Monserrat Jamett Leiva
Gerente de Sustentabilidad
de Pescadores Industriales del Biobío.
Con mucho orgullo reconocemos que en el Biobío la pesca tiene rostro y manos de mujer. Más de la mitad de los puestos de trabajo que otorga el sector en la región son ocupados por mujeres, muchas de ellas madres y jefas de hogar. Nuestro rol no solo está al interior de las plantas de proceso, sino también en puestos administrativos, roles gerenciales y en la representación dirigencial, donde buena parte de las líderes que representan los intereses de nuestra actividad son mujeres”.
Existen desafíos globales en los que el mundo se encuen tra trabajando conjuntamente para llevarlos adelante.
Uno de ellos es el cambio climático, que amenaza nuestros océanos y la subsistencia de la humanidad, pero también existe una tarea asociada a abastecer al mundo de alimentos sustentables. Es aquí donde la región del Biobío está llamada a cumplir un papel estelar y en donde las protagonistas de esta respuesta son, en su mayoría, mujeres.
Biobío es una región históricamente industrial. Desde hace más de un centenar de años que la pesca industrial es parte del ADN de la zona centro sur del país, y gracias a esta vocación, nuestra región es en la actualidad reconocida como la Capital Pesquera. Desde aquí, Chile y el mundo se alimentan de productos nutritivos del mar, a través de prácticas sostenibles y un paradigma de trabajo enfocado en la sustentabilidad, el cuidado de los océanos, la relación virtuosa con las comunidades, y el compromiso voluntario con diversas iniciativas que hacen que la actividad pesquera industrial sea altamente sofisticada.
Con mucho orgullo reconocemos que en el Biobío la pesca tiene rostro y manos de mujer. Más de la mitad de los puestos de trabajo que otorga el sector en la región son ocupados por mujeres, muchas de ellas madres y jefas de hogar. Nuestro rol no solo está al interior de las plantas de proceso, sino también en puestos administrativos, roles gerenciales y en la representación dirigencial, donde buena parte de las líderes que representan los intereses de nuestra actividad son mujeres.
Durante los últimos cinco años, la pesca industrial ha avanzado significativamente en la medición y reducción de su impacto ambiental. Este esfuerzo ha permitido reducir la huella de carbono en cerca de un 30% entre 2018 y 2023, un logro que no sería posible sin la participación de mujeres en roles clave de liderazgo y gestión. Desde ingenieras ambientales hasta gerentas de sostenibilidad, ellas han aportado su visión integradora y su capacidad para implementar soluciones concretas en la lucha contra
el cambio climático.
Pero además, ha sido a partir del impulso de mujeres de la pesca industrial que hemos llevado los beneficios de proteínas saludables, como el jurel y la merluza, a más grupos, dando cuenta de que estas especies no solo tienen una huella de carbono considerablemente menor que otras proteínas animales como el cerdo, el vacuno, el
pollo o incluso que el salmón, sino que también pueden ser un protagonista en la dieta de los chilenos, trabajando para que las conservas, congelados y apanados de estas pesquerías lleguen a los supermercados y almacenes de barrios del país.
El rol de la mujer ha propiciado también una visión integral en torno a la economía circular. En este sentido, hemos incentivado proyectos de innovación con centros tecnológicos que nos han permitido poner el foco en la valorización de insumos plásticos que son necesarios en nuestros procesos productivos, ya sea como indumentaria de trabajo o como envases y embalajes. Esto ha posibilitado dar una nueva vida útil a nuestros residuos, para convertirlos en nuevos produc tos que pueden ser usados en las plantas de proceso o en proyectos con nuestras comunidades vecinas.
Asimismo, en los últimos años hemos certificado y mantenido vigente un Acuerdo de Producción Limpia para la flota pesquera industrial. Estos son convenios voluntarios de
carácter público-privado, liderados por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), que buscan contribuir al desarrollo sustentable de las empresas a través de la definición de metas y acciones específicas, que van más allá de la normativa vigente. Actualmente, en un proceso liderado principalmente por mujeres, nos encontramos trabajando en un nuevo APL para plantas y flota, que nos permitirá abordar la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente desde una mirada integral.
En síntesis, la región del Biobío tiene en la pesca industrial un ejemplo tangible de cómo la sostenibilidad y la equidad pueden ir de la mano y convertirse en una respuesta a los desafíos globales. Las mujeres no solo están liderando este cambio, sino que también están demostrando que un futuro más sostenible es posible cuando se apuesta por la innovación, el compromiso ambiental y la igualdad.
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de
su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de Revista NOS.