Son positivas porque permiten al candidato permanecer en un ambiente conocido y cómodo para él. Sin embargo, requieren de algunos cuidados, como elegir un entorno adecuado, vigilar la comunicación corporal y traspasar el interés, la motivación y la actitud a través de la pantalla
La interacción remota o virtual ya es parte de nuestra vida diaria. Y no solo en el ámbito privado, pues la educación y el trabajo también hicieron suya esta modalidad de comunicación a distancia.
Los procesos de reclutamiento de personas no estuvieron exentos de estos cambios, sobre todo, en lo relacionado con las entrevistas de selección de candidatos.
Daniela Rojas, psicóloga y consultora senior en AD Consulting, explica que previo a la pandemia, algunas empresas ya estaban familiarizadas con el sistema de entrevistas online, especialmente, aquellas que buscaban candidatos en lugares distintos de donde ellas estaban ubicadas.
“La búsqueda de perfiles especializados y con ciertas competencias específicas, en ocasiones hace necesario ampliar la zona de rastreo, impulsando a las empresas a buscar en otras regiones o ciudades, lo cual nos indica una tendencia hacia la globalización, y les resta importancia a aspectos más concretos, como lejanía o ubicación, tanto del candidato como de la organización”, indica.
Controlar lo que mostramos
Daniela Rojas sostiene que la entrevista online debe ser visualizada como una herramienta positiva y, también, como la oportunidad del candidato para controlar su ambiente.
“En la entrevista presencial, este debe adaptarse, lograr comodidad y seguridad en un entorno ya establecido y dentro de un tiempo acotado. En cambio, la modalidad virtual nos ofrece la ocasión para manejar y controlar lo que elijamos mostrar”, señala.
Por ello, agrega, previo a la entrevista, debemos preocuparnos de probar diferentes áreas de nuestro hogar hasta encontrar el espacio perfecto.
Dentro de los aspectos más importantes están la iluminación, el fondo y el entorno. “La mejor iluminación es la natural, alumbrando nuestros rostros de manera frontal y resguardando que no se creen sombras dentro de nuestro recuadro. Lo ideal sería frente a una ventana amplia que logre vislumbrar nuestro entorno de manera natural y clara. Si no tenemos iluminación natural, podemos utilizar una lámpara de escritorio y situarla delante o por sobre nosotros, recordando también el uso de una ampolleta de luz tibia, también conocida como luz amarilla, ya que suaviza nuestro aspecto y facciones frente a la cámara”.
También, indica, necesitamos tener control sobre el fondo. En este caso, idealmente, este no debería estar inmediatamente detrás de nuestra espalda, sino que a uno o dos metros. “Así da la impresión de profundidad y espacio, y entrega un recuadro amplio y armonioso. Preferentemente, nuestro fondo tiene que ser neutral, una pared blanca o de un color tenue, que no genere interferencia. La idea es que no esté sobrecargado con objetos”.
Recalca que si se elige mostrar una repisa o algún tipo de arte, debemos preocuparnos de que sean ítemes neutrales. “En ocasiones, un fondo ocupado, como una biblioteca o una pared con varios elementos decorativos, puede quitar atención de nuestro discurso y desviarlo hacia otros aspectos”.
¿Y mi aspecto?
Nuestra vestimenta también tiene un rol importante en esta etapa. Hay que elegir un atuendo cómodo, de manera de sentirnos libres para comunicar con seguridad. Al mismo tiempo, es necesario indagar en la cultura de la empresa que nos está entrevistando, aprender sobre su idiosincrasia y etiqueta profesional para escoger el mejor atuendo.
“No debemos sobrecargar nuestra apariencia para no distraer a los participantes. Necesitamos vernos pulcros y ordenados. Se recomienda una camisa o una blusa lisa para cargos ejecutivos y administrativos. Para cargos versátiles y dinámicos, puede ser una vestimenta casual que comunique exactamente eso. Por ejemplo, una polera piqué, sin perder de vista el cuidado que se espera”. No se recomienda usar prendas con rayas o puntos, ya que tienden a crear interferencia en cómo se traduce a la pantalla.
