Con la idea de relevar el rol de la mujer y ofrecer a las participantes de la Orquesta
UdeC un espacio en el que pudieran entregar su mirada sobre las artes y la música, al alero de la Corcudec hace dos años nació el programa radial Féminas Sinfónicas.
Hoy es un panorama obligado para sus fieles seguidores, que cada sábado, a las 15 horas, escuchan -por Radio Universidad de Concepción y las plataformas de Corcudec- la amena conversación entre las panelistas y sus invitados.
“Desde el principio supimos que esta iniciativa radial tendría una buena recepción de la audiencia, porque era un momento de conversación entretenido, cordial y que abría la puerta para conocer a entrevistados de gran calibre, mostrando -desde el punto de vista femenino- el trasfondo de la vida artística cultural”, detalla Mario Cabrera, gerente de Corcudec.
Ellas, en tanto, reconocen que nunca imaginaron el éxito que alcanzarían, ni que el espacio lograría mantenerse hasta cumplir el hito de 100 programas al aire.
Las Féminas opinan
Desde el inicio del espacio radial, su conductora ha sido la fagotista Marcela Ibáñez, quien es acompañada por Carmen María Burmeister, Dina Mery, Gabriela Godoy y Verónica Torres, todas integrantes de la Sinfónica UdeC.
A la fecha han realizado decenas de entrevistas a importantes exponentes del mundo artístico y cultural, como Andrea Tessa, Verónica Villarroel y Vivir Quintana, y recuerdan con cariño la transmisión de un programa especial desde México, que se hizo aprovechando la gira internacional de la Orquesta.
A lo largo de estos 100 capítulos, dice Marcela Ibáñez, han aprendido la importancia de la radio como medio de comunicación y herramienta de difusión de la cultura, especialmente de las artes. “Estamos agradecidas y bastante sorprendidas, pues nunca pensamos que este programa le iba a gustar a tantas personas”, dice, recalcando que una de claves de su éxito es estar siempre preparadas, de modo de entregar una conversación que genere un real aporte a la cultura.
Por su parte, Carmen María Burmeister, viola de la Sinfónica, explica que el programa les ha permitido desarrollar nuevas habilidades, que influyen “en hacer sentir cómodo al entrevistado para compartir su historia. Eso ha hecho que cada vez la conversación sea más amena y cercana”, dice.
La pianista Verónica Torres, en tanto, hace hincapié en la evolución que han tenido: “Al principio estábamos nerviosas, y nos guiábamos por la pauta. Ahora ya nos relajamos, y nos encanta estar frente al micrófono”.
Hacer el programa también ha sido un desafío para Dina Mery, violinista de la Orquesta UdeC, quien relata que en su caso ha habido un aprendizaje permanente, que ha ido desde enfrentar el micrófono hasta usar Zoom. “Es lindo sentir que el programa es útil, y que sirve para acercarnos más a los seguidores de la orquesta, llegando a ellos con un programa entretenido con contenido variado sobre el acontecer artístico cultural”, sostiene.
También está feliz con la trayectoria del programa la flautista y flautinista Gabriela Godoy, quien destaca que, para ella, lo más enriquecedor ha sido “conocer a tantas profesionales mujeres, que se desenvuelven exitosamente en distintas áreas, como la música, el folclore, la escritura o la escultura”.
Finalmente, la violinista Ximena Águila reconoce que en este tiempo ha vivido un gran crecimiento personal, gracias a la interacción con sus compañeras y los entrevistados. “Lo nuestro es una conversación que va fluyendo cada vez con más soltura. Hemos ido aprendiendo a manejar la ansiedad y a no atropellarnos al hablar, logrando que todo fluya de manera más ordenada”.
Féminas en pandemia
Tras el comienzo de la crisis sanitaria, las panelistas debieron adaptarse a un nuevo estilo de grabaciones, a través de Zoom y desde sus hogares, que les abrió un nuevo mundo de posibilidades, eliminando las fronteras para poder conversar con entrevistados de distintos puntos del globo.
Si bien a veces es complicado desconectarse de las cosas de la casa y combinar su labor como músicas y personalidades radiales, reconoce Gabriela Godoy, lo han vivido de manera disciplinada, con un trabajo semana a semana, tal como si fuera presencial.
“Lo único bueno que trajo la pandemia fue poder tener invitados de México, Roma, Nueva York y de distintas partes del mundo, generando entrevistas que han sido memorables”, dice Carmen María Burmeister.
Así lo confirma Verónica Torres, quien detalla: “Pasamos de tener como invitados a personalidades de Concepción a poder hablar con gente de todo el mundo, y eso es increíble”.
Ximena Águila cita como ejemplo de esto el haber podido conversar desde México con Vivir Quintana, “una mujer que nos representa con su música y su arte, y con quien tuvimos la oportunidad de hacer una producción sinfónica”, recuerda.
Finalmente, todas concuerdan en que han crecido mucho como locutoras y que eso se debe a un arduo trabajo previo a cada programa. “Lograr una conversación distendida requiere prepararse muy bien, investigando la vida y trayectoria de cada invitado (…) Esta es una labor que requiere harto tiempo y entrega, pero nos encanta”, dicen.