La meta es lograr este objetivo en cinco años a través de un trabajo que involucre a pacientes, cuidadores y profesionales de la salud.
Se usan para prevenir o para tratar enfermedades. Sin embargo, los medicamentos también pueden causar daños graves a la salud si se auto recetan, si no se almacenan correctamente o si se controlan de forma insuficiente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las prácticas de medicación poco seguras y los errores de medicación están entre las principales causas de daños evitables en los sistemas de atención de salud en todo el mundo.
La situación por el COVID-19 agravó significativamente el riesgo de esos errores, sobre todo porque por el copamiento de la red asistencial en los momentos más graves de la pandemia, se interrumpió o disminuyó la prestación de servicios de atención para otras patologías.
Por esa razón, en la OMS eligieron este tema como parte del Día Mundial de la Seguridad del Paciente 2022, que se conmemoró el 17 de septiembre. Este es uno de los días mundiales de la salud pública, que quedó establecido en 2019, por la 72ª Asamblea Mundial de la Salud
Medicación sin daño
Bajo este lema, el desafío que se propuso la OMS es reducir en 50% los daños graves evitables en el mundo causados por el mal uso de medicamentos. Esto, en un plazo de cinco años, donde se aumentará la concientización sobre el tema y se abogará por la adopción de medidas urgentes encaminadas a mejorar la seguridad de la medicación. Se trabajará con pacientes y familiares, y se ampliará la aplicación del Reto Mundial por la Seguridad del Paciente, del 2017, que incorpora medidas preventivas en las áreas clave asociadas a daños graves causados a los pacientes por esta mala práctica.
Con este fin se creó una herramienta llamada Cinco momentos para la seguridad de la medicación, que se centra en los momentos durante los cuales la acción del paciente o del cuidador puede reducir el riesgo asociado al mal uso de medicamentos. La idea es que los pacientes y sus cuidadores busquen respuestas a interrogantes que les ayudarán a tener una adecuada información.
Antes de comenzar a tomar un medicamento: ¿cómo se llama el medicamente y para qué sirve? ¿Cuáles son sus posibles efectos secundarios y qué tengo que hacer si los observo?
Cuando tomo el medicamento: ¿cuándo y cómo debo tomar este medicamento y qué dosis debo tomar cada vez? ¿Qué debo hacer si olvido tomar una dosis?
Al añadir otro medicamento: ¿entendí la necesidad de tomar otro medicamento más? ¿Este nuevo medicamento afecta o interfiere con el resto de mi tratamiento?
Cuando revisan la medicación: ¿mantengo una lista actualizada con todos los medicamentos y productos que tomo? ¿Estoy tomando algún medicamento que ya no necesito?
Antes de dejar de tomar un medicamento: ¿cuándo debo dejar de tomar cada medicamento? Si tengo que suspender un medicamento por un efecto secundario, ¿dónde y a quién debo informar?
Estos cinco momentos para la seguridad pueden aplicarse en diferentes niveles de atención de salud, entornos y contextos, por ejemplo, cuando los pacientes visitan un recinto de atención primaria de salud o cuando son trasladados a otro establecimiento o remitidos a un nuevo profesional de la salud. También, cuando las personas acuden a una farmacia, en el momento de una hospitalización y cuando son dados de alta. Incluso también, cuando una se reciben cuidados en su hogar en una residencia adultos mayores.