Controvertida, polémica, inquisidora. Estas características se repiten una y otra vez en los perfiles que describen la personalidad de la Senadora por la Región de Coquimbo quien, desde su primera incursión parlamentaria en 1990, ha sido protagonista de las más bulladas y sabrosas disputas de la política chilena, como el recordado Piñeragate, sus diferencias de opiniones por el “salario ético” con Monseñor Goic o sus eternas disputas con Joaquín Lavín.
El tema de la inflación y el escaso crecimiento que ha logrado el país en los últimos años son dos temas que apasionan a Evelyn Matthei Fornet, y eso se nota cuando despliega sus argumentos para exponer su diagnóstico sobre la economía nacional. Sus explicaciones son claras, sus argumentos ordenados y coherentes, cargados de ilustraciones para que su mensaje sea fielmente decodificado por su audiencia. ¿Se entiende? pregunta una y otra vez, mientras recalca que el Gobierno es el que tiene la tarea más grande para aliviar el complicado momento económico por el que atraviesa el país. “El que más puede ayudar para frenar la inflación es el Ejecutivo, disminuyendo esta expansión tan rápida que hay del gasto fiscal. Pero ojo, que yo no pido que se disminuya este gasto, sino que en lugar de crecer nueve y medio, este año se autorice no más de un 4%. Entonces nadie está hablando de recorte, como sugirieron algunos, sino sólo que crezca menos”, enfatiza.
El resto de su propuesta pasa por apostar fuertemente por el crecimiento del país, siendo más eficientes en la producción, apoyando la innovación y la creación de empresas y no trabarlas con exigencias burocráticas. Y lo último, agrega, es “sacarse de la cabeza esas ideas de los subsidios universales”, como los mil millones para el Fondo de Estabilización del Petróleo o el subsidio al Transantiago y, en cambio, dice, lo mejor sería enfocar esos recursos sólo en la gente que está más afectada, “porque cuanto tú tienes gente que lo está pasando mal, lo que haces es que el gasto social sea más eficiente, que vaya mejor enfocado a los que lo necesitan, evitando despilfarro”.
-¿Y el Gobierno ha hecho bien esa tarea?
Claro que no. Al contrario, están gastando como locos y la plata no le llega a la gente que lo necesita. Porque en realidad el gasto social para los parlamentarios de la Concertación es básicamente un gasto político, es un gasto para ganar elecciones.
-¿Y para el Gobierno también?
Los políticos y los parlamentarios tienen mucho que decir en el nombramiento de los intendentes, de los gobernadores, de los jefes de servicio; muchas veces los jefes de servicio son los jefes de campaña de los parlamentarios, por lo tanto el Ministro de Hacienda no es el que controla si en Coronel, por nombrar algo, se está implementando bien o mal un programa social, los que controlan son los parlamentarios de Gobierno.
-A la gente común y corriente le cuesta entender que si el país tiene tantos recursos no los pueda destinar en ayudas, reformas o subsisidios para aliviar la situación de las familias que hoy están tan mal.
Pregúntele a la gente si con esos programas, esas reformas y esta inflación están mejor o peor que antes. Si el problema es que este gasto puede ser súper necesario, pero se sabe que un exceso de gasto provoca inflación, y que la inflación a quienes más afecta es a los más pobres, entonces es un problema de sentido común. Naturalmente que a todos nos gustaría gastar más, ayudar a gente que lo necesita, pero el precio es demasiado alto. Y yo estoy dispuesta a pagarlo.
-¿Ud. cree que si el gobierno se aplica en este año y medio que le queda podría controlar la inflación y aumentar el crecimiento?
La inflación se puede frenar, pero si me dicen vamos a lograr una tasa de crecimiento del 6 ó 7%, de inmediato contesto que no. Y si el próximo gobierno llegase a ser de la Concertación, que no lo creo y espero que no sea así, no vamos a crecer tampoco al 7%. Yo creo que la Concertación está en un camino equivocado, lo dijo muy claro Porter cuando vino a Chile, porque en el fondo tratar de hacer mucha justicia social, en lugar de hacer justicia social por donde se requiere, como por ejemplo dar una educación lo más espectacular posible a los niños de escasos recursos, darle capacitación a los trabajadores y ofrecer verdaderas posibilidades para emprender, es caminar hacia un precipicio. Nos falta eficiencia, nos falta competitividad y mientras el Gobierno se decide, nosotros como país nos estamos quedando atrás.
