La alegría de un clásico celebró los 90 años de la UdeC

/ 21 de Mayo de 2009

corcudec1El simbolismo de la Novena Sinfonía fue el elegido para contagiar a la comunidad de Concepción el espíritu de la fiesta universitaria,  ligada a una historia sembrando cultura.
“O freunde, nicht diese töne!”  Cuando esa frase de Friedrich Schiller irrumpe en el escenario, el espíritu del público se eleva a uno de los pasajes más maravillosos de la historia de la música. La Novena Sinfonía de Beethoven  transmite con toda majestad el sentimiento de gozo y plenitud de alcanzar una meta, y fue por ello que la Corporación Cultural de la Universidad de Concepción, Corcudec, eligió esta obra maestra para celebrar junto a la comunidad penquista los 90 años de esta casa de estudios superiores.
Bajo la batuta del maestro peruano David del Pino Klinge, la Orquesta Sinfónica de la UdeC y los solistas Patricia Cifuentes, Claudia Godoy, Sergio Gallardo y Daniel Ross, se prepararon prolijamente para un resultado brillante. “No podía ser de otra forma: la ocasión y la obra lo ameritan”, exclamaba antes de los ensayos el maestro del Pino, quien por tercer año consecutivo asumió la dirección del Concierto Aniversario de la Universidad de Concepción.
“Aunque es una obra conocidísima exige mucho a la orquesta, al coro y a los solistas. Su gran complejidad no se traduce sólo en cantarla bien, sino en entregar con claridad el texto más allá de lo fonético, sus sentimientos, su espíritu, ya que la verdadera esencia de la Sinfonía radica en que el coro sepa transmitir exactamente lo que la palabra o frase significa y lo exprese con el corazón y el alma”, señaló del Pino.  Y esos sentimientos, que están rotundamente conectados con los problemas de la sociedad actual, sugieren un mensaje de unidad e igualdad del ser humano.
Lo que quiso conseguir del Pino fue un huracán de expresividad para contagiar la alegría universitaria, que ha sido pieza fundamental en el desarrollo de la cultura del país.

La semilla de la Corcudec

corcudec2La cultura es un área de desarrollo tan importante para la Universidad de Concepción como cualquier otra área de formación académica o investigación. A lo largo de sus 90 años varios son los hitos que evidencian ese compromiso, pero quizás uno de los más notables y exitosos es haber cobijado a la Orquesta Sinfónica de la ciudad.
Hace 58 años, la UdeC llevó a su alero a una pequeña orquesta formada por amigos y estudiantes de música. Se compró la principal sala de Concepción y, mientras la Sinfónica ensayaba en el viejo teatro de Barros Arana, se modificó lo que antes era un cine a un teatro propiamente tal. De ahí en adelante las inversiones han sido constantes con miras a entregar a la comunidad un lugar de nivel para presenciar cualquier tipo de espectáculo.
“La Universidad ha hecho un esfuerzo muy importante por posicionar la cultura escénica a través de la Corporación Cultural y creo que el resultado es evidente, ya que la gente siempre asume que la Sinfónica de Concepción y el Teatro Concepción, en particular, pertenecen a la ciudad. Por una parte, se ha hecho una labor permanente para entregar a la comunidad un espacio acogedor y, por otra, la Sinfónica en sí es una institución que tiene un prestigio reconocido y se ha  instalado a nivel nacional por su calidad. Esto no es una cosa menor, ya que si bien existen muchas orquestas dando vueltas en el país, las reconocidas son tres: la Filarmónica, la Sinfónica de Chile y la Sinfónica de Concepción”, asegura Lilian Quezada, Gerente de la Corporación Cultural de la Universidad de Concepción.
La directiva de la Corcudec explica que no todas las orquestas tienen músicos contratados, exclusivos, y no todas tienen una institución como Corcudec, que se dedica a gestionar su funcionamiento global. “La responsabilidad de la UdeC es tan fuerte, que así como forma a un profesional dentro de sus carreras, siente que tiene un deber formando a un público, entregando lo mejor para que la gente pueda vivir la experiencia de la cultura”, explica Lilian Quezada, quien lleva casi ocho años al frente de Corcudec.
Por todo lo anterior, en el concierto aniversario no podía estar ausente una obra con la potencia de  “La Coral”. “Esta sinfonía  tiene un simbolismo tan fuerte que representa totalmente el trabajo de 90 años de actividades interrumpidos y sin declives de la UdeC en el ámbito cultural. Es un tremendo trabajo y esfuerzo, porque no se trata sólo de músicos que llegan y se ponen a tocar, sino que de un equipo inmenso de gente que logra que las puertas del teatro se abran”, afirmó Lilian Quezada.
El concierto aniversario fue sólo parte de la serie de obras que este año engalanarán al Teatro Concepción en el marco de los 90 años de historia universitaria. Recientemente se dio a conocer que llegará el ballet argentino de Julio Bocca, como complemento a una interesante parrilla de espectáculos musicales y teatrales que se extenderán en 2009.
El maestro del Pino puntualiza que la apuesta por el concierto aniversario fue total. “Permitir que el público sienta en carne propia lo que significa esta obra, patrimonio de la humanidad, es un regalo. La Novena se vive, se siente en la piel y es en sí un espectáculo total”.
Y así,  con la alegría de esta pieza sinfónica que curiosamente fue estrenada en mayo. hace 185 años, Concepción se sumó a la fiesta de una de sus instituciones emblemáticas con el deseo característico de los cumpleaños: “que se cumplan muchos más”. Que la felicidad del aniversario perdure, como dice el mismo Schiller en su última frase, “hasta las estrellas”.

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