La dura batalla para seducir a 500 mil nuevos electores en BÍobío

/ 24 de Mayo de 2012

Expertos advierten que los partidos y candidatos tienen una prueba de fuego en las elecciones municipales del 28 de octubre para con propuestas y transparencia ganarse el voto voluntario, porque el incremento del padrón por sí solo no garantiza una mayor participación. Sólo habría un crecimiento que podría fluctuar entre 6% y 10%, respecto de las 941 mil personas que sufragaron en la justa electoral del 2010. Predicen que el carácter voluntario de los comicios, la falta de propuestas atractivas para los jóvenes y la repetición de los mismos rostros alejarían a los nuevos electores. No descartan que para mantener las preferencias “duras” los partidos exacerben el clientelismo y las maquinarias políticas.

Se podría pensar que la participación de casi 500 mil nuevos electores en la Región del Biobío en los comicios municipales del 28 de octubre próximo generará “un terremoto político”, un cambio radical del escenario en el que han interactuado hasta ahora la Concertación y la Alianza en la zona. Más todavía, si se considera que el 50% de los nuevos electores tiene menos de 30 años, por lo que para muchos resulta seductora la idea de ligar esta nueva realidad con la rebelión callejera del 2011, para augurar el nacimiento de una nueva era con una expresión política distinta, aquella que esbozaron los llamados movimientos sociales que sólo en Concepción sacaron a 100 mil personas a la calle,
Cantidad y calidad (por las motivaciones ciudadanas de los “nuevos” sufragantes) son, entonces, los signos distintivos de la masa electoral que se incorpora. Por ello las preguntas sobre una supuesta nueva ecuación política son acuciantes. Si la demanda ciudadana desbordó los cauces de la política conocida, superando a los partidos ¿qué se puede esperar con la irrupción de 5 millones 227 mil nuevos electores herederos de la inscripción automática y el voto voluntario en Chile? ¿Viene un cambio brutal, decisivo, con nuevos actores y nueva correlación de fuerzas en la política chilena y en la política regional? ¿Se romperán todos los moldes conocidos?
Nada más “utópico, especulativo y alejado de la realidad” advierten sociólogos, cientistas políticos y expertos en marketing político penquistas consultados por Revista Nos, para opinar sobre este supuesto nuevo panorama marcado por la agitación social del 2011.
Desde la academia, aterrizan proyecciones ideales y desmitifican los escenarios de ficción que se levantan y sólo anticipan un crecimiento de la votación en un rango que fluctuaría entre 6% y el 10%, en relación con las últimas elecciones municipales y presidenciales. Incluso, hay otras voces que realizan una predicción más pesimista y hablan de una caída del 5% o la mantención del actual nivel de participación electoral. Para que no quede ninguna duda argumentan sus posiciones apoyándose en encuestas, investigaciones y estudios comparados sobre cómo ha operado el sistema de voto voluntario en las 27 naciones donde está vigente.
Para Rafael Galdames Fuentes, sociólogo, magíster en Ciencias Sociales e investigador del Centro de Estudios Urbanos Regionales de la Universidad del Bío- Bío, creer que votará un millón y medio de electores en la zona “es pura especulación”. Si bien no descarta que en el primer proceso electoral con esta nueva modalidad del voto voluntario (las municipales de octubre próximo) se podría incrementar la participación, estima que el porcentaje de aumento no será significativo ni influirá radicalmente en los niveles de votación que capturan los partidos y coaliciones dominantes. “Todos tratarán de retener la misma votación de los 941 mil 487 electores que sufragaron en la segunda vuelta de la última elección presidencial en la zona, por lo que no creo que el cuadro político varíe mucho”. Argumenta que ante la apatía de los jóvenes por sufragar como producto del fuerte cuestionamiento a la clase política, la estrategia de los partidos tradicionales será jugar al padrón electoral antiguo para tratar de mantener los porcentajes que tenían.
“Hay candidatos independientes que darán la batalla, pero se verán limitados por la falta de recursos. Ése es un elemento fundamental para llegar a los votantes, y el correr solos los deja en desventaja respecto de la maquinaria política que despliegan la Alianza y la Concertación”, sentencia. Galdames advierte, además, que es difícil que exista una mayor motivación de los jóvenes por sufragar, cuando los partidos localmente ya casi tienen resueltas todas sus candidaturas a alcaldes y concejales, con un reducido número de postulantes de ese segmento etario. Admite que es muy complejo hacer un pronóstico electoral ahora que el voto es voluntario, porque incluso jóvenes que estaban anteriormente inscritos en el Registro Electoral están hoy muy confundidos. “No creo que sufrague más de un 10% en relación con el universo que votó en las últimas presidenciales o municipales en la zona”, precisa.
Tampoco tiene una proyección muy optimista el abogado Sergio Micco Aguayo, Master en Ciencias Políticas, doctor en Filosofía y profesor del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, quien augura que la votación regional y nacional podría subir en 6%, aunque -dice- existe también el riesgo que baje en un 5%. Respalda su postura en un estudio realizado por el doctor en Gobierno de la prestigiosa Universidad de Essex, de Inglaterra, Jaime Fierro, quien señala que más de un 26% de los chilenos no tiene ningún interés en la política. Micco es de los que piensan que como ahora se trata de un acto voluntario, sin sanciones, no sufragarán aquellos que no tienen interés en la política. “Incluso, se podría producir un empate entre quienes irán a votar y los que se abstendrán de hacerlo porque ahora no es obligatorio. Y eso puede implicar que terminemos en los mismos niveles de participación de los anteriores comicios electorales”, afirma.