-La UDI nunca ha desistido de la posibilidad de llevar un candidato presidencial para las próximas elecciones y se ha hablado de fortalecer su figura dentro del partido, porque Ud. ha sido bien evaluada y tiene como ventaja adicional su manejo en el tema económico que será fundamental en las campañas.
Siento que todo este tema de las presidenciales hay que tomarlo con mucho equilibrio y mucha mesura. Yo no creo que la Presidencia de la República sea un premio al que uno tiene que apostar fuerte para obtenerlo, sino que es un premio que llega o no llega. En general uno nunca sabe cómo las cosas se mueven. Ahora, sí siento que en la UDI tenemos que tomar decisiones en forma racional, equilibrada y prudente, sabiendo qué es lo que queremos lograr y en ese sentido el nombre que se decida, si es que se elige alguno, tiene que estar disponible para cumplir el rol que la UDI le asigne.
-¿Y Ud. lo está?
Obviamente que estoy disponible, en la UDI siempre estamos todos disponibles a ser y también a no ser, porque por ejemplo yo leía en su revista a la Ximena Rincón que decía “ya lloré lo que tenía que llorar”. Entonces yo digo que uno no llora cuando no le dan un cargo. No llora, porque tiene que entender que es una pieza de un equipo y que lo importante es el equipo y no uno. Ese es el tema que para mí es más importante. Cuando digo: estoy disponible, no es porque me esté ofreciendo, sino porque esa es la actitud que se espera de cualquier persona en la UDI, en el fondo de lo que estoy hablando es que uno como militante de la UDI, está disponible a lo que sea mejor para el país, para el sector y para el partido.
“EL RESPETO ES LO MÁS MARAVILLOSO”
Pensar en Evelyn Matthei como candidata a la presidencia por la UDI en las elecciones de 2009 lleva inevitablemente a comparar el escenario que se dio en 1992, cuando ella y Sebastián Piñera (en esa época compañeros de partido y miembros de la patrulla juvenil de RN junto a Andrés Allamand y Alberto Espina) protagonizaron uno de los escándalos más bullados y recordados de la política chilena: el Piñeragate, el caso del espionaje telefónico que destapó en TV el empresario Ricardo Claro y que incluso involucró a funcionarios activos del Ejército. Este hecho, calificado por la parlamentaria como uno de los más amargos de su vida, terminó no sólo con su renuncia a Renovación Nacional, sino que horadó una relación de trabajo y amistad que se había iniciado en los ´70, mientras Matthei estudiaba Ingeniería Comercial en la Universidad Católica y Sebastián Piñera -profesor de esa Facultad- la invitó a participar como ayudante en un estudio sobre la pobreza de América Latina que él dirigía junto a Oscar Altimir, y que luego continuó en Bancard (la empresa de Piñera que trajo a Chile las tarjetas Visa y Mastercard) donde la hoy Senadora por la Región de Coquimbo fue Subgerente de Establecimientos Comerciales, Turismo y Seguros.
Ese capítulo separó para siempre sus destinos, creando entre ellos una relación distante e inestable que por instantes pareciera solidificarse, pero que al más mínimo desacuerdo termina reviviendo el histórico conflicto entre ambos.
-¿Cómo enfrentaría su eventual campaña hacia La Moneda con Piñera como candidato de RN. Le complicaría esa situación?
Me da lo mismo… aunque no lo crea, nosotros tenemos buena onda con Piñera, no hay ningún problema, sí creo que sería una competencia a full y si me tocara apoyarlo lo voy a apoyar a full también, porque yo creo que aquí en lo que estamos todos es que el próximo gobierno sea de la Alianza.
-¿De verdad considera que Ud. tendría reales posibilidades de ser elegida Presidente?
No me toca a mí decirlo.
