Catástrofes, crisis, guerras y los nuevos paradigmas que hoy se viven son parte de un proceso cíclico. El astrólogo Félix Novella comenta cómo los planetas y las estrellas nos hablan de estos cambios, cómo podemos entenderlos y por qué su ciencia es mucho más que el mal entendido horóscopo. “El cielo es un espejo”, que sirve para mirar, aprender y proyectar qué ocurrirá en el futuro, dice.
“13 de noviembre de 2012”, anuncia con su voz grave Félix Novella Koo y a una se le pone la piel de gallina, casi de la misma forma cuando menciona el 27 de febrero de 2010. Aunque este astrólogo de acento argentino, rasgos peruanos y abuela chilena afirma y reafirma que no hay nada que temer, porque en esa fecha no se ve, según sus cálculos, la devastación que generó el terremoto del año pasado, sí se espera un momento de cuidado para Chile, porque será “bañado” por la ruta del próximo eclipse solar. Y éstos no se andan con chicas. Pasan por la Tierra dejando estelas catastróficas traducidas en terremotos, inundaciones, explosiones, guerras o conflictos magnánimos. Para muestra un botón ¿Le suena el 11 de septiembre de 2001?
Félix Novella le hace honor a su apellido. Tiene una profesión que parece de cuento. Su tema es mirar las estrellas, los planetas, todos los astros del cielo. Aunque su formación está más ligada a las matemáticas y llegó a estudiar Ciencias Económicas y Contables en la Universidad de San Marcos, en Lima, Perú, distintas circunstancias lo llevaron a conectarse con el mapa del universo. Le atrajo, dice, la relación con los cálculos y funciones matemáticas aplicadas a la Astrología. “No soy un adivino”, enfatiza. “Soy sólo una persona que ha estudiado ciencias y tradiciones, y que es capaz de ayudar a encontrar lo que otros buscan en determinado momento de su vida”.
Está de paso en Concepción una vez más. Lo traen sus amigos, conocidos y las múltiples personas que demandan sus servicios de astrólogo. Personas que creen que él tiene la llave de un conocimiento que no es fácil hoy en día. El conocimiento sobre sí mismo y sobre las cosas que podrían afectar en el futuro.
Con un rotundo vozarrón recalca, ante mi consulta, que no es vidente. Que no es capaz de predecir el futuro, que no hay adivinaciones de por medio, ni trances, ni espectáculos. Sólo la habilidad de saber leer aquello que los astros evidencian según su posición. Y para colmar el asombro y las revelaciones lanza: “Los astros no influyen en las personas, en las sociedades o la humanidad, sino que hablan de ellas”.
-¿Entonces qué es Astrología, si la cultura popular nos hace creer en la influencia de los astros?
“Astrología no es nada de lo que el común de la gente busca en los diarios, ni es la carta natal que se baja por internet… Es un estudio pormenorizado de la posición de los astros y planetas a la hora exacta del nacimiento de una persona. Y así como se saca la hora exacta del nacimiento de una persona, se puede hacer lo mismo con la hora de nacimiento de una institución, de un lugar, un país o de un evento. A partir de esa hora exacta, los griegos decían que se formaba una estructura que llamaban horóscopo. Horóscopo no tiene nada que ver con eso que aparece en las revistas: “horos” es hora y “scopos” visión. Ellos esperaban cada 20 de marzo la salida en el horizonte de un grupo determinado de estrellas. Ese grupo de estrellas daba el arquetipo de cuáles eran las situaciones que generar, o inclinaciones que se debían tomar en cuenta en el transcurso del año”.
-¿Entonces no hay visiones generales para los nacidos bajo determinado signo?
“Insisto. En el caso de una persona cualquiera, tomándole la hora del nacimiento y teniendo en cuenta el grupo de estrellas que sale por el horizonte, me pueden decir cuáles son sus características, su personalidad y medianamente cuáles son los órganos que se encuentran sensibles. Tomando como ejemplo una sociedad, se puede decir hacia dónde va, a qué apunta esa sociedad y cuáles son sus efectos. Y también se puede asociar por los planetas que están en contacto, los ciclos en los que ocurren determinados eventos con fechas específicas”.
