Ad portas de la 13ª versión de la fiesta cinéfila más importante del sur de Chile, la prudencia parece ser la mejor amiga de Berkhoff. Sabe de la consolidación del evento tanto por la participación del público como por la calidad de las películas en competencia y exhibición. El problema es otro y está en su financiamiento. Pero, como tiene la certeza de que éste es un proyecto que le ha hecho bien a la ciudad del Calle Calle, a su gente y a la cultura audiovisual del país, renueva su entusiasmo para continuar trayendo a Valdivia lo mejor del séptimo arte.
erán cinco días de luces, cámaras y mucha acción. Entre el 25 y 30 de agosto, Valdivia disfrutará de la 13ª versión del Festival Internacional de Cine y como todos los años, Lucy Berkhoff, directora del evento, confía en que será todo un éxito. No sólo aventura una masiva concurrencia a las salas, también augura entusiasmar al empresariado nacional para que se incorpore en forma permanente en el financiamiento de la actividad.
Y es que a pesar que el Festival se ha posicionado como uno de los mejores certámenes de América del Sur y Valdivia como la capital cultural de Chile, las dificultades para reunir los recursos para su realización se repiten cada año. “Estoy cansada de decir que el Festival está con problemas financieros, porque siempre lo ha estado. Una de las falencias del festival es no haber encontrado todavía una empresa que se entusiasme a estar con nosotros unos 3 ó 4 años y que verdaderamente dé dinero para poder desarrollar el festival”, sentencia Lucy Berkhoff.
En sus palabras también hay una autocrítica. Reconoce que no hay una persona idónea que llegue a los niveles gerenciales para captar recursos para el Festival, pero explica que hay otros factores. “En Valdivia no hay grandes empresas nacionales que aporten a la cultura y las que hay, lo hacen en Santiago y no en Valdivia”.
Cine del bueno
Lo cierto es que a pesar de todas las dificultades, os organizadores han sido capaces de mantener vivo el Festival desde que nació, a comienzos del ’90, como resultado de un trabajo de más de 40 años del Cine – Club de la Universidad Austral de Chile. Aún mejor, lo ha hecho con un público cautivo, amante del buen cine y que gusta de la programación que renuevan durante todo el año.
¿La garantía de contar con la participación del público ¿permite asegurar el futuro del Festival?
Es cierto que tenemos un público cautivo. Pero es menor. En el Festival participa bastante gente de la ciudad. Hay mucho entusiasmo; las salas siempre están llenas. Pero termina el festival y nadie más se acuerda, especialmente en el mundo privado: cuando vas a hablar con ellos sobre el Festival no pasa nada. La gente no piensa que se necesita plata para hacer esto y no sé de dónde pensarán que salen esos recursos. Recibimos bastante plata del Estado, de la municipalidad y la universidad, pero nos cuesta mucho reunir esos recursos.
Entonces, ¿cuál cree que es la razón para que el Festival siga vigente?
Por la buena organización. Te pongo un ejemplo. Cuando organizamos la 7ma versión también tuve que reducir un montón de cosas, con la gran diferencia que no le conté a nadie y nunca se notó.
¿Por qué cree que se dan estas dificultades?
Tengo la idea de que la gente cree que de todas maneras la Lucy va a hacer el festival y lo hace bien y sale adelante. Pero a veces pienso que llega un momento en que no se puede más. Dentro de las cosas negativas que tenemos es no tener una buena infraestructura, nos cuesta caro montar todo esto, pero uno lo hace con mucho esfuerzo. Cree en el proyecto, porque el festival le ha hecho bien a Valdivia, a su gente. Por eso siento que tengo la energía renovada para seguir adelante.
¿Qué propone para resolver estos problemas?
Si el Festival fuera apoyado por grandes empresas, más un aporte mayor de la Municipalidad y un aporte económico significativo de la Universidad Austral de Chile, más el dinero que nos da el Estado, no tendríamos problemas para realizar el mejor de los Festivales. La experiencia la tengo. He viajado a muchísimos festivales, por curaduría y para aprender sobre su financiamiento. Estuve en el directorio de la creación de los festivales iberoamericanos, AFCI y fui la primera en reunir a los directores de dichos festivales en Valdivia. Por lo tanto no me falta experiencia para lograr hacer cada vez un mejor Festival.
