Han crecido en promedio un 5% en la última década, entre sus fieles hay profesionales y personas de sectores altos de la sociedad. Están conscientes de su influencia política en Chile y en la Región del Biobío, siendo la segunda con más adeptos en el país. En el Gran Concepción, hay más de 100 iglesias o corporaciones con un total de 400 templos. Su poder económico crece, ya que los credos más grandes perciben montos anuales por un millón de dólares por el pago “religioso” del 10% de sus ingresos (diezmo), y cuentan con una fuerte presencia en radios y canales de televisión. Aunque, no son menores los roces y conflictos internos entre las distintas denominaciones.
Desde la dura batalla para lograr que se promulgara el 14 de octubre de 1999 la Ley de Culto o Ley de Entidades Religiosas, el movimiento evangélico protestante ha tenido un sostenido crecimiento en Chile y en la Región del Biobío, a través de las 1.500 corporaciones o credos existentes a nivel nacional, siendo la denominación mayoritaria la Pentecostal, que alberga al 80% de los fieles.
Hoy tenemos una Iglesia Evangélica “empoderada”, que cuenta con su propio Te Deum para Fiestas Patrias y con grandes recursos económicos producto del diezmo, el 10% de sus ingresos que entregan sus seguidores directamente a sus pastores. Ese financiamiento les permite controlar, a través de la Mesa Ampliada de Iglesias Evangélicas -que agrupa las principales denominaciones del país-, por ejemplo, unas 200 radios (en su gran mayoría comunitarias) tanto en AM como también en FM, siendo la más conocida a nivel nacional, Armonía. Asimismo, desde fines del 2008, el canal 99 de VTR trasmite la señal de la Televisión Nacional Evangélica. También cuentan con más de un centenar de librerías y varias editoriales de publicaciones religiosas en el país. Como si todo esto fuera poco, sólo en el Gran Concepción una decena de radios AM y FM tienen espacios pagados y lo mismo ocurre en canales de televisión abierta (Canal 9 y Canal 8).
Asimismo, intentaron comprar la Universidad del Mar, intención que no prosperó por la determinación del Gobierno de cancelarle la personalidad jurídica a esa casa de estudios.
Y cada vez más conscientes de la influencia que tienen en la política, aunque frecuentemente han apoyado a la Izquierda se están abriendo a la Centroderecha, especialmente hacia Renovación Nacional (RN), que ha tenido una posición más cercana, como la asumida por el ex senador de esa colectividad, Mario Ríos Santander, quien fue el principal impulsor para materializar la Ley de Culto.
Y las cifras demuestran su crecimiento. Los resultados del Censo 2012, que se entregarán en marzo de este año, indican extraoficialmente que el porcentaje será superior al 20% de los chilenos, como producto del crecimiento sostenido del 5% en los últimos 10 años, como lo anticipa el director de Asuntos Religiosos del Gobierno, Juan Wehrli. “Esa realidad contrasta con la caída de la simpatía hacia la Iglesia Católica que bordea el 60%, en relación el 95% que tenía hace 50 años”, admite el personero.
De acuerdo con el Censo del año 2002, la población que se declara evangélica en el país alcanza a 1.699.725 personas (15,14%) y en la zona, a 389.632 (22,9%), siendo la Región del Biobío la segunda con mayor presencia de evangélicos después de Santiago. En la misma medición, la religión católica suma 7.853.428 de creyentes y en la zona sólo unos 805.517.
Algunos estudios indican que por cada 5 mil personas que profesan los distintos credos evangélicos en las grandes ciudades, hay al menos un pastor, lo que contrasta con la católica, donde hay un promedio de un sacerdote por cada 40 mil o más fieles. A su crecimiento también contribuye que el proceso de tramitación para formar una nueva Iglesia sea menos complejo, ya que se requiere fijar un domicilio, tener estatutos religiosos, organizar la administración y solicitar la apertura al Ministerio de Justicia, quien pide al Consejo de Defensa del Estado que revise la documentación para luego autorizar su funcionamiento legal.
Diezmo y poder económico
Respecto de su poder económico, un artículo publicado en la revista Qué Pasa, de noviembre de 2012, indica que las iglesias evangélicas, producto de los diezmos, tienen ingresos mensuales que fluctúan entre los 40 y 70 millones de pesos. Mientras que, en promedio, las corporaciones mayoritarias recaudan hasta un millón de dólares anuales, recursos que permiten cancelar los sueldos de unos 18 mil pastores. Como referencia, la Iglesia Católica admite que sólo el 7% de quienes se declaran fieles hacen la contribución mensual que alcanza al 0,5% de sus rentas.
