“La testigo informante y su particular cónyuge Eduardo Sepúlveda Pedreros, coludidos con sus conocidos en Carabineros Jaime Guzmán Pons y Rodrigo Uribe Ibáñez se habrían concertado para sindicar a Manuel Hernández Delgado como autor del secuestro de Jorge Matute Johns. Es posible creer que estos policías la enviaron con la misión de intimar con el Mañungo, usarla como testigo clave y mentir diciendo que era el autor de la muerte del universitario”, plantea el abogado David Sverlij Lagos.
“ -¡Oye mayor!, ¿me puedes pasar ese libro que está allí encima por favor?
-¡Sí, cómo no! , dije.
Fui al lugar que me había indicado (…). ¡No te preocupes. Ya lo encontré! dijo, de pronto.
Me volví. Estaba de espaldas. Una remera le cubría la parte de arriba hasta su fina cintura. Más abajo un diminuto cuadro que se perdía en medio de unas nalgas protuberantes y bien formadas, y unas piernas largas y torneadas. Realmente un cuerpo hermoso. Quedé atónito.
Se dio vuelta y sonriendo maliciosamente, dijo:
-¿Qué miras? ¿No estoy tan mal cierto…? ”
El ahora retirado mayor Andrés Ovalle Aguilera describe así -en su libro “Enfermos de cobardía”- el sensual encuentro con Susana Ramírez Valenzuela, la testigo protegida en la causa rol número 21.600 por asociación ilícita, más conocida como “cártel del carbón”.
La escena transcurre en la comisaría de Lomas Verdes, dos días después de que ella se cortara superficialmente las venas y nadie, salvo carabineros y personal de turno del Hospital Clínico Regional de Concepción, se enterara. A Urgencia, ingresó con un nombre distinto y de civil los muy asustados y nerviosos jefes policiales de la época, evoca el mayor en (R) en el mismo libro.
Ovalle la conoció en dependencias del OS-7 de la Prefectura de Concepción, donde la mujer permanecía bajo custodia por resolución del juez Eduardo Carrasco del Pozo, del ex Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano, y él indagaba el paradero de Jorge Matute Johns para la jueza Flora Sepúlveda Rivas. Transcurría agosto de 2000.
capítulo Abriendo la brecha- retomé la conversación:
-Mira, le dije. Hablemos de la persona con la cual convivías (Manuel Hernández, Mañungo).
-¿Y qué quieres saber de él?
-Todo. Y el por qué le das crédito a lo que te dijo (“¡a ese no lo van a encontrar nunca; mi gente se encargó de eso!”) con respecto a la desaparición de “Coke”.
-Bueno, la verdad es que yo me fui a vivir con este hombre, porque ya estaba harta del maltrato de mi esposo. Quería otro tipo de vida. Soy joven, pienso que también buena moza y por ello siempre se me andan insinuando los hombres. Eso me acarreaba problemas precisamente con mi marido, porque es muy celoso. Con él estaba como muriendo en vida. Este otro fulano (Mañungo) me ofrecía de todo, principalmente plata. Compraba y tenía lo que yo quería. Salía a cualquier parte, a bailar, a comer. Me cuidaba la gente que trabajaba para él. En el fondo me sentía como una reina.”
A una década del secuestro y muerte del universitario, su crimen sigue impune, aunque la víctima tuvo cristiana sepultura. Un sauce a orillas del Bío Bío, en el kilómetro 22,5 de la ruta a Santa Juana, abrazó su cuerpo y retuvo entre sus raíces el esqueleto hasta que en 2004 un obrero que bajó a orinar lo halló de manera casual. Seiscientas personas han testificado en el caso, ninguno de los dos jueces investigadores ha llegado a buen puerto y las interrogantes sobre el intricado caso siguen, porque a la red de protección que aludiera el psicólogo jurídico forense y perito delitológico, Cristián Araos Díaz, sumamos hoy las declaraciones del abogado David Sverlij Lagos.
