El dormitorio (2), que está al otro extremo, con vista a la Avenida Alemania, se mantenía como alternativa para eventuales visitas. En este lugar fue donde se encontró la mayor cantidad de sangre que correspondería a la víctima. Las manchas están en la cama y en el piso. La joven estadounidense fue encontrada muerta en la tina, boca abajo, con sus rodillas dobladas y con tres cuartas partes del cuerpo bajo el agua. La temperatura en la tina era superior a los 50 grados, lo que le provocó quemaduras post mortem.

El autor del homicidio si bien no pudo quemar el lugar en su totalidad, sí logro deshacerse de algunas pruebas que lo podrían inculpar. En el dormitorio de visitas, que no se ocupaba, faltaba la ropa de una de las camas. Sábanas, frazadas, además de vestuario de Erica Hagan, se habrían quemado en el piso del living donde está ubicada la combustión a leña. La textura de las prendas incendiadas, en un lugar con poco oxígeno y húmedo, habría provocado que los elementos ahí depositados se quemaran lentamente. Esto contribuyó a que se generara mucho humo y a que el hollín quedara adosado a las paredes, a la ropa y a los muebles, lo que dificultó la pesquisa de evidencia. Entre los artículos quemados también se encontró un iPhone y un iPod.

Los profesionales del Laboratorio de Criminalística de la PDI descubrieron que en el lavaplatos de la cocina también  había sangre humana. Pero por la baja calidad de la muestra, porque el sitio fue lavado, no se pudo precisar si correspondía a la de Erica Hagan. Donde no hay dudas es en la muestra de ADN que el supuesto homicida dejó en el arma que usó para ultimarla. En un atizador, un fierro de unos 75 centímetros que se usa para remover el fuego de la estufa, la policía encontró la prueba que mantiene como imputado a Domingo Cofré. El registro de células epiteliales (piel de alguna parte del cuerpo) encontrado en la empuñadora del objeto es plenamente coincidente con el ADN del auxiliar del Colegio Bautista. El arma con la cual se dio muerte a la profesora de inglés fue hallada sobre la mesa del living.

erica hagan plano

El imputado

Después de siete días de investigación y de seguimientos a los sospechosos, los detectives de la Brigada de Homicidios de Temuco, golpearon la puerta en la casa de los padres de Domingo Cofré, en la población Brasil, del sector Barros Arana de la capital regional. El hombre de 44 años, que vivía junto a ellos, fue esposado y trasladado al cuartel de la PDI en calle Bilbao. La prueba de ADN lo situaba al interior del departamento de la víctima. Un lugar donde él había declarado jamás ingresó ni conocía.

Los equipos investigadores de la Brigada de Homicidios, con el apoyo de personal de inteligencia, poco a poco habían ido reduciendo el círculo de sospechosos. Con los resultados de una prueba bioquímica, irrefutable para ellos, cobraban más relevancia algunos aspectos de la investigación que no eran coincidentes o, al menos, dejaban dudas respecto al relato que había entregado el guardia del colegio. Nunca pudieron encontrar al supuesto pololo que esa noche estaba con Erica en el departamento, nadie lo conocía. Además ese antecedente llamaba la atención porque la joven hablaba muy poco español, prácticamente se comunicaba en inglés, y tenía una personalidad introvertida. En sus comentarios con amigos de Estados Unidos y en las redes sociales jamás había hecho referencia a que en Chile hubiese salido con un amigo que fuera especial.

A medida que pasaban los días y después de descartar varias pistas falsas, la Fiscalía de Alta Complejidad y los detectives comenzaron a concentrarse en el análisis de la conducta y en las declaraciones de Domingo Cofré. La noche en que mataron a la pasante extranjera, el turno del imputado fue particularmente llamativo para los policías. Tras revisar las cámaras de seguridad del colegio, una de las cuales registra los movimientos de la caseta de guardia que está ubicada en la entrada por la calle Antonio Varas, se percataron que salió en varias ocasiones y que cuando regresaba antes de ingresar se limpiaba la chaqueta, los pantalones o los zapatos. Para los investigadores era una conducta extraña, porque en videos que revisaron de otros turnos del imputado éste se mantenía casi todo el tiempo en la caseta.

