Comenzar a cosechar tus propios alimentos es posible. No necesitas un gran patio, solo un cajón de fruta o unas cuantas macetas, y suficiente luz solar. Hacerlo te permitirá ahorrar dinero y acceder a productos frescos y saludables. También te conectará con la naturaleza y sus ciclos, y puede transformarse en una efectiva terapia que te ayudará a sobrellevar los días de encierro.
El aislamiento requerido ante esta pandemia limitó las salidas fuera de casa, incluso, para comprar productos básicos, como frutas y verduras. Es por ello que muchas personas están optando por crear micro huertas y cultivar sus hortalizas en jardines, terrazas, en los balcones de sus departamentos o hasta en pequeñas macetas junto a una ventana.
Para practicar este tipo de agricultura a escala doméstica no se necesitan muchos implementos o incurrir en grandes gastos. Se puede hacer con elementos que existen en la propia casa.
Que tampoco te desanime la temporada, pues el huerto de otoño puede ser tan productivo como el de primavera. Coles, verduras de hoja y otras como las habas y arvejas son hortalizas que se dan muy bien en meses de menos sol.
“Huertear” también es terapéutico. Ver tus cultivos crecer relaja, conecta con la tierra, la naturaleza, y con una vida más simple y sana.
Así es que ponte tu sombrero de agricultor, y ¡manos a la obra!
¿Qué necesitas?
LUZ: Busca un lugar que reciba al menos 6 horas de luz solar. Si tu casa no es tan soleada, escoge cultivos que requieran menos sol, como lechugas o apio.
MACETAS: Puedes usar maceteros, cajones, cajas plásticas,y hasta envases de tetra pak o de yogurt para empezar. Solo necesitas agujerearlos en la base para que escurra el exceso de agua, y no se pudran las raíces.
Si solo tienes recipientes pequeños, una buena opción es cultivar hierbas aromáticas.
TIERRA: Invertir en un buen sustrato es importante. Usar tierra de tu patio no es aconsejable, pues contendrá malezas y quizás bichitos que no quieres en tus plantas. Compost, humus, perlita, turba o vermiculita son ingredientes que puedes combinar. Nutrirán tus plantas, evitarán que la tierra se compacte y permitirán un buen drenaje y aireación del suelo.
Puedes comprar estos productos en viveros, tiendas y supermercados. La mayoría está, en este periodo de pandemia, repartiendo a domicilio. Si no puedes comprar sustrato específico para macetas o los productos recomendados puedes hacer en casa tu compost o humus, con el reciclaje de la basura orgánica. ¿No quieres esperar tanto? Entonces haz tu propio sustrato combinando -por capas- tierra común con materia orgánica seca.
PLANTINES O SEMILLAS: Ambas opciones puedes comprarlas en tiendas especializadas, viveros o hasta en la feria. Recuerda que el proceso de cultivo es más sencillo y rápido si lo empiezas con plantines.
La siembra
*Investiga qué cultivos se dan bien en otoño. Te recomendamos acelgas, ajo, cebolla, kale, espinaca o lechuga, los que debes cuidar de las heladas si están a la intemperie. Recuerda que plantas como tomates o pimientos necesitan más calor y luz solar.
*Empieza de a poco, con solo un par de macetas, o un cajón forrado con malla o tela para evitar que se salga la tierra. Llénalos de sustrato, riégalo con bastante agua y ubica allí tu plantín, presionando la tierra a su alrededor para evitar que quede aire entre sus raíces.
*Si decidiste comenzar tu micro huerta a partir de semillas, deposítalas directamente en tu recipiente, “espolvoréandolas” sobre el sustrato. Tápalas con más tierra y riega.
*También puedes hacer almácigos, para lo que resultan ideales las cajas de huevos o envases de yogurt. Haz agujeros en la base, llénalos de tierra e introduce en ellos una o más semillas, cubriéndolas con más sustrato. Riega al terminar, y ubica el almácigo en un lugar soleado.
*Cuando tus brotes hayan alcanzado unos 8 o 10 centímetros, trasplántalos a su lugar definitivo.
*Si brotaron muchas plantas de lo mismo, deja las más altas o bonitas, y quita las otras. Para ello, corta solo el tallo, sin halarlo para no afectar las raíces, que podrían estar entrelazadas con las de aquellos plantines que quieres conservar.
*Un buen dato: Los brotes de hortalizas son comestibles, así es que puedes agregarlos a una ensalada, a una sopa o comerlos solos. Son muy sabrosos y súper nutritivos, pues guardan todos los nutrientes que la semilla contiene para dar vida a una planta adulta.
La cosecha
*Recuerda que el periodo de crecimiento varía de planta a planta, por lo que no cosecharás todo al mismo tiempo. Por ejemplo, los rabanitos están listos en poco más de un mes, mientras que un brócoli después de 14 semanas. Las lechugas suelen extraerse al mes y medio, pero desde las primeras semanas puedes ir sacando las hojas más grandes.
*Infórmate sobre las necesidades de agua de tus distintos cultivos. Mientras unos requieren abundante humedad, otras prefieren suelos más secos.
*¿Sabes cuándo cosechar las hortalizas que crecen bajo tierra? En el caso de rabanitos, zanahorias y betarragas, cuando comienzan a asomarse en la superficie. Papas, ajos y cebollas, en tanto, cuando la planta sobre la tierra se seca.
Tips finales
*Si el ajo se te brota, no lo botes. Plántalo, con el brote asomado en la superficie de la tierra. Le crecerá un tallo que podrás usar como condimento para tus comidas. Lo mismo puedes hacer con las cebollas.
*No te dejes engañar por los videos que dicen que si plantas una zanahoria, en un tiempo tendrás una o cinco nuevas. Sin embargo, si dejas en agua la parte de arriba hasta que le crezcan algunas ramitas, puedes plantarla, esperar a que dé flores y extraer las semillas para nuevos cultivos.
*Con las lechugas pasa algo similar. Cuando se acaben sus hojas, pon el tallo en un recipiente con agua hasta que dé nuevas hojitas. Ese será el momento para pasarlo a la tierra. Seguirá dando hojas que podrás consumir, aunque quizás su sabor no sea igual al de la lechuga original. Cuando sus flores se sequen, guarda sus semillas.