Tras una amplia trayectoria profesional en el sector industrial y en la academia, la profesional llegó a liderar el Plan de Continuidad de Ingeniería Civil Industrial en la UST Concepción. “Tenemos el conocimiento, las ganas y el enfoque correcto para sacar adelante este proyecto”, dice.
En febrero de 2022 Isabel Flores asumió como directora del Plan de Continuidad de Ingeniería Civil Industrial en Santo Tomás, sede Concepción. Y si bien ahora está dedicada exclusivamente a la academia, por muchos años compatibilizó esa labor con su trabajo en el sector industrial, donde siempre tuvo un destacado desempeño, a pesar de tratarse de un mundo eminentemente masculino.
En este sentido, la ingeniera civil industrial de la UBB recuerda que en su época de estudio, su curso estaba compuesto casi en un 80% por hombres. “De 120 alumnos, solo 16 éramos mujeres. Al principio, fue difícil, porque existía la idea de que quizás no íbamos a ser capaces de continuar (y de terminar) una carrera de Ingeniería, pero logramos abrirnos paso y romper el paradigma de que las ingenierías eran solo para varones. Demostramos que éramos tan capaces como ellos, que contábamos con las herramientas de metodología y capacidad de análisis, propias de un ingeniero, y que podíamos competir y ser tan buenas como cualquiera”, enfatiza.
Ya inserta en el mundo laboral, trabajó en distintos ámbitos. Incluso, durante varios años fue inspectora en empresas generadoras de energía, moviéndose entre Arica y Punta Arenas, y en múltiples oportunidades le correspondió liderar equipos integrados solo por hombres.
Hoy, como directora del Plan de Continuidad de Ingeniería Civil Industrial en Santo Tomás Concepción, dice que se ha propuesto una ambiciosa meta: convertir a la carrera en la mejor opción a nivel regional, gracias a sus múltiples ventajas comparativas. “Lo primero es que contamos con un Centro de Aprendizaje que apoya y acompaña a los estudiantes durante toda su trayectoria formativa, favoreciendo su progresión académica y el logro del perfil de egreso. Además, tenemos una malla curricular actualizada, con un enfoque hacia la tecnología y el manejo de datos, la industria 4.0 y la automatización de procesos”, detalla.
A eso se sumaría la incorporación -además del idioma inglés contemplado en el plan de estudios- del chino mandarín como electivo, lo que entregaría a los futuros profesionales una herramienta extra para concretar negocios en el país asiático.
“Este cargo ha sido una experiencia enriquecedora. Llegué justo cuando se estaba abriendo la Facultad de Ingeniería, con toda la complejidad que implica competir con otras facultades de larga trayectoria en la región. Sin embargo, como equipo, estamos confiados, porque sabemos que tenemos el conocimiento, las ganas y el enfoque correcto para sacar adelante este proyecto y darnos a conocer como una buena alternativa académica… y por qué no, como la mejor”, puntualiza.