El jurista sostiene que Araos dice la verdad y que esa verdad está oculta en el expediente del llamado caso cártel del carbón por la “inmunidad” otorgada a la testigo protegida Susana Ramírez Valenzuela. La causa, por asociación ilícita para traficar drogas que en 2000 tuvo 14 procesados, fue instruida por el juez Eduardo Carrasco del Pozo, titular del entonces Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano. Hoy sigue activa en el Primer Juzgado de Letras Civil de Concepción.
En su momento, Sverlij, a petición de la familia de Manuel Hernández, representó al sindicado líder del cartel, el “Mañungo” -y amante de Susana Ramírez- bajo dos condiciones: averiguaría la verdad y si lo culpaban, se comprometía a que recibiera una pena justa. “Me contrataron para defenderlo, no para canonizarlo”, dice.
Ya no tiene ese patrocinio, pero el 3 de abril de 2009 –cuatro meses antes del misil que soltara Cristian Araos en la Revista NOS- al contestar la acusación fiscal de cuatro de sus representados, Sverlij pidió al tribunal 19 diligencias que “conectan” los casos Matute, cártel del carbón, y las muertes del cabo Marcos Martínez y de Eduardo Sepúlveda Pedreros, el marido de Susana Ramírez, ocurrido en 2002 en Villarrica.
Algunas ya le fueron concedidas.
“En el caso cártel del carbón están las respuestas que todos andan buscando. Si se comprueba que es un fraude procesal, como sostengo, hay que buscar a quienes montaron ese fraude. Y al encontrar a quienes montaron el fraude, vamos a hallar a quienes están tratando de proteger: ahí está el autor del secuestro y muerte de Jorge Matute Johns”, asegura Sverlij.
La diosa mitómana
¿Es Susana Ramírez “una diosa” -como la describe Ovalle- o una “mitómana peligrosa” como la presenta el abogado David Sverlij Lagos en su escrito ante el Primer Juzgado Civil de Concepción donde se tramita el caso cártel del carbón?
La diligencia principal y clave para resolver el caso de JMJ -“si así se quisiera”, plantea Sverlij al tribunal – tiene que ver con que la testigo informante sea interrogada “sobre las inconsistencias de sus afirmaciones que bordean la mendacidad y, con ello, el delito”.
Susana Ramírez ganó su “inmunidad” (protección a testigo) en 2000 tras denunciar a Carabineros dos situaciones: que su amante Manuel Hernández lideraría una transacción de drogas en la Ruta del Itata y lo que le había escuchado decir del entonces desaparecido JMJ: “¡A ese no lo van a encontrar nunca; mi gente se encargó de eso!”. En la denuncia la acompañó su marido, el hoy fallecido Eduardo Valenzuela Pedreros.
Sin embargo, el abogado agrega que la operación no es más que “una construcción engañosa destinada a pavimentar el camino para imputar a Manuel Hernández Delgado la autoría en el secuestro y muerte del estudiante JMJ”, y entre otros considerandos, añade al tribunal que la testigo informante y su particular cónyuge Eduardo Sepúlveda Pedreros “coludidos con sus conocidos en Carabineros Jaime Guzmán Pons y Rodrigo Uribe Ibáñez, se habrían concertado para sindicar a MHD como autor del secuestro de Matute Johns. Es posible creer que estos policías enviaron a Susana Ramírez con la misión de intimar con Manuel Hernández (un par de meses) y luego usarla como testigo clave y mentir diciendo que era el autor de la muerte del universitario”.
Blanco, ceñido y espectacular
La noche que desapareció JMJ desde La Cucaracha, dice Sverlij, “esta mujer se hallaba al parecer acompañada de amigos que pertenecían a Carabineros de Chile, con lo cual se justificaría su concierto con el teniente Jaime Guzmán Pons, con quien -al parecer- le unía una relación íntima de varios años. Así, esta testigo tuvo y tiene el motivo fundamental para actuar como partícipe en esta construcción fraudulenta”.
En esa fiesta, dicen que ella lucía un vestido blanco, ceñido y espectacular. ¿Haberse fijado demasiado en sus pechugas y caderas le costó la golpiza al muchacho que hoy tendría la edad de Cristo y que cayó a manos de quien era su acompañante esa noche?