Movimientos sociales

Sergio Micco descarta también que producto de los movimientos sociales del año 2011 se produzca una mayor participación en el acto electoral. Sostiene que muchos de los dos

El esquivo voto juvenil

Conquistar a la juventud es el gran desafío de los actores políticos de cara al renovado padrón electoral. Ese es el objetivo de las nuevas estrategias que se pondrán en juego en la campaña municipal. Álvaro Morales recomienda que para incentivar la participación juvenil es fundamental poner los temas que los sensibilicen, a través de los medios de soporte como twitter, facebook, redes sociales y blogs. “Hay que trabajar con líderes de redes sociales de la ciudad y que no están en los diarios, TV, conferencia de prensas o las radios. Habría que contar con una especie de apóstoles que hagan el papel de community manager para que articulen la campaña, pero sobre la base de los problemas que realmente interesan a ese segmento etario”. Admite que conspira para una renovación en la política local, el hecho que los líderes que aparecen como representantes del movimiento estudiantil son más bien “rostros nacionales”, como Camila Vallejos y Giorgio Jackson. Sólo Guillermo Petersen, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, y Daniel Carrillo, líder de la revolución pingüina y actual estudiante de Derecho de la Universidad San Sebastián, podrían aparecer como potenciales candidatos a los municipios locales. El experto advierte que aunque pocos lo han dicho, “somos un país con un padrón electoral envejecido, que se renueva ahora, pero que mantiene la lógica de los partidos tradicionales, donde la mayoría busca retener a sus electores que son mayores”. Dice que las colectividades no hacen un trabajo a largo plazo, pensando en que es necesario ir fidelizando a los que hoy tienen 18 años para cuando sean mayores de 35 años. Sólo se preocuparán de intentar motivarlos electoralmente cuando hayan alcanzado plena madurez.
Se podría pensar que la participación de casi 500 mil nuevos electores en la Región del Biobío en los comicios municipales del 28 de octubre próximo generará “un terremoto político”, un cambio radical del escenario en el que han interactuado hasta ahora la Concertación y la Alianza en la zona. Más todavía, si se considera que el 50% de los nuevos electores tiene menos de 30 años, por lo que para muchos resulta seductora la idea de ligar esta nueva realidad con la rebelión callejera del 2011, para augurar el nacimiento de una nueva era con una expresión política distinta, aquella que esbozaron los llamados movimientos sociales que sólo en Concepción sacaron a 100 mil personas a la calle,
Cantidad y calidad (por las motivaciones ciudadanas de los “nuevos” sufragantes) son, entonces, los signos distintivos de la masa electoral que se incorpora. Por ello las preguntas sobre una supuesta nueva ecuación política son acuciantes. Si la demanda ciudadana desbordó los cauces de la política conocida, superando a los partidos ¿qué se puede esperar con la irrupción de 5 millones 227 mil nuevos electores herederos de la inscripción automática y el voto voluntario en Chile? ¿Viene un cambio brutal, decisivo, con nuevos actores y nueva correlación de fuerzas en la política chilena y en la política regional? ¿Se romperán todos los moldes conocidos?
Nada más “utópico, especulativo y alejado de la realidad” advierten sociólogos, cientistas políticos y expertos en marketing político penquistas consultados por Revista Nos, para opinar sobre este supuesto nuevo panorama marcado por la agitación social del 2011.
