Hace rato que venía en alza en Chilevisión, liderando promedios de ráting en Fiebre de baile y Talento chileno. Hoy está de regreso en TVN, canal donde inició su carrera, para conducir Factor X y una serie de compromisos que lo tendrán durante bastantes temporadas como rostro ancla de la estación. Sin embargo, no todo ha sido color de rosa en la vida del ex “Ponce Candidato”: acá nos cuenta cómo las tragedias le han dado una filosofía de vida y también se explaya sobre la que, sin dudas, es su máxima pasión: el fútbol.
Hace diez años, Julián Elfenbein (37) inició su carrera en los estudios de TVN como periodista, reportero y showman del programa Pase lo que Pase. Según recuerdan en la estación, fue en Noche de Juegos que su talento comenzó a llamar la atención, gracias a los 40 puntos de ráting que llegaban a alcanzar sus rutinas de humor absurdo como “Ponce Candidato”. A partir de ahí, el nombre de este fanático del fútbol y de Universidad de Chile comenzó a consolidarse como joven rostro solicitado para cuanto programa de entretención surgiera en el canal. Es que la facilidad de Elfenbein como showman, cuentan, venía desde la niñez.
“No sé si empecé de tan chico, me cuentan que sí… pero sí, era como el payasito. Al principio yo quería ser abogado, me fue muy bien, y después de un año me cambié a Periodismo (en la U. Diego Portales). A mí me gustan mucho las comunicaciones en general, yo quería ser periodista deportivo porque soy fanático del fútbol”.
A fines del año pasado, el fuerte movimiento de grúas de los tres grandes canales de televisión lo tuvo entre sus principales protagonistas. Los altos promedios de sintonía que obtuvo en los estelares de Chilevisión Fiebre del baile y Talento chileno eran seguidos desde hace tiempo con suma atención por los ejecutivos de Televisión Nacional, los que, finalmente, lograron tentarlo con un jugoso contrato por cuatro años -inusual en el actual escenario de la industria- y con conducir la primera versión chilena de Factor X, suerte de franquicia internacional líder en el formato busca-cantantes, cuyo creador -Simon Cowell- también es autor, justamente, de marcas como Got talent (de la que derivó Talento chileno). La oferta incluye, además, conducir nuevos programas al mediodía o en la tarde. Por su parte, Chilevisión fichó a Rafael Araneda para conducir el Festival de Viña y los dos estelares de Elfenbein.
La versión chilena de Factor X -de éxito consolidado en países como Inglaterra y Australia, entre otros- será la segunda de este formato realizada en Latinoamérica, pero la primera en cumplir los nuevos requerimientos de la franquicia en cuanto al nivel de producción. “Va a haber una producción, una puesta en escena tan impresionante como la que tuvo la última versión de Factor X en Londres, con una escenografía espectacular”, promete el joven animador de origen judío.
El programa debutará en marzo, y constará de tres jurados conformados por el ex Soda Stereo, Zeta Bosio; Karen Doggenweiler, el tenor Tito Beltrán y Nidia Caro como artista invitada. Éstos realizarán el entrenamiento de los participantes (clases, preparación de shows) y elegirán (en conjunto con el voto popular) a un ganador. Por ahora, la producción ha iniciado un fuerte trabajo de casting y audición, que ya tuvo sus primeras fechas en Concepción y Santiago, y que tendrá su última etapa el miércoles 26 de enero en La Serena.
-¿En qué se diferenciará este programa de otro sobre talentos que han circulado por la pantalla? (de Talento Chileno, por ejemplo)
-Factor X es el formato de talentos musicales más importante del mundo. De partida, es el primer programa de talentos, se creó en 2004 en Inglaterra, y la primera gran diferencia es que es un programa sólo de música, que busca cantantes solistas, dúos, o grupos vocales. Los participantes deben tener desde 14 años para arriba, el estilo es libre, no hay restricciones para géneros musicales. Luego, nosotros vamos a buscar a esa persona que tenga ese factor X, ese no se qué, y esa persona va a ser alguien que encontraremos y que esperamos convertir no sólo en una estrella nacional, sino en una internacional, porque detrás de este programa hay productores internacionales muy importantes como Simon Cowell que es un gran productor musical y creador de este formato. Además, el jurado tiene una labor de complicidad y de continuidad, y de apoyar y de apadrinar de alguna manera, e instruir a los participantes. Pasados los capítulos de audición, ellos van a tomar a grupos y van a trabajar con ellos, los van a llevar a sus casas, van a trabajar ahí. Es más un docureality, porque acá tú a un participante, si pasa las audiciones, lo vas a ver en su proceso, haciendo coreografías, en su entrenamiento. Es un programa distinto.
