A 15 mil kilómetros de su país, entre cigarrillo y cigarrillo, el embajador de Palestina en Chile, Imad Nabil Jadaa, sufre lo indecible por la patria herida. Y propone una mesa de negociaciones “en serio”, con plazos acotados para el fin del bloqueo que ha convertido a Gaza en un campamento altamente densificado con 5 mil personas por kilómetro cuadrado. Que los palestinos denuncien a “los terroristas” de Hamás y punto, propone, a su vez, el abogado David Sverlij, porque “no vamos a esperar a que Irán –que los financiaría- saque la bomba atómica en contra de Israel”, dice, mientras el historiador penquista Víctor Hugo García apunta al entramado de intereses, de todo tipo, que alimentan el conflicto, el más cruento de los últimos años. A pesar del temor de Estados Unidos al fundamentalismo islámico, pide que el gigante norteamericano utilice su influencia para lograr que Israel se incline hacia una solución negociada entre palestinos e israelíes.
Por Sonnia Mendoza. Fotografías Gino Zavala.
Cincuenta cigarrillos al día consume el embajador de Palestina en Chile, Imad Nabil Jadaa, quien al final del día suele reflexionar si su lugar debe ser nuestro país -a 15 mil kilómetros de su patria- o al lado de su pueblo herido por el que pide a Dios una y otra vez para que detenga el río de sangre; que los padres puedan ir a trabajar y reencontrarse por las tardes con sus hijos y éstos con sus familias, y que el millón de flores de un millón de colores -base de la debilitada y sitiada economía en la Franja de Gaza- pueda ser exportada a Europa sin esperar la venia del “invasor israelí”.
De la ciudad costera de Haifa -hoy la tercera más grande de Israel- donde su familia se instaló en 1712, es este cientista político, padre y abuelo, que quería ser piloto civil y que apenas egresó de la Universidad Libanesa de Beirut, en el 70, trabajó en Naciones Unidas y fue intérprete hasta 1975 del fallecido líder de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, Yasser Arafat, antes de iniciar su carrera diplomática.
“Si no hubiera bloqueo a Gaza, no habría habido jamás ingenieros empleando su intelecto para fabricar cohetes; si no hubiera ocupación ni agresión israelí, ellos estarían fabricando máquinas de agricultura”, dice este diplomático de voz ronca y reflexiones profundas, que aboga por la paz y con quien conversamos el último día de su estada en Concepción. “Mucha presión lleva a la explosión; mucha ocupación provocó esta rebelión”, resume en su buen castellano a modo de despedida y justificación por la autodefensa que emprendió el grupo radical islamita Hamás.
Pero ¿es posible el fin del conflicto israelí-palestino, en guerra desde hace más de 70 años por la posesión y control de 300 kilómetros cuadrados de territorio donde vive 1 millón 300 mil palestinos bajo bloqueo y que sólo en julio de 2014 provocó dos mil muertes en Gaza, entre ellos 400 niños y -del otro lado- 200 soldados israelíes fallecidos y 600 heridos?
Hablamos con el embajador Nabil, con el abogado David Sverlij Lagos -primera generación de judíos en Chile- y con el profesor de Historia y Geografía de la Universidad de Concepción, Víctor Hugo García Valenzuela, en un intento por entender y explicar el conflicto que separa a esos dos pueblos desde hace siete décadas, no sólo en Gaza, sino que en el mundo entero como da cuenta la historia, la prensa y los cientos de miles de “posteos” en las redes sociales, cuál de todos más crudo.
“No se metan con los judíos”
“Yo he sido educado para la coexistencia con los palestinos en Chile, pero los judíos no van a colaborar con su exterminio. Mientras haya uno con aliento, Israel va a estar de pie”, dice el abogado David Sverlij Lagos, para quien la disputa por tierras sagradas -donde algún día piensan reconstruir el gran templo de Salomón, idea que irrita a los palestinos- hoy la genera el grupo Hamás, que con el apoyo de la izquierda mundial -dice- proclama la aniquilación de los judíos. “¿Acaso somos los asesinos más grandes del mundo por defender nuestro territorio? No pues, cuidado; no se metan con los judíos”, advierte.