-Concretamente abogado, este oficial de Carabineros (Jaime Guzmán) y no los guardias de la discoteca serían los autores de la golpiza a JMJ?
-Una de las hipótesis que se ha manejado es la de una agresión con connotación sexual por celos. Puede haber sido víctima de la más vieja de las razones para matar que existen en la historia del mundo: los celos. Al supuesto Otelo de esta historia es al que hay que identificar.
-¿De qué antecedentes dispone como para dejar bien claro que el teniente ® Jaime Guzmán Pons es la pieza clave para aclarar la agresión a JMJ?
-Más allá de que JGP hiciera luz sobre el tema, la clave está en la Susana. Él aparece como amigo de ella. Si es así, tienen el motivo para la construcción del caso del cártel del carbón, porque es evidente que si JGP miente, entonces es partícipe de esta construcción maliciosa. La cuestión es por qué pretenden engañar a la jueza para que condene a Manuel Hernández. Ese es el problema de fondo. Una vez demonizado como jefe de un cártel de drogas -como se pretendió- enchufarle la muerte de JMJ es casi un trámite. Pero, al acreditarse que el cártel no existe, toda la acción de los policías cae en cuestionamiento y ese es el problema para Carabineros. Eso es lo que altos oficiales tienen que preocuparse de aclarar. La pregunta central -y nunca se ha investigado en esa dirección- es por qué se construyó el fraude del cártel del carbón. Mi trabajo es acreditar más allá de toda duda que el cártel no existe.
-¿A quién está tratando de salvar usted con esto…?
-¿Perdón…? Mis clientes iniciales fueron toda la familia Hernández. La policía destruyó el local de Mirla Hernández, lo propio sucedió con sus padres y le incautaron todas sus cosas, acusando que todo -incluido los vehículos- eran de propiedad de MH y el fruto de una actividad ilícita. La policía postula que él traficó, desde que empezó a funcionar el cártel, una tonelada de cocaína, pero los porfiados números indican que una tonelada es un millón de gramos y, si cada gramo mal vendido cuesta 10 mil pesos en el mercado informal, MH debería tener una fortuna de 10 mil millones de pesos. ¿Usted cree que tamaña fortuna no se va a notar en Coronel?
– Ahora último lo encontraron con droga y lo condenaron ¿no?
– Sí, eso es cierto.
-¿Antes fue un chivo expiatorio no más…?
– Pagó caro haberse acostado con la Susana.
En el hotel Hyatt
En la misma presentación del 3 de abril de 2009, David Sverlij le asegura al tribunal que la testigo protegida es “mitómana peligrosa”, capaz de falsear información tan delicada como la de indicar como compradores de droga a diversas autoridades, según declaración en el caso del cártel del carbón del 21 de agosto de 2000 de Jorge Caamaño Muñoz, ex jefe de la Dipolcar sección Concepción, y quien trabajó como jefe de la Tenencia de Lo Rojas, en Coronel, varios años.
Caamaño dice al tribunal de Talcahuano que el 11 de agosto de 2000, su abogado Juan Pablo Hermosilla presentó escrito y video ante la jueza Flora Sepúlveda (caso Matute). La filmación corresponde a la primera declaración que prestó Susana Ramírez ante los oficiales del OS-7 Jaime Guzmán y Rodrigo Uribe. Los dos están fuera de la institución hoy.
“Durante dos horas es interrogada y no aporta ningún antecedente que me vincule en los hechos que investiga el tribunal (asociación ilícita para traficar). En este acto, la tal Susana nombra como compradores que tiene el Mañungo al director de la Policía de Investigaciones, Nelson Mery, al diputado Haroldo Fosa, al intendente Zilic (presentó querella por injurias en contra de Cristian Araos) y al ministro del Interior, José Miguel Insulza, agregando que ella presenció cuando estas personas adquirían la droga, entre otros lugares, en el hotel Hyatt de Santiago”, declara el retirado Jorge Caamaño Muñoz.
“Tales imputaciones -cita hoy Sverlij- no han sido investigadas en esta causa (rol número 21.600) según consta en la contundente declaración que efectúa en el proceso el mayor Jorge Caamaño Muñoz.
