Ad honorem apoyan al Estado en el proceso electoral y realizan actuaciones para distintos organismos públicos. Gratuitamente también ofrecen múltiples servicios a las personas y a organizaciones sociales. Incluso, entendiendo que el servicio que entregan es esencial, han mantenido sus puertas abiertas en este periodo de pandemia para atender a la ciudadanía.
El Código Orgánico de Tribunales, en su Artículo 399, define a los notarios como “ministros de fe pública encargados de autorizar y guardar en su archivo los instrumentos que ante ellos se otorgaren, de dar a las partes interesadas los testimonios que pidieren, y de practicar las demás diligencias que la ley les encomiende”.
Así, como “auxiliares de la administración de justicia”, los notarios cumplen con una labor ampliamente conocida por todos, que incluye extender y guardar instrumentos públicos, dar fe de los hechos para los que son requeridos, otorgar testimonio de los actos celebrados ante ellos o protocolizados en sus registros, y autorizar firmas en documentos privados.
Sin embargo, existe otra importante arista de su trabajo que no es conocida por la ciudadanía y que involucra múltiples actuaciones realizadas gratuitamente. Así lo señala el notario penquista, Carlos Miranda, quien aclara que, así como la ley establece que deben mantener un local y contratar el personal adecuado para el desempeño de sus funciones (las que son detalladas en el Código Orgánico de Tribunales), y que los honorarios que reciben deben ajustarse al arancel que los rige, también les mandata otra cosa. “Atendiendo a nuestra calidad de depositarios de la fe pública, se ha establecido que también respondamos y apoyemos de manera gratuita diversas actuaciones y servicios en pro de la autoridad gubernativa y de la ciudadanía”.
Esenciales en el proceso electoral
Entre estas obligaciones sin costo realizadas en beneficio de los organismos del Estado destacan las actuaciones y emisión de copias solicitadas por el Consejo de Defensa del Estado, por el Ministerio de Bienes Nacionales o por la autoridad judicial, entre otros organismos públicos.
El vicepresidente de la Asociación de Notarios, Conservadores y Archiveros Judiciales de Chile, Alfredo Martin, agrega que a estos servicios se suma el tener a cargo la vigilancia del cobro de todos los impuestos que gravan los actos y contratos que los notarios desarrollan. “Esta tarea, que efectuamos también de forma gratuita, implica que el Fisco reciba -solo por este concepto- más de 300 millones de dólares al año”, detalla.
Pero quizás la labor más importante que realizan ad honorem los notarios de Chile es la que tiene que ver con el desarrollo del proceso electoral. “Somos designados para apoyar el proceso eleccionario, certificando la constitución de partidos políticos y de candidaturas, entre otros. Luego, ayudamos como secretarios de los colegios escrutadores, integrando las juntas electorales, conociendo las excusas de los vocales que no pueden participar del proceso y nombrando a sus reemplazantes. Recibimos los útiles electorales y hasta los votos quedan bajo nuestra custodia antes de repartirlos a los locales de votación, lo que nos lleva a constituirnos en un importante eje en el desarrollo del proceso electoral”.
Alfredo Martin añade que esa labor goza también de un gran prestigio, pues nunca ha sido cuestionada, lo que se debe “a la seriedad y seguridad que otorgamos a dicho proceso”.
Apoyo a la ciudadanía
Los más de 370 notarios de Chile también cumplen un importante rol social de apoyo a la comunidad, participando en las asambleas de copropietarios de los condominios de viviendas sociales, ayudando en sus actuaciones jurídicas a quienes están privados de libertad y validando cartas-poder para el cobro de pensiones. También prestan servicios a personas en situación de vulnerabilidad económica a solicitud de municipios y clínicas jurídicas de universidades, o a instituciones sociales como la Cruz Roja, Bomberos o distintas ONG. “Todo eso lo hacemos de manera gratuita. Es una labor muy amplia y muy bonita, que realizamos de manera voluntaria y silenciosa”, enfatiza Alfredo Martin.
Añade que, en este sentido, otra labor fundamental que ejecutan es la asesoría gratuita. “Muchas personas vienen porque tienen dudas respecto de algún trámite notarial o asunto jurídico, y nunca hemos cobrado por ayudarles, a diferencia de otras profesiones donde sí cobran por la consulta”, dice.
Pero hay otros servicios de apoyo a la ciudadanía, cuya gratuidad está establecida por ley. Entre ellos destaca el denominado Privilegio de Pobreza, un beneficio establecido hace ya varias décadas. “Se creó para asegurar el acceso a asistencia jurídico- notarial de quienes no contaban con los recursos para pagar esos servicios, constituyéndose en una garantía de acceso igualitario a la justicia”, explica el notario Carlos Miranda.
Agrega que para optar a este servicio, las personas deben acercarse a la Corporación de Asistencia Judicial de su ciudad, donde le brindarán asistencia legal sin costo, además de gratuidad en todas las diligencias que esa actuación necesite. De ser necesario apoyo notarial, le entregarán un certificado de Privilegio de Pobreza para que concurra con él a la notaría que esté de turno ese mes.
Finalmente, Miranda puntualiza que aun cuando el potente rol social que cumplen los notarios es poco conocido, y menos aún valorado, incluso en este difícil periodo de pandemia las notarías han seguido atendiendo, constituyéndose sus funcionarios en la primera línea del servicio judicial.