Precisamente, las cámaras de seguridad fueron parte de la evidencia que utilizaron los fiscales Miguel Ángel Velásquez y Luis Arroyo en la audiencia de formalización de cargos que se efectuó el lunes 15 de septiembre en el Tribunal de Garantía de Temuco. Los persecutores que le imputaron a Cofré los delitos de homicidio e incendio dieron a conocer  la ausencia del detenido en dos periodos prolongados de tiempo, sin que se sepa dónde estuvo. Las imágenes muestran que el guardia abandonó la caseta a las 22 horas con siete minutos y regresó a las 22:20. Tras ingresar, inmediatamente sale y después vuelve a las 22:33. Horarios que según la fiscalía coinciden con la data de muerte. Esa noche Domingo Cofré terminó su turno a las 23:36 horas.

Otro de los elementos que está consignado en la carpeta de investigación se relaciona con el nivel de detalle que hay en el informe que deja Cofré sobre lo que habría ocurrido en el departamento de Erica Hagan. En otras constancias no ocurre lo mismo. También con el apoyo de los videos fue posible periciar la ropa que el imputado usó la noche del crimen. Inicialmente ante la solicitud entregó otras prendas de vestir. A la policía también le llamó la atención que tras señalar que había fuego y humo, nunca llamó a bomberos. Ni tampoco  le comunicó por radio lo que estaba pasando al otro auxiliar que estaba de turno en otro sector del colegio.

Una semana después del crimen,  Domingo Cofré fue detenido por la PDI.
Una semana después del crimen, Domingo Cofré fue detenido por la PDI.

Una hipótesis     

Una de las hipótesis de cómo ocurrió el crimen estaría relacionada a la siguiente descripción de hechos consignados en la carpeta de investigación y en las referencias planimétricas del sitio del suceso.

El homicida supuestamente habría ingresado al domicilio por la parte porterior del departamento, por una puerta que está ubicada a un costado de la leñera. Por ese pasillo se llega al living desde donde se ve el baño que tiene tina. Eventualmente, Erica Hagan pudo haber escuchado algún ruido y habría salido apurada a ver qué pasaba. Eso explicaría por qué un par hawaianas quedó a un costado de la tina, con la parte delantera  hacia la salida.

El análisis del sitio del suceso da cuenta de que el homicidio pudo haber ocurrido en el dormitorio (2) que da a la calle, porque en una de sus camas se encontró gran cantidad de sangre, al igual que en el pasillo que divide ambas camas y en la alfombra, práticamente casi al llegar a la puerta que permite salir a living. La sangre en ese lugar fue abundante, así lo prueba la infiltracción que tuvo el colchón. La profesora de intercambio fue golpeada en cuatro ocasiones en su cabeza con un elemento contundente e irregular en la punta, lo que provocó desprendimiento de cuero cabelludo. El cuerpo posteriormente fue dejado en la tina del baño, donde el homicida no cerró la llave del agua.

Hasta ahora la fiscalía no tiene pruebas que impliquen a otra persona en el crimen de la joven estadounidense. Desde el 23 de septiembre y hasta el 3 de noviembre la investigación fue declarada secreta, así lo pidió el Ministerio Público para evitar las filtracciones a la prensa y no entorpecer las diligencias que se siguen desarrollando. El imputado, que está en prisión preventiva en la cárcel de Temuco, en la sección de enfermería, de manera voluntaria quisó declarar ante el fiscal y por casi 30 minutos entregó su testimonio el pasado 16 de octubre.

El examen forense confirmó que Erica Hagan no fue violada. Pero ni la fiscalía ni la Policía de Investigaciones han descartado que el móvil del delito haya sido de carácter sexual. Tampoco está claro si fue con intenciones de cometer un robo. Una semana antes del homicidio, la profesora recibió 300 mil pesos, pero pese a las diligencias investigativas no se sabe qué pasó con el dinero. Lo único irrefutable hasta ahora en la investigación es la prueba de ADN que fija al imputado en el lugar del crimen. 

En los próximos días terminará el secreto de la investigación y se podrá conocer si hay nueva evidencia que involucre a Domingo Cofré en el asesinato de Erica Hagan. Aún falta saber si la ceniza que los peritos del Laboratorio de Criminalística de la Policía de investigaciones encontró en los zapatos del imputado corresponde a la misma que se halló al interior del departamento. Si es así el caso para la fiscalía estaría cerrado, de lo contrario tendrían que probar en un juicio oral que la muestra de ADN que se descubrió en el arma homicida estaba ahí, porque fue el auxiliar del Colegio Bautista quien mató a la psicóloga estadounidense.

 

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