Desde la academia, aterrizan proyecciones ideales y desmitifican los escenarios de ficción que se levantan y sólo anticipan un crecimiento de la votación en un rango que fluctuaría entre 6% y el 10%, en relación con las últimas elecciones municipales y presidenciales. Incluso, hay otras voces que realizan una predicción más pesimista y hablan de una caída del 5% o la mantención del actual nivel de participación electoral. Para que no quede ninguna duda argumentan sus posiciones apoyándose en encuestas, investigaciones y estudios comparados sobre cómo ha operado el sistema de voto voluntario en las 27 naciones donde está vigente.
Para Rafael Galdames Fuentes, sociólogo, magíster en Ciencias Sociales e investigador del Centro de Estudios Urbanos Regionales de la Universidad del Bío- Bío, creer que votará un millón y medio de electores en la zona “es pura especulación”. Si bien no descarta que en el primer proceso electoral con esta nueva modalidad del voto voluntario (las municipales de octubre próximo) se podría incrementar la participación, estima que el porcentaje de aumento no será significativo ni influirá radicalmente en los niveles de votación que capturan los partidos y coaliciones dominantes. “Todos tratarán de retener la misma votación de los 941 mil 487 electores que sufragaron en la segunda vuelta de la última elección presidencial en la zona, por lo que no creo que el cuadro político varíe mucho”. Argumenta que ante la apatía de los jóvenes por sufragar como producto del fuerte cuestionamiento a la clase política, la estrategia de los partidos tradicionales será jugar al padrón electoral antiguo para tratar de mantener los porcentajes que tenían.
“Hay candidatos independientes que darán la batalla, pero se verán limitados por la falta de recursos. Ése es un elemento fundamental para llegar a los votantes, y el correr solos los deja en desventaja respecto de la maquinaria política que despliegan la Alianza y la Concertación”, sentencia. Galdames advierte, además, que es difícil que exista una mayor motivación de los jóvenes por sufragar, cuando los partidos localmente ya casi tienen resueltas todas sus candidaturas a alcaldes y concejales, con un reducido número de postulantes de ese segmento etario. Admite que es muy complejo hacer un pronóstico electoral ahora que el voto es voluntario, porque incluso jóvenes que estaban anteriormente inscritos en el Registro Electoral están hoy muy confundidos. “No creo que sufrague más de un 10% en relación con el universo que votó en las últimas presidenciales o municipales en la zona”, precisa.
Tampoco tiene una proyección muy optimista el abogado Sergio Micco Aguayo, Master en Ciencias Políticas, doctor en Filosofía y profesor del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, quien augura que la votación regional y nacional podría subir en 6%, aunque -dice- existe también el riesgo que baje en un 5%. Respalda su postura en un estudio realizado por el doctor en Gobierno de la prestigiosa Universidad de Essex, de Inglaterra, Jaime Fierro, quien señala que más de un 26% de los chilenos no tiene ningún interés en la política. Micco es de los que piensan que como ahora se trata de un acto voluntario, sin sanciones, no sufragarán aquellos que no tienen interés en la política. “Incluso, se podría producir un empate entre quienes irán a votar y los que se abstendrán de hacerlo porque ahora no es obligatorio. Y eso puede implicar que terminemos en los mismos niveles de participación de los anteriores comicios electorales”, afirma.

