El Jefe comunal de Talcahuano se ha convertido en el primer “gran dolor de cabeza” para la intendenta Jacqueline van Rysselberghe (UDI), tras una masiva manifestación de porteños el 14 de abril pasado y un diálogo entre ambos que duró cinco minutos. Demanda un trato acorde con la reconstrucción de la devastada ciudad puerto de 247.000 habitantes, con su dignidad y con el aporte económico que hacen a la Región del Biobío y al Producto Interno Bruto (PIB). Y advierte que “si hay que marchar a La Moneda con todos los porteños, lo haremos”. Sólo recuperar el sector urbano del puerto demanda una inversión de 226 mil millones de pesos.
En el ojo del huracán se encuentra el alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra -55 años, ingeniero, casado, tres hijos- tras el terremoto y posterior tsunami que devastó a gran parte de la ciudad puerto. El difícil y complejo proceso de reconstrucción lo llevó a encabezar la primera acción de protesta masiva de la comunidad local, que marchó a Concepción para entregar al gobierno regional un petitorio con doce demandas para agilizar ese proceso. Y advierte que agotadas todas las instancias de diálogo, lo hará con la ciudadanía a La Moneda, en Santiago, hasta lograr que Talcahuano sea tratado con el respeto y la dignidad que se merece por el aporte que hace a la Región del Biobío y al PIB del país.
Saavedra se ha convertido en uno de los primeros grandes dolores de cabeza para el gobierno regional y la intendenta Jacqueline van Rysselberghe (UDI). El último encuentro entre ambos duró cinco minutos y las recriminaciones son mutuas. Le reconoce a la intendenta un liderazgo respetable y que se lo ha “ganado en la cancha”, pero asegura que ella fue alcaldesa y sabe perfectamente, “que nos debemos a la voluntad popular que nos eligió como única lealtad y entrega”. Advierte que las cosas no se están haciendo bien para Talcahuano “lo que nunca callaré y si eso molesta a alguien, no me importa”.
El alcalde sostiene que, tanto a nivel regional como central, no se dan cuenta del gigantesco esfuerzo que significa reconstruir y rediseñar la ciudad puerto. Sólo reponer todo el sector urbano implica 226 mil millones de pesos. Dice que la naturaleza los ha golpeado brutalmente “pero, también nos está dando la gran oportunidad de hacer las cosas bien y lograr el Talcahuano que todos soñamos”.
El edil porteño responde en profundidad y sin eludir ninguna pregunta, incluso versiones que decían que tan sólo horas después de la emergencia había asumido el rol que le correspondía.
-¿Qué ha significado el impacto de enfrentar la reconstrucción de Talcahuano devastada por el terremoto y el tsunami?
-“El 26 de febrero hubo un encuentro en los salones del hotel Sonesta de toda la sociedad de Talcahuano, empresarios, dirigentes vecinales, sindicales, políticos y profesionales, para soñar cómo sería la ciudad del puerto del Bicentenario e, incluso, se les entregó a todos los asistentes una polera alusiva. La gran tragedia fue que el día 27 la naturaleza, nos dijo: ¡Un momento y alto! Piensen un poco más, ordénense y resuelvan sus conflictos de intereses que hay en la ciudad. Hoy, más allá del dolor y la destrucción sufrida, tenemos la posibilidad de reconstruir unidos el nuevo Talcahuano que todos soñamos”.
-¿Hay versiones que señalan que luego del terremoto Ud. se escapó hacia los cerros con su familia y que sólo horas después asumió su rol frente a la emergencia?
-“Eso es falso. Le pueden preguntar al capitán Mauricio Carrión, de la Cuarta Compañía de Bomberos, quien les confirmará que a quince minutos después de ocurrido el sismo me había constituido en ese cuartel, en su carro de comando. Allí estuve establecido hasta que Bomberos me pidió que fuera con ellos a los cerros, frente al sector Las Higueras, para hablar con las personas que se habían refugiado. La finalidad era evitar que continuaran encendiendo fogatas por el riesgo de un incendio forestal, ya que no existían las capacidades para controlarlo en medio de la gran emergencia que se vivía. Eso fue lo que hice, junto con calmar a mucha gente con temor y pánico. Bajé posteriormente para constatar los daños del terremoto y tsunami en el casco central, que fue el más devastado. Hay muy mala leche e intención en quienes difundieron esa versión que es absolutamente falsa.