En su opinión, el Islam debiera ser una doctrina de amor, pero no lo es, subraya, y mientras no demuestre lo contrario “hay que tratarlo como enemigo. La duda, la sola duda puede llevar a la destrucción de Occidente”, sostiene.
Y de paso, celebra entre otras acciones bélicas, el triunfo del tuerto Moshé Dayan cuando Egipto lanzó 3 mil tanques al frente del “loco furioso de Nasser”, durante la guerra de los Seis días, en 1967, y la fuerza aérea israelí se hizo sentir en los camiones cargados con combustibles que cerraban la caravana. Los tanques alcanzaron a llegar a cinco kilómetros de Jerusalén y se quedaron sin petróleo. “Tuvieron que cruzar corriendo el desierto de Neyeb de vuelta a Egipto y los tanques quedaron a nuestro beneficio. ¡Dígame si eso no es un milagro!”
-¿Milagro?
Eso no es ni coincidencia ni astucia ni suerte; para los que creemos es un acto de Dios. Por eso rezamos y le pedimos que proteja y guíe a los gobernantes en estas situaciones absurdas. Cómo un pueblo que le rinde culto a la vida puede aceptar la muerte de una persona; la muerte de una persona le debe doler a todo creyente en el mundo, cómo quisiéramos nosotros que no muriera ni un solo palestino….
-Pero están muriendo, y de manera violenta muchos niños por culpa de ustedes.
Entonces lo que hay que evitar es seguir lanzando cohetes ¿cómo va a ser tan difícil de entender?
-Ustedes son los que aparecen como agresores: tienen poderío y no sé si más inteligencia…
¿Se puede llegar a imaginar lo que sería esa zona si la inteligencia de los judíos se combinara con el poderío económico de los árabes? ¿Ese océano de dinero puesto en manos de gente inteligente? Todos los pueblos de la zona nos beneficiaríamos; seríamos un polo de desarrollo más poderoso que China. No habría potencia más grande que ésa.
– ¿El eterno conflicto entre ustedes y palestinos tiene salida entonces?
Todos tenemos que estar unidos en contra del terrorismo; que los palestinos denuncien a los miembros de Hamás y estamos listos. ¿Por qué se armó esta pelotera?, por los cohetes, quién tiene los cohetes, Hamás, qué pasa si desaparece Hamás, se acaba la pelea. ¿Cómo va a ser tan difícil de entender?
-¿Tiene salida…?
El primer trabajo sucio lo hacemos los judíos; el limpio -que es educar generaciones en la coexistencia pacífica con sus hermanos judíos- corresponde a los padres palestinos.
-Pero cómo si ellos -y con justa razón- terminan odiándolos después que ustedes les matan a sus hijos….
¿Y por qué después que nos incineraron a 6 millones de judíos en la Segunda Guerra Mundial no andamos reventando alemanes? Angela Merkel fue humildemente incluso hasta uno de los lugares de recordación más triste de los judíos a entregarnos su apoyo; ahora los alemanes tienen la obligación de protegernos y jamás Alemania nos va a retirar su apoyo.
El pasado los persigue
Para muchos expertos gran parte de la culpa de lo que sucede hoy en esa región recae sobre las potencias occidentales que se dividieron el territorio palestino luego de la Primera Guerra Mundial, aunque sólo el 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de la ONU apoyó el plan de partición de Palestina y separó el territorio en un Estado judío y otro árabe, algo que en la práctica no se cumplió ya que sólo nació Israel; los palestinos, por entonces, rechazaron el plan de la organización.
Así, el 14 de mayo de 1948 fue proclamado el Estado de Israel e inmediatamente fue invadido por los ejércitos de cinco países vecinos: Transjordania, Egipto, Siria, Líbano e Irak. Al término del conflicto que Israel ganó, su ejército había conquistado el 78 % de la tierra –más de lo que la ONU le había entregado- y el 22 % restante se dividía entre Cisjordania y la Franja de Gaza. El ejército expulsó de la tierra que se convertiría en Israel a más de 700 mil palestinos y a finales de ese año, los judíos eran mayoría en el territorio.