-Se lo pregunto porque en la elección pasada Michelle Bachelet cautivó muchos votos apelando a argumentos de género, pero también usando su carácter cercano y afable que es bien distinto a su estilo frontal en la política.
Yo creo que el tipo de liderazgo de Michelle Bachelet se agotó. Creo que la gente la sigue queriendo como ser humano, pero se da cuenta que un Presidente debe tomar decisiones difíciles y que tiene tener un cierto liderazgo. Por ejemplo Ricardo Lagos no es una persona afable como Bachelet y es uno de los presidenciables. Piñera tampoco es una persona que derroche simpatía y ahí está de candidato.
-Quizás son políticamente más correctos ¿No ha pensado que su carácter le podría terminar jugando en contra?
Yo tengo un carácter espectacular. Creo que mi encanto es ser políticamente incorrecta y pienso que al final la gente te cree más.
-Pero esto claramente le ha traído problemas incluso dentro de la UDI.
¿Qué problemas me ha traído?
-Por ejemplo, en su defensa hacia Gonzalo Cornejo Ud. descalificó el informe de la Contraloría y la acusó de proceder con ignorancia o mala leche, y eso no sólo produjo incomodidad en su partido, sino que su presidente salio rápidamente a aclarar que sus opiniones no representaban a la UDI.
Y mire usted lo que pasó tiempo después con RN, que apoyó en pleno al alcalde Sabat en contra del informe de la Contraloría. Hicieron lo mismo que yo ¿O no?
Lo que sucede es que hay algunos diputados que salen en los diarios voceando las investigaciones de la Contraloría y suponen que todo lo que dice este organismo es absolutamente cierto. Yo tengo gran respeto por la Contraloría, pero cuando he tenido algún problema, cuando creo que hay algún acto de corrupción, siempre voy a los tribunales, no me quedo con la voz de la contraloría, porque tenemos una diferencia. Cuando vi que el ex alcalde de Coquimbo tenía graves problemas de probidad me fui a los tribunales, porque la Contraloría no hizo nada. A vista y paciencia de la Contraloría un alcalde de mi Región, Pedro Velásquez hizo y deshizo por mucho tiempo.
-Y por qué cuando Ud. dice lo mismo es mal visto y recibe acusaciones de todos los flancos
Porque soy la primera que lo digo, porque en general me adelanto a las cosas. Es obvio que la Contraloría ha cambiado mucho desde que cambió su cabeza, y que el nuevo Contralor es una gran persona, a quien le tengo mucho respeto, pero uno no cambia una institución completa que estaba funcionando con problemas al cambiar solamente la cabeza. Hay métodos que probablemente hay que modernizar, recursos que hay que inyectar y gente que hay que formar. Y eso no se hace en 6 meses y, por lo tanto, a mí me parece un error absoluto transformar a la Contraloría en una organización infalible o darle la categoría de infalible, porque no lo es. La Contraloría y el informe de Recoleta lo vuelvo a decir: o lo hizo gente que no sabe o fue de mala leche. Y después de haber dicho que ese informe contenía errores, en Renovación hacen lo mismo para defender a Sabat a pesar del informe de la Contraloría ¿No es lo mismo? Y cuando yo lo dije todo el mundo se escandalizó ¿Es tan terrible lo que dije? Lo que pasa es que Chile es un país donde las cosas se piensan, pero no se dicen.
– También acusó al fiscal que investiga el municipio de Recoleta de ser poco fiable.
No lo cuestioné como persona, sino sólo cuestioné si iba a poder actuar de forma imparcial dado sus vínculos políticos con otro partido. Y no veo que tenga nada de malo.
-Pero esas actitudes pueden ser leídas como presiones. Ud. es una senadora con un rol importante dentro de un partido político no es cualquier hijo de vecino.
Mire, uno en la vida puede irse por la vía fácil y callarse todas las cosas para evitarse malos ratos. Pero yo no soy así, en eso me diferencio de la mayoría de los chilenos.
-¿Y del resto de los políticos?
Creo que también, porque muchos de ellos andan más preocupados de los votos que de la gente. Y si seguimos siendo tan políticamente correctos vamos directamente a convertirnos en un país bananero.
