Por Francisco Flores Castillo
Fuente: Mineduc
Desde el 2011, la ONEMI un programa de simulacros en Chile para preparar a la comunidad ante emergencias.
Justo a las 11,30 horas de este jueves 13 de octubre se realizará un simulacro de sismo y tsunami donde participarán escolares y universitarios de toda la región del Biobío.
Alrededor de 580 de los más de 1.200 establecimientos educacionales de la región se inscribieron para participar en este ejercicio simulado cuya ahesión era voluntaria.
El simulacro movilizará a unos 150 mil alumnos, de los cuales 377 se encuentran en zona de amenaza por tsunamis. De acuerdo con la información entregada por la seremi de Educación del Biobío, los establecimientos educacionales tendrán esta instancia para medir sus respectivos planes de emergencia ante dichas amenazas.
“Tenemos una región que ya tiene historia por estos eventos, por lo tanto, es muy importante que los colegios puedan desarrollar sus planes integrales de seguridad escolar”, señaló la delegada presidencial de la región del Biobío, Daniela Dresdner.
Cultura preventiva
Se espera lograr una alta participación de los colegios para evaluar las condiciones de seguridad y acciones de preparación ejecutadas por los respectivos recintos y, aumentar la atención y participación de la ciudadanía.
De este modo, se fomenta la cultura preventiva y autocuidado en la sociedad, todo enmarcado en la aplicación del Plan Integral de Seguridad Escolar (PISE), para la educación parvularia y escolar y, un Plan de Emergencia, para la educación superior.
El director regional de la ONEMI, Alejandro Sandoval, explicó que la idea es que en este simulacro los estudiantes que se encuentren en una zona de riesgo por tsunami, bajo la cota 30, “realicen su procedimiento de evacuación a zonas seguras, y quienes están fuera de un área de riesgo, de igual forma pongan en ejecución sus planes integrales de seguridad escolar”.
En la región hay 138 puntos de encuentro por amenaza de tsunami. El día del ejercicio se realizará la activación del simulacro por parte de cada establecimiento educacional a través de sus sistemas de sonido: campanas, sirenas y alarmas.