Desde 2006 hasta el presente ha habido una serie de guerras en la Franja de Gaza entre Israel y el grupo radical islamita Hamás, considerado una “organización terrorista” por Estados Unidos, la Unión Europea y algunos países del Medio Oriente. Y a pesar de que Hamás llegó al poder de manera democrática en las elecciones de 2005, Al Fatah, grupo político militar liderado por el primer ministro Mahmud Abbas y que gobierna Cisjordania, no apoya la actual escalada de violencia, la más grande desde ese mismo año. Las anteriores de 2006, 2008, 2009 y 2012 dejaron también cientos de víctimas.
A devolver la tierra
En conversaciones y negociaciones diplomáticas para poner fin al conflicto -la misma línea que propone el moderado gobernante palestino Abbas- cree el profesor de Historia, docente de la Universidad de Concepción, Víctor Hugo García Valenzuela. Y aunque se declara un admirador de Israel, aclara que este país -como el actor más poderoso en la controversia- tiene la mayor responsabilidad en el éxito del proceso de paz, aunque ambas partes deben hacer concesiones para que Israel pueda subsistir con fronteras seguras y el pueblo palestino concrete ya la existencia de su propio estado, un estado soberano, libre y en armonía con sus vecinos.
Y agrega que si la instantaneidad es una novedad de nuestros tiempos -visualización en directo de los enfrentamientos- también es peculiar el cúmulo de variables que se presentan en la conflictividad palestino-israelí y, por derivación, en el problema árabe-israelí, sea la motivación territorial, la presencia de causales religiosas, las reivindicaciones nacionales, las presencias hegemónicas de las potencias dominantes o la disputa sobre bienes tan preciados como el agua y la energía. “Todo ello genera un entramado de intereses que finalmente regionaliza e inclusive mundializa la problemática y, por lo tanto, desemboca en que sea más compleja la posibilidad de consensuar una salida del mismo”, asegura.
-“La historia ha demostrado que la gente que persigue causas justas sale victoriosa sobre los invasores, sin importar cuánto tiempo demore”, ha dicho Meshaal, uno de los fundadores de Hamás (El Mercurio, 3.08.2014, pág. A6). Desde su análisis como historiador ¿es razonable la posición de este grupo? ¿Quién o quiénes financian este estado de cosas? ¿Quién gana con esto? ¿La industria armamentista?
Es cierto que las llamadas causas justas generalmente terminan por imponerse, pero en su éxito también intervienen factores como el tipo de liderazgo y la eficacia de los medios que se utilizan para lograr el fin. No son cruzadas que se imponen en forma automática o por el sólo efecto del paso del tiempo. Esto, creo que se aplica con claridad al grupo que usted menciona al estar imbuidos por esa lógica y lo razonable de su posición encuentra sustento en la lucha por la liberación nacional y el proyecto de islamismo social que busca implementar y para ello la organización forjó una paciente red social de apoyo al pueblo palestino de Gaza.
En el logro de esos objetivos se necesita financiamiento y el grupo Hamás lo tiene, pero es muy complicado establecer fehacientemente el origen del mismo, aunque siempre las miradas apuntan al Estado iraní, Arabia Saudita, los estados del Golfo Pérsico y la “limosna” propia de la comunidad musulmana.
Respecto del tema de quién gana con todo esto, debo señalar que dado lo integral del conflicto existe un reparto mayor, por la cantidad de involucrados, en materia de dividendos: causa palestina, causa israelí, causa estadounidense, causa occidental, causa árabe, causa musulmana y la industria de armamentos siempre tratará de obtener beneficios de la conflictividad humana y no será excepción el tema que nos ocupa.
– Versiones de prensa aseguran que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, está decidido a desarticular a Hamás y a capturar a sus principales líderes “terroristas” a pesar de la presión internacional por la muerte de civiles y de niños. ¿Existe una fuerza más poderosa aún, como Estados Unidos, capaz de hacerle entrar en razón o a ambas potencias les conviene aniquilar a ese grupo?
Uno de los objetivos de Israel es descabezar al grupo Hamás y es lo que ha realizado en el transcurso del conflicto palestino-israelí al eliminar los liderazgos radicales que considera un peligro para la existencia del Estado. Si bien ha tenido éxitos en ese camino no se puede desconocer que, paulatinamente, su imagen internacional se deteriora y las presiones son cada vez mayores en cuanto a limitar la proporción del uso de la fuerza en sus acciones de legítima defensa.