-¿Nunca se ha arrepentido de algunos de sus comentarios que luego le han significado un vendaval de críticas?
Nunca. Yo digo exactamente lo que pienso, y en general pienso bastante las cosas antes de decirlas.
– Pero a veces sus opiniones han provocado respuestas bastante fuertes ¿Cómo las asume?
Me mato de la risa, no me afectan. Así es mi formación. A mi papá casi lo sacaron de la Junta tres veces por decir lo que pensaba, pero mira tú, él hoy puede ir a Illapel a Lota o dónde sea y hasta se encuentra con personas comunistas que le dicen yo no pienso igual que usted, pero lo respeto. Ese respeto al final es lo más maravilloso que uno puede esperar en la vida.
-¿Hay algún político de la Concertación que tenga estas características’
Sin duda que los hay, pero a mí me llama especialmente la atención la Ministra Mónica Jiménez, es directa, tiene carácter, es “chora” y no tiene miedo en defender sus convicciones aunque tenga que aguantar que le tiren jarros con agua por ello.
Política y brujería
La idea de Evelyn Matthei de apoyar a candidatos a alcalde que no fueran de su partido descolocó a algunos personeros de la Alianza, quienes no respaldaron su idea de omitirse en Coquimbo en favor de un candidato DC y, finalmente, levantaron a un candidato propio. Pero tras la decisión de la Senadora había una razón de peso. La contendora del actual alcalde de Coquimbo, Oscar Pereira, era Moira Navea, la mismísima esposa del “caudillo Velásquez”, el destituido alcalde de esa comuna que conseguía sus reelecciones con aplastadoras mayorías nacionales, que tenía el apoyo de la Iglesia y de muchos personeros importantes en la zona y que finalmente terminó siendo acusado de fraude al fisco, en una ofensiva que fue liderada por la Senadora Matthei.
Pero esta pelea le salió un poco mas dura. Se habló de amenazas de muerte, de persecuciones y de curiosos conjuros en contra de la parlamentaria.
“Me tuve que cambiar tres veces de departamento. Sé que me estaban trabajando entre no sé cuantas brujas. Sentí mucho cansancio… creí que no daba más. Fue atroz. Tuve miedo por mi integridad física, pero no quiero entrar en detalles”, asegura.
Por eso ante la posibilidad de que alguien cercano a Velásquez volviera al sillón edilicio de Coquimbo, la hizo pensar en la posibilidad de apoyar al DC Pereira.
“Lo vengo diciendo hace tiempo. Estoy dispuesto hasta a apoyar a un candidato comunista para el municipio de Coquimbo, si es necesario, porque lo que yo quisiera es tener un alcalde honesto, trabajador, que se la juegue por la gente y que recupere Coquimbo que es el municipio más endeudado de Chile. Eso demuestra que cuando tú estás trabajando a favor de la ciudadanía en cosas que son concretas como las municipalidades, yo no veo que el tema político pueda o deba jugar un rol tan importante”.
¿Y en el caso de los diputados o senadores?
Pero es que eso ya es distinto, el candidato a diputado o senador tiene que votar leyes que muchas veces tienen un componente mucho más fuertes de ideología, de cuál es la visión de país, pero cuando tú estas viendo cómo administras las escuelas, cómo administras la salud primaria, cuando tú estás viendo cómo haces más eficiente la construcción de vivienda o pavimentación de calles, ¿qué tiene eso que ver con la política? Nada. Dime tú qué decisión de un alcalde es una decisión política, casi ninguna, y la gente, el votante, es mucho más sensato que los partidos políticos, porque se da cuenta que el alcalde no es una persona política, entonces yo no entiendo por qué los partidos no pueden entender eso cuando el votante común y corriente lo entiende clarito.
– O sea que no podríamos verla alguna vez apoyando a Alejandro Navarro.
Yo considero que el Senador Navarro es un hombre muy trabajador, de convicciones muy arraigadas, pero también muy equivocadas. ¡Él cree firmemente que todo lo que hace Chávez está bien! ¡Imagínese! Por eso yo siempre digo: Dios nos libre de Navarro con poder.