La crítica congestión en Concepción, dice, es el resultado de proyectos que sólo se quedaron en el PowerPoint o en ideas que sus antecesores nunca ejecutaron. Anuncia un plan concreto para la zona penquista que considera hasta un sistema de tranvía, porque -para su cartera- tanta prioridad tiene el Transantiago como el mejoramiento integral del transporte en regiones.
En “un obrero con harta pega” está convertido el ministro Pedro Pablo Errázuriz Domínguez a pesar de sus apellidos vinosos. Y aunque el 27-F y la urgente reposición del servicio de agua potable en la zona lo doctoraran en “gestión” al frente de la Empresa Sanitaria Essbio, asegura que se hizo cargo de un Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones algo oxidado: “Desde el servicio público, los ritmos son lentos y ése es un factor que subestimamos”, reconoce.
Estuvo en Concepción, en el encuentro de Actualidad y Análisis (ACAN) de Revista Nos. Allí habló de los planes de su cartera, pero también analizó los conflictos que vive la sociedad chilena; dijo que “el esfuerzo muy valioso que hizo la Presidenta Michelle Bachelet en reconocer a las personas”, las hizo más exigentes, pero advirtió que si no se plantean soluciones con visión de futuro, como las demandas que originaron el conflicto estudiantil, el país estará en una olla a presión: “La crisis de los pingüinos empoderó a los estudiantes, pero no resolvió sus principales aspiraciones”.
Pedro Pablo Errázuriz dijo admirar a la ex Presidenta Michelle Bachelet por su empatía con la gente, pero criticó la gestión de la cartera que hoy lidera durante los gobiernos de la Concertación. Priorizaron-dijo- situaciones de contingencia como la del Transantiago y se quedaron en proyectos de PowerPoint o ideas que nunca se ejecutaron como la portabilidad numérica, la televisión digital, los problemas de conectividad para el desarrollo, el mejoramiento integral del transporte en regiones y la situación de las antenas. “El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones dejó de trabajar hace cinco años; después se dedicó a apagar incendios y se olvidó de las transformaciones que, desde esa cartera, requiere el país”.
Ahora pretende que su ministerio gane terreno y ante empresarios y directivos de la zona, expuso acerca de los más de diez planes y programas que impulsan y destacó los beneficios que genera a las regiones los recursos compensatorios -más de 240 mil millones de pesos- por el Transantiago. Pero, aclaró, “para materializar esas transformaciones, necesitaremos al menos cuatro años, porque la maquinaria de mi cartera estaba bastante oxidada”.
-En regiones existe la sensaciónde que los ministros de Transporte tienen como prioridad el Transantiago y se olvidan de los problemas del resto del país ¿qué dice?
“Hay que separar dos mundos. Es evidente que aparece como un hito comunicacional muy importante y permanente el Transantiago, pero la verdad del Ministerio es completamente distinta. Tenemos un equipo dedicado a ese problema, pero también trabajamos en muchos frentes más como es el mejoramiento integral del transporte en regiones. El Ministerio no tenía una gestión con visión de futuro; estaba en la contingencia por, fundamentalmente, el Transantiago. Eso ha cambiado: para el Gran Concepción, por ejemplo, estamos dialogando con los actores locales para diseñar un Plan Maestro de Mejoramiento Integral del Transporte como parte de programa “Ciudad Modelo”. Eso implica definir cuáles deben ser los corredores exclusivos para el transporte público, las vías para los automóviles, implementar un sistema de tranvía y potenciar el Biotrén, entre otras medidas”.
-¿Qué pasa con los subsidios compensatorios derivados del Transantiago para la Región del Biobío? Hay desconocimiento sobre sus montos y usos.
“En regiones se les conoce como el “San Santiago”, porque ha permitido ingresar una gran cantidad de recursos a las distintas zonas (240 mil millones de pesos) para mejorar el transporte público. Para este año, en la Región del Biobío se entregarán 36 mil millones de pesos y en 2010 fueron 25 mil millones de pesos. Sin esos aportes, el valor actual del pasaje -$390 en el Gran Concepción- estaría costando como mínimo 100 ó 150 pesos más. Hoy día tenemos un buen transporte escolar en las zonas apartadas; el Estado contrata los vehículos adecuados y el cumplimiento del servicio lo hacen los padres y el colegio. Hay 660 servicios con esa modalidad en todo el país. También se han destinado recursos para incentivar un parque vehicular de transporte público moderno”.
-Usted ha señalado que habrá un plan integral para el transporte en el Gran Concepción. ¿Qué certeza hay que se implementará y no quedará en anuncio como ocurrió con Biovías durante el gobierno del Presidente Lagos?
“El plan será liderado por el intendente Víctor Lobos y todos los seremis trabajarán coordinados en su materialización con una oficina ejecutiva que monitoreará el cumplimiento de sus etapas. Anteriormente, sólo se quedaron en proyectos o ideas que nunca se materializaron. Uno de los objetivos de este programa es modernizar el transporte público y se trabaja con los gremios para mejorar el servicio con la incorporación de la tarjeta de pago automático de pasajes y del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para controlar las frecuencias de circulación. A ello se suma la renovación de flota a través del Plan de Chatarrización, es decir, se entrega un subsidio que cubre parte de la adquisición de máquinas nuevas a cambio de entregar la antigua. Otra iniciativa es la extensión de los actuales recorridos para hacerlos más acorde con la demanda de los usuarios y también la materialización de las obras de infraestructuras básicas para hacer operable ese Plan de Transportes, como paso niveles y vías segregadas. Por desgracia hubo un período en que las cosas se detuvieron en transporte y, efectivamente, hoy la ciudad está en una situación crítica. Todas estas transformaciones no deberían demorar mucho, porque están los recursos”.