Lo que hay que prever
Aun cuando el entrevistador sabe que estamos comunicándonos desde nuestro hogar, donde también convivimos con otros, es necesario evitar distractores. “Tenemos la ventaja de saber cuándo se realizará la entrevista. Por esto debemos responsabilizarnos por resguardar un espacio libre de ruidos o situaciones que puedan intervenir. Hablemos con nuestros familiares o compañeros de hogar para explicarles que necesitaremos de un espacio y tiempo tranquilo y sereno. Si tenemos mascotas, debemos pedir a nuestros cercanos que se encarguen de ellas para evitar ladridos o interrupciones”.
Otro aspecto a cuidar son los dispositivos electrónicos. “Démonos el tiempo para silenciar, apagar notificaciones y eliminar cualquier aparato electrónico que interfiera con nuestra presentación”.
Por otra parte, es necesario prever problemas de conectividad, con las plataformas usadas o con nuestro equipo. “Aprovechemos a nuestros familiares y amigos para hacer pruebas de llamadas. Juguemos con los ajustes de cámara, micrófono y audífono. Usemos el chat y otras opciones como compartir pantalla y archivos”. Todo esto para estar preparados y evitar errores que influyan negativamente en nuestra entrevista. Se recomienda ingresar, al menos, cinco minutos antes de la reunión, probar y ajustar lo necesario. También, contar con una segunda opción en caso de fallas de conectividad, como un celular o tablet.
Cómo nos comunicamos
Un aspecto diferenciador entre una entrevista remota y una presencial es el lenguaje corporal y la cercanía. Las entrevistas presenciales tienen el valor del contacto directo, que permite a ambas partes conectar y poder expresarse mejor.
“En una entrevista a distancia ello no ocurre, por eso necesitamos cuidar nuestro comportamiento y gesticulaciones. Se espera ver gestos suaves y concordantes con nuestro discurso, así como tener en cuenta el rol al cual estamos postulando. Diferentes cargos requieren distintos tipos de energías y dinamismo”.
También se esperan actitudes apacibles y alegres, donde el entrevistado se muestre motivado de compartir y relatar historias, sonriendo y asintiendo dentro de lo pertinente.
Asimismo, hay que prestar atención a las preguntas realizadas, esperar que el evaluador termine y que nos señale que es tiempo de dar nuestra respuesta para evitar interrupciones que son comunes en la comunicación online.
Qué se espera del entrevistado
La entrevista se basa en la evaluación de competencias y habilidades convenientes al cargo en cuestión. Es importante que el candidato esté al tanto de que todas las preguntas realizadas están direccionadas a la medición de los aspectos requeridos por la empresa y el rol que cumpliría. Las preguntas van dirigidas a ciertas competencias como liderazgo, trabajo en equipo, tolerancia a la frustración, habilidades comunicacionales, capacidad de orden, solución de problemas, entre otros.
Como ejercicio de preparación, la profesional de AD Consulting recomienda analizar experiencias previas donde se tuvo que realizar una tarea grupal, solucionar un problema o mediar en un conflicto. “Ordenemos sistemáticamente cada situación y analicemos, qué ocurrió, cuál fue el problema, qué acciones tomamos, cuál fue el resultado. Esto es lo que se conoce como el método STAR: situación, tarea, acción y resultados. Este ejercicio de memoria y análisis nos lleva a encontrar información relevante sobre nosotros mismos, especialmente sobre nuestras fortalezas y debilidades”.
Pero, sobre todo, explica, lo que se espera del candidato es una actitud positiva, de apertura y disposición a someterse a una situación que en sí misma es de un alto nivel de ansiedad y estrés. “Deseamos que el candidato se muestre flexible y cómodo en este entorno, que logre sobrepasar la inquietud o nerviosismo iniciales, y pueda conseguir una comunicación fluida y amena”.