Al principio señalé las distintas variables que intervienen en este conflicto y una de ellas es la omnipresencia de Estados Unidos, la potencia mundial dominante que tiene fuerte prioridad geopolítica en el Medio Oriente, que tiene compromisos históricos con el Estado de Israel y que en alguna medida se encuentra cegado por su temor al fundamentalismo islámico y la posibilidad de que un hipotético Estado palestino pueda caer bajo el dominio de grupos como Hamás o sectores islámicos más radicales, todo ello en línea con las políticas que como potencia hegemónica viene desarrollando en la zona y en Asia Central; creo que en el conflicto que analizamos Estados Unidos debe transitar hacia una mayor ecuanimidad y utilizar su influencia (porque espacios tiene) para lograr que Israel se incline definitivamente hacia una solución negociada.
Terroristas afuerinos
Para el embajador Nabil Jadaa, la población bajo ocupación tiene derecho a resistir a sus ocupantes y Hamás está ejerciendo un derecho garantizado frente a una fuerza de ocupación que, desde 1948, ilegalmente en territorios palestinos, sigue “ocupándonos, burlándose de la legalidad y de Naciones Unidas que le dio el decreto para crearlo”.
Y recuerda que el terrorismo empezó con el nazismo, con el sionismo. Ellos -como árabes palestinos, en cambio, “y cuando digo esto estoy hablando de musulmanes, judíos, cristianos, ciudadanos nativos de esa tierra bendecida, viviendo con toda la convivencia y armonía, como ciudadanos compartiendo la misma historia e idiosincrasia en su patria hasta que aparecieron los sionistas terroristas. Tres meses después de la creación, Israel marcó su primera agresión a la legalidad internacional cuando una banda –dirigida por el después primer ministro Begin- dirigió un ataque contra un hotel en Jerusalén matando a 90 personas.
-El periodista Amaro Gómez-Pablo dijo que la brutalidad de Hamás no justifica la brutalidad de Israel y que la muerte de niños sólo está cultivando más odio y locura en Medio Oriente. ¿Qué intereses políticos, religiosos, económicos u otros explican que en pleno siglo 21 haya tanto desprecio por la vida?
La brutalidad es de Israel por la burla que hicieron en 2005: retiraron sus tanques de Gaza, pero la sitiaron por mar, tierra y aire poniendo sus tropas en la Franja de Gaza, cambiando a Gaza de una zona con recursos naturales, con posibilidades para que un pueblo viva tranquilo a un campamento, el más grande de la historia humana: en 300 kilómetros cuadrados donde vive un millón 300 mil palestinos, cualquier medicamento, producto o bencina para los carros (autos) tiene que ser autorizado por el ocupante israelí. Los habitantes se ven privados de empleo, educación y asistencia médica. Es la brutalidad israelí que provoca la reacción de los palestinos como aprendimos de niños”.
-¿Quién envía recursos para construir los cohetes que lanzan desde edificios a Israel? se habla que incluso ustedes usan a la población civil como escudos en su propósito ¿Irán los financia?
Me llama la atención que ayer (7.08.2014) el Congreso autorizara al Presidente Obama a transferir US$ 225 millones a Israel como compensación a las pérdidas de julio. ¿Por qué Israel tiene derecho a recibir ayuda de todo el mundo para seguir su agresión genocida contra nuestro pueblo? ¿De dónde sacamos financiamiento nosotros? Hay que preguntar –en lugar de mandar 225 millones de dólares en ayuda militar a Israel- por qué el Presidente Obama y la comunidad norteamericana no piensan en cómo levantar la ocupación israelí, el bloqueo en contra de Gaza para una vida normal de los civiles. Ésa es la pregunta.
– Se habla de 2.500 cohetes lanzados en contra de Israel y el más barato costaría US$ 50 mil ¿Irán está financiando o no los cohetes que maneja Hamás?
Hamás está usando todas las formas legales para conseguir financiamiento y herramientas para defender a su pueblo contra una ocupación brutal.