-¿Cómo se desarrollará este reality? ¿qué etapas tendrá?
-No es un reality, ojo, no es Operación Triunfo, acá no hay un encierro. Es un programa como los formato de talentos, pero donde el jurado acompaña, y donde después de los seis capítulos de audición vienen dos capítulos de taller, de coreografías, qué se yo, masivos. Luego viene la casa de los jurados, que es donde cada jurado toma a una parte del grupo y los lleva a su casa un fin de semana. Nosotros mostramos toda esa convivencia: ellos ensayan, se preparan y actúan, y el jurado en esa misma casa, frente a ellos, en esa intimidad, va a eliminar a la mitad de ese grupo. La otra mitad va a llegar a las finales, cada jurado con su mitad. En la primera gala vamos a ver a doce participantes, al segundo capítulo de las galas a once, se va yendo uno eliminado por gala. El formato, por eso, es distinto.
-Mencionaste que buscarán convertir al ganador en una estrella internacional ¿qué le podemos decir a los músicos o cantantes jóvenes que asocian el triunfar en este tipo de programas con ser rápidamente olvidados?
-Si bien hay diferentes categorías, habrá sólo un ganador. Primero, se le va a producir íntegramente, con todo lo que requiera, con un clip, un trabajo de expertos, un disco completo que saldrá a la venta. Eso para un cantante es un trabajo muy importante. Luego, esa estrella puede, además, por qué no, tener una proyección internacional, entonces es un trabajo en el área muy focalizado y muy completo. Es todo el trabajo y la puesta en escena que implique convertir a alguien del anonimato en una estrella musical.
-¿Tienes altas expectativas con Concepción en cuanto a aporte de talentos?
-Tengo hartas expectativas con Concepción, porque, primero, vamos a aportar un granito de arena -y así lo sentimos nosotros y por eso elegimos esa ciudad- a una zona que lo pasó mal en 2010, y quizás podemos llevarles algo de alegría y entretención con el programa. Y segundo, que es lo más importante, es que efectivamente es una cuna musical muy importante para el rock, para el pop, para la lírica chilena. Toda la Octava Región, desde Chillán con Arrau, hasta los grupos pop rock que han sido famosos para la escena chilena. Entonces, por qué no descubrir a los nuevos (…) Por ejemplo, la ganadora de Talento Chileno, Camila Silva, es de San Pedro de la Paz y nosotros (para ese programa) nunca fuimos a Concepción, hicimos audición en Temuco.
-A pesar de todo este entusiasmo ¿no temen que quizás ya esté un poco agotada esta fórmula de la búsqueda de talentos? Chilevisión sigue con Talento chileno, Canal 13 y Mega buscarán programas de imitadores talentosos, antes existió toda la saga de Rojo…
-Al contrario. Mega y Canal 13 sacarán programas de dobles que son muy distintos, si bien son de búsqueda de talentos, pero son muy distintos. Creo que está partiendo la moda de programas de talentos, y se instalan las modas, tú sabes como es la televisión. Y en el mundo, no sólo en Chile. Factor X es efectivamente el programa más importante de talentos en el mundo. Tú decías que era el mismo creador de Got talent (Simon Cowell). Efectivamente, hoy día ese mismo creador dejó un poco de lado Got talent y tomó Factor X como el programa que va a continuar. Creo que en el mundo está de moda y me parece el descueve, porque la gente siempre se quejaba que la televisión se daba vueltas en las mismas cosas, que la farándula…estos son programas de gente anónima, con historias nuevas, y el éxito de “Talento…”, donde yo estuve, y tuve el placer de conducir, sin duda va a ser una plataforma para que nosotros tengamos aún más éxito, no tengo ninguna duda.
