Ad portas del 35° aniversario de la casa de estudios, su rector hizo un detallado análisis de la situación económica nacional y regional, y se refirió a los desafíos que enfrenta la USS en un mundo de constantes y acelerados cambios.
En el marco del inicio oficial del Año Académico 2024 de la Universidad San Sebastián sede Concepción, el rector de la casa de estudios, Hugo Lavados Montes, ofreció la clase magistral: La economía chilena y de la región del Biobío.
En la actividad, la máxima autoridad del plantel detalló que el bajo crecimiento económico que hoy experimenta el país tiene explicación en la fuerte baja de la inversión, y en el ambiente de incertidumbre que vive Chile. “Hay cosas que se han hecho bien y que hay que destacar, como el control de la inflación, pero hay otras que urge mejorar”, afirmó.
En este sentido, recalcó la relevancia de recuperar la inversión. “La falta de inversión es gravísima, porque es lo que nos permite crecer, aumentar las tasas de empleo y hacer posible el dinamismo económico, que en los últimos años ha estado estancado”.
Añadió que la baja en la inversión se debe a factores estructurales que han venido afectando la economía nacional en la última década, aunque -afirmó-, es en los últimos dos años que esto se ha agudizado, producto de la creciente pérdida de confianza que impera en Chile. “Y eso no va a solucionarse mientras no exista claridad sobre las reglas del juego. Hoy, el escenario es muy cambiante. Ni siquiera en el ámbito político se respetan los acuerdos, o sea, no hay un marco de acción que permita saber a qué atenerse… Creo que el gobierno tiene un rol fundamental en remediar esto, pero no se observa que esté alineado, que haya una sola voz, y eso mantiene la incertidumbre. Y la incertidumbre, paraliza”.
Agregó que para remediar esta compleja situación se necesita un abordaje simultáneo desde distintos frentes, con políticas concretas emanadas del Banco Central y también desde el gobierno. “En medio de esta incertidumbre, los llamados a la buena voluntad no sirven. Lo que funciona son los hechos, y un escenario con reglas del juego claras y que se mantengan en el tiempo, a lo que también podemos sumarle un ambiente de seguridad, tema que aparece en las encuestas como prioritario para las personas”.
Al finalizar, el rector planteó opciones para alcanzar un mayor crecimiento nacional a largo plazo, e instó al gobierno a dar señales más potentes en términos de inversión directa, de impulso a la inversión pública y de acelerar los procesos de licitación.
Crecimiento institucional
En conversación con Revista NOS, el economista y exministro de Economía -que en junio de 2023 volvió a la Rectoría de la USS, donde antes ya había ejercido como académico, decano de la Facultad de Economía y rector (2014-2018)-, destacó el sostenido crecimiento que ha experimentado la casa de estudios. “Al volver, pude notar cómo ha avanzado, desarrollándose, complejizándose. Ha crecido en infraestructura, en número de alumnos, en programas, pero también de la mano de nuevos proyectos, de contratación de grupos de investigadores, de más doctorados, de acuerdos con importantes centros de investigación… pero ese crecimiento, que nos llena de orgullo, también nos compromete a seguir invirtiendo en este exitoso proyecto educativo y a continuar por la senda de la excelencia académica”, sostuvo.
Hoy, con sedes en Santiago, Concepción, Valdivia y Puerto Montt, y más de 50 mil estudiantes, la Universidad San Sebastián sigue creciendo enmarcada en los lineamientos de su sólido plan de expansión. “En este desarrollo, ciertamente, Concepción se lleva las palmas. Es nuestra sede fundadora, próxima a cumplir 35 años, una trayectoria que la ha convertido en un actor relevante en la región del Biobío y también de gran importancia para nuestra institución”.
Universidad con identidad regional
-Desde esta presencia regional, ¿cómo aporta la USS a los territorios en que se emplaza?
-“Aportamos de forma integrada a partir de las tres funciones básicas de una universidad: docencia, investigación y vinculación con el medio. En la primera, lo hacemos formando de manera integral y con excelencia a los profesionales que la región y el país necesitan. Hoy, la calidad de nuestros egresados es reconocida y, después de 35 años, la presencia de nuestros profesionales en todos los ámbitos es alta, lo que implica un impacto importante. En investigación, en tanto, estamos tratando de acercar los proyectos y líneas de investigación a temas relevantes para el desarrollo regional. Y en vinculación con el medio, a través de numerosos y diversos programas, que tienen distintos niveles de profundidad y trascendencia, intentamos movilizar un conjunto de recursos propios hacia las comunidades, buscando responder a sus necesidades”.
-En un mundo que cambia aceleradamente, ¿qué desafíos enfrenta la educación superior?
-“Los objetivos centrales no cambian: debe entregarse una formación de calidad, que logre los objetivos educacionales planteados, y con pertinencia, es decir, que tenga relación con las necesidades del territorio donde se ubican los egresados… Pero, antes de eso, debe ponerse énfasis en la educación básica, incluso, prebásica, que es fundamental. Por ejemplo, un sistema educacional que no está enseñando a sus niños a leer bien, claramente está fallando. Creo que hay una necesidad de volver a lo fundamental, de centrar los esfuerzos en que los niños puedan leer con fluidez, que dominen las cuatro operaciones matemáticas básicas y que desarrollen pensamiento crítico, porque después esos déficits son muy difíciles de subsanar”.
-¿Y si nos centramos en la educación superior?
-“Primero, creo que la educación superior, en sus distintas modalidades, debe reconocer y ocuparse más por la realidad de los estudiantes que están ingresando. Dados los problemas que vemos en la educación previa, y sobre todo en los últimos años, con la pandemia, la preparación que traen esos jóvenes en materia de conocimientos, de habilidades, de capital social, de madurez, es en muchos casos deficiente.
Segundo, la formación general hoy ha pasado a ser muy importante. Entre otras cosas, porque no podemos predecir lo que va a pasar de aquí a 5 o 10 años con la revolución tecnológica que estamos viviendo. Por lo tanto, la estructura curricular de las carreras debería ser más flexible e incorporar más formación general, en Ciencias Básicas y en distintas disciplinas… Hay quienes dicen que la educación superior no está dando respuesta a las necesidades del medio, pero es imposible prever qué conocimientos específicos van a necesitar los ingenieros, por ejemplo, en 10 años más. Aunque hagamos el mayor esfuerzo, es inevitable que exista una cierta brecha, porque cuando los cambios son tan acelerados es muy difícil predecirlos e ir a la par”.
-Finalmente, ad portas de su 35° aniversario, ¿hacia dónde avanza la USS?
-“Queremos seguir avanzando en el camino de la excelencia académica y de la formación integral de nuestros estudiantes, y contribuyendo a dar solución a los nuevos desafíos que impone el mundo moderno… Esperamos que en los próximos 35 años la Universidad San Sebastián continue siendo un actor relevante de transmisión y generación de conocimiento, de investigación y de vinculación con la comunidad, y que siga dando respuesta a las esperanzas de crecimiento personal y profesional de miles de jóvenes”.