Ariela Dymensztain
Psicóloga, coach y directora de AD Consulting.
www.adconsulting.cl
El outplacement es mucho más que un servicio corporativo. Realmente, es un puente hacia nuevas oportunidades para aquellas trabajadoras y trabajadores que enfrentan el desafío de la desvinculación laboral.
A través de los numerosos relatos que he tenido el privilegio de conocer durante mi trayectoria profesional, he sido testigo del profundo impacto que el acceso a programas de outplacement puede tener en la vida de las personas. Desde quienes han encontrado una nueva dirección para sus carreras, hasta aquellos que han descubierto pasiones hasta entonces desconocidas e, incluso, quienes han dado el valiente paso de emprender sus propios negocios. Todas estas experiencias comparten una narrativa común: la de una transformación inspiradora, impulsada por el apoyo y la orientación de otros.
Ello, porque este servicio no se limita únicamente a brindar herramientas prácticas para la búsqueda de empleo, sino que, además, proporciona un valioso soporte emocional que resulta fundamental para las trabajadoras y trabajadores. En momentos potencialmente desalentadores, esta contención es vital para ayudarles a recuperar su autoestima y motivación.
Al poner el foco en las personas, reconocemos su valor único y la importancia de ofrecer un apoyo personalizado que satisfaga sus necesidades y aspiraciones individuales. Es a través de esta atención que podemos realmente empoderarlas, para que avancen hacia sus metas profesionales y personales.
Por otra parte, una empresa que mantiene una cultura de cuidado y apoyo mutuo con sus colaboradoras y colaboradores, y un compromiso real con su bienestar, manifiesta también su preocupación por la sostenibilidad, ya que esta última no está solamente limitada a acciones corporativas.
Este enfoque humano ayuda a construir una relación de confianza y respeto mutuo entre empleadores y su gente, lo cual es especialmente crítico durante periodos de cambios. Además, fortalece la percepción de la empresa dentro de la comunidad en la que está inserta, mostrando un compromiso auténtico con el desarrollo sostenible y el bienestar comunitario.
En regiones como Biobío, donde el tejido social y económico puede verse especialmente afectado por cambios en el mercado laboral, el outplacement y la sostenibilidad tienen el potencial de generar un impacto profundo.
Al centrarnos en las trabajadoras y trabajadores, podemos ver cómo el apoyo durante las transiciones laborales no solo les beneficia a ellos y a sus familias, sino que también contribuye a la resiliencia y el desarrollo económico de toda la región.
El outplacement adaptado a las necesidades específicas de comunidades como Biobío puede ayudar a preparar a la fuerza laboral para los desafíos del futuro, promoviendo la diversificación económica y ofreciendo nuevas oportunidades para el crecimiento personal y profesional. Así, la inversión en las personas se convierte en una inversión en el futuro de la comunidad.
Centrado en las personas y en la sostenibilidad, el outplacemet refleja un entendimiento profundo de que el éxito empresarial y el bienestar comunitario están intrínsecamente conectados. Al poner a las trabajadoras y trabajadores en el centro de sus estrategias, las empresas no solo ayudan a su gente a navegar por momentos de incertidumbre, sino que también contribuyen al desarrollo de comunidades más fuertes, resilientes y unidas. En regiones como la nuestra, estas decisiones son beneficiosas y esenciales para fomentar un futuro lleno de oportunidades para todas y todos.