-Tras tu despedida de Chilevisión dedicaste palabras muy afectuosas a Leo Caprile ¿Sientes que le están dando pocos espacio en el canal?
-El Leo es un amigo, siento que es un gran comunicador, y en el fondo es un llamado a que pueda hacer más cosas, porque fue compañero mío cinco años en el matinal, y yo creo que él tiene ganas de volver a los estelares y shows que él hacía con mucho éxito.
-¿Debieron darle el rol de conductor de Talento Chileno tras tu partida?
-Bueno, pero eso ya no es una decisión mía.
-Pero indudablemente lo habrías apoyado en eso…
-Claro, por supuesto. Bueno él hizo un programa de talentos distinto, como Cuánto vale el show durante tantos años. Fue uno de los primeros programas de jurados.
“Uno construye su destino”
La vida de Julián Elfenbein, no obstante el éxito sostenido de su carrera, ha estado marcada por tragedias y pruebas difíciles de superar. A mediados de 1996 sufrió un accidente automovilístico que le costó la vida a su novia Soledad Ariz; en 2004 se cayó desde una silla en el programa Acoso Textual de Canal 13, y aunque resultó ileso del accidente, se le descubrió un tumor cerebral que posteriormente logró ser extirpado. Y cuando parecía que las cosas se estabilizaban un poco, su vida familiar sufre un fuerte revés: el 6 de febrero de 2010, su padre, Salo Elfenbein, muere de un infarto respiratorio a los 75 años. Una pérdida que lo une, además, a íntimos recuerdos ligados a la Octava Región, pues su progenitor y abuelos fueron penquistas, y durante su infancia veraneó muchos años en Llacolén.
“Resiliencia es una palabra que da una satisfacción muy profunda, que tiene que ver con poder levantarte cada vez que te caes o que te sucede algo, con la vocación de seguir adelante. Y yo creo que eso es parte de mi receta y que el público aprendió a conocerme de esa manera. Y mi familia y mis amigos saben que yo soy así. Soy fundamentalmente optimista y positivo, pese a todas las cosas que te puedan pasar. Pero todo eso se aprende, no es automático”, reflexiona el animador, hoy casado y con dos hijos.
-Sueles decir que las cosas pasan por algo. ¿Qué piensas, el destino predetermina o uno construye su destino?
-Uno construye su destino, pero las pruebas que te va poniendo la vida en el camino no pueden ser cambiadas. Lo que sí puede ser cambiado es cómo las enfrentas. En algún momento te tocan por un tiempo muy seguido más cartas buenas que malas, la gracia es no olvidar ni las buenas ni las malas y construir a partir de ambas.
-Tú has tenido una carrera que prácticamente, desde tus inicios, en Pase lo que Pase, ha avanzado sólo hacia arriba ¿sigues alguna receta o cábala que te ha funcionado?
-Trabajar mucho, me involucro mucho en los proyectos, entiendo con mucha humildad qué es el éxito… por ejemplo, el año pasado salí mejor animador por la revista Wikén de El Mercurio; mejor animador por La Cuarta, no por el Copihue, sino que por la votación del público; gané en uno de los foros más importantes de televisión. Pero para mí esos son reconocimientos al trabajo de un equipo y he tenido dos años fantásticos, con sintonías muy altas, pero no olvido que también esto se construye de momentos que no van a ser tan altos o que pueden ser más todavía, no lo sé. Por lo tanto, mi única receta es trabajar con mucha humildad, entender que estos son trabajos de equipos, tratamos de hacer lo mejor posible, y eso no siempre el público lo percibe así. Yo estoy en la televisión porque me gusta trabajar en ella, estoy casado con una mujer que no es de la tele, tengo mi vida afuera, no voy a hacer ruido por mis cosas sociales, hago ruido por mi trabajo.
-Ya que te gusta el fútbol ¿compartes el argumento de que Marcelo Bielsa, hasta ahora, no ha superado en resultados la campaña realizada por la selección de Nelson Acosta para el Mundial de Francia 98?
