Los que aman el séptimo arte en Concepción saben que martes es sinónimo de cine. Es el día de un clásico en el Teatro de la Universidad de Concepción que por más de una década ha dejado su huella en generaciones de románticos cinéfilos, que buscan en su gran pantalla, algo más que parafernalia y títulos de taquilla.
“El cine teatro penquista encontró su norte”, afirma el actual Gerente de la Cordudec, Héctor Fariña Bello, pues hace 20 años la escasa oferta de películas y los largos períodos que las cintas se mantenían en cartelera terminaron por derrotar la forma de operar cine hasta ese momento. El poco interés de las distribuidoras por dinamizar la cartelera obligaba a suspender funciones, ya que a veces había sólo tres espectadores para un título que llevaba meses desde su estreno en la ciudad.
Luego de tocar fondo con la llegada de las multisalas a la intercomuna, vino la determinación de enfocarse hacia un público especial y una oferta también muy selecta. Se pasó de hacer funciones extensas a programar una jornada intensa y se seleccionó un día (primero fue el lunes) de la semana para concentrar las tres funciones clásicas que después darían vida a los Martes Cinematográficos. Ésa es, en breves líneas, la historia de este evento en Concepción que se ha transformado en un panorama exitoso y que permite darle oxígeno al único cine vigente en la capital regional. Por eso hay un gran orgullo de la Corcudec por mantenerlo y hacerlo crecer cada vez más con mejores películas, algunas que jamás pasarán por una de las modernas salas con dolby y sonido envolvente.
“La Universidad de Concepción se puso firme con la idea de que había que darle a la capital del sur de Chile la oportunidad de mantener una sala de cine. Era duro pensar que un lugar cultural importante no tendría acceso al séptimo arte”, recalca Héctor Fariña. Primero, junto a Pacián Martínez, se crearon los contactos para realizar ciclos de cine arte, lo que se concretó con medianos resultados. Luego el diario El Sur, auspició otro de los ciclos, hasta que la Orquesta de la Universidad tuvo que instalarse en el teatro para realizar sus ensayos y la programación cinéfila quedó en espera. El deseo de mantener los filmes fue más y ahí se optó por consagrar exclusivamente al martes como el día del cine.
Más de 30 películas anuales, tres funciones y 998 espectadores por función es el balance de los Martes Cinematográficos. Desde que en 2002 se decidió cambiar la forma de administrar las películas en el Teatro UdeC, la cifra de asistencia a la sala crece sostenidamente. Se trabaja ahora con varias distribuidoras, se buscan títulos interesantes y de buena factura. “Nos hemos preocupado de no bajar la guardia en cuanto a la calidad de las cintas y de ser muy variados trayendo filmes de todo el mundo, con mucha presencia de Europa y Asia, sin dejar de lado Norteamérica y Latinoamérica”, explica Fariña.
El cine chileno ocupa un sitial destacado y, curiosamente, el público valida y apoya sus propuestas. De hecho, la cinta más vista en los Martes Cinematográficos fue “Machuca” en 2006, que llevó a 2.365 espectadores a su sala. También “Fuga” despertó expectativas similares y llegaron a verla 2.140 personas.
Los Martes Cinematográficos se mantendrán este año hasta noviembre, ya que después comienza la etapa más fuerte de las otras actividades del Teatro. Lo que la gente tiene que tener en cuenta es que la programación siempre trae títulos interesantes a un precio que se mantiene desde 2002, a $1.000 general y $500 estudiantes.
Pero lo más lindo y que de verdad transmite la belleza del arte de la pantalla grande es la posibilidad de disfrutar películas en 35 milímetros. Es el acceso al clásico sabor del cine, al fundamento de pasarse rollos y vivir la magia de un clásico como es el Teatro de la UdeC. No hay que perdérselo, cada martes, en funciones a las 15.00, 19.00 y 21.30 horas.