-Dicen que usted advirtió el terremoto de Chile
“Sí. Pero tratamos de mantener la cautela para no causar alarma. En una conferencia, con tres meses de antelación, dije que el 26 de febrero a la medianoche debería ocurrir un evento, que podía tratarse de una explosión, según mis cálculos. De hecho le pregunté a los presentes si existía aquí alguna planta nuclear que pudiera tener estos problemas, porque sentía que la carga energética iba por ese lado… También podía tratarse de algún evento de naturaleza volcánica, un accidente masivo… pero, en general, era algo que enlutaba al país. Yo mismo no podía saber a qué correspondía, pero sí fue un hecho que enlutó al país, un evento de naturaleza sorpresiva y que tuvo como centro, casualmente, el lugar que yo suponía”.
-Y según su visión ¿se puede volver a repetir?
“Las configuraciones astrológicas en la época que estamos viviendo ahora tienen una serie de fechas en la que puede haber descargas, pero no de la gravedad como la que hubo el 27 de febrero. Se observan descargas entre marzo y abril y de hecho, había alguna que tocó en enero. Luego una en junio-julio otra vez en septiembre…”
-¿Es decir, todo el año…?
“Claro. Luego los siguientes meses muestran que podría ser en agosto de 2012 y lo más llamativo, hacia la última quincena de noviembre del año 2012. Para ser más preciso el 13 de noviembre de 2012 existe un eclipse solar que barre la zona sur de la República de Chile, toca Punta Arenas y se interna en el océano”.
-¿Y qué podría ocurrir?
“Si se hace un rastreo de los eclipses solares en los últimos años y se observa el recorrido se va a encontrar que en la mayoría de las fechas de los eclipses solares, la zona recorrida por el eclipse fue bañada de alguna manera por eventos de naturaleza sísmica u otras que han enlutado.
El ejemplo del 11 de agosto de 1999 que comienza frente a Nueva York, cruza el mar, baña Inglaterra, cruza España, desciende por el Golfo Pérsico, atraviesa Irán-Iraq, pasa por India y Pakistán , llega a China y termina en la Isla de Taiwán. Si uno analiza los eventos posteriores se va a encontrar con que de hecho el 11 de septiembre de 2011 comienza en Nueva York, se involucra España, Inglaterra y el conflicto se extiende a Medio Oriente, China discute su posición con Taiwán. Hay una situación análoga. Mi especulación, respecto de la zona donde se origina este eclipse, porque va a ser visto exclusivamente en la zona sur de Chile, es que probablemente pueda haber una suerte de descarga en el océano frente a las costas. Es decir, no necesariamente en la tierra. Dios quiera que me equivoque”.
-Usted dice que orienta a la gente, pero que en Astrología no hay cosas tan precisas. ¿Cómo puede conseguirse el bienestar en forma personal y como sociedad?
“A través de la Astrología la gente pregunta acerca de sí misma. Mi tarea es mostrarle a las personas que no hay nada predeterminado. Es muy extraño, porque yo trabajo para que veas en tu propia carta natal, en tu astrograma, ciclos de eventos y vivencias que tú has experimentado y te cuento la historia de lo que ya has vivido y lo que puedes vivir en una posibilidad futura a raíz de los arquetipos que se vuelven a repetir. De tal manera que si hay alguna circunstancia que se puede repetir en el futuro que no te va a permitir un beneficio o una evolución y, es más, te va a provocar sufrimiento, podemos observar las causas, modificarla para obtener el mayor beneficio”.
-¿Tiene un don?
“No. Esto es sólo conocimiento tras mucho estudio. Comencé a estudiar Astrología en 1981 por invitación de un amigo de la Fraternidad Rosacruz. Se reunía un grupo que estaba aprendiendo Astrología a cargo de un ingeniero. Yo estudiaba Ciencias Económicas y Contables en la Universidad de San Marcos en Lima, Perú, y me gustó por la importancia de la Matemática en todo esto, por los cálculos trigonométricos y esféricos, usando funciones hiperbólicas y me aproximé a la clase y vi que no se trataba de hablar de planetas ni su significado, sino netamente de cálculos para poder llegar a la ruta y momento de los planetas y fue así que comenzó mi gusto por indagar por este misterio, haciendo analogías entre la posición y las características de los astros”.
-¿Qué busca alguien que le consulta?
“No se puede decir. Pero quien va a un astrólogo generalmente va buscando futuro. Saber hacia dónde va y cuál va a ser su mañana. Luego de la entrevista se descubre que la Astrología sirve como una herramienta y ya no interesa el futuro en sí, sino descubrir que a través de ese conocimiento se puede armonizar zonas de su vida, como la familia, el trabajo, las relaciones humanas y potenciar sus herramientas internas de voluntad y conocimiento. Incluso, su cuerpo físico; pues maneja información sobre una posible enfermedad. Tomo su nombre, su apellido y la hora y el lugar de nacimiento. Con eso se hace un esquema, se estudia con una técnica de progresión en una constante matemática y se ve cómo un gráfico va alcanzando las posiciones de los planetas del lugar en que nació. Eso sumado a las posiciones actuales se puede saber cuáles son las tendencias de la época”.