“Hay que seguir el rastro de sangre que dejó el criminal”
A pesar que el ministro Juan Rubilar volvió a cerrar el sumario por el secuestro y obstrucción a la justicia (Causa rol n° 41.266-0) tras interrogar a Cristian Araos Díaz por sus declaraciones a Revista NOS (edición agosto de 2009), el abogado David Sverlij expresa que su confianza en el magistrado “es ilimitada”. Y agrega que su historial de trabajo enorgullecería a cualquier juez de la República”.
Sverlij plantea a la luz de la paciente indagación profesional que ha hecho de los tres casos que se conectan -casos Matute, cártel del carbón, suicidios del cabo Marcos Martínez y el de Eduardo Sepúlveda, el marido de Susana Ramírez- que Cristian Araos dice la verdad, porque es la testigo protegida quien vincula las personalidades aludidas en los medios de comunicación con tráfico de drogas. En su momento -precisa- la mujer fue denunciada ante el juez del cártel del carbón, en Talcahuano por el funcionario policial Jorge Caamaño Muñoz, pero ella efectivamente recibe protección de órganos del Estado, en este caso del Poder Judicial. Carabineros cumple la materialidad de la protección resguardándola de la notoriedad pública. La protección la dicta el juez Eduardo Carrasco como instructor de la causa 21.600 en que se investigaba la existencia de una asociación ilícita para traficar, el cártel del carbón.
Y agrega: “Por supuesto que el ex intendente Zilic no tiene nada que ver; autoridades como él han sido mencionadas por una testigo protegida a quien le dan mucha credibilidad. Si es creíble, entonces son culpables; si la testigo miente, ellos son inocentes. El juez tiene que investigar”.
-¿Qué personajes deberían “caer” en el curso de los meses si es que el ministro Rubilar decide abrir esta línea de investigación?
-Todos los que han faltado a los principios de probidad que rigen la función pública y al lema “la ley espejo de nuestro honor”. Todas esas autoridades deberían responder por hechos. Hay algunos culpables que pueden haber seguido trepando porque están en la complicidad de la obscuridad. Esas alimañas que circulan a través de las fuentes de poder son las peligrosas. Hay que perseguirlas. Nunca más puede haber un JMJ en Chile. Ofende la conciencia nacional.
– ¿Qué otra información entregó ella?
-La más importante en el caso del cártel del carbón es que ella había sido amante del Mañungo, el supuesto líder y que cohabitando con él escuchó de sus labios que había participado en el secuestro de JMJ. Es lo que ella afirma, y que presenció el tráfico de grandes cantidades de cocaína, no inferiores a un kilo en cada una de las transacciones.
-En su escrito al tribunal usted dice que el cartel fue fabricado…
-El caso del cártel del carbón lo estamos planteando en la causa como un fraude procesal. O sea una maquinación fraudulenta destinada a proseguir un proceso real con datos falsos. El engaño tiene como objetivo a la jueza Flora Sepúlveda para inculpar, finalmente, como responsable de la muerte de JMJ a Manuel Hernández Delgado.
-¿Quién está detrás de esta operación?
-Lo central es investigar quién tiene tanto poder como para utilizar a una institución honorable (Carabineros) para fabricar esta construcción maligna. Acá, funcionarios policiales le llevan al juez Carrasco la denuncia de la existencia del cártel con antecedentes que parecen ser serios porque logran convencerlo de que hay mérito para instruir un proceso.
-¿Esto nace de Carabineros…?
-Funcionarios de Carabineros llevan la información al juez y él dicta un auto de proceso con lo cual inicia la investigación del llamado cártel del carbón. Él también es inducido a engaño.
– O sea este fraude procesal se construyó para engañar a la jueza Sepúlveda partiendo de un primer engañado que sería el juez Carrasco ¿así funcionó?
-Yo hablé con la jueza Sepúlveda antes de que recibiera a Susana Ramírez. Me adelanté. Por eso es que su declaración no logra su objetivo de formar en ella convicción de que Manuel Hernández fuera responsable de la muerte de JMJ.
-¿Por qué se usa a Mañungo?, ¿por esta supuesta relación que había entre ella y el oficial Jaime Guzmán Pons, como dice usted en su escrito?
