Según el director del Informe Económico Regional, durante 2024, Biobío seguirá teniendo un mejor desempeño que el país, tal como ocurrió durante el año pasado. Sin embargo, hacia 2025, la economía regional iría recuperando lo que ha sido su tendencia y ajustará su crecimiento, rozando un 2.5%, si es que no se potencia la inversión.
Un crecimiento para la región del Biobío de entre un 3,5 y 4,5%, marginalmente inferior al del 2023, es lo que proyectó para este año el Informe Económico Regional (IER), de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UdeC, en su edición de enero del 2024.
El estudio también reflejó cómo el mejor desempeño que tuvo la economía del Biobío durante 2023 demostró, una vez más, que esta tiene un comportante cíclico diferente al del país, y que esa característica hizo que la región liderara la recuperación (con un crecimiento de 5%), versus un país que seguía mostrando signos de recesión económica.
Y aunque esos resultados permiten hoy ver de manera optimista el estado de la región, las proyecciones indican que Biobío hacia 2025 recuperaría su tendencia, ajustando su crecimiento a un 2,5%, como indica el profesor Iván Araya, director del IER.
Con él conversamos para ampliar este análisis y conocer cuáles son los desafíos que en materia económica enfrenta la región del Biobío.
-¿Cómo se ve la salud de la región del Biobío para este 2024?
“En el corto plazo estamos observando que la región está teniendo un mejor desempeño que el resto del país. Eso implica que vamos a tener tasas de crecimiento de la actividad económica mucho más favorables de lo que veníamos viendo anteriormente, por lo tanto, creo que en el 2024 podemos pensar que estamos iniciando una recuperación gradual de nuestra actividad económica y de algunos indicadores claves”.
-¿En qué se sustentaría esa gradualidad?
“Los cambios en las condiciones toman tiempo. La demanda interna ha estado muy deprimida, tanto el consumo como, particularmente, la inversión. Desarrollar nuevos proyectos de inversión toma tiempo, porque la burocracia los limita y enlentece mucho su inicio. Por eso es que este 2024 no veremos que la demanda interna a través de la inversión se incremente de forma significativa. Donde sí lo veremos es en el consumo, porque los ingresos reales de las personas están comenzando a recuperarse producto del control de la inflación. Eso ha ido mejorando el nivel de compra y va a significar que las personas van a empezar a retornar al comercio. Pero como venimos de niveles tan bajos y negativos durante todo el 2023, la demanda interna va a ir recuperándose muy gradualmente. A eso agréguele que el resto del mundo todavía está terminando sus ajustes”.
Chile, dice, ya terminó su ajuste, porque eliminó las presiones inflacionarias. “Pero tanto Estados Unidos como la Unión Europea todavía siguen en ese proceso”, agrega.
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¿Esto cuánto cambiaría?
“Proyectamos que la recuperación se va a empezar a consolidar, y a una mayor velocidad, a partir del 2025. Por lo tanto, a nivel nacional pensamos que la economía irá convergiendo a partir del segundo semestre y del cuarto trimestre rápidamente hacia su tendencia, y la región también va a ir ajustando su ritmo de crecimiento. Creemos que en el caso del país vamos a tocar sobre el 2%, mientras que en la región sería de un 2,5% aproximadamente. Lo que decimos es que el ritmo de recuperación económica de Biobío se tiene que ir ajustando en el largo plazo. Por eso hemos expresado que en el corto plazo vamos a disfrutar de números que van a ser mucho mejores que los nacionales, pero vamos a ir retomando nuestro andar cansino, a menos que podamos impulsar fuertemente los distintos proyectos de inversión, de tal manera que la capacidad instalada de esta región comience nuevamente a expandirse. Hoy se debe discutir, y de manera urgente, qué debemos hacer para incentivar la inversión, que es lo que pueda aumentar nuestra capacidad de crecimiento a largo plazo”.
-¿Cuáles serían esas prioridades?
“La región del Biobío tiene muchas oportunidades de inversión. Se han planteado varios planes estratégicos de desarrollo que identifican sectores que son potencialmente interesantes para la inversión. Y, por lo tanto, lo primero es definir cuáles son los sectores que pueden desarrollarse a través de proyectos de inversión. La pregunta es quién queremos que invierta: ¿los chilenos o queremos que también venga la inversión extranjera? El rol de ProChile es relevante para que haya inversión doméstica y regional orientada al mercado internacional. Pero también es importante incorporar en la agenda nuestra idea de incentivar la inversión extranjera que no vaya a la Región Metropolitana o al norte, sino que venga a Biobío, y para eso tenemos que mostrarnos. Decir a los inversores cuáles son los sectores que tienen potencial de crecimiento. Los inversionistas van a preguntar, ¿y cuánto es el potencial de crecimiento que tiene el sector servicio? ¿Cuál es el potencial de crecimiento que tiene el sector productivo? ¿O el agrícola? Si tenemos esa información podemos convencerlos de que sí ofrecemos buenas oportunidades”.
-Ese trabajo ¿se está haciendo?
“Se está haciendo gradualmente. ProChile está trabajando en una agenda internacional y, eso se tiene que seguir expandiendo. Lo otro tiene que ver con el tema administrativo, porque la pregunta es cuánto uno se demora en crear una empresa en Chile. En Estados Unidos este trámite demora entre dos a tres semanas. Aquí, un año. Entonces ahí se ha estado hablando hace tiempo sobre la necesidad de ser más eficientes y rápidos. También en el tema ambiental, que se ha estado conversando que el proceso de aprobación de los proyectos ambientales debería ser más corta. Por ejemplo, esta región tiene un potencial eólico importante, pero cuánto nos demoramos en impulsar proyectos eólicos: entre 15 a 20 años. Entonces son esfuerzos sistemáticos de mucho tiempo. Todo eso tenemos que revisarlo para ser consistentes y cuidar el medio ambiente, pero también en ese proceso incentivar la inversión en los sectores energéticos. Y lo tercero, obviamente, es la necesidad de garantizar la inversión, y eso pasa por preservar la seguridad, el estado de derecho, y muchas cosas que hoy han estado severamente cuestionadas. Un mejor ejemplo es la provincia de Arauco, donde se viven situaciones de violencia que no dan garantías para impulsar la inversión”.
-¿Cómo afectaría a Biobío ese escaso crecimiento que se proyecta tendrá Estados Unidos este 2024?
“A pesar de todo, la tasa de crecimiento de Estados Unidos ha sido bastante aceptable, lo que ha permitido que nuestros sectores exportadores de la región puedan aprovechar esa situación. Lo que está ocurriendo en ese país, y que llama mucha la atención, es que, a pesar de las políticas antiinflacionarias, con alza en las tasas de interés y donde la inflación ha ido convergiendo a la meta que ellos quieren, que es 2%, el impacto en la actividad económica y en el empleo ha sido bastante limitado. Y eso ha dado una oportunidad a Chile. Y lo otro es el impacto que ha tenido el tema inflacionario mundial en las regiones de Asia, que han permanecido relativamente inmunes. Y, por lo tanto, han logrado sostener tasas de crecimiento relativamente altas. Nosotros pensamos que esas condiciones todavía van a estar presentes, a pesar de los ajustes que están tomando lugar en Europa y Estados Unidos. Creemos que en 2025 vamos a tener un Estados Unidos mucho más bullente, y Europa va a empezar a retomar su senda de crecimiento una vez terminado el ajuste inflacionario. Pero sí nos debemos olvidar que una cosa es el corto plazo, y la pregunta es a dónde vamos a converger en Chile”.