-¿Qué características tiene el proyecto de un tranvía y en qué plazos podría estar operando en el Gran Concepción?
“Están en la Controlaría las bases de licitación del estudio para definir qué recorridos serían los factibles; los tranvías son un elemento estructurante de apoyo, ya que por sí solos no resuelven los problemas de transportes, tienen que estar integrados con los buses y el tren. Lo fundamental es que un sistema de tranvías sube el estándar de calidad del transporte y es muy atractivo para los usuarios. Éste debería estar operando en tres años y medio más, si es que resulta ser la solución adecuada y cumple con los estándares requeridos”.
-El Biotrén opera con pocos usuarios y un alto déficit ¿Hay políticas concretas para reactivarlo o, definitivamente, tendrá una muerte natural?
“El principal problema del Biotrén es su trazado: le hace el quite a la ciudad y va a lugares a donde la gente no quiere ir. Eso hace que las distancias sean grandes, requiera de combinaciones y la gente prefiera tomar un bus de punto a punto que hacer trasbordos. Que Concepción esté mirando hacia la Ribera Norte permitirá posicionar mejor al Biotrén. Lo bueno es que tenemos tiempo para mejorarlo y dejarlo listo para la mayor demanda que generará todo el desarrollo urbano y comercial que está alcanzando el sector Costanera, en las inmediaciones del río Biobío”.
-¿El plan integral de transporte resolverá la grave congestión por la circulación de 1.500 máquinas del transporte público sólo en cuatro arterias del centro de Concepción?
“Eso es efectivo y requiere una solución. El plan implicará escoger las arterias más adecuadas con preferencia total para el transporte público: mejoraremos circulación, velocidades y servicio. Paicaví es un buen corredor de transporte público, pero es el único; tiene que haber otras alternativas. En la medida que tengamos locomoción de calidad, eficiente y segura, se podrá reducir el uso de vehículos particulares y disminuirá la congestión que hoy que se produce”.
-El anuncio de inversiones millonarias para el Metro de Santiago produce mucha “rabia” en regiones. ¿Se terminarán esas inequidades?
“Un pecado del Ministerio de Transportes es que no tenía proyectos, y sin ellos, ni por más que se quiera inyectar recursos, no hay nada que hacer. Ahora, partimos con iniciativas concretas para mejorar el transporte y la conectividad en regiones. Los recursos están disponibles como compensación a lo que se gasta en el Transantiago y el desafío es invertirlos bien. Comparto la preocupación regional; de hecho, desde que asumí hace ocho meses en el cargo he estado más de seis veces en Concepción. Le tengo cariño, pero también hay que estar atento a su congestión (en los ingresos a la ciudad) debido a que no hubo una planificación ni medidas oportunas para enfrentarla”.
-¿Hay la intención de potenciar Ferrocarriles del Estado (EFE) como transporte de pasajeros, tras el fracasado plan anunciado bajo el gobierno del Presidente Ricardo Lagos?
“Lo primero es cambiar la forma en cómo se ha venido financiando EFE ; hay que mejorar su gestión para que opere con un déficit razonable y dotarlo de una institucionalidad que sea parte del Ministerio de Transportes. En cosas más concretas, hay que potenciar el transporte de carga y trabajar fuerte en los trenes de cercanía; revisar los itinerarios que tienen un sentido social y que se han ido muriendo para asegurarles financiamiento. Si tenemos la carga y los trenes de acercamiento funcionando bien, se revisará la viabilidad de los trenes de larga distancia como el Santiago a Puerto Montt que tiene menos sentido por el volumen de pasajeros que lo demanda”.
-¿Qué medidas hay para regular las antenas de celulares que atemorizan por sus efectos en la salud y baja en la plusvalía donde se emplazan?
“Le hemos dado suma urgencia a la ley. La idea es replicar el modelo de países desarrollados: más antenas, pero más pequeñas y mimetizadas e incentivar su colocación en edificios, en un proceso lo más transparente posible. En Salud, nos pondremos a nivel de los cinco países más estrictos del mundo y actuaremos de manera muy responsable; y haremos algunas modificaciones para que los alcaldes definan sectores preferentes para su instalación a fin de resolver el asunto de la plusvalía. Lo que no se puede hacer es eliminarlas, porque la telefonía y la Internet móvil las necesitan para operar”.
-Usted anunció un sistema de alerta temprana de mensajería para advertir tsunami ¿Qué garantías hay que funcione y no colapse como ocurrió con los celulares el 27-F?
“La alerta temprana va por fuera del sistema de mensajería y de voz; es una señal que usa banda distinta y llega de manera garantizada. Además, se triplicó la capacidad de mensajería y se instalaron mecanismos de respaldo en energía en 500 antenas prioritarias para que puedan operar autónomamente por un prolongado período si se corta la electricidad. La recomendación es usar la mensajería de texto cuando las personas enfrentan una situación de emergencia”.
-El contar con trenes “Rápidos” similares a los que hay en Europa ¿es una utopía para la realidad chilena?
“Los trenes de alta velocidad cuestan lo mismo que los aviones y para el nivel de tráfico que existe hoy en día en Chile no parece razonable uno de alta velocidad de larga distancia. Puede ser una opción más factible a futuro, un tren de corta distancia. Es un tema que hay que revisar y ver cuándo tendría sentido abordarlo”.
-A usted se le reconoce “un manejo de político avezado” por haber mantenido operable el Transantiago durante el paro de la CUT. ¿Cómo lo logró dado que, en principio, los conductores habían anunciado su adhesión a esa movilización?
“Trabajamos muchos con los gremios; el conductor tiene un rol fundamental y ellos sienten que no son suficientemente reconocidos, lo que comparto. Conversamos y entendieron lo importante que era mantener el servicio; salieron muy fortalecidos, porque demostraron que eran vitales”.