Cada iglesia evangélica depende de un pastor, que es asesorado por consejeros o grupos elegidos por los mismos fieles y que operan como un directorio. El pastor reporta todas sus actividades, entre ellas las financieras, a un obispo o superintendente y los recursos no se traspasan a otras iglesias.
De acuerdo con registros de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), compañías como Mademsa, Endesa y Gasco cuentan entre sus inversionistas a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la Corporación Metodista, la Iglesia Cristiana Pentecostal y la Iglesia Evangélica Luterana. Otro mecanismo de financiamiento de estos cultos son su participación en el “negocio inmobiliario”, a través de la compra de propiedades como templos y sedes, e incluso colegios y hogares de ancianos, que son mantenidos como bienes colectivos permanentes de cada denominación evangélica, luego de que se convirtieran en corporaciones de derecho público, tras la vigencia de la Ley de Culto.
Los crecientes recursos que manejan las iglesias evangélicas preocupan al Gobierno, pues temen que se formen organizaciones con fines de lucro bajo esas denominaciones. Para ello, la Secretaria General de la Presidencia analiza introducir modificaciones a la Ley de Culto, para darle una mayor transparencia al uso de los dineros de las corporaciones evangélicas.
La irrupción de los Evangélicos
Para el pastor Diego Esteban Villarroel Páez (25), de la Iglesia Presbiteriana de Concepción, la denominación peyorativa de “personas fanáticas y que sólo lograban adhesión en los sectores sociales más bajo”, va quedando atrás dado que hoy su mensaje llega con mucha fuerza a profesionales, empresarios y segmentos altos de la sociedad de Chile y el Gran Concepción. Afirma que su Iglesia mantiene dos templos en Las Condes y Providencia, y que también los anglicanos y bautistas tiene muchos fieles en los sectores altos del país.
Argumenta que hay una gran religiosidad en la sociedad chilena que no se identificaba con la fe católica y que está optando por la evangélica. Enfatiza que la existencia de distintas iglesias o credos, fenómeno que desde fuera puede ser visto como una desventaja, ha sido fundamental para su crecimiento. A su juicio, eso les permite entregar distintos perfiles para la religiosidad existente en los más amplios sectores sociales, “porque cuando una persona quiere abrirse a Dios y a su fe cristiana no importa su estatus”.
Resalta que sólo en las diez comunas del Gran Concepción hay más de 100 corporaciones evangélicas y considerando que cada una cuenta con cuatro recintos religiosos, su número se eleva a los 400. Como contrapartida, abarcando las provincias de Concepción y Arauco, la Iglesia Católica cuenta con sólo 54 parroquias.
Fervor y no fanatismo
Villarroel, con cuatro años de estudios en Teología, señala que se confunde el fervor presente en las iglesias evangélicas con “fanatismo”. Admite que las más conocidas son las que están en las calles y que predican con mucha valentía su mensaje. No obstante, especifica que otras con presencia centenaria en Chile como la Bautista, la Anglicana y la Presbiteriana, pasan desapercibidas porque, justamente, tienen estrategias menos invasivas para combatir este prejuicio. “Es curioso que sea visto como una expresión de apoyo a una actividad deportiva que 40 mil hinchas levantan las manos y manifiesten a viva voz su alegría ante un gol de su equipo, pero si 200 personas hacen lo mismo en un templo porque están contentas con el mensaje de Dios sea visto como fanatismo. Es un acto de devoción que también existe en la fe católica, como las mandas de sacrificios físicos, pero que no son objeto de una calificación despectiva”, sentencia.
El pastor afirma que están trabajando para seguir con este crecimiento sostenido, “mostrándose ante la sociedad como la Biblia nos enseña, con un estilo de vida y una forma de ser que puede producir muchos beneficios en todos los ámbitos… necesitamos tener mayor influencia, partiendo de la separación entre Iglesia y Estado, ya que debemos servir a Chile para ser un instrumento de redención de sus habitantes”.