– O sea este conflicto no tendría solución a menos que ocurriera qué cosa desde su punto de vista…
Nosotros sabemos que el conflicto es muy complicado, pero la solución es muy sencilla: la comunidad internacional. La misma que creó Israel en el 47 al lado de un estado palestino, la misma (Asamblea de la ONU) que nos quitó la mitad de nuestro territorio, el 29 de noviembre de 2012 reconoció al estado palestino como miembro observador. Eso es muy triste. ¿Por qué vetó en el Consejo de Seguridad el derecho del pueblo palestino a tener su derecho pleno y soberano? Ahí está la paz; cuando reconozcamos que el palestino en Gaza tiene el derecho a vivir sin bloqueos, cuando reconozcamos el derecho a los palestinos que viven al sur de Cisjordania a vivir fuera de los muros del apartheid (de 700 kilómetros y declarado ilegal por la Corte de La Haya en 2004) que está construyendo Israel, cuando el palestino en Cisjordania practique sus derechos a vivir sin las amenazas de las bandas de colonos israelíes armados promoviendo asentamientos en territorios palestinos, lograremos la paz.
-Seguir negociando -como propone Mahmud Abbas, el líder de Al Fatah- sería el camino de salida y en tal caso ¿qué acuerdo o acuerdos, cree usted, podría terminar con el estado de violencia y muerte que se vive en la Franja de Gaza hoy?
Las negociaciones son el único camino para lograr la paz. Un conflicto militar que lleva casi 70 años probó que hay estado de Israel y ´pueblo israelí; hay estado palestino y pueblo palestino y ninguno de estos factores es eliminable. Con crisis militar no podemos resolver; la única solución según el compromiso del presidente Mahmud Abbas son negociaciones, pero al mismo tiempo hay que aclarar que negociar no es sentarnos a una mesa a tomar café, tomar fotos y decir que estamos negociando. Una negociación tiene que ser sobre la base de una agenda política y un cronograma.
Hace dos años el secretario de Estados Unidos, John Kerry, tomó la iniciativa de una nueva ronda de negociaciones; nosotros aceptamos en julio de 2013 iniciar estas negociaciones con la condición de que Israel liberara a 106 encarcelados palestinos desde antes de 1993; cesar la construcción de nuevos asentamientos en Cisjordania, aliviar los retenes militares que obstaculizan la vida diaria de los palestinos en Cisjordamia y el sitio contra la Franja de Gaza para permitir una vida normal. ¿Qué pasó durante estos meses? Negociamos: Israel liberó a tres de cuatro grupos de encarcelados, pero durante nueve meses en lugar de cesar la construcción del muro en Cisjordania y construcción en Jerusalén oriental -capital futura de nuestro estado- lo aumentó en un 25 % y en otras partes de Cisjordania la construcción de asentamientos creció un 20 %. No aliviaron retenes ni el sitio en contra de Gaza. Es más, atacaron la flotilla de paz dirigida por el buque turco Mármara, provocando la muerte de nueve voluntarios turcos por la paz. Frente a esta situación ¿qué negociaciones podemos tener….?
El Despertar del Antisemitismo
Martín Hirsch Loewenstein
Guía Espiritual
Comunidad Israelita de Concepción
Siete millones de israelíes están siendo atacados con cohetes de largo alcance por un grupo terrorista denominado Hamás, ubicado en la Franja de Gaza. ¿Razones para ese ataque? Ninguna.
1947, 1993, 2000, 2008 y 2014: Son todos los años en que a los árabes y palestinos se les dio la oportunidad de tener un estado propio. Todas las veces lo han rechazado sin entregar razones válidas ni lógicas. La razón de ello está en los estatutos fundacionales de sus respectivos movimientos en que se indica claramente que el objetivo no es la creación del Estado Palestino, sino la destrucción del Estado de Israel.
Lamentablemente, la batalla no se libra en Israel ni en Gaza. Tampoco en las Naciones Unidas ni en las mesas de negociación: la batalla se libra en los medios de comunicación. Los palestinos descubrieron que la guerra mediática, fabricada a base de mentiras grotescas, con histeria sin freno, con falsificaciones sin escrúpulos, apelando a los sentimientos básicos de las personas y con repetición constante, surte efecto. No es nada nuevo, ya que todos los movimientos totalitarios han utilizado la propaganda basada en mentiras como medio de legitimación, consistentes en victimizar al agresor y sentar en el banquillo de los acusados a la víctima.