-¿Y respecto del tsunami y la errónea información del Gobierno y la Armada, en el sentido que se descartaba su ocurrencia?
-“No soy de los que salieron a las calles a trasmitir con megáfono que no había maremoto, tras una información radial que señalaba que ese riesgo había sido descartado por el Gobierno. Intenté comunicarme telefónicamente con autoridades para confirmar esa versión, pero fue imposible. Doy gracias a Dios por ello, porque como todos los porteños finalmente hicimos lo lógico y recomendable luego de un gran terremoto: subir a los cerros y permanecer ahí hasta que aclarara. Fue la sabiduría de los viejos pescadores y la intuición mayoritaria de la gente que motivaron esa conducta responsable. Por ello sólo tuvimos 26 muertos en Talcahuano, pese a la magnitud de la catástrofe y que erróneamente se difundió que ese riesgo no existía”.
-¿Pero tampoco había planes preventivos de evacuación, incluyendo rutas de salidas debidamente señalizadas?
-“En Talcahuano, a diferencias de otras partes, habíamos hecho bastantes ejercicios en trabajo con la comunidad, en materia de prevención. Las Juntas de Vecinos tenían claras las rutas de evacuación, aunque es cierto que no existía la señalética. Eso es parte de la tragedia. Teníamos aprobados los recursos y habíamos iniciado el proceso de instalación. Eso lo seguiremos haciendo y no quedará postergado, pero hoy lo prioritario es despejar las vías que en su mayoría están colapsadas, sin lo cual no es efectivo ningún plan de evacuación”.
-¿Está haciendo “gallitos” con la intendenta Jacqueline van Rysselberghe y su prueba de fuerza habría sido la masiva marcha de protesta que encabezó a Concepción?
-“Con la intendenta nunca hemos tenido un diálogo fluido y no le tengo ninguna animadversión y le deseo que le vaya bien, como se lo dije en su momento. El problema surgió luego de un cabildo ciudadano en Talcahuano, donde se levantaron propuestas de los vecinos en doce temas para un avance real en el proceso de reconstrucción. Ellos acordaron realizar una marcha e ir a entregarla a la intendenta en Concepción y como alcalde me sumé ante una legítima petición en tal sentido. Aquí, no hay gallitos y lo que hemos hecho es dar a conocer una visión de cómo desarrollar la ciudad puerto. Lamento que se intente desprestigiar la validez del cabildo realizado, dándole un carácter de protesta que no tuvo”.
-¿Pero hubo una entrevista con Van Rysselberghe para analizar el tema que duró diez minutos?
-“Sólo duró cinco minutos y ambos tuvimos una gran capacidad de síntesis para decirnos las cosas con gran franqueza y mirándonos a los ojos. Le reconozco todas sus virtudes que se las ha ganado en la cancha y nadie le ha regalado nada. Se lo dije, como también que Talcahuano necesitaba un trabajo coordinado con la intendenta, no sólo para enfrentar la emergencia, sino que en los temas de más largo aliento, como una mejor distribución del presupuesto de la Región. Insistiré con proyectos no sólo emblemáticos, sino que extremadamente imprescindibles para el puerto. ¡Cómo no voy a pelear por los colectores de aguas lluvias para la poblaciones Libertad y Santa Clara, que se inundan todos los años; que definitivamente todas las calles del puerto sean repuestas; la instalación de muros de contención y los liceos que se nos cayeron! Tengo que pelear y si eso molesta, no me importa. Mi lealtad absoluta es con la ciudadanía que me eligió. Lo que me importa es que Talcahuano se reconstruya y ponga de pie”.
– Derechamente, ¿Cuál es el tema de fondo del conflicto generado entre ambas autoridades?
