Un modelo de educación continua, que además fomenta la práctica inmediata de la teoría, la innovación y el emprendimiento, es el sello que distingue a esta casa de estudios, y que ha permitido a sus titulados aportar al crecimiento del país. A su potente historia, hoy suma su compromiso con la calidad y el respeto por las personas.
Por estos días, en los pasillos de INACAP Concepción-Talcahuano se observa algarabía, y entre clases y talleres, alumnos y docentes comparten actividades extracurriculares. Es el Torneo Chef Sur en una nueva versión que inunda de ruido y aroma la sede.
Y es que “el Aprender Haciendo” se experimenta en cada rincón. Se palpa adrenalina y cómo no, si a sus 45 años la institución goza de excelente salud y palpita con más fuerza que nunca en un año convulsionado, en que la educación ha hecho crisis en el país y el movimiento estudiantil no da tregua.
El camino no ha sido fácil, pero en esta casa de estudios están tranquilos. Las cosas se están haciendo bien y la institución se muestra como uno de los establecimientos de educación superior que más aporta al progreso social y educativo de los alumnos. ¿La fórmula? El desarrollo del capital humano, de sus valores y competencias.
Andrés López Avaria, Vicerrector, se muestra orgulloso y comprometido. A poco de haberse integrado a esta institución, trabaja junto a su comité ejecutivo para fortalecer día a día la preparación de sus alumnos que sólo en este segundo semestre llegan a 7 mil 200, distribuidos en nueve áreas del conocimiento, en 54 carreras que generan al año mil titulados.
“Lo más importante de nuestra propuesta educativa es que el aprendizaje se entiende como un proceso continuo, que dura toda la vida”, especifica Andrés López Avaria, al referirse al modelo INACAP, único en Chile, basado en la articulación gradual de estudios, lo que en la realidad se refleja en programas cortos y flexibles, que permiten que los alumnos avancen según sus posibilidades sin abandonar el mundo laboral.
“Esta progresión académica es una tendencia internacional que es muy interesante, ya que permite a los alumnos flexibilidad, en especial a aquellos que combinan trabajo y estudio. Ellos modelan sus intereses de acuerdo con sus posibilidades”, especifica el Vicerrector.
Esta ventaja se plasma en una línea lógica donde lo primero es cursar estudios que conducen a un título técnico (dos años), para luego seguir con un título profesional (cuatro años), hasta llegar a un grado académico (cinco años).
Es el caso de Leisla Lara Henríquez (24), alumna de Ingeniería Comercial, quien trabaja desde junio en BancoEstado. Ella cuenta que siempre se sintió inclinada por las finanzas y el mundo laboral. Comenzó a trabajar a los 16 años y no ha parado, incluso cuando está estudiando sabe combinar ambas actividades. “Depende de uno”, sentencia esta joven que egresó de Técnico en Administración mención Finanzas en 2008, estuvo trabajando y luego retomó sus estudios para obtener un grado académico. Hoy está en quinto año y se titulará como ingeniero comercial.
“Capacitarse es esencial, el mundo externo lo exige, el mercado es complicado y la competencia es fuerte”, comenta Leisla Lara, quien reconoce que no fue complicado reintegrarse a los estudios luego de hacer una pausa. Le permitió, además, ganar en experiencia laboral, un requisito fundamental a la hora de buscar un nuevo empleo. El training lo mantuvo con cursos de capacitación que, por su trabajo, debió cursar en el mismo centro de estudios. “No dudé en hacer un curso de Excel ahí, me gusta la institución por la calidad, me voy a la segura”, comenta. Hoy en su carrera profesional en horario vespertino, dice que las clases son distintas y el trato es de colegas, de profesor y alumno, que conversan y comparten su experiencia, se exponen casos laborales que son muy entretenidos. A futuro, planea seguir estudiando un diplomado y por qué no un postgrado, “en especial en el área de recursos humanos y finanzas, que me estimula”, cuenta.
Otra ventaja de este modelo es que las mallas curriculares están en permanente revisión y alineadas según las necesidades laborales.
“La retroalimentación con los alumnos y los docentes que vienen del mundo laboral es muy interesante. Ellos dominan su disciplina y la entregan con pedagogía desde su experiencia. En INACAP existe una estandarización a nivel nacional: lo que se estudia en Arica es lo mismo que acá, pero sin duda que el vínculo local de la sede incluye problemas e intereses de la industria regional”, relata Andrés López, quien destaca que estos programas cortos entregan las competencias para cubrir necesidades inmediatas y actuales, junto con habilidades para seguir aprendiendo en el futuro.