-Sin duda. Este trío -el Mañungo, la Susana y Guzmán- generan este engendro que es el cartel del carbón. Existe el antecedente de que Susana y el oficial se conocían de antes de fabricarse el cártel.
– ¿Y esta pareja que tenía una aparente relación amorosa estaba en La Cucaracha el día que desapareció JMJ?
-Lo central es que Susana aparece entregando una información con su marido Eduardo Sepúlveda a la policía acerca del cártel por un lado y de la conexión entre el Mañungo y la muerte de JMJ por el otro. Esos dos hechos los entrega Susana a la jueza Flora Sepúlveda a través de la policía. De hecho los tenientes Guzmán y Uribe la interrogan en uno de los inmuebles de propiedad de su suegra, Santos Pedreros. Esta información la provee al tribunal el señor Alex Matute. La jueza dicta el auto ordenando al comisario Héctor Arenas que interrogue a estas personas y, evaluando su información, que se la pasen. Entre la interrogación que hace Arenas y la que haría la jueza, aparece el abogado Sverlij. Cuando la jueza interroga, ella ya sabe que sostengo la teoría de que Susana es una testigo informante falsa.
Usó placa de la PDI para interrogar
¿Y cómo es que lo sabe el abogado Sverlij?
-Me lo dijo el cabo Marcos Martínez. Él me habló de esta construcción fraudulenta, pero también hablé con Mañungo. “Señor -dijo- lo está engañando a usted y a los jueces”. De ahí sale la primera información de que esta mujer estaba vinculada a las policías. Ellos me cuentan que Susana interrogaba en dependencias de Carabineros a los detenidos del caso del cártel del carbón portando una placa de Investigaciones; ella se hace pasar como detective. Los que no la conocían, creen que era una detective.
-¿La placa era real?
-Sin duda.
-Pero ¿quién la autoriza a hacer eso? ¿Eso nunca se publicó?
-No, porque es una testigo protegida. Nunca tuve acceso a ella a través del proceso, pero sí de manera física. Ella declara en cuadernos secretos.
-¿Hablaron…?
-Yo hablé con ella personalmente en Villarrica a propósito de la muerte de su marido. Eduardo Sepúlveda muere un par de años después (2002) por un tiro en la boca en una forma muy parecida a cómo murió Marcos Martínez Sánchez. En representación de su madre, doña Santos Pedreros, interpuse una querella criminal por homicidio calificado como consta en el expediente. El caso fue sobreseído.
– ¿Ahí la conoció, le puso rostro, pechugas, caderas…?
-Me tomé un café con ella y conversamos. Es una mujer atractiva y aguda, sin duda. Me sentí disecado como un insecto.
-¿Y usa sus encantos para envolver?
– Es posible. Yo lo sentí…
-¿Los usó para envolver a este teniente que dice la acompañaba en La Cucaracha?
– Si los usó para envolver a Manuel Hernández, no me cabe duda de que puede haberlos usado para contactarse con Jaime Guzmán. No es improbable si es cierta la hipótesis que Guzmán y Uribe la enviaron como espía, como Mata Hari, a acostarse con Mañungo para “justificar” sus dichos que él mató a Matute. Es ella la que aparece como testigo presencial de la afirmación que hace, pero tiene tanta credibilidad como las afirmaciones de que MH vendía droga a las autoridades ya mencionadas. Esa información aparece en una declaración de Jorge Caamaño, jefe de la Dilpocar, en el expediente de la causa del cártel del carbón en Talcahuano. Copia de esta causa nunca se llevó finalmente al caso Matute, aunque sí existe información fehaciente que los jueces Sepúlveda y Carrasco hablaron de la conexión del caso Matute y cártel del carbón.
-Usted dijo que esta testigo informante menciona a Nelson Mery. ¿Explicaría ello la obcecación del comisario Héctor Arenas por inculpar al grupo de 7 jóvenes o no hay ninguna relación con ello?