-“Lo primero es que se resuelva la emergencia, el tema de las viviendas y recuperar la accesibilidad es prioritario para Talcahuano. Solicitamos 3.000 mediaguas y sólo han llegado 500, y tengo que reclamar por esa demora; y también si no ofrecen un refugio seguro frente al duro invierno en el puerto. Luego, definir el nuevo diseño y desarrollo estratégico de la ciudad, como meta a más largo plazo. Una cifra aproximada que manejamos indica que para reconstruir todo lo que es el área urbana (recuperar todas las calles, construir liceos, centros de salud, programas habitacionales, luminarias nuevas, recuperar un millón de metros cuadrados de áreas verdes y hacer los parques necesarios) se requieren 226 mil millones de pesos, sin considerar en ese monto a Asmar y el sector pesquero industrial. Sólo reconstruir la pesquera Sopesa Alimar, significa 50 millones de dólares, y hay que considerar otros 30 millones por las pérdidas que les significará no operar en dos años. La dimensión gigantesca de la devastación y no entender la importancia socio económica que tiene Talcahuano para la Región del Biobío y el aporte que hace con su potencial industrial al Producto Interno Bruto, es un grave error de las autoridades regionales y centrales, siendo factores que se deben considerar a la hora del rediseño de la ciudad puerto. Hay un ofrecimiento del empresario del retail Horst Paulmann para desarrollar el máster plan para la ciudad, el que nos indicará dónde se debe invertir en obras de reposición de la estructura urbana”.
-¿Prefiere a Jacqueline van Rysselberghe como alcaldesa post terremoto, reclamando medidas urgentes o como intendente donde tiene que responder a sus peticiones?
-“Ella tiene sus opciones y el derecho legítimo a dar un salto cualitativo respecto de su carrera política. Si de ese cargo desea contribuir al desarrollo de la Región me parece bien, ya que es una líder regional, y eso también hay que valorarlo. Le he dicho que podemos tener diferencias ideológicas, pero que debemos actuar unidos ante el poder central, para lograr los recursos y las soluciones que demanda la Región”.
-¿Tendría la misma fuerza en sus demandas para Talcahuano de haber existido un gobierno de la Concertación?
-“Fui dirigente sindical por 19 años y nunca que quedé callado bajo los gobiernos de la Concertación. Tuve peleas con mis amigos y compañeros de partido cuando querían privatizar Emporchi. Todos conocen mi conducta pública y nunca he transado principios y no lo voy hacer ahora”.
-¿Qué importancia tiene que Talcahuano sea definida como la gran Zona Cero del fenómeno telúrico y el tsunami?
-“Mucha, porque comunicacionalmente se señalaba como Zona Cero el desplomado edificio Alto Río de Concepción. En Talcahuano se destruyeron 6.500 viviendas; 15 mil que hay reparar y se paralizó todo el aparato productivo. Es decir, se cayó una ciudad. Eso hace que Talcahuano tenga toda la preocupación del gobierno central. Tenemos buenos equipos técnicos y en la gestión municipal hemos dado un salto cualitativo que nos permite liderar con eficiencia y participación social el proceso de reconstrucción”.
-¿Se hará una reconstrucción responsable considerando las lecciones de naturaleza para no hacerla en las mismas zonas de riesgo?
-“Talcahuano es una ciudad puerto que hay que hacer sustentable. Obviamente, las casas de los habitantes no pueden estar a orillas del mar, pero sí tenemos que aprovechar y explotar racionalmente el mar disfrutando del borde costero. Ahí hay que desarrollar un proyecto urbano con centros comerciales e incluso instalar el edificio municipal. Y como medida de seguridad tener los primeros pisos para estacionamientos. Ninguno de los edificios que estaban en borde costero se cayó y las olas sólo entraron al primer piso. Habrá que relocalizar el puerto pesquero para evitar que naves y containers dañen la estructura urbana, como ocurrió tras ser arrastrados por el tsunami. Y en los casos de las poblaciones que tengan que mantenerse en sectores bajos, como la San Marcos, habrá que construir rompeolas como se hace en los países desarrollados”.
-¿Si las demandas de la comunidad de Talcahuano no son escuchadas habrá nuevas marchas pacíficas… Llegarán hasta La Moneda?
-“Voy hacer todo lo que sea necesario para que exista diálogo, que es en lo que estoy empeñado. Pero, si tenemos que marchar a Concepción nuevamente y a Santiago, lo haremos. Talcahuano es un pueblo digno que merece respeto y la preocupación de todas las autoridades. Agotaremos los esfuerzos para que entiendan que la situación acá no está resuelta. Tememos que desde Santiago, por razones políticas y una concepción centralista, puedan decir que con las 40 mil mediaguas la emergencia está superada”.
-¿Qué responde a algunas críticas que cuestionan su gestión, tras la emergencia?