La trágica muerte de civiles en Gaza es un problema moral para el que, dramáticamente, nadie tiene respuesta moral. El derecho internacional permite que un Estado se defienda si está siendo atacado. Aquellos que hacen gárgaras con las resoluciones de Naciones Unidas y con el Derecho Internacional nunca han tenido conductas de acuerdo con ese derecho. La disparidad en el número de muertos en Israel y Gaza responde al hecho de que Israel pone a sus civiles en refugios y financia un sofisticado sistema antimisiles, en tanto que Hamas los pone como escudos humanos, y se enorgullece de ello. La disparidad de bajas no puede ser un argumento en sí mismo.
Los nuevos dueños de la verdad logran difundir, mediante Internet y las redes sociales, imágenes que proyectan sus propios deseos y debilidades. Hablan del genocidio de los habitantes de Gaza ante los ataques del monstruoso Estado Judío, justamente sabiendo que si el Estado de Israel no existiera, se desataría un genocidio brutal ante todo habitante de Israel que no fuera islámico.
Pero no nos equivoquemos, esta no es una guerra mediática contra el Estado de Israel, es una acción contra los judíos, aferrándose a prejuicios y discriminaciones odiosas casi desaparecidas. El odio antisemita ha encontrado un nicho donde alimentarse y crecer aún en nuestra democracia chilena. Es atemorizante pensar que muchos sectores de nuestra población puedan enganchar tan fácilmente con posiciones detestables y discriminadoras.
Somos optimistas y estamos esperanzados en el logro de un acuerdo bajo las premisas de la buena fe mutua. En el decir de Angel Kreiman, quien fuera Rabino de Concepción durante doce años, “los judíos somos inveterados optimistas”.
Quiénes son los agresores y quiénes los agredidos
Alex Cattan
Presidente Centro Árabe de Concepción
Hace 67 años, Israel no existía, los colonos y el conflicto, tampoco. La descolonización de Palestina está pendiente hace más de seis décadas impidiendo su autodeterminación.
En 1948, la ONU, sin tener facultades y sin consultar a sus habitantes originales, dividió Palestina. Entregó parte de su territorio a un Hogar Nacional Judío que se hizo de un territorio ajeno con apariencia “oficial”, pero ilegítima y arbitrariamente, según el derecho de los pueblos a su autodeterminación y libertad.
Paralelamente, el movimiento sionista influenció con sus interpretaciones religiosas-históricas a judíos europeos arruinados en la Segunda Guerra Mundial, para motivarlos a colonizar Palestina. Hoy, este proceso continúa. Arrebatan, destruyen y asesinan a los palestinos, quienes no tienen Fuerzas Armadas que los defiendan.
Este actuar del Sionismo no es consecuente con el Judaísmo según la mayoría de los rabinos defensores y continuadores de sus convicciones éticas y filosóficas. Ha demostrado ser un movimiento materialista, genocida, expansionista, racista y nacionalista, que reprime a palestinos y a los rabinos y judíos antisionistas en el mundo, hecho que tiene en quiebre al Parlamento israelí.
Hoy Israel convirtió a Gaza en la prisión más grande del mundo. De a poco hace lo mismo con el resto de Palestina. Controla accesos terrestres, marítimos y el espacio aéreo, obligando a sus habitantes a vivir en condiciones infrahumanas. Dada esta realidad, el Islam se ha fortalecido entre los palestinos. Así, no es de extrañar que surja una resistencia reivindicatoria como la de Hamas, que es un auténtico derecho de legítima defensa según la ONU.
Hamás no es el problema. Se creó en 1988, y el conflicto se remonta a 1948. Nació como un movimiento humanitario musulmán. Israel autorizó y financió su ingreso a esta franja para dividir a la autoridad Nacional Palestina (cristiana), aprovechando la mayoría musulmana en ese territorio. Este objetivo se vio amenazado con la reciente alianza entre musulmanes y cristianos, lo que motivó el irracional ataque a Gaza.
La maquinaria comunicacional sionista ha convencido a algunos que los palestinos “terroristas” los atacan. Sostienen que los genocidios anteriores y los de ahora en Gaza son una “legítima defensa”. No dicen que usaron químicos prohibidos en la convención de Ginebra. Pero el tiempo está demostrando que son los civiles palestinos quienes se defienden del terrorismo de Estado Israelí.