– Nelson Mery escoge, según información de la época, a uno de sus hombres más selectos, a un súper policía -el comisario Arenas- para que se instale en Concepción durante todo el período en que se investigaron en terreno los antecedentes del caso Matute. Tenía atribuciones especiales del tribunal y de su director Mery para actuar, lo que hace suponer que él tenía un interés particular en el caso.
-¿El motivo sigue siendo las drogas…?
– Así es, pero droga que nunca se encontró. No hay en el cartel del carbón, según expresión de un policía “ni un puto gramo de droga”.
-En posesión de estos antecedentes ¿qué debería hacer el ministro Rubilar?
– Pienso que debiera recoger estos antecedentes y leer el caso del cártel del carbón. Ahí están las respuestas que todos andan buscando. Desechar el caso del cártel en el sentido de sacar a MH y a su gente de la desaparición y muerte de JMJ me parece que es lo correcto, pero al perder hilación y comprobarse que es un fraude procesal, hay que buscar a quienes montaron ese fraude. Y al encontrar a quienes montaron el fraude, vamos a hallar a quienes están tratando de proteger, y ahí está el autor del secuestro y muerte de JMJ.
-¿Y este personaje está en altas esferas?
– Hay que seguirle la pista no más, hay que seguir el rastro de sangre que dejó este criminal que no sólo mató a JMJ, sino que apuñaló el alma de la ciudad, mató espiritualmente a las familias Matute, del cabo Martínez, del bombero Hugo Díaz y a las de Bruno Betanzo y toda su gente. Desde los tiempos del Chacal de Nahueltoro (1960) que no escuchábamos hablar de algo tan monstruoso.
-¿Y por qué el interés de hacerlo desaparecer? Eso es propio como del gobierno militar, no en una democracia…
-Porque la muerte de JMJ significa mucho daño para su autor. El de las penas propias para quien comete este delito y, si además es funcionario público, hay un efecto directo en las penas para inhabilitarlo en tales funciones lo que le cuesta su puesto y pensión. La defensa de esos privilegios es lo que lo lleva a matar y a hacer desaparecer el cuerpo secundado por alguien al que apodan “el zapatilla”. Después de lo que le hicieron al presidente Frei Montalva, yo lo creo todo.
Las 19 diligencias pedidas en el caso del Cartel del Carbón por David Sverlij citan a:
1.- Juan Pablo Hermosilla (abogado de Jorge Caamaño) para que indique el contenido del video que entregó a la jueza Flora Sepúlveda en la causa por la desaparición de JMJ.
2.- Jorge Caamaño para que explique la información entregada sobre el video con la declaración de Susana Ramírez sobre los compradores de cocaína a MHD.
3.- Susana Ramírez, la testigo protegida.
4.- A los compradores de cocaína mencionados por Susana Ramírez.
5.- Manuel Hernández (el Mañungo)
6.- Jaime Guzmán Pons y Rodrigo Uribe Yáñez.
7.- Traer a la vista la causa criminal 41.266 (Matute)
8.- Traer a la vista expediente rol 144-2000 (muerte en recinto policial del cabo Martínez).
9.- Ordenar exhumación del cadáver del cabo Martínez.
Cabo Martínez: protegió información
Sverlij tiene en la retina el momento en que el cabo Marcos Martínez se le acercó en la Primera Comisaría de Concepción para contratarlo. Fue el 3 de julio de 2000 y estaba detenido. Le dijo: “es una conspiración destinada a terminar irregularmente el caso Matute. Tengo pruebas y se las voy a entregar mañana”. Al día siguiente estaba fallecido y su cuerpo con heridas, hematomas y sin las yemas de sus dedos (por la autopsia), pero Carabineros y la Fiscalía Militar concluyeron que fue homicidio. Era funcionario de Comisión Civil de Carabineros en Coronel y el abogado se pregunta por qué investigaba el caso Matute si la jueza ya había encomendado esa misión a la PDI.
Antes de morir, entre el forro y paño de su chaquetón protegió una libreta con información. En una página aparecen los nombres y apodos de los tres jóvenes que asesinaron al bombero Hugo Díaz. Mientras reparaba cañerías en la Tercera Comisaría de Coronel, había escuchado una conversación respecto de JMJ. Su cuerpo fue hallado con 28 puñaladas.