-“Lo asumo con altura de miras, porque estoy tranquilo y en paz, ya que estoy trabajando desde el momento cero y he estado en todas partes. No tengo tiempo para visitar las 42 mil casas una por una. Me levanto muy temprano y siempre he actuado en forma honesta y lo haré siempre. Estoy en el cargo elegido por la comunidad de Talcahuano para lograr que sus habitantes puedan vivir bien y ese es mi mayor desafío”.
-La intendenta denunció que se habían otorgado 304 millones de pesos y que el municipio no los había gastado.
-“Ella no los asignó. Fue el gobierno central para la entrega de materiales de construcción. Hicimos llegar oportunamente las peticiones a las tres empresas designadas por el Ejecutivo, pero hubo demoras de éstas por no contar con stocks. Se lo expliqué al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. No llegó ese dinero, sino que un listado de materiales que había que organizar y distribuirlo para unas 1.000 viviendas que necesitaban reparaciones menores. Mineduc asignó 1.100 millones de pesos a Talcahuano para reparación de colegios y se están ejecutando, y antes que nadie repusimos el sistema escolar en la comuna. Lo que pasa es que la intendenta suma todo, desde canastas familiares, frazadas, nylon, colchonetas, agua en botella y carbón, lo que le da una cifra sideral. Pero, en materia de recursos frescos para el municipio recibimos del anterior gobierno 50 millones de pesos para aumentar los camiones aljibe, porque sólo teníamos tres. Se han asignado 800 millones de pesos a los municipios y como no llegan, con la mayoría de los alcaldes pedimos que se ingresen a las arcas municipales, a la brevedad. Nadie reconoce que el municipio de Talcahuano, contando sólo con precarias instalaciones de emergencia, en quince días obtuvo 1.100 millones de pesos por patentes de vehículos y el 2009, fueron sólo 700 millones. Eso significa que hemos contribuido con 700 millones de pesos al Fondo Común Municipal para ser distribuido entre el resto de las municipalidades”.
-¿Cómo se explica que ante una situación tan crítica no se ocupen los 4.000 empleos de emergencia ofrecidos a quienes perdieron sus fuentes laborales?
-“Esa cifra se asignó con el pago de 160 mil pesos mensuales y tenemos dificultades porque las barreras para el ingreso son muchas. Entre ellas la petición de certificados, que los postulantes no tienen y tampoco se los podemos entregar, ya que no tenemos capacidad para ello, porque el edificio municipal está destruido. Hay otras situaciones: Por ejemplo, a un soldador de Asmar, que perdió su empleo y que ganaba entre 500 y 700 mil pesos, le cuesta hacer el proceso de reflexión para ir a trabajar a recoger escombros o limpiar canales por 160 mil pesos. Se sufre un proceso de degradación social que también hay que internalizarlo. Yo viví esa situación, porque fui trabajador del Plan de Empleo Mínimo (PEM), siendo titulado de la universidad. Es algo que cuesta asumir. No es fácil estar en los zapatos de quien ha tenido un buen estándar de vida y tiene que enfrentar esa nueva realidad. Es lamentable escuchar opiniones de autoridades que no han vivido nunca esa dolorosa situación”.
-Sabemos que se fumó la pipa de la paz con el alcalde de Hualpén, Marcelo Rivera (PPD). ¿Por qué se distanciaron si eran amigos e integrantes de la Concertación?
-“Es cierto que fumamos la pipa de la paz. Enhorabuena por el bien de Hualpén y Talcahuano, porque eso se traducirá en no andar haciéndonos zancadillas. A nadie le gusta que le tiren la chaqueta o que le den un palmetazo, porque es legítimo reaccionar ante esas actitudes. Nunca he tenido problemas políticos con el alcalde Rivera y no sé cuáles son los que tiene conmigo. Tampoco le di importancia a las críticas que formulaba y sólo me dediqué a trabajar. Mi delito fue haberme puesto firme en la idea en que se tenían que hacer primarias para designar a los candidatos y buscar una renovación en la Concertación. La gente fue clara en su veredicto: perdimos las elecciones presidenciales. Los partidos deben elegir sus directivas y candidatos por votación universal y no que lo hagan las cúpulas políticas. Creo en la Concertación, y con un nuevo programa que asuma las aspiraciones de equidad, justicia social y transparencia de la gente, no tengo dudas que volveremos a gobernar si aprendemos la lección dada por la gente.”