Movimientos sociales

Sergio Micco descarta también que producto de los movimientos sociales del año 2011 se produzca una mayor participación en el acto electoral. Sostiene que muchos de los dos millones de personas que salieron a las calles a protestar sienten que los cambios que propugnan -educación gratuita de calidad; redistribución del ingreso, los temas ambientales como Hidroaysén y buenas oportunidades laborales- no se lograrán canalizar a través de los partidos y las instituciones políticas tradicionales. “Yo vi rayados en la Universidad de Concepción en relación al liderazgo de Camila Vallejos, donde había uno que decía: ‘no estamos ni ahí con los partidos políticos, fuera del PC”, precisa. Micco enfatiza que una parte importante de quienes tomaron parte en esas movilizaciones señalan que participar en las elecciones es aceptar el sistema y legitimarlo. Y eso juega en contra de sus convicciones. “Soy pesimista, porque hay muchos estudios de opinión pública que indican que la gente sufragaba sólo porque era una obligación. Ese proceso en los últimos cuatro años se ha agudizado, porque la ciudadanía tiene una muy mala evaluación de la eficacia de las instituciones políticas”, precisa. Además, acota, las investigaciones comparadas con naciones que establecieron el voto voluntario indican que bajan los porcentajes de participación y quienes dejan de hacerlo siempre son los sectores con menos educación, es decir, los más pobres.

Faltó el voto obligatorio

Mico ex candidato a diputado por Talcahuano y ex dirigente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción era partidario de que la inscripción automática se hubiese complementado con el voto obligatorio, aplicando sanciones reales a quienes no cumplen con su deber cívico y estableciendo un sistema electoral proporcional, en reemplazo del binominal. “Estudios comparados recientes aseguran que la obligatoriedad del voto hace aumentar en 11% la participación electoral aproximadamente. Además, sabemos que la representación proporcional aumenta la participación entre un 15% y un 20%. Hay que considerar que tenemos un sistema binominal que perjudica la representatividad de los cargos de elección popular. Estamos en el peor de los mundos y la reforma del voto voluntario no promoverá una mayor participación”, indica.
Afirma que creer que gran parte de los cinco nuevos millones de electores representan una misma cultura de protesta o ideología de molestia con la democracia vigente es un gran error. “Se requiere de líderes que sean capaces de canalizar la protesta social y transformarla en demanda política, y eso no ha ocurrido, con la excepción del caso de Aysén, donde sí hubo negociación con logros concretos que impactaron a la clase política”. Agrega que otro factor que considerar es la capacidad que tenga la clase política para seducir al elector para que vaya a votar. “Eso ha quedado demostrado en las primarias realizadas por la Concertación, donde ganan sólo los que tienen mayor capacidad de acarreo”, dejando al ciudadano -como explica Carlos Huneeus, del Centro de Estudios Públicos, CEP, convertido en un “esquivo consumidor” al que hay que capturar. No debe extrañar entonces que las campañas electorales en Chile, junto con las de Japón y Estados Unidos, sean en promedio las más caras del mundo.

Maquinarias políticas

El sociólogo de Corbiobío, Pablo Martínez, sostiene que en aras de captar el voto de los sectores populares se exacerbará el denominado clientelismo político, el uso de prebendas y el acarreo. “Pienso que el clientelismo y todas sus derivaciones aumentará no sólo en las zonas rurales de nuestra Región, sino también en los segmentos populares de las áreas urbanas, donde se concentra un número importante de nuevos electores”.
En tal sentido el también sociólogo Rafael Galdames nombra a las carencias económicas como otra de las razones por las que la gente de menores ingresos no vota cuando el sufragio es voluntario, por el costo que les significa llegar a los locales de votación.
“Sin duda que veremos operar como nunca las maquinarias políticas de los partidos y de los candidatos ante la incertidumbre que genera una eventual disminución de electores de ese segmento popular que tenían seguro como voto duro”, precisa Galdames.