En este centro superior el proceso de formación no concluye al finalizar los estudios: el éxito académico y la inserción laboral son prioridad.
Inacapino: un sello diferenciador
El “Aprender Haciendo” implica probar y experimentar. Es la expresión más pura del conocimiento que no sólo se vive en los laboratorios con altos estándares de calidad, tecnología y material didáctico. También está en las salas de clases donde juegos, talleres y dinámicas motivan al alumno para, por ejemplo, emprender nuevos negocios, o hacer efectiva una venta.
Un buen ejemplo es el que vivió el docente y emprendedor Víctor Hugo Díaz Inostroza (27), quien luego de ser alumno, primero del CFT y luego del IP es hoy docente de seis asignaturas y un emprendedor con un proyecto muy ambicioso. Este ingeniero en Maquinaria y Vehículos Automotrices comenzó su emprendimiento haciendo su tesis en esta casa de estudios.
El tema ya le rondaba desde el liceo, pero los años de estudio le permitieron acercarse más a la tecnología y concretar su empresa H2 Redox. Para su tesis, a partir de la división de una molécula de agua, Díaz pretende obtener combustible, hidrógeno específicamente, el componente del futuro.
Junto a su compañero Rony Vega Reyes han pasado muchas dificultades y también alegrías al concretar sus ideas de jóvenes estudiantes. Hoy, luego de haber obtenido fondos públicos para las indagaciones, están en la etapa de validación técnica y, aunque su producto aún no se puede comercializar, la idea es que a mediano plazo el modelo sea usado para producir electricidad e instalarlo en vehículos y así mitigar el impacto de los hidrocarburos. En Chile su proyecto no tiene competencia y es el orgullo de las potencialidades de un inacapino.
Liderazgo en el medio ambiente
La intención es el desarrollo de capacidades y resolución de problemas para desenvolverse con creatividad en el mundo productivo, por eso no es extraño que este año se haya inaugurado en la Sede Concepción-Talcahuano el proyecto ALMA, un espacio para el aprendizaje de las competencias y los valores del sello inacapino.
“Buscamos un perfil de alumno bien definido y potenciarlo con una batería de acciones que estamos diseñando”, adelanta Andrés López.
Y es que la iniciativa “Aprendizaje del Liderazgo en el Medio Ambiente” se roba las cámaras. Instalado en el área de jardines y sin importar horario, los estudiantes de las distintas carreras son formados en responsabilidad, habilidades interpersonales, capacidad crítico-reflexiva, proactividad y en un Trabajo Bien Hecho. Son las características del inacapino que, sin duda, les hará descollar en su entorno.
Este proyecto ganador del Fondo de Desarrollo para la Docencia de INACAP fue liderado por Patricio Aguirre Herrera, coordinador de la Carrera de Turismo Aventura, y permite al alumnado adquirir habilidades transversales a través de distintos desafíos al aire libre, en una experiencia que agrega valor a su formación.
Vínculo con la empresa
Desde su génesis, INACAP ha estado vinculado con el sector productivo e industrial del país. Ha sido una institución vanguardista y ágil que se adelanta a las necesidades del mercado. En la actualidad hay más de 250 alianzas con empresas y la colaboración se palpa a través de donaciones o préstamos de equipos para laboratorios y talleres que la industria hace a las distintas sedes nacionales.
“Pero hoy queremos ir más allá y fortalecer nuestra relación con el mundo laboral, profundizar el área académica trabajando conceptos como la innovación y la transferencia tecnológica y para ello ofrecemos una infraestructura que permite generar un vínculo más estrecho”, comenta López.
El directivo da cuenta que el área de Capacitación, a través de su Otec (el organismo de capacitación más grande de Chile y con la mayor cobertura geográfica), se ha reforzado para trabajar más en terreno.
Así fortalecen relaciones y se abren más oportunidades para los inacapinos. “Nuestro comité ejecutivo está comprometido en hacer que los indicadores de calidad y empleo estén entre los más altos, estamos haciendo todos los esfuerzos para que ello suceda. Nuestro modelo es exitoso, funciona en un sistema de educación que no es selectivo y nuestro compromiso es acompañar a los estudiantes a cumplir con su proceso”, concluye López.