En relación a la existencia de tantos credos y los roces que se producen entre ellos, Villarroel señala que todo pasa por un tema propio de su fe, que tiene que ver con la libertad de conciencia. “No tenemos una estructura como la Iglesia Católica, con un poder y gobierno centralizado, sino que postulamos que quien la gobierna es Jesucristo por medio de líderes y pastores. Rechazamos los roces entre los distintos credos, pero las diferencias doctrinarias son de forma y nacen a partir de la interpretación de la Biblia, ya que en general todas profesamos una sola verdad: Jesucristo es el único salvador y mediador entre la Iglesia y Dios”.
Reconoce que esas diferencias han impedido tener en Concepción un Concilio de Pastores para, al igual que en Santiago, tener un Te Deum propio. “Falta todavía un poco de humildad en algunos pastores y también entender que debemos tener servicios conjuntos como Iglesia Evangélica local porque eso nos potencia”, enfatiza.
Universidad Evangélica
El pastor dice no entender el revuelo generado por la intención de la Iglesia Evangélica de comprar la Universidad del Mar, “si también hay católicas y de masones”. Destaca que prestigiosas universidades internacionales como Oxford, Yale, Princeton, Cambridge y Harvard fueron fundadas por la fe evangélica reformada que promovía el conocimiento, “porque es un don de Dios. Si todas ellas comenzaron con esfuerzos de cristianos, ¿Por qué no hacer lo mismo en Chile?”
Enfatiza que buscan crear una casa de estudios de excelencia y abierta a todos. “Tendrá su visión evangélica y valores, pero la idea es enseñar las distintas áreas del conocimiento humano con sinceridad y transparencia, y no sólo para los cristianos”.
Libertad comercial y de conciencia
Y sobre la participación de los evangélicos en política, Villarroel aclara que ni la fe ni la Biblia les obligan a amarrarse a un partido político, aunque sí a defender aspectos valóricos intransables frente a iniciativas como el aborto y el matrimonio homosexual, o su rechazo al divorcio, “porque no hacerlo sería generarle un mal a la sociedad”.
Afirma que hay fieles de todo el espectro político, lo que es una expresión de la libertad de conciencia que promueve el credo evangélico. “En ningún templo se les dice por quién votar, pero sí que todos ejerzan su derecho libremente. Mi opinión siempre estará determinada por el proyecto y sustentos morales ofrecidos por los postulantes”.
Muchos evangélicos identifican su actividad comercial o particular con su fe. Por eso es posible encontrar innumerables negocios que llevan la denominación Eben Ezer, que significa “piedra de apoyo”. El pastor Villarroel explica que tiene que ver con una historia del Antiguo Testamento, en que el pueblo judío luego de una gran victoria colocó un monolito con esa frase para agradecer la ayuda divina recibida. “Es común que quienes emprenden un negocio o proyecto empresarial busquen tener a Dios como piedra de apoyo para crecer”, expresa.
Unidad del cristianismo
Para el abogado y notario de Concepción, Ramón García Carrasco, integrante de un grupo de oración cristiana que busca ser puente en la unidad entre evangélicos y católicos, el paso de sectores más humildes a otros más acomodados de la fe evangélica de corriente Pentecostal es producto de sus 100 años de presencia en Chile, período en que han surgido nuevas familias de profesionales, empresarios y comerciantes, cuyos padres y abuelos fueron muy modestos, pero con una firme vocación cristiana.
En sus años de experiencia, agrega, ha sido testigo de la gran obra del Espíritu Santo en jóvenes universitarios que tienen hoy una activa participación en grupos o comunidades, extendiendo la fe cristiana con la firme certeza de que Dios está llamando a la unidad de la iglesia, tanto de católicos como evangélicos.
Agrega que también en la expansión de esta fe contribuyen los grupos evangélicos carismáticos, que no responden orgánicamente a ningún credo y se declaran como iglesia evangélica libre, con un trabajo de penetración entre los jóvenes, especialmente universitarios. También en las Fuerzas Armadas y en Gendarmería, logrando llevar su fe a miles de internos en los recintos carcelarios. “La labor de evangelización ha tenido mucho éxito, compitiendo con la droga dura, la política y con sectores muy ideologizados”.
García Carrasco comenta, a modo de ejemplo del nivel que tienen los fieles evangélicos de los grupos carismáticos, el caso del grupo penquista Águila de donde han salido figuras como el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, Héctor Muñoz Uribe, quien en las últimas elecciones municipales fue electo concejal por Concepción como independiente dentro de una lista política.