El fantasma de la abstención

Otra de las grandes interrogantes que se plantean ante el significativo aumento de la masa electoral es el nivel de abstención. Al respecto, el sociólogo Pablo Martínez recuerda que en las últimas elecciones municipales, con una pequeña diferencia entre alcaldes y concejales, la abstención marcó alrededor del 15%. “Pienso que con el clima social más probable que se llegará a las próximas elecciones, debería estar entre el 20 y el 25% del total de los votos posibles de ser emitidos”. También en los expertos penquistas consultados hay consenso de que el propio carácter local de los comicios municipales desincentivará una participación de quienes han estado en los movimientos de protesta, porque éstos saben que sus demandas estructurales no se resolverán a nivel de los gobiernos comunales. En ese ámbito predicen un mayor nivel de votación en las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales del 2014. No obstante, señalan que ello dependerá de la existencia de nuevas opciones y de una mayor apertura, especialmente de la Concertación, para integrar nuevos sectores, como los movimientos sociales y los jóvenes que hoy son parte de un heterogéneo cuadro opositor.
Una encuesta del Programa de Estudios Sociales de la Universidad Católica de Valparaíso realizada a 4 mil jóvenes egresados de la enseñanza media en 2011, nacidos en 1993 y 1994, indica que el 43% está dispuesto a votar. Por el contrario un 20% asegura que no votará. Un 16% se declara indeciso y un 21% señala que votará pero no en todas las elecciones.

El caso de Concepción

Para el sociólogo Rafael Galdames el hecho que no se postule la ex alcaldesa UDI Jacqueline van Rysselberghe genera una situación incierta en cuanto al futuro control del municipio de Concepción. En los comicios de marzo del 2008 sufragaron en la comuna 106 mil 497 electores. El padrón de Concepción experimentó un crecimiento del 58% con la inscripción automática, elevándose a los 150 mil potenciales votantes. “Nadie tiene la elección ganada”, advierte, debido a que hay puntos a favor de la Alianza, pero también hacia la Concertación. Esta última ya cuenta con un candidato único -el DC Álvaro Ortiz-, quien también está apoyado por el Partido Comunista. Galdames lo define como un postulante relativamente joven, pero que “cuenta con un paraguas político importante de su padre diputado (José Miguel Ortiz) y las propias votaciones que ha obtenido en sus períodos de concejal”. Sostiene que en el caso de la Alianza hay figuras nuevas, como Emilio Armstrong, Oscar Aliaga y Katherine Echaiz, quienes son conocidos en sus partidos o porque ocupan puestos de gobierno. No obstante, aclara que en la medida que se designe el candidato oficialista y éste reciba el apoyo de la ex alcaldesa y su hermano, el diputado Enrique van Rysselberghe, y de toda Alianza “habrá una dura competencia con un resultado incierto para ambos bloques”.
Una posición aún más crítica tiene Álvaro Morales Medina, publicista, Magíster en Comunicación Estratégica y docente universitario, respecto de los eventuales aspirantes para el municipio de Concepción. “Vemos las típicas propuestas que han estado por 20 años en la política chilena y las mismas caras que siguen dando vuelta. En el caso del municipio de Concepción los tres candidatos que se presentan como jóvenes tienen un mismo discurso de la ciudad sustentable; el combate a la delincuencia y el caso del Mercado Municipal, pero no están en el centro del debate los temas que importan a la nueva generación que parten con la educación gratuita y de calidad”.
Morales sostiene que tampoco está claro si ciertos apellidos como Ortiz y van Rysselbherge, que están muy metidos en la política local, sean una buena carta o buena estrategia cuando se quiere llegar al segmento de los jóvenes. “Esos apellidos suenan a más de lo mismo, a perpetuarse en política, como si fuera un monarca que le cede el reinado a su hijo o a un pariente”, enfatiza.
La oferta política sigue siendo la misma para una nueva masa de 150 mil electores penquistas que darán su veredicto en el estreno de la inscripción automática y el voto voluntario. Por el momento, el pronóstico es reservado.

Las cifras

• 13.388.643 es el número total de potenciales votantes que podría sufragar en Chile en los comicios municipales del 28 de octubre.
• 5.276.844 son los nuevos votantes como producto de la aplicación del sistema de inscripción automática y el voto voluntario.
• 6.556.659 es la cantidad de mujeres del total de posibles sufragantes.
• 6.556.984 corresponden a posibles electores hombres.
• 3,5 millones de los posibles habilitados para sufragar tienen menos de 30 años.
• 500 mil son los nuevos votantes en la Región del Biobío, que se sumarían al padrón de un millón de electores que estaban habilitados para sufragar en las elecciones presidenciales del 2010.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
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