-¿Entonces me dice que los astros sí nos marcan?
“No, los astros no nos marcan. Las posiciones de los planetas en el cielo lo único que hacen es mostrar las energías de un enorme reloj cósmico. Nos reflejan momentos en los que se desatan determinados tipos de fuerzas en nosotros. No son ellos los que desatan esa fuerza. Para poderlo entender: Si nosotros tenemos un reloj y alteramos las manecillas, la hora no va a cambiar. Los movimientos de los planetas indican algo que está sucediendo con nuestra historia dentro de una correlación. El hombre sigue siendo tan libre como siempre y en realidad él construye su propia vida. Las posiciones de los planetas lo único que hacen es ser una herramienta de detección que nos dice hacia dónde va la vida del individuo a partir de la correlación que existe en el universo, tomándolo como un todo orgánico”.
-¿Y qué hay del revuelo con este nuevo signo, Ofiuco?
“Con esto hay ejemplos fascinantes. Todo el conocimiento astrológico que tenemos en occidente deriva en realidad de Grecia. Los griegos creían que el 20 ó 21 de marzo surgía por el horizonte la estrella central de la constelación del Toro. Hacían todos los años un festival en honor al ojo de esta constelación. Pero cada año se atrasaba cada vez más la aparición de esta estrella. Se encargó a Iparco hacer un estudio acerca de por qué ocurría ese atraso, pues según los griegos el cielo no se podía mover, ya que los astros eran antorchas colocadas por los dioses. Iparco hizo un cálculo y determinó que las estrellas se movían en posición retrógrada, es decir, hacia atrás un grado cada 72 años. Sus estudios fueron tomados por otras culturas que derivaron de la griega en occidente que reproducen los cálculos que hizo en ese momento y se tomaron como referencia en los siglos posteriores, curiosamente sin hacer las correcciones. Es decir, la herencia cultural que tenemos en occidente es errónea. Los chinos emplearon 31 constelaciones, no 13. Los ititas usaban 10… Qué importa. El cielo lo puedes subdividir como quieras. Lo importantes es que lo puedas interpretar desde la cultura que está haciendo la lectura y no sacarlo de contexto”.
-¿Y el 2012 apocalíptico de los Maya?
“Lo único de cierto frente a los estudios de los Mayas es que esa cultura calculó lo que se denomina el ápex solar, que es el polo del sol que apunta hacia una zona específica del cielo. Y ellos calcularon que el polo del sol iba a orientarse hacia el centro de la galaxia. De manera que la primera orientación hacia el centro de la galaxia iba a ocurrir en diciembre de 2012. En realidad, el ápex solar apuntó en su parte más cercana en el año 1997. Es decir, desde ese año estamos viviendo lo que se supone será lo de 2012. Si vemos que los Mayas advirtieron que íbamos a entrar en otra clase de mundo, producirse una crisis en el hombre, con guerras, cambios en el clima, a tener escasez de alimentos y un nuevo paradigma de la humanidad, entonces desde esa fecha ya estamos dentro de este ciclo. No va a pasar nada catastrófico a nivel global como la muerte de millones de seres”.
-Imagino que su disciplina tiene a su vez muchos detractores…
“Las críticas apuntan a que los planetas no influyen en la vida de las personas. Y estoy completamente de acuerdo. Las estrellas no influyen en la vida de las personas”.
-¿Cómo plantearía a las personas que encuentren paz y pierdan el miedo a las catástrofes?. Asunto que está tan latente luego del trauma del terremoto.
“Que conozcan la Astrología, pues es un elemento que puede hacer las veces de espejo, donde se pueden ver a sí mismas. Las personas y las sociedades no pueden cargar las responsabilidades a los planetas o al cielo por las cosas que están ocurriendo, sino que se deben hacer cargo de aquello que ocurre. En realidad, yo soy un vehículo para eso, empleando una serie de elementos de la investigación y las tradiciones, de un cúmulo de otros investigadores, haciendo feedback y acompañando el proceso de quienes están en esa búsqueda. Pero cambiar, vivir mejor y beneficiarse es tarea de la propia gente. Y la tarea de conocerse y ver un futuro mejor, también. Uno da herramientas, muestra y les hace saber cosas, pero nada más. Después de todo, uno no es un adivino”.