Al ver o escuchar de la espinaca, con seguridad uno de los recuerdos que nos pueden llegar es el de Popeye comiéndolas para aumentar sus fuerzas y así poder auxiliar a su frágil amiga Olivia. Si bien son pocas las verduras que han tenido un papel importante en una caricatura infantil, son varios los personajes que nos han entretenido con sus hábitos, no siempre tan buenos como uno quisiera, pero al fin, alimenticios.
Dentro de estos cómo no mencionar a Garfield y sus lasañas, al Chavo del ocho y sus tortas de jamón, a las Tortugas Ninjas con sus pizzas. Por otro lado, están los personajes que no disfrutan de alguna preparación; imagino que recuerdan a Mafalda y su sopa. Sea cual fuese su recuerdo, hoy nos centraremos en esa notable verdura que tantas veces sacó de apuro a nuestro casi héroe, Popeye.
Esta hortaliza tiene un origen milenario. Se cree que su cultivo fuerte se inició en Europa, lugar de donde se trasladó a nuestro continente con la llegada de los españoles. Desde ahí en adelante, su consumo ha ido en aumento. Aunque si bien no está en todos los menús hogareños, sí podemos disponer de ella en cada uno de nuestros mercados.
Los aportes nutritivos están fuertemente relacionados con las vitaminas y los minerales, en especial el potasio. También es destacable su contenido de fibra y los casi nulos contenidos de lípidos por lo que se hace ideal para dietas livianas.
Al comprar una espinaca, procure siempre que sus hojas sean enteras y lisas. Evite esas en bolsas de trapo verde que suelen vender algunos supermercados. Ahora, si su espinaca además de íntegra posee un tallo fresco y húmedo, mucho mejor; esto asegura en gran medida que sea el producto que necesitamos.
Si bien su uso culinario en nuestras mesas y menús es débil, o muy poco variado, es una condición perfectamente reversible porque debido a sus características de sabor, se ajusta a un sinfín de preparaciones que pueden pasar desde lo más clásico como una crema, hasta los helados y almíbares para postres.
Para preparar la espinaca es recomendable no exponerla a sobre cocción ya que sus características de textura y nutrientes se pueden perder fácilmente. Se recomienda optar siempre por una cocción más bien breve para finalizar en agua con hielo para así cortarla rápidamente.
Si de recetas se trata, creo que es bueno destacar su uso en crudo. Puede utilizar las hojas más frescas y aderezarlas con un poco de oliva y balsámico para luego integrarles algún otro producto de su agrado. A la hora de maridar siempre será bueno considerar la técnica. Recuerde que los vinos frescos son una buena sugerencia en estos días de verano.
Bocado de Espinaca y Queso Chanco
Ingredientes
1 paquete de espinaca fresca
100 grs. de queso Chanco
1 cucharada de crema fresca
Sal y pimienta blanca
Preparación
Lavar las espinacas, luego cocinarlas en agua en ebullición un minuto, finalmente reservar en agua fría, idealmente con hielo. Rallar el queso y mezclar con crema, condimentar con sal, pimienta y reservar.
Luego seleccionar las mejores 12 hojas y reservar.
Las espinacas restantes deben ser picadas e integradas a la mezcla de queso y luego reservar.
Para rellenar se requiere una cuchara sopera sobre la cual se pondrá una hoja de espinaca cocida, luego se agregará la mezcla de queso y se cerrará envolviendo hacia el centro la misma hoja.
Finalmente, gratinar sólo con un poquito de queso en la superficie y servir caliente.
Ensalada de Espinaca
Ingredientes
1 paquete de espinaca fresca
10 unidades de choclo baby
10 unidades de zanahoria baby
1 cebollín
10 unidades de tomatín cocktail
3 cucharadas de aceite de oliva
3 cucharadas de vinagre de vino blanco
Sal y pimiento Blanca
Preparación
Lavar y desinfectar la espinaca, luego seleccionar las hojas más íntegras y reservar.
Luego, reunir en un bowl los choclos, los tomates, zanahorias y el cebollín cortado en anillos.
Agregar la mezcla de aceite de oliva y el vinagre, más sal y pimienta para finalmente agregar la espinaca.
Servir frío, como ensalada o guarnición de una entrada fría.