-No, Bielsa es el mejor entrenador que hemos tenido en muchos años, porque, de partida, no logró lo mismo. Primero, clasificó segundo a eliminatorias, ahí hay harta diferencia. Segundo, en el mundial -si bien llegó hasta la misma etapa, se juntó con el mismo rival y perdió de la misma manera- ganó dos partidos, cosa que no había ocurrido con Chile antes de ningún mundial, ni con rivales de la misma categoría tampoco. Pero más que el resultado, es la forma de ganar y eso es lo que la gente valora. Ahora, no tienen que ver, a mi juicio, las elecciones (de la ANFP) con Bielsa, porque cuando se mezclan las cosas, a veces es porque hay manipulación y utilización. Cada cuatro años en Chile hay elecciones en el fútbol, que es un gremio. Si bien no vota la gente, votan los clubes, que son los agremiados. Y no por el riesgo de que Bielsa se vaya si pierde su candidato, vamos a sacrificar la democracia, eso es lo que yo he dicho. Hay que defender la democracia a como de lugar, aunque el costo sea algo que no queremos. Ninguno de los dos bandos, entiendo además, quiere que se vaya Bielsa. Renunció con Segovia porque no quería seguir con él, no porque se lo pidiera Segovia. Ya es un tema de Bielsa, no más.
-Algunos argumentan que no se escuchó a la “soberanía popular” en esta elección. Porque el fútbol vive del hincha, fue el hincha el que volvió a los estadios para los partidos de la selección, a programar los partidos en el Canal del Fútbol, que la selección subiera los bonos, etc…
-Sí, bueno, esa es una mirada un poco facilista. Los estadios en Chile están vacíos, nadie va al estadio, los clubes nunca se han financiado con la taquilla del fútbol (…) dime tú ¿en qué área en Chile, excepto la política, es el público el que vota? En ninguna. Por lo tanto, los que mantienen a los clubes son, hoy día, las sociedades anónimas, si las hay. Lo que pasa es que tenemos mala memoria: años atrás lo único que leíamos en los diarios era si le iban a pagar los sueldos a los jugadores ¿te acuerdas? Que las imposiciones, los sueldos estaban todos impagos. Hoy los dueños de los clubes, los accionistas, si es en bolsa, se hacen dueños de los clubes y responsables. Y hoy día el fútbol es mucho más ordenado, se financia, por lo tanto, no hay ningún jugador que esté impago.
-¿Y no te consta que pudo haber intervención de Gobierno en las elecciones ANFP, como denunció el periodista Felipe Bianchi?
-No me consta. Felipe es amigo mío, animador de un programa que yo dirijo, que es de mi productora (Nota de la R: Productora Chile Corto), que se llama Show de goles. Lo conversamos muchas veces, y no sólo no me consta, si no que no lo creo. Acá todo el mundo se conoce, si alguien llamó y dijo “oye, preséntate”… pero más allá de eso, no me parece que se pueda hablar de intervención electoral. Lo único que hemos visto ahora es que al señor Segovia entiendo que se le dijo que no a la nacionalidad. Así es que si hubo intervención, fue para el otro lado (…) lo único que me consta es que los chilenos tenemos mala memoria. Porque toda la vida hemos hablado de la mafia de la Fifa, con sus artimañas ¿recuerdas? En la mayoría de los países en el continente, la mafia de la Fifa está al lado. Julio Grondona es presidente de la AFA en Argentina hace como 40 años. Bielsa fue entrenador con Julio Grondona ¿y no defiende tanto la democracia Bielsa? Y en Perú también están hace muchos años. Y Harold es un funcionario Fifa, que lo hizo muy bien, sin dudas, a nivel de selección, de ponernos en el orden internacional, trajo un técnico de los mejores del mundo… ¿a ti te parece racional que una elección ganada se haya objetado supuestamente por un artículo que inhabilitaría al 90% de los dirigentes, y el único habilitado hoy día es el que ganó la elección pasada? O sea, discúlpame. Todo lo que pasó con el bando oficialista es una pichanga. Yo lo único que quiero es que siga Marcelo Bielsa, pero depende de él. No por eso vamos a comprometer a todo un país, a darnos vuelta carnero todos, porque se va un técnico.