Homenajes y competencia
Valdivia también ha aportado lo suyo para construir toda una mística en torno al Festival. Como es una ciudad pequeña, poblada en su mayoría por jóvenes universitarios, profesionales y personas que gustan del arte, le permite autodenominarse una ciudad cultural. La organización, aprovechando estas cualidades, genera espacios de encuentro entre estudiantes, realizadores, productores y gente del mundo audiovisual. Por lo general, los invitados alojan en el mismo hotel y comen juntos, lo que permite desarrollar un clima acogedor que ha favorecido la concreción de importantes negocios. “Por ejemplo, comenta Berkhoff en su evaluación de la trayectoria del Festival, se compró un film de Ecuador que se distribuirá en Chile y un film chileno se distribuyó en Ecuador. De este modo nació la Mesa de Negocios, donde los chilenos venden sus proyectos al extranjero. En Valdivia se dio el primer festival en Sudamérica que incorpora los trabajos de Work in Progress, dentro del programa, como sucedió con Boris Quercia y su “Sexo con Amor”, quien mostrando acá su trabajo pudo venderlo a una distribuidora. Este año ya tenemos muchos trabajos en construcción, tanto así que se premiará al mejor de ellos”, adelanta.
Hablemos de lo que se viene ¿Qué nombres ocupan la competencia este año?
No quisiera adelantar nombres, pero te puedo comentar que la competencia de largometraje está formada por 8 películas extranjeras: Italia, Bélgica, Argentina, España, Alemania, Brasil, Bolivia y 5 películas chilenas.
A la competencia de cortometraje, que incluye el documental, ficción y animación, llegaron buenos trabajos, más de una veintena, pero vamos a hacer una selección.
Este año, el festival contempla un homenaje al cine argentino cuyo contenido, según confesó Berkhoff, también es una carta de atracción para los amantes del buen cine. “Es muy interesante la muestra histórica del cine argentino. Tenemos una muestra contemporánea y de películas que no se han presentado antes en Chile, como la retrospectiva del documentalista Fernando Solanas. Y hay bastantes películas chilenas. Aunque no vamos a hacer la ventana del cine chileno, las mejores películas las vamos a poner en la competencia de largometraje. A ello se suma la realización de la tercera mesa de negocios (Pro-Chile), un homenaje al longevo director chileno Naum Kramarenco y una jornada especial dedicada al cine chileno de los ’80 como actividades imperdibles de esta versión.
Panahi y Almodóvar
La promoción está lista. Los spot publicitarios comienzan a distribuirse en los canales de televisión. Berkhoff, aprendiendo la lección de años anteriores, prefiere la prudencia y antes de anunciar la visita de grandes luminarias del cine mundial, se limita a señalar lo confirmado. “Tenemos una retrospectiva del director iraní Jafar Panahi y él viene al Festival, lo que es muy bueno. Es cierto que me fascinaría que pudiéramos traer a actores o directores famosos, pero es muy difícil lograrlo. Aún así, creo que la programación en sí misma es la gran carta del festival. Almodóvar, con la película “Volver” y “La Vida Secreta de las Palabras” de Isabel Coixet, son largometrajes de muy buena calidad y que hablan del buen nivel que tiene el evento este año”, enfatiza la organizadora.
Frutos del festival
No es casual que en los inicios del Festival de Cine de Valdivia, cortometrajes de Andrés Wood, Cristián Galaz, Edgardo Viereck, por mencionar algunos nombres que hoy son directores de cine reconocidos, fueron trabajos exhibidos en el evento. Y es que según Berkhoff, esta actividad tiene una buena cuota de responsabilidad al ser la ventana al público del trabajo de las nuevas generaciones
¿Hay condiciones para que el festival siga siendo cuna del desarrollo audiovisual chileno?
No hay que olvidar que en el comienzo había un escaso desarrollo del audiovisual en el sur. En cambio la última competencia de obras regionales fue excelente, porque se han creado escuelas en Puerto Montt, en Temuco. Y para que veas cómo es la cosa, en Valdivia no se han creado escuelas, pero sí han llegado, desde Santiago, productoras que se han instalado en la ciudad. Cada vez hay más cursos de cine, talleres de cine durante todo el año de diferentes personas que se han incentivado y están trabajando el tema. Es muy positivo que un festival tenga un mercado, una feria donde se puedan hacer negocios. Muchas de las películas que han estado en la cartelera del cine arte en Santiago han estado previamente en este festival. Esto es un gran logro que antes no sucedía y es un mérito nuestro.
La invitación está hecha, Valdivia tiene festival audiovisual y como en las versiones anteriores, será una fiesta que reunirá durante seis días a lo mejor del panorama cinematográfico del mundo.