Fraccionamiento y conflictos
No obstante, también le preocupa el fraccionamiento y los conflictos internos al interior de algunos credos. Es de conocimiento público lo ocurrido en 2002 en Talcahuano, durante la realización de la Convención Nacional del Ejército Evangélico Chileno, donde el pastor de Santiago, Benedicto Faúndez Aravena, denunció haber sido raptado el 10 de agosto de ese año para impedirle participar en dicho encuentro, por tener una visión distinta a la cúpula de ese credo, siendo introducido a la fuerza en un vehículo, donde se le mantuvo hasta que culminó el encuentro religioso.
El entonces Primer Juzgado del Crimen del puerto ordenó la detención y sometió a proceso a los pastores locales Aurelio Pizarro Olivares, vicepresidente del Ejército Evangélico de Chile, y José Casanova Quinteros, como autores intelectuales y materiales, respectivamente, del secuestro de Faúndez. “Hay muchos otros (…) pero ese tipo de episodios dañan a algunas denominaciones evangélicas en la zona y en Chile”, precisa.
Consultado si este tipo de incidentes perjudica el desarrollo de la Iglesia Evangélica, García responde: “Sí, el mundo evangélico está creciendo mucho y le perjudica el gran sectarismo existente, la sujeción a autoridades diferentes y el no reconocimiento de los ministerios que Dios levanta. Una iglesia evangélica sin tanta división sería mucho más potente y estaría en el corazón de la unidad de Dios, que propugna una sola Iglesia y no miles, que en realidad vienen siendo miles de grupos. Por ello, estamos trabajando para impulsar la unidad entre todos los cristianos”.
Los Valientes de David
Cabe recordar también expresiones “más duras y militantes” como la de la iglesia evangélica penquista Los Valientes de David, que alcanzaron notoriedad nacional al protagonizar ruidosas “funas” frente a prostíbulos, locales nocturnos y lugares donde los travestis ofrecían comercio sexual en Concepción. La organización, liderada por su obispo, Carlos Adam, además compró el local de la boîte Nubia, en pleno Barrio Rojo de Concepción, en $230 millones, lugar en el que instalaron un templo y un taller para rehabilitar a las trabajadoras sexuales. Después llevaron su compaña a Santiago, e incluso fueron a Río de Janeiro, Brasil, para predicar en medio del tradicional carnaval carioca.
El exitoso posicionamiento Evangélico
El sociólogo y docente de las universidades del Desarrollo y del Bío – Bío, Pablo Fuentealba Carrasco, entrega algunas “claves” para entender lo que se denomina “el boom evangélico” en la Región y en el país.
¿A qué atribuye este avance en Chile y en la Región?
-El movimiento evangélico protestante ha crecido, porque a pesar de las diferencias con el catolicismo, tienen una raíz común que es el cristianismo, que facilita la emigración hacia el protestantismo. Las iglesias como instituciones humanas y sus acciones influyen finalmente en la forma de creer. La evangélica o protestante ha logrado posicionarse con una red de contactos adecuada para transmitir su doctrina en una parte importante de la población, ya que ha promovido la función de proteger al individuo, con vínculos de apoyo y solidaridad, en un contexto caracterizado por la desintegración del tejido social y político.
¿Cómo se explica el apoyo evangélico a la Izquierda, de postura liberal en temas valóricos, pese a que éstas se contraponen con las más conservadoras de esos credos?
-En el mundo y en Chile, históricamente, el movimiento evangélico ha luchado contra el monopolio espiritual y las influencias políticas de la Iglesia Católica. Por ello, a pesar de que dentro del protestantismo existen tendencias más conservadoras o fundamentalistas, no tienden a presentar una afinidad con los partidos más conservadores de Derecha, puesto que éstos son primordialmente de orientación católica. Bajo este esquema, se genera una configuración de enemistad dada por la diferencia espiritual entre protestantes y católicos que se reproduce en la esfera política y eso explica su permanente acercamiento a posturas de centro izquierda. La excepción en la centro-derecha se produce con Renovación Nacional, de tendencia más liberal, laica y progresista.
¿Los evangélicos tienen conciencia de su influencia política al abarcar a más del 20% de la población?
-Se comienzan a constituir en una fuerza política importante con candidatos a alcaldes, concejales, juntas de vecinos, federaciones de estudiantes universitarios y centros de alumnos; mostrando una fuerte capacidad de influir en el poder. Con ello, se vislumbra el restablecimiento de un vínculo informal e indirecto, pero real, entre religión y política, puesto que desde el poder político se tomarán decisiones que pueden estar condicionadas por las creencias religiosas de los evangélicos.