Esta maquinaria también calla a los judíos pro-palestinos que no reconocen e incluso rechazan la existencia misma de Israel, pues afirman que no respeta la ley judía, ni los mandamientos del Antiguo Testamento al robar y matar a los palestinos.
Los judíos y los palestinos vivieron en paz por miles de años sin importar la religión. Pero desde 1948, Palestina ha sido víctima de genocidio, robo y ocupación por parte de Israel. Hablar de paz y respeto a los derechos humanos en estas condiciones, con un estado que nunca ha tenido fronteras conocidas ni Constitución que sustente su actuar, resulta una utopía. Israel nunca ha compartido territorio como fue el mandato original de la ONU. Por el contrario, continúa llevando colonos para su proceso de expansión. Palestina en cambio sí tiene Constitución; sin embargo, no puede tener fronteras definidas ya que Israel las desplaza a diario.
El porqué del conflicto en Gaza
Rodrigo Carmona Alba
Profesor de Geografía Política y Seguridad Internacional
Facultad de Gobierno de la UDD
¿Por qué esta zona del mundo ha sido un foco de conflicto y guerras armadas durante siglos? La respuesta no es fácil. Geopolíticos y analistas internacionales han estudiado sus causas y origenes sin éxito.
Por tanto, esta columna pretende ser un aporte más abordándolo desde una dimensión histórica, religiosa y socio-política.
Se debe entender que en este territorio, el año 1.020 a. de C. se formó el Reino de Israel con Saúl como su primer rey y Jerusalén como su capital. En esta ciudad se erigió el primer templo que fue destruido por los babilonios el 586 a. de C.
Posteriormente la zona quedó bajo el dominio persa y los judíos fueron autorizados a regresar a las tierras de Israel, donde edificaron un segundo templo, que fue nuevamente destruido por los romanos el año 70. Hasta hoy parte de sus muros de apoyo son lugar de culto del judaísmo.
El año 330 d.C el emperador romano Constantino se convirtió al cristianismo, y lo declaró como la religión oficial de Palestina, construyéndose en aquella época la Iglesia del Santo Sepulcro, de la Natividad y de la Ascensión, templos sagrados del cristianismo.
Entre los años 630 y 1917 la zona se mantuvo bajo el control de imperios islámicos que edificaron templos como la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al- Aqsa. En 1948 toma el control un mandato británico.
De lo expuesto se puede concluir que en esta zona conviven las tres religiones monoteístas, las cuales mantienen lugares sagrados de suma importancia para sus seguidores.
En el siglo XIX, con la visión de Theodor Herzl sobre el estado judío y, posteriormente, con la declaración de Balfour, en el año 1947 la ONU aprueba la resolución 181 que daba término al mandato británico en el territorio de Palestina, efectuando la partición que dio nacimiento a los estados de Israel y de Palestina.
A los pocos meses Israel declara su independencia (14 de mayo de 1948) y al día siguiente los estados árabes de la zona que no compartían esta decisión inician una ofensiva en su contra. Israel logró la primera victoria militar, generándose un éxodo de miles de palestinos.
Vinieron nuevos enfrentamientos: Guerra de los seis días (1967) y Yom Kippur (1973). En 1987 y 2000 ocurren nuevos hechos de violencia (I y II Intifada).
En Palestina, Yasir Arafat forma en 1965, el Movimiento de Liberación Nacional Al Fatah. Y en Gaza se organiza el Movimiento de Resistencia Islámico Hamás, para “recuperar la tierra de Palestina, que consideran su patria histórica y Jerusalén su capital”.
En este permanente conflicto se llegó a esta guerra donde ambas naciones se culpan del fracaso del diálogo. De persistir los objetivos que reclaman, el conflicto continuará, con la destrucción y pérdidas de vidas inocentes.
Por ello debe entenderse que Gaza no puede sostenerse mientras siga aislada del mundo, sin poder proporcionar oportunidades de empleo y crecimiento a su gente; a su vez, Israel debe buscar fórmulas de seguridad para su población y fronteras, evitando perjudicar el desarrollo de la nación palestina.
Para lograrlo ambos gobiernos más los judíos y palestinos del mundo tienen que buscar puntos de encuentro para una convivencia pacífica y para el término de las desconfianzas, y así llegar finalmente a un abrazo sin muros que se interpongan.